Amor Filial Hetero, Sobrina y Tío. La historia que les relataré es como fueron mis primeros dos años de vida universitaria lejos de mi padre, si solo de mi padre y mis hermanos ya que mi madre falleció meses después de dar a luz a mi hermano menor.
Como la única mujer de la familia fui la consentida y protegida, pero mi padre firme maestro de taijiquan nos crío a todos con fuerte sentido de superación, autocrítica y entrenamiento. Por lo que mi cuerpo siempre estuvo bien tonificado, soy una mujer de 167cm de altura y mi peso nunca superó los 58kg. Soy trigueña de busto pequeño 87cm pero espalda enjuta por lo que pareciera que mi medida superior fuera mayor, donde se concentran las miradas masculinas es en mi trasero de 94cm y en ocasiones 97cm (cuando subo de peso) que gracias al entrenamiento se ha mantenido firme con el pasar de los años.
Terminaba mi secundaria y debía realizar la prueba de ingreso a las universidades, fiel a su estilo mi padre me obligaba a estudiar constantemente lo que dio los frutos esperados y pude ingresar a la carrera de medicina… Sin más mi padre habló con uno de sus hermanos que vivía en la capital y me envió con ellos hasta que la situación económica mejorara y me pudiera pagar una pensión o arrendar algún lugar.
Comenzaron las clases y en la casa de tío Eduardo todo era mucho más relajado en cuanto al trato salvo por tía Erika que tenía una obsesión por la limpieza. Mis dos primos menos de 13 y 15 años era muy amables y sin lugar a dudas me venias como el símbolo sexual de la casa pues se peleaban por estudiar conmigo, hecho que tenía a mis tíos felices ya que ambos habían subido mucho su promedio.
Un día y por razones académicas debía presentarme muy temprano en la mañana en un centro de atención familiar cercano, por lo que mi tío decidió hacerme acompañaría para evitar que algo me pasara. Salimos a la hora indicada de mi itinerario y todo iba normal, salvo porque la lluvia hacía de la suyas en mi ropa. El abrigo me ayudaba bastante pero claramente no estaba acostumbrada a caminar con tacos en medio de lluvia, por lo que mi tío reía continuamente por mi forma de caminar.
Vamos Naty, yo te ayudaré, toma mi brazo.
Gracia tío, llevemos un solo paraguas entonces.
Me parece buena idea hija… Quieres que pase por ti más tarde? Este temporal no parece que vaya a parar.
Bueno, muchas gracias, es usted muy amable.
No es nada, después iremos por los chicos, tu tía hoy llegará tarde a casa, tiene una junta con sus amigas.
Vale, le llamaré cuando esté desocupada.
Así pasaron las horas y terminaron clases, llame a mi tío y llego bastante rápido, casi como si estuviera cerca.
Como te ido hoy?
La verdad bastante bien, el profesor a quedado satisfecho con nuestro trabajo, pero mañana debo volver a este horario y con ropa formal.
Y eso es muy malo? Por qué con esa cara, parece que te molesta mucho.
La verdad tío, es que con la beca y lo que me manda papa, pensaba comprar unos libros, no ropa para una exposición.
Pero para que esta tu tío Eduardo, has ayudado mucho con los niños, te ayudaré.
Vale tío, pero no creo que sea necesario, puedo comprar las cosas yo y quizás pedir algo prestado a tía Erika.
Vamos, entonces déjame que te regalo algo. Te parece y no le decimos a tu tía y luego vamos por niños.
Está bien vamos rápido entonces que los niños salen en dos horas del cole.
Así partimos al centro comercial, como siempre y cada vez que iba me compraba algún conjunto de ropa interior y ese día lo volví a hacer, elegí un colales (ropa interior muy pequeña) pequeño de encaje en color negro y un corsé en el mismo tono, pero con trasparencia para evitar que marcara la ropa. Mi tío estaba como loco, seguramente imaginando cómo me quedaría esa lencería que acababa de comprar. Partimos rumbo a la tienda de ropa y elegí un vestido semi ajustado hasta la medió muslo de color azul y una chaqueta acero que se veía muy bien. Hasta que llegó el momento de los zapatos.
Vamos naty, faltan los zapatos, esos me dejarás que yo te los regale.
Pero tío, los que me gustan tan muy costosos.
Dijiste que me darías la opción de hacerte un regalo.
Está bien… Son esos.
Wow, son muy bellos, me permites que te ayude.
Entonces yo sentada y el de rodillas probando el zapato fue el momento donde todo cambio, pude ver que su vista al retirar mi bota y tomar mi pie cambió drásticamente, ya no era más sobrina que ayudaba en casa o la hija de un familiar, no… desde ese momento era una mujer.
Qué lindos pies tienes Naty.
Gracias Tío.
Vamos dame tu pie, quiero ver cómo se te verán estos bellos tacos.
Vale tío, concéntrate.
Al darme cuenta que mi tío ya no miraba solo mis pies, estaba fijo mirando mis piernas… Decidí cruzar mi pierna y hacer que sus ojos se clavaran en mi entrepierna por breves segundos, pudo ver algo más… Pagó los zapatos y partimos a por niños.
El atardecer era normal, todo había salido bien, salvo porque tenía una pequeña idea, una verdadera maldad en mi mente. Quería que mi tío me viera en ropa interior. Quería que durante la noche pensara en mí. Entonces acomode la toalla y la ropa interior disimuladamente a la vista y fui a preguntarle si podía usar la ducha de abajo para no molestar a los chicos que ya dormían. Como era de esperar no reparo en nada de los que le dije salvo en la ropa interior negra que contrataba con la toalla.
Me di una ducha de agua caliente y con la excusa de eliminar rápido el vapor deje la puerta algo abierta, lo suficiente para que desde su dormitorio pudiera verme. Lime mis pies, revise el depilado de cuerpo y unte de crema mis manos para esparcida por todo mi cuerpo. Para ese momento ya podía escuchar como frotaba con su mano su verga, por sobre el pijama. Entonces me probé la lencería que había comprado y sin aviso, salí del baño en corsé, colales y tacos, mirando hacia donde él estaba y pregunte:
Como me queda? Tú crees que falta algo?
No, no, no… Te ves perfecta – su sorpresa era evidente.
Yo creo que si me falta algo.
Qué sería? Yo te veo muy muy bien.
Espérame… Entre al baño saque unas ligas y salí.
Qué tal? Ahora creo que está mejor – le dije coqueta
Ahora definitivamente estas perfecta… – su erección se veía a cuadras.
Gracias tío! – dije para matar momentáneamente la ilusión de cogerme en aquel momento.
Entonces, me vestí con una bata y me fui al cuarto… Descanse, pero sabía que tío Eduardo no había podido dejar de pensar en mi, en mis caderas y como aquel diminuto colales parecía desaparecer entre mis nalgas. El pequeño tamaño de mis pezones y mis pechos que no conocían el rigor de la lactancia.
Pasaron las horas y al llegar la mañana todos estaba contentos, baje con el abrigo sobre el traje y mi tía solo reparo en mi zapatos.
Qué lindos tacos llevas Nati.
Gracias tía, hoy debo parecer profesional, aunque tengo cara de bebe.
Vamos hija, sé que te irá bien.
Eso espero tía; necesito una buena calificación.
Los niños dicen que necesitan un reforzamiento en matemática, puede ayudarlos hoy en noche?
Por su puesto, no es problema.
Entonces aprovechare de ir…
Vaya tía, yo veré a los niños y daré de comer al tío… Eso era verdad, le daría un rico postre.
Entonces oí la voz del tío Eduardo que brama para que nos apuráramos, pasamos a dejar a los chicos al cole y luego me llevaría a la universidad. En auto abrí mi abrigo y la chaqueta para que viera que no llevaba el vestido que había comprado ayer, sino la falta ajustada de su señora las ligas con diseño que había visto ayer y el corsé que dejaba ver mi pechos. Su erección nuevamente era evidente.
Te gusta lo que ves? – ya no lo llamaría más tío cuando estuviéramos solos.
Obvio, eres una belleza – su voz había cambiado, ya no temblaba.
Qué bueno, yo me siento muy cómoda con esta ropa…
Creo que conozco esa falda y esa chaqueta, son de Erika.
Si, ayer hable con ella y me prestaría esta ropa y hoy me la puse para que vieras como luzco la ropa de tu esposa.
Eres realmente muy sexy para tu edad – diciendo esto su mano comenzaba a tocar mis muslos.
Quieres seguir subiendo? Tienes mi permiso…
Juegas conmigo Nati. – diciendo tu mano subió mi falda y separó mis muslos…
Si sigues subiendo se pondrá húmeda esta conversación.
Eso es lo que más quiero… Pero debes bajar.
No, todo esto es mentira, mi presentación es la próxima semana, solo quiera saber si era una mujer o una niña y si podía tentar a un hombre y ahora quiero que me lleves lejos…
Pero Nati, debo ir a mi trabajo… Entonces déjame cerca de casa y vuelve cuando tía Erika ya no este. Inventa algo en tu trabajo o dejamos esto como si nada hubiese pasado.
Entonces como buen hombre que pierde su razonamiento por la leva, hizo todo lo que le pedí… Incluso me compro el disco de Coldplay que quería para hacerlo. Llego la hora de la salida de tía Erika.
tía, podemos ser amigas y no sólo tía y sobrina?
Por su puesto Nati. Me enviaría tener una amiga en un lugar de hombres.
Sabes, voy a ser sincera y creo que tú no te reúnes con tus amigas – la verdad es que vas muy arreglada para un simple tecito.
Oh pero como te atreves!!! – con una sórdida cara de inocencia.
Vamos tía, sabes que lo que digo es verdad, solo déjame ayudarte para que nadie lo note. Así puedes seguir en lo tuyo…
Como crees que yo voy a aceptar algo así, qué ganas tú para decirme algo así.
Que la casa siga normal y poder seguir estudiando.
Está bien Nati, tú ganas… Iré a ver aún amigo.
Vale, hasta que hora debo entretener al tío? Cocinaré algo pesado con una copa de vino y está durmiendo, yo me quedaré leyendo y ambas diremos la misma hora de tu llegada. Pero debes avíseme a qué hora llegaras tía.
Vale mi niña, eres la mejor sobrina de todas.
Tía se fue los chicos tenían un taller y Eduardo venía en camino… Subí y cambie mis atuendos, retire todo menos mi lencería, sabía que lo dejaría loco tenerme como me había visto el día anterior y así fue…
Nati? Estás en casa? – preguntó algo curioso.
Si, aquí arriba, no me siento muy bien – respondí con voz temblorosa.
Oh, lo siento, necesitas algo? – algo preocupado.
Un vaso de agua, por favor…
Subió, sabía que venía con el vaso de agua y con un caminar resignado a que no se cumplirían sus expectativas, la chica que deseaba esta enferma, que tragedia! Entro a mi cuarto y no halló a nadie, entonces fue a su recámara y ahí estaba…
Hola Eduardo! Te gusta lo que ves?
Pero a quien no – sus ojos parecían salirse, camino hacia mí y comenzó a besar mis pies y tacos.
Eso Eduardo! Sigue, me gusta que beses mis pies, mételos en tu boca!
Como tú digas – sus manos se deslizaban por mis piernas y abrían mis muslos, su verga estaba notoriamente erecta.
Me deseas? Quieres clavármelo? – mientras un pie estaba en su boca el otro jugaba con tu entrepierna y podía sentir como lo excitaba.
Creo que mi pico habla mejor que yo!
Si, quiero verlo… Muéstramelo.
En ese momento dejo de besarme y sacó su miembro, estaba grande, casi sin pelos y realmente lo veía muy apetitoso… A penas lo saco, me acerqué deseosa de mamarlo y para nuestro placer él pensaba los mismo
Lo quieres chupar? – preguntó ansioso.
Todo Eduardo, siempre te lo he querido mamar.
Entonces toma, es tuyo nati
Déjame jugar con tu pico, se ve que lo tienes tan rico.
Lo agarré, me puse de rodillas al costado de la cama para que él tuviera la mejor vista de su vida. Una mujer joven, vestida como siempre había querido ver a su esposa, de rodillas al costado de su cama, jugaba con su verga y la introducía lentamente en la boca. Tomaba la base su verga y daba sutiles golpes sobre mi rostro y podía apreciar el placer que experimentaba al verme jugar a así con su miembro.
Te gusta verme así?
Como?
Sumisa ante ti?
Me fascina Nati
Tu señora puede hacer esto? – en ese momento trague toda su verga y al momento saque la lengua.
Oh mi amor, como sabes hacer eso… – su voz era de un placer inmenso.
Ggrrhhh ggggrhhhh ggrrrrhhhh – sacaba y volvía a meter hasta el fondo su miembro.
Si Nati, eres increíble, sigue!!! Sigue!!!
Entonces sabía que estaba haciendo la mejor mamada, en mi mente recordaba que según una prima está era la mejor forma de tener a los hombres a pies durante la vida. Te arrodillas 5min en la noche para hacerles una genial mamada y el está las restare 23horas 55min a los tuyos. Vaya si tenía razón. Eduardo estaba a su máximo… Saque su miembro de mi boca y comencé a pasarlo por mis pechos, acto que aproveche para sacar mis pezones del corsé y frotarlos contra su glande.
Te gusta Eduardo? Te gusta lo que ves?
Sigue Nati, me voy a correr…
Espera un momento… Aguanta unos minutos.
Bueno, que quieres…
Que me la des toda!!!
Dicho esto, introduje su pene hasta el fondo y comencé a jugar con sus bolas, pude sentir como la leche venía en camino, su miembro comenzaba con los espasmos que ayudan a la expulsión del semen, sus bolas comenzaban a subir y su nalgas se contraían como para favorecer el envío de su fluido… Yo quería una postal en su mente, entonces cuando estaba a un segundo de salir… Lo saque de mi boca, me tire unos centímetro hacia atrás y con la boca abierta… Su leche comenzaba a salir y cubrir parte de mi rostro, lengua, pechos y algunas gotas fueron a dar a mis muslos…
Si Nati!!! Ooohhhh!!! Qué rico!!! – su orgasmo era largo y parecía que era su primera vez.
Sigue mi amor, dame toda la lechita!
Te gusta? Querías mi leche?
Toda, espero que me la des siempre!
Es toda tuya Nati
Desde ahora eso espero – comenzaba a limpiar y retirar toda la leche que estaba en mi rostro.
Te gusto? – preguntó algo tímido
Tiene rico sabor su leche – mientras limpiaba mi rostro llevando los restos de leche hacia mi boca.
Pero ahora quiero mi paga!
Que?! Tu paga?!
Si quiero que comas!!! – al mismo tiempo que abría mis piernas y corría mi lencería.
Como tú mandes! – dijo lujurioso
Y ahí lo tenía, como un fiel perro lamiendo la mano que le da de comer… Claro que es en ese momento mostraba toda su experiencia en el arte de lamer una concha. Su lengua se movía rápido pero muy sutil sobre mi clítoris, tenía bellos en mi cuerpo, por lo que podía sentir sus labios sobre mis labios, mi humedad parecía volverlo loco, me puso al borde la cama y el ahora de rodillas comía mi entrepierna con gran deseo. Sus dedos gruesos se posaron sobre mi pubis y jalaron hacia mi abdomen, dejando mi vulva expuesta para que hiciera una succión directa sobre mi botón y el placer fue tal que me vine en cuestión de minutos… Mis pies jugaban sobre su espalda y mi manos con su cráneo… Mis gemidos estaban ahogados para evitar que alguien nos escuchase, pero que iría gritar del placer que aquel hombre me estaba dando.
te gusto Nati? – sonreía sabiendo la respuesta.
Claro que si… Eres un maestro comiendo zorritas.
Es que la tuya esta exquisita.
Te gusta mi conchita!
Yo también la quiero todos los días!
Se nota que te gusto, porque ya tienes la verga dura nuevamente… – momento que aproveche para poner su miembro entre mis pies y correr un poco su paja
Wow! Veo que tienes habilidades con tus pies nati! – miraba morboso como le hacía sutilmente un footjob.
Si, pero eso te lo haré otro día… Ahora te quiero dentro!
Estaba esperando que me lo pidieras! Vas a ser mía!
Eso lo más deseo Eduardo, ser tuya!
Entonces abrió mis piernas, acomodo su miembro y me clavo suave y profundamente con su pene grueso y duro como una roca. Mi sentidos estaban al máximo y sabía que un hombre después de un orgasmo tiene el doble de duración… Mi cuerpo deseaba a Eduardo dentro, pero la hora había pasado mucho más rápido de lo que imaginaba. Escuche mi teléfono con el sonido para cuando llama tía Erika. Tuve que cerrar mis piernas, besarlo húmedamente en una batalla de lenguas y decirle que ya no quedaba tiempo, pero otro día le daría mi cuerpo, que debíamos ir por los niños y todo lo lógico y necesario para ocultar nuestro encuentro.
Así comenzaron mis años de aprendizaje académico y sexual lejos de casa, feliz por tener un buen maestro, que además no podía hablar y me financiaría muchas cosas sin pedirlas. Comencé a aprender el arte de la manipulación basada en los favores carnales.