Me di la vuelta, el tipo puso su verga entre mis piernas, se acomodó y me metió su pito una y otra vez salvajemente, me sacudía, sus manos se sujetaban en mi cintura, mis gemidos no se hicieron esperar, el tipo me dio como por cuatro minutos a un ritmo salvaje, sus gotas de sudor las sentía en mi espalda, me sacudía una y otra vez, pero cada vez más lento, los demás gritaban al ver el show.
-Quítate el abrigo, ponte el manos libres, que se te tape con tu cabello, bájate a la tienda.-Como crees no puedo hacer eso, en la tienda me pueden…
No se en que momento dejé de pensar, me callé, me bajé del carro y me quité el abrigo, lo acomodé en el asiento, pues me había gustado mucho, al momento de bajarme y caminar sentí miradas de los despachadores de la gasolinera y demás tipos, como me comían con las miradas y así toda una putita caminé hacia la tienda, él me marcó de su celular.
-Si. –Mmmm, que culo tan delicioso se te marca, camina despacio debería filmar esto, camina entre ellos. –Si. -Muy bien putita, ve a la zona de refrigeradores, camina muy lentamente, perfecto, hay dos tipos en la caja que no te quitan la mirada (como era una gas de la carretera los tipos eran chóferes de camiones, eran tipos de unos 40 años de edad, fuertes y muy pesados) –Si. -Toma unas latas de cerveza, póntelas en el pecho, para que se te marquen los pezones con lo frío de las latas.
-Hummm, apriétalas, camina hacia la caja y déjalas en el mostrador, ves a esos dos tipos que están en el mostrador, el gordo de barba y el de lentes. -Si.-No te quitan la mirada, regresa por unas papas, camina despacio para que te sigan viendo.-Si.
-¿Te excita Michell? -Si mucho. -Escoge papas que estén lo más abajo del mostrador quiero que te empines, pon tu culo de frente a ellos, quiero que estires esos shorts para que se te marque la tanga y tu culo, quiero ver las caras, oooooooooh, lento, lento, lento, así. Acércate al mostrador de la caja y pide condones. -Si, buenas noches, perdón, ¿tiene condones? –Wayuu, que caras, empínate otra vez pero más cerca de ellos, traes pendejos a los dos tipos y al empleado de mostrador, busca algo debajo del mostrador muéstrale tu apretadito culo.
El encargado se quedó mudo, yo sentía la mirada de los tipos en mi cola, el empleado se quedó callado, al poner las gomas de mascar y ver al empleado estúpidamente viéndome, volví a decirle:
-Amigo ¿tienes condones?-Si, ¿de cuales quieres, amiga?
Con mirada de morbo, el pezón se me endureció bastante por el frío de las latas, dejándolos firmemente sobre la blusa. Uno de los tipos al lado de la caja se metió en la conversación.
-Texturizados se sienten más amor.-jajajajaajajaja todos en la tienda se rieron. -No le entiendo. -Muy bien puta excítalos, provócalos. Anda como lo que eres pinche puta.
Otro de los tipos se acercó, me tomó del brazo.
-A mi gusta que me los pongan, lentamente. ¿Sabes ponerlos con la boca? -No se ponerlos…pero me pueden enseñar.-Eso es putita, ¡que rico se te quedan viendo! Te quieren coger.
La reacción fue inmediata, mi respuesta hizo que los dos se acercaron más a mí, se puso uno a mi lado y otro a mi espalda sujetándome de los hombros, el tipo de la caja con mirada de morbo y sucia me veía mis piernas, fue cuando uno de ellos se tocó la verga y dijo
-Fíjate que estoy cansado y estresado por tanta carretera, como ves un masaje aquí, bombón. -Si eso te quita lo cansado y estresado con gusto. -Tráelos al carro, bombón, jajajajajajajajaja…
Le sonríe al gordo que tengo a mi espalda, me toma de la cintura.
-Oye y ¿cuanto?, por que con esas nalgas.-Dile que se arreglan conmigo.-Vamos al carro con mi amigo. -Como ves no las chingamos compadre. -Claro, vente bombón.
Me tomó del brazo el gordo y me abrazó, me puso sus manos en mi cintura bajando delicadamente sobre mi culo, me apretó, yo acepté y mi mano fue hacia su verga, estaba super excitada, nada confundida, al contrario quería verga en mi otra vez, caminamos hacia el carro me recargué sobre el cofre, el tipo me empezó a besarme el cuello suavemente platicándome lo que le gustaba que le hicieran cuando le chupara la verga, yo frotaba su verga sobre el pantalón, mientras Alejandro platicaba con el otro sujeto.
-Sácame la verga bombón.-Espérate un ratito además aquí, como crees. -Bueno bájame le cierre y mete tu manita.
Le bajé el cierre y metí mi mano, le toqué la punta de su verga apretándola suavemente, la estiré suavemente para sentirla, saqué mi mano, me chupé dos de mis dedos y húmedos, froté su glande, estirándole su pellejo, la verga era de buen tamaño y llena de vellos.
-Eres buena puta.
El tipo de lentes se acercó, le comentaron algo entre ellos, el gordo aceptó. Yo seguía acariciando su glande y sacudiendo su verga.
-Vente putita, vamos al camión.
Alejandro abrió la cajuela y sacó una video cámara, yo volteaba para atrás para ubicarlo, pues mi mano seguía dentro del pantalón del gordo, pero él me venía filmando el culo, los dos tipos me sujetaban de los brazos, caminábamos entre los camiones, cada vez me jalaban más duro. El tipo de lentes dijo:
-Para ser putita estás muy rica, hummm te voy a enseñar a mamar verga.
En una de las partes más oscuras, entre las cajas cerca de los camiones, se me atoró el tacón, pues el piso estaba muy mal, lo que hizo que me cayera.
-No te levantes, aquí la quieres, aquí la tienes.
El tipo de lentes se bajó el pantalón, era tremenda la verga, no tardó el gordo también se bajara el pantalón, aunque ya la había sentido con mi mano no la había visto, gruesa y muy venosa.
-Acércate como lo que eres una gatita.
Alejandro filmaba todo lo que pasaba, yo dejé de pensar en la cámara, solo podía ver las vergas que me esperaban.
-Miauuuauuu, miauuuauuu…
Gateando me acercaba hacia ellos, jugaban conmigo haciendo a un lado, yo quería agarrar verga y chupar, pero ellos seguían jugando.
-Ven por tu trozo puta.-Acá putita mira grandota como te gusta.
Uno de ellos se acercó, le tomé la pierna y me acerqué a su verga, Ummmm, que delicia, la tomé con mi mano y acerqué mi lengua hacia ella, la tomé y me la metí en boca haciéndole círculos con mi lengua, la saqué y me fui hacia los huevos.
-Wooooow, que rico puta de mierda, hambrienta, como me gustan, voltea a verme.
Obedecí y me escupió la cara, mientras lo miraba, cerré mis ojos. El otro tipo se puso a mi lado rozándome su verga en el cuello, restregándomela, soltando esa agüita en mi mejilla y ese olor de sexo.
-Aquí esta tu otro trozo puta, jajajajajaja.
Giré la cara y la tenia de frente, la tomé con mi mano y la sacudí suavemente, la puse de frente a mi boca y la escupí, con mi lengua la lamí el glande, eso lo estremecía, luego puse mi lengua sobre su boquita de su verga y con la punta de mi lengua la lamí en círculos, seguí hasta llegar a meterme a la boca casi toda su verga.
-Acá también tienes que comer pendeja.
Dos fuertes golpes de verga en mi mejilla hacia que volteara a lamer el glande al tipo de los lentes, al voltear de reojo me di cuenta estaban otros dos chóferes que había puesto una colchoneta, los tipos me acercaron a la colchoneta.
-Arrímate a la colchoneta.
El gordo se acostó, mientras el otro me soltaba mi blusa, el que estaba acostado levantó sus piernas dejándome toda su verga, huevos y ano libres.
-Anda puta chúpame el ano y todo.
No supe pero lamí todo lo que me pedían, sentía asco por tanto vello y ese olor de cola, pero rico, cuando el otro tipo me levantó como carretilla para quitarme el short que dejaba ver mi enorme culo en tanga, mientras mi boca seguía chupando la verga del tipo gordo, sentí un dedo, mucha saliva en mi raya y mi culo, dos fuertes nalgadas recibí, uno de los tipos que habían puesto la colchoneta, se acercó y me dio las nalgadas, gritando.
-Anda puta trabaja, jajajajajajajajaja.
Al gordo que estaba acostado le lamí todo, le metía la punta de mi lengua en su ano, él estaba excitadísimo pues momentos antes me había dicho lo que le gustaba, cuando de pronto me gritó:
-Veme cuando me la chupes pendeja!
Una fuerte cachetada me hizo reaccionar, me estiraron la tanga, una lengua y una barba picosa sentía en mi cola, un dedo se deslizó suavemente y con movimientos rápidos me empezó a dilatar.
-Ya esta déjame que me la chupe a mí. -Date vuelta pinche perra.
Me puse de espaldas al tipo gordo que estaba acostado, me monté en su verga, poco a poco sentía que me la metía.
-Monta pinche perra.
Mientras la verga del tipo de lentes la tenía de frente para chupar, las manos en mi cintura me dieron forma para que me sentara una y otra vez en la verga del gordo, volteaba y veía a más tipos estirándose la verga de lo caliente que me estaban cogiendo, mientras Alejandro no dejaba de filmar, yo le subía y bajaba al gordo mi culo sobre su verga, mientras el otro tipo me estorbaba mi ritmo pues sujetaba mi nuca, me bombeaba la boca era delicioso sentir las vergas en mí, las nalgadas no dejaban de sentirse, me apretaba con sus manos la cintura y yo gozaba, un fuerte chorro caliente sentí dentro de mi, me sujetó muy fuerte de la cintura, hasta que la ultima gota de su verga le saqué, me quitó dejándome al tipo de lentes que me faltaba,
-Cara de putita bonita que tienes.
Me vio la cara, sacó la verga y con movimientos rápidos en su verga se hizo venir en mi boca, toda la leche que pude tragar, que rica estaba .Sin más el tipo se fue por su ropa, los demás tipos que nos veían se la seguían jalando. Acostada sobre la colchoneta jalándome mi verga hasta venirme en un minuto por lo caliente que estaba también, pero sin saber que hacer más volteé a ver Alejandro.
-Alguien más, vamos reputa.
Se acercó un tipo mucho más gordo que al anterior y con aspecto muy sucio.
-Yo la quiero como perrito, que culo.-Adelante, cógetela, es tuya.
Volteé a ver Alejandro.
-Obedece y trabaja puta de mierda.
Me di la vuelta, el tipo puso su verga entre mis piernas, se acomodó y me metió su pito una y otra vez salvajemente, me sacudía, sus manos se sujetaban en mi cintura, mis gemidos no se hicieron esperar, el tipo me dio como por cuatro minutos a un ritmo salvaje, sus gotas de sudor las sentía en mi espalda, me sacudía una y otra vez, pero cada vez más lento, pues se había cansado. Los demás gritaban al ver el show.
-Muévele el culo al viejo, muévete perra, ponte en cuatro, como lo que eres perra, ayúdale y muévete puta. -Déjame a mi papi.
Me saqué su verga, me acomodé, me puse con la cabeza hacia abajo, le dije:
-Métemela ahí y deja que yo me mueva.
Los demás gritaban al ver el show.
-Eso pinche puta, perrraaaaa, si las mueve rico la perrraaaaa, perra, perra, perra…
Despacito le empecé con círculos de mi cola, luego empecé a moverme a los lados, subí con fuerza empujando hacia atrás, le pedí:
-Agárrame de la cintura papi.
Me sujetó fuerte y volví a moverme en círculos, para los lados, frotarle mi culo, mover las nalgas cada vez que me hacía atrás, sentía como me rebotaban los huevos, sus manos frotaban mi espalda con su sudor, gritaba:
-Oooooooh perra, sigue, sigue, sigue.
De pronto, concentrada en mi trabajo, un tipo hincado al lado de mi cara.
-Puta voltea, te los ganaste.
Se vino en mi cara, me sacudió de semen, mientras yo seguía trabajando para el tipo de atrás, que me jalaba hacia a él, sentí que era el momento para aumentar de ritmo pues estaba a punto de venirse, la fuerza de sus brazos al tomarme y el salir toda su leche hizo que me soltara una vez que terminó de vaciar su leche en mi.
Alejandro me tomó del brazo y me jaló, alcancé a tomar mi blusa.
-Camina puta, me encantas, eres putísima.-Mi ropa, espera. -Déjala o ahora vas a caminar como lo que eres puta desnuda.
Todos los tipos gritaron de júbilo, puta, puta, puta, puta.
Me acomodé la tanga, tratando de tapar mis partes, caminaba rápido hacia el carro, me solté y corrí, pero Alejandro tenía el control, es así solamente me tapaba la tanga, la gente de la tienda volteaba a verme, Alejandro me abrió el seguro y me subí, él todavía abrió la cajuela para guardar su cámara, riéndose se subió.
-¿Te gustó Michell?
Con gesto de reclamo por lo último que me hizo no le contesté, pero por dentro estaba feliz, mi primer experiencia, cuatro vergas mías y nada más mías. Ese día fuimos al motel a recoger mi auto, Alejandro durante todo el camino vino hablando de lo caliente del video y demás cosas, se despidió de mí y me dijo que estaríamos en contacto.
Autora: Michell