Hola a todos,
Os voy a relatar una experiencia que tuve con la madre de mi novia, mi suegra. La verdad es que siempre he tenido la fantasía erótica de mi suegra pero no porque me atraiga físicamente sino por lo que representa, por ser mi suegra. Ella, en su juventud, era bastante mona y con bastante buen tipo pero claro, a todos nos llega esa edad que por mucho que queramos nos deja un poco marchitados. A mi, por suerte, me queda mucho por llegar a ella. Yo ahora, lo único que corre por mi cabeza son las tías. Como dice mi madre, estoy en edad de ello. Mi suegra tiene 53 años.
Es de mediana estatura, con unas tetas más bien grandes, algo caídas pero que le gusta subírselas y lucirlas con sus escotes. Un buen culo, ya grandecito y con carne, rubia teñida y con una boca grande con labios más bien carnosos. Resumiendo, una señora de 53 años más o menos potable.
La historia comenzó por mi buen arte en la cocina. Tras un fin de semana en el que mi suegra degustó una de mis platos especiales: la pasta a la carbonara. Ese día me di cuenta lo que me apetecía follarme a mi suegra.
No podía dejar de mirar como iba succionando spagheti a spagheti y como en la comisura de sus labios quedaba ese color blanco de la nata. Me estaba calentando mucho. Además como mi suegra habla mucho, no hacía más que ver como su lengua y el interior de su boca estaba llena de nata. Todo aquello me hacía imaginar que se estaba comiendo todo mi semen. Acabó la comida con mis suegros y comenzamos a charlar sobre la receta. Tras decirle todos los ingredientes, me propuso que la próxima vez que cocinara este plato, lo haría con ella delante para que así aprendiera. Yo me ofrecí a ir un día entre semana, ya que sé que su marido trabaja hasta las 8 de la tarde, a enseñarla a su casa. Así quedó puesta la cita.
Llegó el día tan deseado y esperado por mi. Según iba hacia el pueblo donde vivía mi suegra, iba pensando en lo erótico que fue verla comer la pasta. Llegué sobre la una del mediodía. Tenía 7 horas para intentar follarme a mi suegra, tenía que intentarlo. Aparqué el coche en el jardín y me dirigí hacia la puerta de la casa. Llamé pero nadie me abrió, así que decidí entrar. La casa era grande con dos plantas pero toda la vida la hacían en la planta baja, dado que en la segunda solo tenían los dormitorios. Busqué por la casa intentando encontrar a mi suegra y subí a la segunda planta. Una vez arriba pude escuchar el sonido del agua al caer de la ducha. ¡Estaba duchándose! Me acerqué sigilosamente y vi que la puerta del servicio estaba entreabierta. Me asomé y pude ver la silueta de mi suegra a través de la mampara de la ducha. Noté como mi polla engrandeció. Con mi calentura fui a la planta de abajo y una vez allí comencé a gritar su nombre:
– Lauraaaaaaaaaaaa!!, Lauraaaaaaaaaaaaaa!!
– Ya voy, estoy duchándome, ahora mismo bajo. ¿Puedes traerme la bata que me he dejado abajo encima del sofá?
– Si, ahora te la subo.
Esta era la mía. No podía dejar escapar esta oportunidad así que con firmeza cogí la bata y subí hacia el baño.
– Ya estoy aquí, aquí la tienes.
– Pasa, tranquilo, no pasa nada, me he tapado con una toalla.
– Vale.
Entré y vi a mi suegra tapada con una toalla de baño que le dejaba ver sus piernas carnosas y todo el cuello. Estaba totalmente empapada. Yo no pude no mirar a sus piernas y ella se percató.
– La toalla no es muy grande.
– No, no, no pasa nada. Me voy abajo y te espero a que te seques.
– Nooo, espera. Desde hace tiempo me he fijado que no haces más que mirar mis partes más íntimas y me gustaría que las vieses tal y como son.
Además, creo que me voy a tener que dar otra ducha porque el bulto que tienes en el pantalón me ha hecho humedecer.
– Laura, no sé si debemos, tu hija….
– Yo todavía no soy tu suegra, no te has casado con mi hija y además, me gustaría probarte, je, je.
– Está bien, pero acabemos primero lo que he venido a hacer. Después nos relajaremos, vale?
– Estoy de acuerdo, me seco y bajo.
Ya estaba hecho, por fin me iba a poder follar a mi suegra. P
ero además, quería jugar con ella. Era una sorpresa, quería cocinar con nuestros cuerpos.
Bajó a la cocina vestida con una bata, parecía que no llevaba nada debajo o es lo que yo me imaginaba. Empezamos a cocinar. Sacamos los ingredientes, pasta, leche, nata líquida, bacon, etc. y cuando se disponía a sacar una cazuela del armario, la agarré por detrás y comencé a besarle el cuello. Ella se dejó besar y sonrió. Le dí la vuelta y comencé a comerme su lengua, esa lengua que todavía imaginaba llena de nata. Estaba realmente excitado saboreando su saliva. Mientras tanto con las manos le apretaba sus dos blandas pero grandes nalgas hasta que decidí quitarle la bata. Allí estaba con solamente la ropa interior. Era muy bonita, verde con encaje y prácticamente transparente lo que dejaba apreciar sus grandes aureolas y su gran poblado coño. Como un poseso me fui a pos sus tetas, le quité el sujetador y comencé a mordisquearselas, luego más tarde la senté encima de la mesa de la cocina, le estiré las piernas hacia mi y comencé a chuparle y mordisquearle la entrepierna. Ella se retorcía de placer hasta que decidí quitarle sus bragas. ¡¡Era enorme!!! Ahí estaba toda abierta para mi, con su coño chorreando y con un olor fuerte saliendo de él. No lo pensé más y metí mi cara entre sus piernas, era una maravilla, su olor era muy fuerte pero el sabor era extraordinario. Comencé a pasarle toda mi lengua entre sus labios vaginales hasta encontrar su duro clítoris con el cual empecé a succionar. Ella no aguantaba más y se corrió en mi cara echando un líquido espeso que mojo toda mi boca. Que sabor más fuerte, nunca había probado nada igual, lo saboreé mientras con mi lengua seguía chupando ese delicioso manjar. Ella quiso bajarse de la mesa para hacerme disfrutar a mi pero yo no le dejé, quería comerme bien toda esa raja.
Cerca pude encontrar la nata líquida y se me ocurrió la idea de rociarle su coño peludo y su ano con ella. La imagen era superexcitante pero no pude mirar mucho porque quería volvérselo a comer otra vez. Eso hice, chupa que te chupa hasta que consiguió otro orgasmos que me produjo otra ración de ese líquido que tanto me había gustado antes. Era hora de probar el otro agujero y con la nata en la mano, introduje nata en su ano. Ella no quería, decía que nunca había hecho nada sexual con el culo pero la convencí. Comencé con un dedo mientras le seguía comiendo su coño, luego dos y así hasta que conseguí meterle los tres dedos. Ya había conseguido dilatarle su ano, ahora quería hacerlo con su coño, así que me lubriqué bien las manos con la nata y comencé a meterle dos dedos, luego tres, hasta que conseguí meterle el puño entero. Ella gritaba de placer, yo seguía metiendo con más fuerza y más profundo mi puño hasta que casi lo hice hasta el codo. Después cogí el rodillo de amasar y se lo clave en el fondo de su coño, lo metía y lo sacaba, lo metía y lo sacaba. Cogí mi mano izquierda y comencé a meterle los dedos por el culo. Ella ya no podía más, gritaba como una loca, temía que los vecinos la escucharan, estaba disfrutando como nunca, como buena puta que era. Yo ya no podía hacer más, tenía con una mano el rodillo que le introducía rápidamente con la otra le en el fondo de su culo y con mi boca succionando todos los jugos que salían de su gran coño. Así estuvimos un buen rato, no sé cuantas veces se corrió la puta de mi suegra y con todo lo que esto conllevaba, ese líquido tan fuerte que a mi tanto me gustaba.
Después la limpié y me bajé los pantalones y los calzoncillos, dejando al aire toda mi polla totalmente erecta. La agarré del pelo y se la acerqué a su boca. Ella con un acto rápido, la agarró con las dos manos y comenzó a chupármela. ¡¡Qué bien lo hacía!!! Esta vez no era pasta sino mi polla.
Qué imagen más excitante, mi suegra totalmente follada por todos los lados, comiéndome la polla como si le fuese la vida en ello. Yo después de todo lo visto anteriormente no podía más y me corrí en su boca llenándosela por completo y haciendo que le rebosara mi semen por sus labios hasta caerle en sus tetas.
Fue una experiencia maravillosa, nunca más he estado con mi suegra, más
que nada porque ya no sigo con mi novia. Su madre me abrió los ojos. Fue genial!!!
Autor: Oscar
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