…su sexo, lo tenía bien rasurado y carnoso, mi lengua empezó a moverse hábilmente mientras mis manos recorrían sus muslos llegando a su trasero…
Diré que soy un chico más bien de lo normal pero que me encanta mantenerme en forma, este verano cerraron el gimnasio donde iba, me tuve q apuntar a otro y pasó lo que nunca había imaginado.
Llevaba varios días conversando con una chica y ya me había ganado su confianza, hacemos bici media hora juntos todos los martes y jueves al medio día, el resto de días yo voy por las tardes.
Después de varias semanas de charla empecé a sacar temas más cálidos, sus labios carnosos me encendían imaginándome que me recorrían todo el cuerpo, su piel bronceada con el rubio de su pelo más de una noche me habían ayudado a relajarme. Ella tiene un tipo muy bien estructurado aunque un poco falta de pecho pero un buen trasero las cuales me hacia subir la temperatura y muchas veces la concentración para mis ejercicios.
Llegó el martes en que la conversación subió de tono, ella iba con un body deportivo bien ajustado y con un buen escote, yo el día anterior me había depilado e iba con mi camiseta de tiras ajustada marcando todo lo que podía marcar. Le dije que su pareja tenía mucha suerte de tener una joya como ella a lo que yo esperaba que me respondiera que no tenía, pero no fue así, aunque no lo dejó nada bien contestando que no aprovechaba todos los recursos, entonces el tema empezó a caldearse:
– Pues yo no desperdiciaría nada, porque estás para explotar todos los recursos y más.
Ella respondió:
– Todos los hombres igual, perro ladrador poco mordedor, llevo más de un mes que no hay como me quede satisfecha si no son por recursos propios, cualquier día de estos le pego el salto a mi pareja.
–
Yo de repente vi las puertas abiertas, controlé donde estaba el monitor del gimnasio ya que nuestro horario de gim es al medio día y normalmente somos muy poca gente y ese día solo éramos tres, entonces mi imaginación empezó a desbordarse y mi lengua a soltarlo todo, ese día en lugar de bici hice lengua encima de la bici:
– Porque tú no quieres, que sino te hacía sentir la mujer más deseada del planeta y te hacía retorcer como nunca te has retorcido, pero eso sí, me gustan las mujeres con iniciativa.
En ese momento ella empezó a pedalear más rápido como si quisiera llegar antes o huir de sus pensamientos, sin darnos cuenta casi hicimos una hora de ciclo estática con lo cual ella se despidió de mi con una mirada perversa marchándose al vestuario que está en la planta baja, yo a los dos minutos ya no me dieron más ganas de entrenar y me despedí del monitor de la sala hasta el día siguiente.
Bajé las escaleras en dirección al vestuario con ganas de cruzarme con la rubia, (curioso, al día de hoy aún no se su nombre) pero sabía que no le había dado suficiente tiempo como para ducharse y cambiarse, menos siendo mujer, en ese preciso momento salió del vestuario de mujeres como si me estuviera esperando pidiéndome que si le podía ayudar con el body , parecía que los botones de su body que estaban justo en su entrepierna estaban duros de sacar, ella me lo estaba mostrando estirandolo hacia fuera, me hizo entrar en su vestuario ya que en el pasillo había muy poca luz, se sentó y abrió las piernas para que yo pudiera desabrochar, yo estaba como en un sueño, ese morbo hacia que me estuviera poniendo por momentos como una moto.
Sin perder ocasión acerqué tanto mi cabeza a su entrepierna que rocé mis labios en la parte interna de su muslo derecho y en ese momento hay un gran suspiro, desabroché de un tirón el body arrancando los botones y en ese momento noté como sus manos empujaban mi cabeza hacia su sexo, lo tenía bien rasurado y carnoso, mi lengua empezó a moverse hábilmente mientras mis manos recorrían sus muslos llegando a su trasero y estrujando fuerte sus cachetes a la vez que la empujaba hacia mi, su cadera quería moverse agitadamente pero al encontrarse presionada entre mis manos y mi boca empezó a contornear sus hombros al mismo tiempo que masajeaba fuertemente sus pechos.
A mi ya se me había salido el miembro del pantaloncito y solo rezaba para que no entrará nadie en el vestuario claro que el monitor no iba a entra
r y por la hora que era no parecía que fuera a llegar nadie, entonces en uno de sus suspiros me agarró fuerte la cabeza y noté como todos sus flujos corrían por mi cara quedando agotada a los cinco segundos, entonces me levanté y le terminé de sacar el body.
En un momento me quité los pantaloncitos con el miembro bien tieso me senté en la banqueta y la subí encima de mí cogiendo su mano y llevándola a mi miembro para que fuera ella quien le indicara el camino, empezó a cabalgar encima mío mientras yo le comía esos pequeños pero duros pechos y mis manos separaban sus nalgas en busca de su ano para irle introduciendo un dedo suavemente hasta hacerlo notar contra mi pene que estaba todo hinchado dentro de su conejito, eso junto a las fuertes succiones que le estaba dando en los pechos hizo que me mojara hasta los huevines con un gran suspiro retenido por propia voluntad, dejó caer la cabeza sobre mi hombro para descansar quince segundos.
Después del primer asalto yo aun estaba con fuerza ya que no había descargado, me desnudé del todo y nos fuimos a la ducha donde dejamos caer el agua por nuestros cuerpos llenos de sudor entonces parece que ella recobró fuerza y empezó a jugar con mi miembro acariciándolo enérgicamente, yo de un movimiento seco la puse con las manos en la pared y ligeramente inclinada para poder introducírsela desde atrás a tan rico conejito, empecé con movimientos suaves aunque la entrada fue de golpe, el conejito estaba más que lubricado, empecé a acariciarle los senos mientras movía mi cintura en circular y volví a oír sus gemidos, agarré su cintura y mi cadera empezó a golpear enérgica pero pausadamente, todo bajo el agua de la ducha que recorría nuestro cuerpos, estaba que me iba a correr sólo de ver como disfrutaba ella cuando se giró agachó su cabeza y sus carnosos labios empezaban a recorrer mi plátano deteniéndose en mi capullo con su lengua al mismo tiempo que no paraba de pajearme.
Empecé a estremecerme y separé mi miembro de su boca para terminar en su cara, mi leche se esparció por todo su rostro viendo como ella ponía cara de vicio y satisfecha al tiempo que buscaba son su lengua batido de su cara, yo me quedé inmóvil durante unos segundos ya que parecía que me habían absorbido toda la esencia de mis huesos, nos despedimos y me fui a mis vestuarios donde aún tarde 15 minutos en salir tras reponerme y vestirme, al día de hoy nos saludamos y conversamos pero nunca de lo sucedido, me gusta que las mujeres lleven la iniciativa, ¿volveré a tener una historia igual? Aun no entiendo como su pareja no le da guerra, aunque mejor para mi.
Autor: Maracuyá
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