CAPÍTULO I: Descripción y primeros intentos.
La historia que os contaré es completamente real, absolutamente real, 100% real. Me llamo Marcos, soy de Barcelona y tengo 18 años. Mido 1.83, peso unos 70 Kg. y soy moreno de ojos marrones.
Mi madre es la mujer que más me ha excitado en toda mi vida, desde que era pequeño que fantaseo con ella y me masturbo casi a diario. Ella tiene 36 años, y es viuda ya que mi padre murió cuando yo era muy pequeño. Voy a describiros a mi madre con detalles y lo más fielmente posible. Ella es morena con el pelo por los hombros, guapa de cara, de ojos negros como el carbón. Mide 1.73 y pesa 63 Kg. Sus medidas son 100-61-64. Tiene unas tetas enormes, un poco caídas (muy poco), y aún se ven más descomunales por el tipo de sostén que utiliza, tiene una cintura delgada y bastante tersa ya que hace muchísimo aeróbic y un culo que me vuelve absolutamente loco. Es un poco más grande que el culo de una modelo, pero se ve fuerte, nada caído, y tan bien puesto… Es absolutamente pecaminoso.
Como ya os he dicho siempre me he excitado pensando en ella, pero este verano ha sido un infierno. No teníamos dinero para irnos de vacaciones así que nos quedamos en Barcelona con éste calor horrible que hace y sin aire acondicionado. Íbamos todo el día con poca ropa por casa, y yo no podía aguantar ningún día sin pajearme 2 ó 3 veces al día pensando en ella. Me pasaba el día mirándola, entrando en su cuarto con excusas cuando sabía que podía estar cambiándose o desnuda, espiándola en la ducha, en fin…que me estaba volviendo loco. Seguí así unos días hasta que un día no pude más y ataqué. Me levanté tarde y allí estaba ella, con una camiseta ancha y unas braguitas blancas por la casa, limpiando y haciendo varias tareas. Enseguida me di cuenta de que además no llevaba sujetador y eso aún me excitó más. Al poco rato ya tenía una erección descomunal, que ni me molesté en disimular ya que al ir sólo en bóxer se me notaba muchísimo. Ella siguió limpiando hasta que se puso a fregar una mancha del suelo. Cuando la vi….uffffffffffff…..estaba en pompa, inclinada para poder frotar con un trapo, y me daba un primer plano de su increíble culo. No aguanté ni 30 segundos, y me levanté y fui directo a ella. Me puse detrás de ella y le puse mi polla presionando su culo, sólo separada por mi calzón y sus braguitas, yo estaba excitadísimo. Ella dio un pequeño salto del susto y yo le dije: -Mamá que culito tienes eh, no pasan los años para ti- Ella se quedó quieta, muy sorprendida, pero aguantaba en esa posición, y yo empecé a restregar mi miembro pos su culo mientras la agarraba por las ingles. –Mmmmmmmmmmmm, mami que culito tienes dios mío- Le presionaba con tanta fuerza que a pesar de la ropa interior notaba la raja de su culito y yo le pasaba la punta de mi polla por allí. Ella no aguantó más la situación y se levantó de golpe, y cuando intentó irse yo le agarré las tetas con mis dos manos, y con fuerza, por encima de su camiseta, reteniéndola un poco (pero sin forzarla ¡eh!). – ¡Joo mamá que buena estás vaya tetas!- Estaba tan excitado que no podía parar, con sus enormes pechos entre mis manos, las agarraba y sobaba sin parar mientras ella suspiraba profundamente, pero me dejaba hacer. Mientras le sobaba sus tetas seguía con mi polla presionando su culo. Entonces puse mis manos por debajo de su camiseta, se la subí y le agarré sus pechos con fuerza, sin nada por el medio. –Mamá me excitas mucho, ¡me encantas!- Ella cada vez suspiraba con más fuerza, y yo estaba a punto de reventar. Me bajé los calzoncillos hasta las rodillas, casi sin dejar de meterle mano ni un segundo, le agarré sus braguitas y conseguí bajárselas como dos palmos, pero entonces ella reaccionó- Hijo, pero ¿qué haces? ¿Es que te has vuelto loco? Me empujó un poco para separarse de mí y se fue corriendo a su cuarto, y yo me quedé allí con mi erección, mi
polla al aire y excitadísimo, me la habría follado allí mismo si me llega a dejar, allí de pie. Me fui a mi cuarto y me pude hacer dos pajas seguidas con esa escena, os lo juro.
Los días siguientes ella, quizás estuvo un poco más distante conmigo, pero no parecía enojada, y yo seguí espiándola, intentando rozarme con ella a la mínima oportunidad, e incluso cuando pasaba por mi lado me atrevía a agarrarle el culo unos segundos…
Otro día eran las 12 del mediodía y estábamos comiendo uno al lado del otro. Ella estaba súper sexy, con una camiseta ajustada de tirantes, y unos pantalones arrancadísimos de aeróbic. No había llegado el segundo plato que yo ya estaba empalmado mirándola de reojo y decidí hacer un segundo intento. Le puse mi mano en el interior de su muslo, y comencé a acariciarla lentamente. Ella no decía nada, y yo seguía, poniéndome cada vez más cachondo. Al poco rato fui subiendo mi mano por su entrepierna, hasta llegar a su coño, y comencé a acariciárselo con mis dedos por encima del chándal de aeróbic….ya no podía más, y ella enseguida empezó con sus respiraciones profundas. A los 5 minutos, me costó, pero conseguí adentrar mi mano por dentro de su chándal, y seguí acariciándole su coño por encima de sus braguitas, los dos respirábamos fuerte, yo de excitación y ella por lo incómodo de la situación. Cerraba con fuerza sus piernas, pero yo seguía y seguía, y entonces, conseguí meter la mano por dentro de sus braguitas…pero apenas había llegado a su vello cuando ella se levantó de golpe, cogió el plato y se fue diciendo – ¡¡¡Es que tengo que encerrarme para comer tranquila o qué!!!- Ahora si se la notaba enfadada, pero yo seguí con cositas de éstas.
CAPÍTULO II: En la ducha…No esperé ni dos días, a la mañana siguiente me desperté temprano, fui a buscar a mi madre y por el ruido entendí que estaba en la ducha. Por un momento me la imaginé desnuda, enjabonándose, así que pensé (o ahora o nunca). Me desnudé del todo, entré en el baño con la polla empalmadísima ya, corrí la cortina y me metí en la ducha con ella. Cuando entré me miró sorprendidísima, estaba desnuda, tan rica…Enseguida me abalancé sobre ella, abarcando todo su cuerpo, restregándome, tocándola, metiéndole mano. –¡Mamá no puedo más, me pones súper cachondo!- Restregaba mi polla empalmada en su vientre mientras la agarraba por el culo con las dos manos para acercarla a mí. –Hijo ¿qué haces? ¿Estás loco? ¡¡Déjame ahora mismo!!- Yo no podía parar y ella estaba resignada, sólo hablaba, pero no forcejeaba ni nada. Seguí restregándome y metiéndole mano excitadísimo, mientras que le intentaba besar la boca…el cuello…- ¡Mamá, no puedo parar!- Ella enseguida se dio cuenta que estaba demasiado excitado, y no oponía resistencia ninguna… yo le abrí las piernas allí de pie, y estaba dispuesto a follármela, conseguí meter la punta de mi polla en su coño, pero cuando me dispuse a entrar de un empujón, ella se separó, y me agarró mi miembro con la mano. Entonces empezó a meneármela, a hacerme una riquísima paja…-Ahhhhhhhhhh, sí mamá, sigue por favor, ohhhhhhhhhhh, ohhhhhhhhhhhhhh, sí, sí, no pares- Ella siguió pajeándome mientras yo disfrutaba muchísimo, le agarraba las tetas y el culo, pegado a ella mientras me seguía masturbando. –Bésame mamá por favor bésame- Sin dejar de tocarme me empezó a morrear, con esa cara de sumisa que me volvía loco, metiéndome la lengua hasta el fondo y yo no podía más. –Ohhhhhhhhhhhhh, síiiiiiiiiiiii, sigue mamá sigue, ¡¡¡SIGUE!!!- Estaba a punto de correrme, no podía más, pero no tenía suficiente. Le agarré la mano y se la aparté, y le dije –Mamá necesito más, déjame follarte-. Ella enseguida se negó, y yo volví a sobarle todo el cuerpo, y a intentar abrirla de piernas para poder penetrarla, allí de pie, apoyada en la pared, pero no me dejaba, cerraba las piernas, me separaba. –Mamá estoy demasiado cachondo ¡¡por favor!!- Entonces ella consiguió librarse de mí, se puso de rodillas, me agarró la polla y comenzó a chupármela con rapidez, apretando con los lab
ios….-Ohhhhhhhhhhhhhhhhh, síiiiiiiiiiiiiii, siiiiiiiiiiiiiiiiii, ¡¡¡que gusto!!! ¡¡Sigue!! ¡¡Sigue!!- Le agarré la cabeza con una mano para acompañar el movimiento de la mamada, la mejor mamada que nunca me habían hecho, y ella siguió chupándomela, pasándome la lengua por mi glande, cada vez más rápido, como una auténtica profesional de las felaciones. –Ohhhhhhhh, ohhhhhhh, ahhhhhhh- Ya no aguantaba más, mi polla empezó a tener mini espasmos y cuando ella lo notó apartó la cabeza bruscamente. Me corrí en su cara como nunca lo había hecho, era la corrida más larga de mi vida, y ella enseguida se limpió con la ducha, cogió una toalla y se fue, dejándome allí completamente extasiado.
CAPÍTULO III: Por fin….en la cocina.
Al día siguiente, eran las 9 de la mañana y me desperté con una erección descomunal, ¡¡increíble, enorme!! Había dormido toda la noche sólo con un bóxer, y me molestaban muchísimo al despertarme debido a lo cachondo que estaba, así que me los quité. Sin ningún tipo de vergüenza salí desnudo por la casa, pensaba que mi madre aún dormiría, pero la verdad es que me daba igual, así que iba por la casa mostrando mi erección. Me dirigí a la cocina, con intención de desayunar algo, y allí estaba mi madre, de espaldas a mí, en el mármol de la cocina preparándose unas tostadas. Iba vestida con un top que no le tapaba los riñones, y unas braguitas negras más bien pequeñas que dejaban ver su increíble culo, y no llevaba nada más. Para mí eso era casi una provocación, cuando la vi mi polla se movía sola de la excitación, con espasmos, y ella al oírme se giró y me vio allí plantado, desnudo y absolutamente cachondo, mirándola fijamente. Ella se giró otra vez, haciéndose la despistada, pero la notaba claramente incómoda, y yo sin pensármelo me dirigí hacia ella y me pegué detrás de ella. Apreté mi polla en su culo, en su rajita, con sólo sus bragas de por medio, y empecé a hacer el mismo movimiento que haría como si me la estuviera follando, mientras que con las manos le agarré por las tetas con fuerzas y se las empecé a tocar y a sobar, y le besaba en el cuello por detrás. Ella respiraba muy profundamente y me decía flojito –no, para por favor, déjalo ya…- Pero yo no podía parar y tampoco me lo decía muy autoritariamente. –Mamá déjame por favor, déjame, me pones súper cachondo, ¡¡¡sólo una vez!!!- Seguía metiéndole mano y apretándole mi polla erectísima, cada vez tenía las bragas más metidas dentro de su culo, y yo ya no podía más. Seguí apretándola y mientras que con una mano le sobaba las tetas sin parar bajé la otra hasta su entrepierna, la metí por dentro de sus braguitas y comencé a acariciarle el clítoris, primero lento, pero cada vez más rápido. Ella no decía nada, suspiraba profundamente e incluso gemía muy flojito, pero no se resistía en absoluto, y entonces vio claro que aquella mañana lo conseguiría. Seguí acariciándola sin parar, hasta que decidí meter mis dedos dentro de su coño, y comencé a masturbarla con fuerza. Noté como ella abrió un poco las piernas para facilitármelo todo y yo le bajé las braguitas hasta los tobillos y se los quité. Seguí tocándola y sus gemidos, aunque los intentaba disimular eran cada vez más evidentes. Yo no aguanté más y me agarré la polla mientras que con la otra mano le agarraba por la cintura, le puse mi miembro en la entrada de su delicioso culo y la embestí con fuerza. –Ahhhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhh-. Los dos gemíamos aunque los suyos eran más de dolor, ya que no conseguí meterle ni el glande…- Para hijo esto no, para por favor-. Yo lo intenté unos segundos, pero no había manera, la saqué y comencé a tocarle el culo, y a meterle dedo a dedo despacio para aclimatárselo, y ella se dejaba hacer absolutamente todo. –Déjame a mí mamá ya verás, después de esto te dejaré en paz-. Estuve un rato jugando con su ano, y lo volví a intentar, esta vez despacito.- Ahhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhh, ahhhhhhhh, ahhhhhhh-. Pasó lo mismo que antes, aunque esta vez me entró más o menos hasta la mitad, no había maner
a de estar cómodos, y sus gemidos eran de queja, así que a falta de lubricantes y por no querer lastimarla desistí, me agarré la polla, la metí en la entrada de su coño, y se la metí de golpe, por detrás, a lo perro.- Síiiiiiiiii, ahhhhhhh, ahhhhhh, ahhhhhh, mmmmm, que gusto joder, ¡¡¡síiiiiiiiiiiii!!!- Estaba disfrutando como un loco, se la metía y sacaba rápidamente, mientras que notaba su culo golpeándome en las ingles, me imaginaba que había conseguido encularla, y ella seguía intentando reprimir sus escasos gemidos, y estaba de puntillas e inclinada para atrás para facilitar la penetración. Estaba disfrutando como nunca, pero la pose me estaba destrozando, así que se la saqué, le di la vuelta, la agarré por el culo elevándola un poco y conseguí metérsela por delante. Ella tenía el culo apoyado en el mármol de la cocina (gran aliado), y los brazos hacia atrás apoyándose también, y yo le agarraba el culo con las dos manos y me la follaba a lo loco. –Ahhhhhh, ohhhhhh, síiiiiiiii, ¡¡¡muévete mamá muévete!!!-
Entonces pasó algo insólito, cada vez mi madre gemía con más fuerza. Se movía más, disfrutaba, se sentó más en el mármol mientras que yo seguía follándomela, se quitó la camiseta dejando sus increíbles tetas al descubierto, me rodeó con sus piernas (sin que mi polla se saliese en ningún momento), y se agarró con los dos brazos a mi cabeza. Estaba excitadísima como yo, había conseguido equilibrarse y empezó a moverse como jamás he visto a ninguna chica moverse. Empezó a moverse con fuerza, con rapidez, apenas dejaba salir mi polla de su coño y se movía a tal velocidad que me estaba volviendo loco, mientras gemía como una auténtica zorra, ahora era ella quien me estaba follando. Yo sólo estaba allí, agarrándola por el culo para ayudarla a equilibrarla, sin moverme, y ella me estaba follando como una profesional. – Ohhhhhh, ohhhhhh, ahhhhhhh, ohhhhh, ahhhhh, síiiiiiiiiii-. Os prometo que no aguanté ni un minuto y medio aquello, la agarré aún con más fuerza, y gritando me corrí dentro de ella, descargando toda mi leche y teniendo el mejor orgasmo de toda mi vida, mientras los dos seguíamos gimiendo y gritando.-
Después de aquello nos soltamos, estábamos absolutamente empapados, agotados, a mí me dolía todo, sobre todo los brazos, y ella se fue a su cuarto a los pocos minutos. Yo me quedé un rato tumbado en la cocina, recuperándome, y cuando reuní fuerzas fui a ver que hacía mi madre, mi sorpresa volvió a ser mayúscula, seguía desnuda, en su cama, completamente abierta de patas, y masturbándose como una auténtica loca, gimiendo sin parar. Cuando me vio ni siquiera se sorprendió, siguió como cualquier cosa. Yo volví a excitarme, pero estaba demasiado cansado para hacer nada…
Espero que os haya gustado, y os dejo mi mail por si queréis contarme cualquier cosa, tenéis experiencias similares o alguna pregunta, gracias.
Autor: Azarfakiel azarfakiel (arroba) hotmail.com
hola
tu historia me fascina
es una de mis favoritas y cada vez k la leo
termino kon la mi arma bien dura
y la k paga pato es mi jermita :D
cuenta las cosas k pasaron despues de eso
no seas malo
mira k aki te estamos esperando por la continuacion :D
después de ese día habeis seguido teniendo relaciones ?
sería genial participar de una tarde así.