La historia que voy a contarles es verídica. Me sucedió cuando tenía diecisiete años de edad. Desde niño he estado vinculado al mundo del baile, sobre todo, del ballet clásico. Un día, después de un ensayo, me dispuse a cambiarme de ropa para irme a casa. El profesor de baile siempre me llevaba a mi hogar. Ese día, por diversas razones, la mayoría de los estudiantes no fueron al ensayo. En un abrir y cerrar de ojos mi profesor y yo quedamos solos en el estudio de baile. Me estaba quitando las zapatillas para luego quitarme el "tight" o lycra que utilizamos los bailarines de ballet. Cuando me percato de que mi profesor, un hombre de 35 años me estaba mirando de una manera muy rara e intimidante. Le pregunté qué le sucedía y me respondió al tiempo que se acercaba y ponía su mano en mi muslo izquierdo, que le gustaba mucho como yo me veía en traje de baile. Que se notaba que tenía un buen "bulto" refiriéndose a que el tamaño de mis genitales se notaban. Todo el que haya visto a un bailarín de ballet sabe que es imposible disimular los genitales porque el traje de baile es ajustado. Cuando le escuché me quedé paralizado, no sabía como reaccionar, era la primera vez que estaba en una situación así. Yo sentía demasiado respeto hacia él y sentía que no podía ofenderle. Como me quedé paralizado, el continuó acariciando mi muslo y no puedo negar que el roce por encima del lycra es algo que excita mucho. Yo comencé a temblar creo que del miedo o la ansiedad. El continuó acariciando mi muslo y se colocó detrás de mi. Ambos estábamos de pie. Yo comencé a sentir que mi pene se me ponía erecto. Era inevitable ya la erección. Fue entonces cuando le pedí que por favor me dejara, pero él me dijo solo quiero tocar tu "huevo" refiriéndose a mi pene y testículos. Yo le insistí que me sentía mal, que me sentía nervioso. El lo notaba porque yo estaba literalmente temblando. En ese mismo instante subió su mano izquierda hasta mis genitales. Como dije ya, el roce, cuando se tiene el tipo de ropa que estaba usando, hace que el tacto excite más. Comenzó a acariciar mis testículos como queriendo definir el tamaño de los mismos. Mi pene estaba erecto pero hacia arriba, poco a poco fue subiendo su mano hasta llegar al tronco de mi pene. Yo estoy circuncidado y cuando tengo erección se nota el glande claramente a través del lycra. El agarró mi pene y lo apretaba. Mientras me hablaba al oído. Yo no sabía qué hacer, por un lado me sentía avergonzado pero al mismo tiempo sentía una excitación enorme, pues nunca antes nadie me había tocado en mi parte íntima. El me decía que le gustaba mucho mi guevo, que mis testículos y mi pene era mucho más grande que los genitales de él y que se notaba que mis genitales eran mas grandes que el resto de mis demás compañeros de baile. Quería que le dijera cuanto medía mi pene erecto, cosa que yo no sabía porque nunca me había medido el pene. Ya sé que son 7 pulgadas. Y a juzgar por lo que vi en él, creo que media unas cinco pulgadas. Yo le pedí que me dejara de tocar porque me sentía incómodo, pero él no dejó de hacerlo. Yo veía a través del traje, que era color blanco, que estaba lubricando y que ya había manchado el mismo. El continuó acariciando mi pene y mis testículos hasta que finalmente eyaculé a borbotones.
Era tanto el placer que sentía que comencé a gemir pero a gritos cada vez que salía un chorro de mi leche. Nunca antes había eyaculado tanta cantidad. Me retorcía involuntariamente. Tuve que agarrarme del brazo fundamentalmente por dos razones: sentía que no podía mantenerme en pie, y debía buscar un apoyo para mi cuerpo, pero al mismo tiempo quería detener su mano porque sus caricias en mis genitales seguían y ya no resistía más estimulación. Era como una mezcla de dolor y placer. Pero no puede hacerlo. Finalmente dejé de eyacular y tuve que arrodillarme en el suelo para poder sentir un poco de a
livio. El comenzó a masturbarse hasta que finalmente eyaculó arrodillado al lado mío. Ahí fue cuando vi sus genitales y me percaté que sí los tenía más pequeños que los míos. Ya cuando mi profesor había terminado de eyacular, agarró mi cara con sus dos manos y lloroso me pidió perdón por lo que había hecho. Yo no pude resistir más y comencé a llorar también. Estuvimos un buen rato hasta que finalmente nos fuimos a bañar. Me llevó a mi casa.
Por el camino me hizo prometerle que no iba a decir nada y se llevó el traje de baile que yo había utilizado para lavarlo en su casa. Esa noche no pude dormir. Sentía en mi miles de dudas, preguntas, por momentos me sentía mal y de momento me sorprendía a mi mismo excitado con la experiencia que había tenido.
Estaba totalmente confundido y realmente no sabía si deseaba tener otra experiencia igual. Bueno, me quedé sin decir nada a nadie. Continuaron los ensayos de baile como de costumbre. El profesor me tratada como siempre. No notaba en él ningún intento de hacer nada nuevamente conmigo. Inclusive varias veces nos quedamos solos en el salón y fuimos a las duchas a bañarnos y no sucedió nada. Pero un buen día, dejó a cargo del grupo a un muchacho llamado Michael, que tenía 18 años porque el profesor tenía que salir. Al finalizar las prácticas nos quedamos Michael, Ángel y yo. Ángel tenía mi edad, diecisiete años, mucho más bajo que yo. Ellos eran muy buenos amigos. Yo solamente era un conocido más y realmente ellos no eran mis amigos.
Tampoco eran enemigos. Pues nada, estábamos los tres desvistiéndonos. Ya Ángel estaba totalmente desnudo y entre broma y broma con Michael, comenzó a tocarse el pene hasta que tuvo una erección. Le decía a Michael que si le gustaba su pene. Mediría como unas siete pulgadas y media y estaba sin circuncidar. Era muy rubio y sus bellos genitales eran también rubios.
Tenía los testículos pequeñitos pero el pene enorme para su estatura. Intentó quitarle a Michael el lycra y me pidió ayuda. Yo me puse de pie para ayudarlo pero ellos se percataron que yo tenía mi pene erecto.
Entonces comenzaron a insinuar muchas cosas, que si yo estaba caliente que si quería masturbarme y Michael le dijo a Ángel, vamos a quitarle la ropa a este. Los dos se fueron encima de mi. Comenzamos un forcejeo, nos fuimos los tres al piso y mientras Michael me sostenía las manos y se sentaba sobre mi pecho, Ángel me iba bajando el "tight" o lycra hasta la mitad de los muslos. Como eran tan ajustados eso me impedía poder mover las piernas libremente. Escuché cuando Ángel le dijo a Michael, "mira este está lubricando". Con su mano limpió mi glande y comenzó a chuparme el pene.
Creo que todo hombre al que se le haya chupado el pene entiende todas las sensaciones que yo sentía en ese momento. Era la primera vez que eso me sucedía. Dejé de hacer fuerzas para quitarme a Michael de mi pecho.
Este se retiró de encima de mi y comenzó a chuparme las tetillas mientras Ángel continuaba chupando mi pene y mis testículos. Después Michael su unió a Ángel y entre los dos chupaban mi huevo. Realmente no resistía tanta estimulación. Les dije que iba a eyacular y ellos dejaron de hacerlo. Yo apreté mi glande para evitar eyacular y lo logré pues no eyaculé, pero seguía en el suelo sin fuerzas. Michael buscó en su bulto vaselina. Me pidió que me pusiera de pie. Yo sentía miedo de lo que fueran a intentar. Pero me alivie cuando vi que Michael le ponía vaselina en el ano a Ángel y me ponía vaselina en mi pene. Ángel se coloco delante de mi pero de espaldas y de pie. Y Michael me dijo que lo penetrara. Mientras yo intentaba penetrar a Ángel, Michael se fue detrás de mi y comenzó a mamar mi ano. Si mucha excitación yo recibí cuando me chupó Ángel el pene, más excitación sentía cuando Michael me chupaba el ano. No pude dejar salir gemidos de placer y prácticamente no podía concentrarme en lo de penetrar a Ángel. El placer que yo sentía me hacía gemir fuerte y olvidándome de Ángel comencé a masturbarme mientras Michael me chupaba el ano. Sent&iacut
e; en un momento que Michael había dejado de lamerle el ano y le pedí de favor que continuara. Para mi sorpresa Ángel se había colocado detrás de mi y se había puesto vaselina en su pene y de un solo intento me penetró todo su pene. Como ya estaba dilatado mi ano pues la entrada del pene se le hizo fácil a Ángel pero yo sentí un dolor horrible. Intenté caminar para sacarme el pene de Ángel pero él me agarró por la cintura y no me dejó caminar. Entonces me fui bajando hacia el suelo y eso hizo que el pene de él se saliera de mi ano. Me acosté en el suelo. El dolor que sentía era tan horrible que había perdido la erección inmediatamente, sentía que algo dentro de mi se había desgarrado. Me quedé acostado boca abajo prácticamente sin poder moverme. Ángel se fue sobre mi con la intención de penetrarme nuevamente, pero se detuvo y le dijo a Michael que yo me veía mal, que estaba sudado mucho. Yo estaba sin fuerzas, el dolor me hizo llorar pero Michael le dijo a Ángel que eso era normal porque era la primera vez. Entonces eso animó a Ángel a penetrarme de nuevo. Yo pensaba que no lo iba a hacer pero sí lo hizo. Dios mío, yo creía que me moría. Comencé a gritar y a intentar sacar su pene de mi ano. Michael me aguantó para que me estuviera quieto y comenzó el mete y saca de su pene en mi ano.
Aquel dolor espantoso comenzó a mezclarse con placer-dolor. Y llegó un momento en el que sentía un placer enorme. Comencé también a tocarme el pene para lograr la erección, pero se me hacía difícil. Michael se acostó en el suelo también y me pidió que le chupara el pene. Yo comencé a hacerlo mientras Ángel me seguía penetrando. Escuché que Ángel comenzaba a gemir como si fuera a eyacular y Michael le dijo que no se viniera dentro de mi. Entonces el sacó su pene y eyaculó en mi espalda. No pude ver la cantidad de leche que salió de Ángel pero si sentía los chorros calientes cayendo en mi espalda. Michael me pidió que si dejaba penetrarme de él. Yo le dije que no, que por favor me dejara. Yo pensaba que él se iba a molestar conmigo y me sorprendió cuando me dijo que estaba bien que él entendía y acercó su cara a la mía, que aun estaba pegada al suelo y me besó en la boca. Yo le dije gracias y poco a poco me fui sentando en el suelo. Michael terminó de quitarme el pantalón lycra que aún permanecía a la altura de mis muslos y se sentó al lado mío en el suelo. Totalmente desnudos los tres. Comenzamos a hablar de como nos sentíamos, de nuestras vidas, de sus experiencias sexuales. A todo esto Michael pasaba su mano por mi rostro y volvió a besarme poco a poco en la mejilla hasta que se acercó a la boca. Y yo, por primera vez, comencé a besarlo intensamente también tanto que ambos comenzamos a tocar todo nuestro cuerpo. Ángel comenzó a masturbarnos a los dos al mismo tiempo. Michael volvió a pedirme que me dejara penetrar de él y yo accedí. Su pene medía como seis pulgadas, delgado.
Comencé a sentir dolor y placer pero ya al momento estaba yo arrodillado mientras él me penetraba y Ángel seguía masturbándome. No pude resistir y comencé a eyacular. Michael me dijo que si podía hacerlo dentro de mi y le dije que si. Y comenzó también él a eyacular. Los dos gimiendo de placer mientras Ángel pasaba sus manos sobre mi espalda y sobre la espalda de Michael. Aquella fue mi segunda experiencia sexual. Nunca he penetrado a nadie. Siento curiosidad por hacerlo pero me satisface demasiado haber sido penetrado. La tercera experiencia fue más breve y en otro lugar. Si deseas comunicarte conmigo puedes hacerlo a diegoandrei (arroba) yahoo.com.
La primera parte de este relato fue lo que me motivó a escribir. Felicito al autor.