Buenas a todos, mi nombre es Pablo, tengo 25 años y soy de una pequeña ciudad del noreste de España. Físicamente soy un chico rubio de ojos azules, con barba y vello por todo el cuerpo. Mi cuerpo marcado pero no musculado y con tatuajes por el cuerpo. Desde hace 4 años mantengo una relación estable con mi pareja, a la cual amo con locura, pero anterior a conocerle a él, tuve unos años de mucha gloria, en los cuales me ceñiré para escribiros varios relatos.
Descubrí que era gay en la adolescencia, pero hasta los 18 no empecé a mantener relaciones con hombres, y digo hombres porque no me gustan los chicos jóvenes, me gustan los hombres maduros.
Mi primer encuentro con un madurete lo tuve una tarde de verano, en una zona de baño del río que pasa por la ciudad, yo que soy muy ingenuo, no sabía que en esta zona del río había ambiente gay.
Serían las cinco de la tarde de un sábado de Junio, había salido de mi casa con la bicicleta hacia dicha zona con la intención de pegarme un baño fresquito y relajado, ya que era una zona poco frecuentada por la gente.
Llegando por el camino de piedras que te acercaba a la orilla del río me fije que un hombre, no sabía si joven o mayor ya que de lejos no veo bien. Se había adentrado por unos matorrales cercanos a la orilla del río. Yo continué por el camino y cuando estuve cerca del lugar por el que había visto entrar aquella persona, me baje de la bicicleta e intente averiguar por donde había entrado. Finalmente, a los pocos minutos encontré una especie de pequeño camino por el cual me adentre a ver a donde llegaba.
Cuando estaba en mitad de los matorrales, escuche un ruido, me fije y vi a un señor de unos 45 años que se estaba bañando desnudo en el río, al primer instante me quede impactado, ya que no esperaba encontrarme esta situación cuando entre, pero pasados los primeros momentos solo pude fijarme en su rabo, tenía unos 15cm en reposo, muy gordita por lo que se dejaba ver.
Una vez recuperado del choque visual, decidí seguir mi camino y llegue a una zona cercana en la cual podía bañarme tranquilamente, y así hice, deje mi mochila en el suelo, extendí mi toalla en la orilla del río y me metí en el agua. Pasada como media hora y estando ya tumbado en la toalla, escuche que alguien se estaba acercando a la zona, para mi sorpresa, era el mismo señor de antes. Yo seguí a lo mío como si nada, pero el señor se acercó a dónde estaba y me pregunto la hora, le dije que eran las seis pasadas y me dio las gracias cortésmente y se metió en el agua justo delante de donde estaba tumbado.
Se estaba bañando desnudo de nuevo y no podía para de mirarlo, aunque mis gafas de sol tapaban los ojos, se notaba que le miraba continuamente. Su cuerpo era muy atlético, tenía vello en el pecho y por las piernas, lo cual me encanta, y aparentemente parecía un buen macho. Seguí observándole cuando de repente me dijo:
· Qué! Estas caliente?
· Rapidamente le contesté: No, por?
· Por el bulto de tu bañador.
En ese momento me mire la entrepierna y me di cuenta a que se estaba refiriendo, el señor al ver mi reacción, salió del agua y me dijo que no pasaba nada.
En ese momento empezamos una conversación para mi en ese momento poco común, ya que el señor seguía en bolas hablando como si nada. Me pregunto qué cuantos años tenía, qué de donde era… finalmente me acabó preguntando que si tenía pareja, le respondí que no y me contestó que él estaba casado desde hacía 13 años, y que tenía dos hijos maravillosos.
Para entonces yo ya estaba más tranquilo y después de haber estado hablando de todo un poco, me pregunto que si me gustaban los hombres, porque me había visto como le miraba antes. No sabía donde meterme en ese momento, pero finalmente le dije que sí, que me atraían muchos los hombres mayores muy masculinos. Ante mi respuesta el se llevo una mano al paquete como para colocárselo, y me dijo que a él también le gustaban los hombres, pero jovencitos. Fue escuchar esa respuesta y ya estaba duro otra vez, y se dio cuenta de nuevo pero esta vez me dijo que le enseñara mi rabo a ver como lo tenía, yo que soy muy obediente me quite el bañador y le enseñé mis 19cm de polla dura, me dijo que tenía un buen rabo, pero que poco tenía que hacer comparado con el suyo, me dijo que cuando empalmaba llegaba a los 22cm y muy gorda. Inconscientemente había empezado a tocarme el rabo, y el al verlo se animó y empezó a tocarse el suyo, que al minuto estaba como una piedra pudiendo comprobar que lo que me había dicho era verdad.
Me dijo que si podía sentarse junto a mi, a lo cual accedí sin problema alguno, así estuvimos como 5 minutos, cada uno tocándonos nuestros respectivos rabos pero mirando el de al lado.
Javier, que así se llamada, me dijo que si me importaba que me tocará la polla, le dije que no, que sin ningún problema, pero cuando quise darme cuenta se abalanzó y empezó a chuparme la polla de unas maneras increíbles, estaba en la gloria, entregado, disfrutando de la mamada que aquel casado me estaba haciendo, cuando levanto la cabeza me lanza y le bese con muchas ganas y pasión, siendo correspondido continuamos besándonos hasta que decidí dar el paso y bajar a comer aquel manjar…
Me lo metí en la boca como pude, era enorme pero estaba delicioso, continue chupándosela mucho rato mientras el me masajeaba mi culo, he de decir que gracias a Dios, tengo un culo muy tragón, y después de llevar masajeandolo un rato con saliva ya me entraban tres dedos muy bien.
Javier se retiró, su gesto había cambiado totalmente, estaba desatado, lo cual me excitaba porque lo veía muy masculino. Empezó a hablarme en tono imperativo, y me ordenó ponerme a cuatro patas, una vez colocado empezó a escupirme en el culo y a meter y sacar los dedos mientras me decía el culazo que tenía, alternaba el meterme los dedos con comerme el culo.
Sin más, note como se levantaba y sin decirme nada me clavo aquel rabo de un solo golpe, me doble del dolor, pero me sujeto diciéndome que no me moviera, que el se iba a encargar de todo, comenzó a follarme como un salvaje, entraba salía, entraba salía, el ritmo que tenia era frenético, y yo no paraba de gemir al sentir aquello. Mientras me follaba me decía que me portará bien, que accediera a sus juegos y a sus ordenes, y así hice.
Continuo el mete saca a perrito durante un rato, hasta que se canso y me pidió que me diera la vuelta y pusiera las piernas sobre sus hombro, obedecí, y una vez colocados me la metió de golpe, no sentía dolor, solo un placer increíble que transmitía mediante gemidos y las expresiones de mi cara. Me la sacaba entera y me la volvía a meter de golpe, eso me volvía loco, y a él también porque cada vez que lo hacía rugía y me decía que tenia el mejor culo que se había follado nunca, continuo el mete saca, pero esta vez me metia los dedos en la boca hasta la garganta, su cara me decía lo bien que se lo estaba pasando, una vez salivados sus dedos me los llevaba hacia mi culo, y según me follaba empezó a meterlos a la vez que me decía que dilataba muchísimo, que me entraban dos pollas perfentamente, le conteste que nunca lo había hecho, me dijo que ya habría tiempo. Me bajo las piernas me puso de lado y siguió follandome con autentica maestria, me pajeaba mientras me follaba llegando al punto de estar casi para correrme, no me dejaba correrme, decía que el seria el primero, que me iba a preñar y después seguiría follandome.
Volvió a colocarme a cuatro y siguió con sus embestidas y sus rugidos, estábamos entregadísimos, y noté que aumentaba la intensidad de sus pollazos hasta que empezó a rugir más fuerte y note como se le inchaba más el rabo y me preñaba, notaba salir mucho liquido de su rabo, seguía embistiendo mientras se corría, hasta que paró y la saco de golpe. De mi culo empezó a salir leche como si no hubiera un mañana, me empezó a limpiar y me dijo que el daba muchísima leche siempre, le dije que me encantaba la leche asique no tenia problema. Sorprendido por mi contestación, me dijo que si tanto me gustaba me la tendría que tragar, y de ese modo empezó a meterme cuatro dedos en el culo sacándolos llenos de su corrida y llevándomelos a la boca para que probara, mi cara lo decía todo y el que todavía no se le había bajado me dijo que era mi turno.
Volvió a ponerme las piernas en los hombros y empezó a clavármela y a masturbarme a la vez, hasta que me corrí sobre mi pecho. Una vez me había llenado el pecho de leche, la sacó de mi culo y la llevo hasta los chorretones de mi pecho, untándosela y llevandomela después a la boca para que se la limpiará.
Una vez me había limpiado toda la leche del cuerpo, me besó y me dijo que le diera media hora y seguiría follandome, a lo cual sonreí.
La suerte no estaba de nustro lado, y una llamada a su móvil de su mujer nos jodío la faena. Se tenía que marchar a casa, pero antes de irse me dijo que si me gustaban los tríos, le dije que si, y me dijo que tenia un compañero de trabajo que vivía solo y follaba muy bien, que si estaba interesado que le diera mi móvil y me escribiría un día para quedar con él. Le di mi numero de teléfono, y antes de empezar a vestirse me la volvió a meter en la boca diciéndome que no se olvidará como sabía, que pronto me lo haría de nuevo.
Una vez vestido, se fue. Yo me quede allí un rato asimilando lo sucedido y pensando las cosas que me había dicho. A la media hora mire el móvil y tenia un mensaje de un numero que no tenia guardado, era Javier diciéndome que ya estaba pensando en la próxima vez, pero esta vez con su amigo.
Super relato, en espera de lo acontecido con el amigo de Javier; me gustaría encontrar uno comi Javier.
Muy bueno, cuenta mas de ko que sigue
Deliciosa historia