Mi amigo Serafín me contó lo que le sucedió un día que andaba caliente y con muchas ganas de tener una buena sesión de sexo que lo dejase exhausto por un tiempo y que no tuviese esa necesidad imperiosa de chuparse una buena verga, pero el destino como siempre le puso una de sus jugarretas, deshaciendo su matrimonio y pagando con su culo el precio de su gran deseo o necesidad de vergas, que no pudo esperar a conseguir alguna conocida. Ese día, mejor dicho esa tarde dejó su trabajo con la excusa de que no se sentía bien y salió de su oficina rumbo a la terminal de Tres Cruces, una vez allí se puso a caminar por las calles laterales hasta que pasó por un Cine Porno, su deseo reprimido desde hacía bastante tiempo lo tentó obligándolo a entrar a ese lugar.
Realmente el sabía lo que había ido a buscar a ese cine, pero su orgullo de macho casado no le permitía admitir que quería VERGA, VERGA a más no poder y sabía que allí las encontraría en gran cantidad para satisfacer su deseo o sus ganas de sentir en su boca el calor y el sabor de una pija hirviente y para rematar todo eso quería sentir la leche caliente deslizarse sobre su rostro y nariz para finalmente ser lamida por su lengua voraz y ansiosa del sabor del néctar que hacía bastante tiempo que no tenía el placer de degustar. Pasó oteando para todos lados para ver si pasaba algún conocido y cuando se aseguró de que nadie lo veía, entró al oscuro recinto, en el momento que su vista se acostumbró a la semipenumbra divisó la boletería, pagó su entrada pasando inmediatamente a la sala, sentándose en la última fila donde no había ninguna persona ubicada allí. Se puso a mirar la película la cual lo excitó más de lo que estaba, ya que en la pantalla se proyectaban imágenes de cuatro hombres en una orgía de muy alto voltaje, en la cual no faltaban chupadas y dobles penetraciones anales a uno de los protagonistas. Serafín no pudo evitar que su verga deseosa se pusiese dura al ver esas imágenes, comenzó a acariciarla por encima de su pantalón sin atreverse a bajar la cremallera para poder pajearse a gusto. Todos sus movimientos fueron observados por un señor que había entrado atrás suyo y lo miraba semioculto detrás del cortinado, pero fueron pocos segundos en los que fue observado porque este señor se sentó a su lado poniendo su mano sobre la suya y apretando el bulto que se le había formado a Serafín.
Luego ese señor que era más audaz que mi amigo o más ducho en las costumbres de esos cines, lentamente le bajó el zipper extrayendo su verga compl contenida por esos interminables minutos de gozo, el tipo al darse cuenta de la situación abandonó el largo caramelo que estaba agasajando y le propuso de ir al reservado. Le hizo esa invitación y luego desapareció en uno de esos reservados, corrió la cortina mientras Serafín guardó como pudo la pija superdura y empapada por la saliva de ese hombre mezclada con su precum, mientras lo hacía pensó: "Vine para esto… mejor aprovechar… se nota que el tipo es un habitué de este lugar, conoce todos los rincones,… mejor me voy al reservado así termina de chupármela y si me deja… se la chuparé a él y luego me voy a casa satisfecho y tranquilo de haber gozado…" Una vez que Serafín pasó la cortina vio un lugar muy oscuro, no divisó al tipo ni a ninguna otra persona o cosa que pudiese haber en ese cubículo, inmediatamente sintió unas manos que lo agarraban del pantalón a la altura de las caderas y una nariz se le incrustaba a la altura de la bragueta. El tipo buscó el cinturón lo desprendió y a continuación le bajó los pantalones, luego agarró la verga de Serafín con sus manos y se la llevó nuevamente a la boca para seguir con la mamada que había comenzado en la sala.
El placer que estaba sintiendo Serafín era muy elevado en decibeles, no sabía por que sentía tanto placer si miles de veces le habían chupado la pija tanto hombres como mujeres, pero al poco tiempo de gozar tan intensamente descubrió que era lo que estaba pasando. Sinti&oacu
te; que una pija enorme le golpeaba los huevos por detrás, entonces se percató que en ese reservado había otro hombre además del que se la estaba chupando. Le vino como un ataque de pánico a pesar del placer infinito que sentía, quiso huir, pero las manos fuertes del tipo que tenía atrás suyo se lo impidieron, a los pocos segundos el tipo aumentó las embestidas de su pene contra las bolas de Serafín, éste podía sentir como ese enorme glande se frotaba en su escroto justo en el medio, podía sentir ese pene entre sus dos huevos a una velocidad cada vez mayor la cual aumentaba sus golpes por la fuerza y rapidez con que el tipo cada vez aceleraba más sus movimientos. El hombre que se la chupaba de rodillas comenzó a sentir como esa verga pasaba entre las bolas de Serafín y le pegaba en su cara, entonces se puso a chupar las dos verga alternando una y otra. Llegó un momento en que el tipo que estaba de pie se excitó demasiado y comenzó a ser violento con las embestidas hasta que a Serafín le dolió el glande porque su chupador no daba a basto chupando dos vergas al mismo tiempo y en un cambio brusco de la pija de uno a la del otro erró y se la mordió.
La mordida le dolió, pero el morbo lo llevó a gozar más, por esa razón no trató de zafarse de ellos y siguió siendo chupado y golpeado con esa verga por un rato más. La pija del tipo estaba totalmente empapada, no sólo por la saliva del que chupaba sino por una enorme cantidad de precum que se notaba que salía sin parar, pero tanto líquido que saliese de ella no era normal o natural, Serafín se dio cuenta que se había puesto algún gel o lubricante porque esa verga empezó a recorrer la raya de su culo empapándole las nalgas y ese líquido pegajoso se deslizó por sus bolas y por sus piernas a una velocidad muy lenta. Serafín estaba caliente al máximo, era virgen anal, porque siempre había actuado de activo aunque lo que más placer le daba era hacer un 69 sintiendo un dedo en su orifico anal o metiendo los suyos en el ano de algún hombre antes de penetrarlo o si este no quería qu adentro de su recto. El creyó desmayarse porque a pesar de la lubricación su culo era apretado y no había sido dilatado ni preparado para recibir ese órgano de gran tamaño, en realidad para recibir ningún órgano del tamaño que fuese. Nunca había sentido dolor tan grande, las piernas le temblaban y al mismo tiempo su verga se levantó nuevamente cosa que el chupador notó inmediatamente porque ésta golpeaba sus pantalones, al sentir eso duro que tocaba su bragueta se agachó para volver a chuparla y tratar de extraer algo más del jugo blanquecino que minutos antes había fluido de su interior y había sido expulsado por allí. Su verga se bajó porque el dolor aumentó al tope cuando esa verga enorme se instaló totalmente en su interior desgarrándole las entrañas, Serafín ya no sentía placer ninguno. El chupador al ver que no tenía más nada para chupar por el tamaño reducido en que había quedado la verga de Serafín comenzó a hacerse una paja para luego verter su semen sobre las nalgas del cogedor.
El cogedor al notar que no había nadie delante de Serafín lo dio vuelta y lo puso contra la pared con las palmas de las manos apoyadas en la áspera pared mal revocada y a pesar del dolor y de los quejidos que profería Serafín, comenzó un mete y saca a toda velocidad haciéndolo gemir por el dolor que le provocaba cada vez que aumentaban sus embestidas. No recuerda cuanto tiempo duró esa tortura, a lo mejor le pareció más de lo real por el dolor tan intenso que sentía en sus entrañas, le pareció interminable mientras su súplicas de que no se la metiese más fueron en vano ya que su cogedor hizo oídos sordos a su estado físico, solamente le importaba gozar él aunque Serafín estuviese destrozado por dentro. Súbitamente detuvo las embestidas quedando su pija totalmente incrustada en el recto de Serafín y en ese momento comenzó con otra clase de movimientos más suaves, pero dolorosos por el estado sensible en que había quedado su intestino. -¡Nunca sospeché que tuvieses un culo tan apretado!!! Serafín no pudo contestar a ese comentario de su cogedor a lo que este agregó: -¿Eras virgen? Putito… Y le comentó al otro: -Primera vez que me topo con un tipo virgen en estos cines… Los ojos de
Serafín estaban llenos de lágrimas, de su culo salía algún líquido que mojaba sus piernas, pero como no lo veía sospechó que sería el gel o lubricante que el tipo había usado o el semen porque el tipo había eyaculado mientras comentaba esas cosas sobre su virginidad.
Nunca había imaginado que pudiese sentir en las paredes de su intestino el recorrido de una verga y menos sentir cuando esta se hinchó al máximo antes de verter su descarga láctea y jamás se le hubiese ocurrido que la leche al salir de una verga pegase tan fuerte en la delicada piel de su intestino de la manera que esta le había golpeado haciéndole sentir como si fuesen balazos los que le habían disparado en su recto; a pesar del intenso dolor la sensibilidad de sus tejidos no pudo aplacar todas esas sensaciones que recibió su cerebro a través de las terminales nerviosas de sus recto. Había disfrutado de la mamada que anteriormente le había hecho el otro hombre pero esa penetración no le había hecho gozar en lo más mínimo, aunque varias veces su recto quedó totalmente vacío porque el tipo la sacaba por completo para volver a meterla inmediatamente ni en esos momentos de alivio pudo sentir placer.
Cuando esa verga comenzó a expulsar su leche, el tipo lo tenía en el aire y hoy me dejaste muy cansado….
Abandonó el reservado rengueando por el dolor y apenas oyó ese comentario y esa propuesta porque estaba muy agitado a la vez que dolorido. Serafín cruzó una puerta pensando que era la salida y cuando la pasó se encontró en el baño, aprovechó que ahí no había nadie y se bajó los pantalones tocándose el ano dolorido tratando de saber que le pasaba que le dolía y ardía tanto, al retirar la mano la sintió mojada imaginando que era el lubricante o el semen de su cogedor que salía de allí, pero al mirarse la mano la vio roja, miró sus calzoncillos y estos estaban en las mismas condiciones. Sus calzoncillos estaban hechos una inmundicia, sangre, semen, lubricante y hasta residuos de excrementos tenía alojados en esa prenda íntima.
Se limpió como pudo con unos papeles que había por allí y se fue inmediatamente a su casa donde trató de ponerse una pomada para las heridas. Su esposa preocupada porque él había llegado antes de la hora en que habitualmente acostumbraba a llegar lo siguió al baño y al ver el estado en que estaban sus calzoncillos trató en vano de averiguar lo que le había sucedido. Con repuestas a medias y evasivas Serafín trató de calmarla pero de su culo manaba un hilillo de sangre que se escurría traviesamente por sus piernas velludas, mojándole los pies y por ende manchando las baldosas del baño. Su esposa se asustó mucho y se puso furiosa porque su marido jamás había sufrido del culo ni de los intestinos. Ella cada vez más asustada pensando que a su marido se le había despertado alguna enfermedad maligna o alguna úlcera que ignorase que él la tuviese se le había perforado o alguna enfermedad desconocida lo aquejaba, lo convenció de ir al médico. En la emergencia de su mutualista le cauterizaron una venita que fue la causante de esa hemorragia que el tipo ese tan bruto y pijudo le había reventado al cogerlo tan violentamente. La mujer oyó las risas burlonas y los comentarios de las enfermeras enterándose de esa forma que a su marido se lo habían roto en un Cine Porno y por esa causa lo abandonó. En esa época Serafín tenía 38 años, han pasado cuatro años de ese infausto acontecimiento, aunque ha seguido frecuentando Cines Porno y otros lugares de "levante" nunca más permitió que le tocasen su dañado culo por temor al dolor y a otro desgarrón como el que le provocó ese tipo.
Después de esa calentura momentánea recapacitó y se hizo toda clase de análisis porque el tipo que se lo había roto no había usado preservativo, pero por suerte para él todos esos estudios dieron negativo porque el tipo no tenía ninguna enfermedad que le podía haber transmitido a través de las heridas provocadas en su intestino. Hace unos meses que nos conocimos, él me contó esa historia de su primera y única experiencia en penetración anal, que a pesar del dolor que sintió en ese momento, cada vez que la relata o la rememora se excita tanto que termina masturbándose a toda velocidad en el sitio do
nde se encuentre. En nuestro primer encuentro me hizo una deliciosa mamada y cuando traté de penetrarlo me contó lo que le había sucedido y a pesar de mis palabras tranquilizadoras no quiso saber nada del tema. En otro encuentro logré penetrarlo, pero esa historia la narraré en otra oportunidad.
Como siempre espero comentarios y consultas.
Autor: Omar omarkiwi ( arroba ) yahoo.com
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