Continuación del relato erótico Aventuras de una mujer fiel (I) publicado en El Rincón de Marqueze.net el día 08/07/2002.
No volví a tener relaciones con mi jefe. Entendí que esto no había sido sino solo una aventura y nada más. De ninguna manera una relación que pudiera mantenerse. Pasaron los días y me sentí a gusto con lo que había pasado. Creí que no volvería a pasar nada más. Mi vida sexual con mi esposo se había renovado. Él siempre me había sugerido que tuviera una aventura sexual, a lo que toda la vida me negué ofendida. Con el tiempo no volvió a hacerme ninguna alusión. Pero yo sé que todavía pensaba lo mismo; sin embargo, jamás le dije nada por miedo a su reacción. Pero yo ya estaba en el camino que a él le hubiera gustado que yo transitase.
Por mi puesto administrativo, tengo mucho contacto con los alumnos. Chicos de más de veinte años que se encuentran estudiando su carrera profesional y a los que yo atendía en sus trámites. En ocasiones le pedía a algunos de ellos que me ayudaran para pasar datos a la computadora. Esto me permitía llegar a tener cierta familiaridad con ellos. Conocía sus desventuras familiares y económicas y les daba consejos.
Había uno de ellos que se veía especialmente desvalido. Un chico alto, blanco y muy guapo. Especialmente él se acercaba mucho a mí. Yo lo miraba como una madre. Lo escuchaba, lo aconsejaba, lo regañaba y lo alentaba a seguir adelante. Él fue tomándome mucho afecto, yo lo notaba. Me miraba con mucha ternura a la que yo correspondía con lo ya dicho.
En una de aquellas tardes calurosas, yo venía vestida con una minifalda sin medias y una blusa de tirantes sin sostén. Llegó a mi oficina, la cual se encontraba nuevamente desierta. Nos pusimos a platicar por un buen rato. La plática desembocó en la vida sexual de él. Una historia llena de frustraciones. A pesar de ser tan guapo, no tenía habilidad con las mujeres, por lo que éstas lo rechazaban una vez que conocían su carácter tímido y taciturno. Mientras me platicaba esto, agachaba la cabeza y casi lloraba. Esto me enterneció mucho, lo tomé de la cara y se la levanté. Me dijo que sufría mucho porque tenía grandes deseos sexuales que se veían frustrados. Que en muchas ocasiones se masturbaba, pero que eso ya no le bastaba, tenía que tener una relación sexual completa con una mujer de verdad. Yo estaba conmovida. En ese momento se me ocurrió algo completamente inesperado. Pensé que yo podía ayudarlo en esa necesidad que tenía. Pero no quería pasar por una vieja que abusaba de menores.
Entonces planeé la situación, dado que no quería hacer nada en la oficina. Ya había tenido bastante suerte con que nadie se hubiera dado cuenta de mi aventura con el jefe. Le pedí al muchachito que fuera a comer conmigo en unos días más.
Me preparé para llevar a cabo mi piadoso plan. Me vestí de la forma más provocativa que pude. Esto le gusta mucho a mi marido, aunque se extrañó que fuera vestida así a la oficina. Nuevamente minifalda, pero la más corta que encontré, zapatillas de tirantes que descubrían completamente mis sensuales pies, pintada y maquillada un poco exageradamente y una blusa muy escotada de tirantes, por supuesto, sin sostén. Una blusa especialmente delgada que no dejaba nada a la imaginación de mis grandes y voluptuosos senos. Todo mundo en la oficina me hizo comentarios sobre mi vestimenta que tuve que aguantar con tal de llevar a cabo mi plan.
Pasó por mi a la oficina, producir lo que quería. A través de su pantalón se comenzó a vislumbrar una buena erección. Se encontraba tremendamente excitado pero no sabía qué hacer. Le pregunté directamente si yo le gustaba, nunca iba a dar un paso por sí mismo. No le podía pedir otra cosa, fue por esta timidez por lo que estaba haciendo esto. Me dijo que si con mucha timidez. Entonces le di un beso en la boca. No me correspondió, se encontraba sorprendido y paralizado. Le acaricié su cara con la mía untándole mi perfume. Le comencé a acariciar el pene a través del pantalón y su excitación crecía cada vez má
s, no sabía que hacer, pero yo si.
Le pedí que nos fuéramos. No entendió, pero me obedeció. Nos subimos nuevamente al coche y lo llevé a un hotel. A diferencia de lo acostumbrado, yo fui la que alquiló el cuarto. Los empleados me vieron un poco raro y me dio pena, pero era parte del plan y no me iba a echar para atrás en ese momento. Pagué, tomé la llave, lo tomé de la mano y casi arrastrándolo lo subí al cuarto.
Una vez ahí, reaccionó. Me acerqué y lo besé apasionadamente. Ahora si respondió y sus manos comenzaron a acariciar mi cuerpo. Rápidamente metió sus manos por debajo de mi corta blusa y se apoderó de mis senos. Sentía cómo su cuerpo temblaba por la excitación. Si no supiera lo que estaba pasando, diría que tenía frío o estaba muy nervioso, pero yo sabía que era pura excitación. Las manos ya no las tenía quietas para nada, pasaban de mis senos hacia mi falda, se metían dentro de la falda para intentar acariciar mi coño. No podía debido a lo apretado de la ropa, así es que me separé de él para que pudiera desnudarse y yo también. Una vez desnudos, pude desfrutar de su joven cuerpo. Con músculos firmes, sin una gota de grasa y con un muy potente pene que sin ser un portento, se veía delicioso. Nos volvimos a besar acariciando y frotando nuestros cuerpos desnudos. Sentir mis senos frotarse en contra de su torso, mi cadera contra su erecto pene, mis piernas contra sus piernas, era algo muy excitante. Nuestras bocas no podían despegarse hasta que, sin soltarnos, nos tumbamos en la cama. Así estuvimos durante un rato hasta que pude soltarme para besarle el cuello. Fui besando poco a poco su cuerpo, besando sus tetillas, su abdomen hasta llegar a su pene. Le pregunté si alguien le había hecho esto y casi sin voz me dijo que no, que nunca había estado con ninguna mujer. Decidí darle unas pequeñas lecciones. Bajé hasta su pene y me lo metí completamente en la boca. Desde que lo hice con mi jefe, me gustó mucho la idea de meterme el pene hasta el fondo de la garganta, de tal manera que podía llegar con mis labios hasta acariciar con ellos el vello púbico. Incluso ahora podía estimular el pubis con los dientes teniendo el pene dentro de la boca. Era una proeza teniendo en cuenta que antes me daba asco. Puse las manos, o mejor dicho, la boca a la obra en este momento. Podía sentir la punta de su pene tocando y estimulando el fondo de mi garganta. Su excitación era tal que en pocos momentos eyaculó grandes cantidades de semen. Como lo tenía metido hasta el fondo, ni siquiera pude saborearlo porque entró directamente a mi estómago. Pero fue una experiencia deliciosa.
Nos recostamos uno al lado del otro. Él me besaba y me daba las gracias por tanta dicha, decía que me quería y que siempre iba a estar a mi lado. Yo le dije que no, que esto solo era sexo y no amor, que me sentía muy bien con él, pero que propiamente no estábamos enamorados. De momento se sent&iacut que se detuviera, quería enseñarle un poco más. Me puse en cuatro patas y le dije que me lo metiera en esa postura. No sabía qué hacer, pero pronto aprendió. Le dirigí el pene hacia la entrada de mi vagina. No vaya a pensar que quería que me lo metiera en el culo, cosa que nunca me ha gustado. Esta postura me gusta mucho, podía tocar completamente mis nalgas. Agarrarme de la cadera y metérmela hasta el fondo. Ahora si dejé que eyaculara. Al mismo tiempo tuve un gran orgasmo.
Al terminar, nos fuimos a la regadera y luego comenzamos a vestirnos. Mientras nos mirábamos y nos reíamos. Era un infantil juego inocente. Ya vestidos nos dirigimos a la escuela. En el camino le dije que esto no volvería a pasar. No estuvo muy conforme, pero no me podía arriesgar a que se enamorara de mí y tuviéramos problemas después. En la noche, tuve relaciones sexuales de una manera muy apasionada con mi esposo. Fue una noche sensacional porque recordaba la cogida con el alumno. Después de esta aventura que tampoco le platicaré jamás a mi esposo, me doy cuenta que tenía razón cuando me decía que las relaciones extramaritales son buenas para la vida marital, le ponen más excitación, novedad y entusiasmo novedoso.
Autor: Anonimo
[Indice general] – [Sexo] – [linux] – [humor] – [hard] – [miscelanea] – [Novedades]