Despues del masaje toda mi leche quedo en su linda boca
Puede que no crean lo que quiero relatarles, pero sucedió hace más de un años en una ciudad de México, Vivo en una de la ciudades mas grandes de este país, Monterrey y en la actualidad tengo 34 años la verdad no soy todo un modelo mas no me considero una persona fea, eso si trato de cuidar siempre mi apariencia, con 1.75 de estatura, varios años de asistir constantemente al gym me han proporcionado un bien distribuido cuerpo, algo marcado esto me ha ayudado en la prestación de mi labores, labores que desempeño en una empresa que se dedica a la importación y exportación de producto para el aseo personal, y son producto muy variado, desde una maquina desechable para rasurar hasta perfumes de grandes diseñadores a nivel internacional, por ende he viajado por casi todo el país, colocando nuestros productos en casi todos los grandes almacenes de prestigio.
Esto me sucedió en un viaje a la ciudad de Cancún, siempre que salgo y para mayor desempeño la compañía cuenta con un staff de choferes en la principales ciudades de la republica y el extranjero, estos nos ayuda trasladarnos con mayor facilidad y precisión, claro que en Cancún no seria la excepción.
Al llegar al aeropuerto y recoger las maletas trate de localizar al chofer, pero no pude verlo entre la gente que estaba en espera, no podía creer que Don Alberto no se presentara, eso era retrazar casi todo el itinerario establecido, más tenia que trabajar, con maleta en mano camine hacia la salida con enfado y distracción esto provocó que no pusiera atención a un letrero que tenía inscrito mi nombre ‘José Antonio Matiz’, es más por poco choco con el tipo que lo portaba.
Un tipo que a lo lejos impone, creo que 1.88 o 1.90, tenía puestos unos ajustado jeans claros, una playera blanca delineaba perfectamente sus bien formados pectorales, un par de ojos claros que estaban enmarcados por unas grandes pestañas, no tenia mucho pelo el corte era casi rasurado, pero lo que mas me agrado fue esa sonrisa enmarcada por una pequeña y bien cuidada barba de candado, bueno en fin, es un tipo que no pasa desapercibido, realmente impactaba, más lo que realmente impactaba era su gran paquete (eso se los puedo asegurar) entre esas dos poderosas piernas, en verdad me fue muy difícil presentarme como la persona que estaba esperando; con una amable sonrisa me dio la bienvenida para después explicarme que Don Alberto por cuestiones de salud no podria cumplir el compromiso de trasladarme a todas mis citas y que el pertenecía a la misma compañía que siempre nos había dado servicio de trasladarme.
Al llegara al carro, como siempre un carro cómodo y confortable, me ayudo a dejar la maleta en el maletero, cada uno de sus movimientos resaltaban sus músculos, era casi imposible tratar de ignorar a ese imponente caballero, después de cerrar la cajuela me abrió la puerta trasera de carro para que me sentar, pero tenía toda la intención de sentarme a un lado del piloto, esto con el fin de poder estar al pendiente de tan perfecto espécimen. Como tenía un poco de prisa durante el trayecto le explique el recorrido planeado para ese día, así entre visita y visita a los cliente nos fuimos conociendo un poco más Ricardo eras su nombre con 29 años, tenía poco tiempo de trabajar en la compañía de guía ejecutiva, antes se desempeñaba como instructor de su propio Gym, pero por problemas con su socio cerraron el local, ahora su meta era abrir su propio negocio pero para eso le falta algo de tiempo. Cuando terminamos la ultima cita, pasmos por el hotel para registrarme, estaba cansado, sudoroso y muy excitado era casi imposible poder mantener la mente en otra cosa que no fuera en el chofer, en varias ocasiones durante el día me cubría el paquete con el portafolio para que no se me notara la gran erección que tenía, lo tenia a unos cuantos centímetro, pero en realidad a varios kilómetros, estaba ansioso por quedarme solo en la habitación y así poder dar rienda suelta a mi deseo.
Dentro del estacionamiento del hotel Ricardo saco la maleta de la cajuela y me acompañó hasta el escritorio de registro, entre datos e información pasó un buen rato mientras el chofer continuaba a una distancia prudente, cosa que con Don Alberto no pasaba, muy atento en espera de alguna orden; mis pensamiento comenzaron a volar, me lo imaginaba sin ropa, con su miembro en plena erección, mostrándome cada uno de sus
músculos en fin en pleno acto sexual. La voz de la recepcionista me saco de los pensamientos, me entrego la llave y todo lo necesario para la estadía en el hotel, al verme Ricardo tomo la maleta y se dispuso acompañarme, en el camino pregunto a detalle sobre el horario e itinerario del día siguiente; al entrar al cuarto coloco la maleta en el porta maletero, cada minuto a solas en la habitación con el, me colocaba por demás tenso y nervioso, después de unos minutos me pregunto si se necesitaba algo mas, claro que quería algo más, algo intenso, quería ser penetrado, con fuerza con delicadez, pero penetrado.
No se la manera, o como conteste a su pregunta porque pregunto el motivo por el que estaba tan tenso, conteste que tenso no, solo estaba cansado y molido por el trajín del vuelo y las citas; con toda tranquilidad se ofreció a darme un reconfortable masaje, estaba acostumbrado a darlos porque en su anterior trabajo era parte de sus obligaciones, no podía perder esa oportunidad y acepte su ofrecimiento, para ese momento tenia una tremenda erección que a toda costa quería disimular, pregunte que necesitaba sólo contesto si tenia alguna crema o aceite y que me quietar la ropa para iniciar la sesión, busque en el interior de la maleta el aceite y después me quite la ropa sólo me deje puesto los bóxer, con mucha precaución me acomode en la cama para que no se notara tremenda erección, mientras por su parte paso al baño para asearse y traer algunas toallas. Cuando regresó solo tenía puestos los ajustados jeans los cuales estaban desabrochados de los primero botones, ‘espero que no le moleste el que me quite la ropa, lo que pasa es que con el aceite puede que termine todo manchado’, claro que no puse ninguna resistencia a tan majestuoso espectáculo aceptando con toda naturalidad, para esto no perdí de vista cada movimiento, la manera tan excitante que se despojo de sus pantalones, para solo quedarse con unos minúsculos y ajustados bóxer blancos, después tomó de la mesa de noche el bote de aceite para dejar caer pequeños hilos del liquido en la espalda y ¡ sucedió !, el primer contacto de esas poderosas manos, como corriente eléctrica provocaron que se estremecieran todo mis sentido, la erección intensa era a su vez dolorosa y placentera por la opresión de mi cuerpo contra la cama, sus dedos firmes moldeaban cada centímetro de mi espalda, la cercanía de su cuerpo imanaba un gran calor abrasador, al llegar a la cintura tomo con firmeza el elástico de la ropa interior deslizándolos hacia abajo dejando al descubierto mis bien formados glúteos, sus movimientos se tornaron cada vez más atrevidos propinando masajes circulares muy cerca de la raja que separa las nalgas, lo que me saco del control fue cuando introdujo poco a poco sus manos entre las extremidades a la altura de la ingle, para frotar con firmeza a cada una de las piernas y más cuando uno de sus dedos rozo la base de mis testículos, en ese momento deje salir un sonido de satisfacción, sonido que se apagó con su voz ‘¿Te gusta?’ nada más afirmé con la cabeza, ‘¿Te estas relajando?’ agite la cabeza afirmativamente, ‘Se de una manera que te relajas aún mas, ¿Quieres que la ponga en práctica?, una vez más acepte con el movimiento de cabeza.
Con movimientos sensuales tomo de nuevo la botella de aceite, para verter un chorro entre las nalgas, el liquido viscoso deslizándose por la comisura no tardo en llegar a mi orificio anal, no puedo describir la excitación que en esos momento sentía, después con toda pericia introdujo la palma de su mano entre ese camino ardiente deslizándola una vez, otra vez, otra vez, hecho que provoco que en forma involuntaria abriera un poco las piernas; entre tanto placer y excitación no supe como ni cuando el también se había despojado de sus bóxer, solo sentí el peso y el calor de su cuerpo cuando se coloco montado exactamente de tras de mi cola, ahora no era la palma de su mano lo que sentía entre las nalgas, era su rígido, ancho y caliente falo, podía sentir el contorno de la cabeza del tamaño de un limón, casi con la fricción lograba percibir las hinchadas venas del tronco, el constante follar se escuchaba por toda la habitación, el roce frenético retumbaba en todo mi ser, si esto me tenia a punto de explotar que sería sentir todo ese pedazo de carne abriendo mis paredes anales, ‘Relájate y suéltate, que lo mas interesante esta por suceder’ después de esa frase la penetración fue rápida y precisa, no se
como pude resistir el duro golpe de ese cuerpo para lograr su cometido, al lograr su propósito se quedo quieto y tranquilo como esperando que mi esfínter se dilatara y se acostumbrara a tan rápida embestida, el dolor del momento se sustituyo poco a poco por el placer, sus movimientos comenzaron a cobrar vida en unos instantes lentos, pausados, en otros fuertes y potentes, en otro caso casi sacaba ese potente mástil en su totalidad, para depuse dejarlo entrar con toda tranquilidad, el constante chocar de su pelvis con mis nalgas resonaba por todo el cuarto, ‘¿Lo querías verdad?’ ‘Tómalo y trágatelo, que estoy seguro que lo estas disfrutando’. Después cambiamos de posición, acomodándome de espaldas tomo mis piernas ente sus manos y las coloco encima de sus hombros para introducir esa gran verga una vez mas sin nada de compasión, de sus pectorales rodaban gotas de sudor por el intenso calor pasional, su boca entre abierta soltaba sonidos de placer y gozo en cada embestida, su cuerpo irradiaba poder y virilidad por todos los poros, en cambio mis sentidos estaban todos atentos aquel acto de inmensa lujuria, tanta fue la pasión de aquella penetración que sin siquiera tocarme el miembro estallo en grandes chorros de semen que salieron disparados hacia el abdomen bien formado de mi amante y al mío propio, el por su parte no dejaba de meter y sacar su estaca en mi orificio dilatado, sus movimientos se fueron acelerando como anunciando la culminación de ese instante de frenéticos movimientos y antes de soltar todo su esperma dentro de mis entrañas, saco su potente miembro para explotar toda su leche sobre mi cuerpo, cada uno de los trillazos inundaron mis pectorales, abdomen, cara y pelo; tanto su esperma como el mío se confundía entre el sudor de mi cuerpo, el calor de esas viscoso liquido se podía sentir, más no se puede comparar con el calor de su lengua al limpiar mi estomago, mis pectorales, mis pezones hasta terminar depositándome un fulminante beso, el sabor del semen con el de su saliva provocaron una reacción en cadena logrando despertar mi flácido miembro, nuestras lenguas jugaron en un largo entrar y salir de nuestras bocas, su manos iniciaron la exploración de mis testículos, para continuar con excitante movimiento de subir y bajara de la punta a la base de mi verga, sus boca se desprendió de la mía para continuar besando cada parte de mi cuerpo hasta llegar a la altura del mástil, el cual se lo tragó de una sola mamada, ‘ ¡ Esto es solo el principio de la terapia de relajación que acostumbro a dar ! ’, iniciando después una alocada mamada un alocado meter y sacar de miembro en su boca . . . Pero creo mis queridos amigos que el final de este ‘Relajante Masaje’ es tema para tomar en cuenta en otro relato.
Si les gusto esto que le conté, me pueden escribir para intercambiar nuestros propios relatos.
Autor: Gritzco
gritzco ( arroba ) hotmail .com
Que hermoso relato…me sentí identificado con el sometido consentidamente…tuve la sensación de sentirla yo tmb…muy bueno