Una fiesta de pijama que acaba con festival de mamadas.
Fue una semana larga y el fin de semana tenía que hacer varias visitas que me las adelantaron por lo que en vez de el domingo podría estar en casa el sábado. Cuando llegué a casa me encontré que mi hija se había montado una pequeña fiesta con sus amigas, no me acordaba de la fiesta de pijama de mi hija..
– Papa se suponía que venía el Domingo.
– Si hija pero me han adelantado varias citas y he podido salir antes. Pero vosotras seguid con vuestra fiesta yo me meto en el despacho y os dejo tranquilas.
En la fiesta estaban Marta, Ana Gloria, Vanesa, Daniela, Merche, Carmen, Lara, Sabrina… más de 15. Estuvieron toda la tarde jugando con la wii al dance. Yo la veía bailar moviendo sus cuerpecitos y me ponía malo pero mantenía la distancia y las observaba desde una habitación que daba al salón donde ellas jugaban, mientras trabajaba con mi pc.
estuve trabajando quitando de mi mente a esas ninfas que estaban bailando en mi salón cuando:
– Papi, ¿puedo?.- dijo mi hija con una cerveza coronita en la mano.
– Claro.- normalmente no dejo que beba vaya a ser que un muchacho se aproveche de ella pero en casa nada malo le iba a pasar. Sacaron varias cervezas y las compartían. Desde el despacho veía que la primera ronda de cervezas se había acabado y que las muchachas estaban algo desinhibidas y me levanté mi mesa y pasé por el salón con dirección a la cocina.
– ¿alquien quiere otra cerveza?.- pregunté, y más de una entre ellas mi hija dijeron que si. Traje una cerveza a cada una obligando a cada una a tomarse una entera. Así estuve un rato cada vez que se acaban las cervezas rapidamente les traía otra, ya que tenía el fin de semana para mi quería disfrutarlo viendo a esas jóvenes bailar y pasarlo bien además donde iban a estar mejor que bajo la supervisión de un adulto. Ellas estaban desinividas bailando al juego dance, e incluso estuve jugando con ellas chocnado y acariciando sus cinturas y traseros, estaba en la gloria rodeado de vírgenes vestales.
Poco a poco las chicas se fueron acostando algunas por la papa que llevaban y otras por cansancio y nos quedamos en el salón Merche, Ana gloria y yo, riéndonos y haciendonos cosquillas y con las risas hacíamos mucho ruido así que que para no molestar, tras una ronda de cerveza, nos metimos en la habitación que estaba yo antes donde se utilizaba de despacho y era el lugar donde dormía la asistenta
Merche se tiró en la cama ya medio borracha mientras que Ana Gloria se medio sostenía en pie apoyada en mí.
– Dime Papá de Marta. ¿quien es mas guapa de nosotras?
– Ambas sois muy guapas.
– Bueno, ¿quien tiene mejores pechos? ella o yo? eso era una invitación así que no desperdicie la oportunidad y palpé los pechos de las dos.
– Oye.- dijo Merche.
– Tengo que palpar para opinar.- le contesté.
– Tu lo que quieres es verme los pechos.- dijo Merche.
– Pues mira.- con un gesto se levantó la camiseta enseñándome que no llevaba sujetador que tenía unos pechos muy grande y bonitos luego se bajó la camiseta. Ana Gloria gritó emocionada con lo que había hecho su amiga. Yo con algo de mente fría cogí la camiseta y se la volví a levantar dejando ver otra vez sus pechos sin que ella hiciera amago de taparlo, es más comencé a tocar su pecho ante la mirada de Ana Gloria y de Merche. La cual cuando llevaba un rato tocando su pecho puso su mano sobre el bulto que hacía mi polla en mi pantalón.
– Bueno saquetela tu para que yo vea tu polla ya que tu estas viendo mi pecho.
– Bueno yo me desnudo si tu terminas de desnudarte, y tu Ana gloria también.
– Vale. Dijeron las dos.
Merche se quitó la camiseta dejando al aire sus dos pechos luego yo me quite mi camiseta mientras que Ana Gloria se quitaba la parte de arriba. Merche se quitaba los vaqueros junto con sus bragas. Ella ya había terminado cuando comenzó a desabrocharme el pantalón y bajarme los calzoncillos hasta las rodillas. Ana Gloria se había desnudado y la tomé de la cintura para comerle la boca. Merche con mi polla fuera comenzó a besarla y a chuparla haciendo que si ya estaba grande se pusiera más aún. Yo besaba a Ana Gloria en la boca y en su pechos mientras le tocaba el culo.
Ana Gloria se separó de mis besos para agacharse y comerme la polla diciéndole a Merche.
– Venga que ahora me toca a mí.
Merche dejó de comerme la polla para comerme la boca yo acariciaba su trasero y sus pechos hermosos y suaves mientras Ana Gloria me comía la polla y se tocaba el coño.
Al rato de estar comiéndole la boca a Merche y sobandole el culo, Ana Gloria dejó de comerme la polla y se puso tumbada con la piernas abiertas.
– Follame! .- me dijo.
Dejé de besar a Merche para meterle mi polla a Ana Gloria. Merche se tumbó junto a Ana Gloria y le pellizcaba los pechos. Yo con una mano empecé a acariciar el coño de Merche haciéndole un dedo y con mi polla le abría los labios vaginales a Ana Gloria. Luego cambié y fueron lo labios rosado vaginales de Merche quienes acogieron a mi polla entre ellos. Ana Gloria se tocaba el coño y me miraba como me follaba a su amiga.
– No seas tímida bésala.- le dije a Ana Gloria
Ana Gloria miró a su amiga jadeante por mis embestidas y comenzó a besarla mientras se hacía un dedo. le quité la mano a Ana Gloria para follarmela a ella mientras se seguía morreandose con su amiga luego volvía al coño de Merche para llenarlo con mi polla.
Acabé corriéndome en el coño de Ana Gloria la cual se quedó totalmente relajada, Merche comenzó a lamer el semen que se había quedado en mi polla. Descansamos un rato y luego fue el coño de Merche el que recibió toda mi leche.
Se han vuelto a quedar más noches en mi casa y ambas han venido a por más, por supuesto son las zorras amigas de mi hija.
Qué cosa más deliciosa yo hubiera querido tener esas experiencias.