Disfruta aquí de la primera parte de «Como tu digas hermano mayor»
Pero Andrés no sólo quería besitos y tocaditas con aquél caliente puberto, así que le empezó a bajar su pantaloncillo y su diminuto interior, dejándolo sólo con su camisita.El jovencito intentaba abrir su culito lo más que podía para darle paso a las inmensas manos de su macho, y como buena putica las meneaba cada que su hermano le daba una nalgada.
El recién hombre de 18 siguió con mordiscos en el cuello del menor haciéndolo llegar al climax. ¿Te gusta que te bese, verdad? siii. Me gusta. Asíiiii. Ahhh.ahhh y continuaba la faena, uno lo excitaba entre besos y palabrotas, mientras el otro se dejaba tratar como toda una mujercita.
Sabiéndo el mayor que ya el menor estaba cómo perra en celo, se dispuso a quitarse la ropa.Se liberó de su camisa ya sudada, su jeans rasgado, colocándose de rodillas a la cama para que el jovencito pudiera apreciar toda su «hombría».Un cuerpo tonificado acompañado de unos suaves vellos en el pecho grande de aquel morenazo, lo hacían lucir exquisito; era un manjar que aquel niño jamás hubiese imaginado.Sus duros y formados brazos con los cuales segundos atrás lo abrazó, estaban ahora masajeándo sus pectorales, para el disfrute visual de su nenita, quién con su pié empezó a rozar la verga de aquel semental sobre el boxer babeado.
El gran Andrés quitó el pié de su hermanito de su verga, y empezó a comerle los talones, y dedo por dedo se lo iba introduciéndo en la boca, mientras el exaltado cuerpo del joven pedía que parara, pues le gustaba tanto que sentía explotar.El Big Brother obedeció en esta ocasión al pequeñín, pero sólo porque quería darle otra cosa que oculataba entre su ropa interior.Se puso de pié en la cama con sus manos en la cabeza y le pidió a Antonio se arrodillara con su cara justo frente a su cintura.El joven accedió, y sin qué nadie le dijera, bajó el boxer del hermano hasta sus largas y peludas piernas, liberando un pedazo que lo golpeó luego en la frente.
Antonio no sabía con exactitud cuanto medía aquel trozo, pero suponía que era muy grande y grueso, a ciencia cierta pensó que era más potente que los de los amigos de su padre que en alguna ocasión había visto mientras orinaba.Cosa que le causó descontrol, ya él sabía a lo que se enfrentaba y todo lo que estaba a punto de suceder en su culo.
¿Que pasó te cagaste?, ya el daño está hecho, ahora empieza a mamar mariquito. Decía aquel monumento, mientras era observado desde abajo por la carita temerosa de un preocupado Antonio.
Es muy grande! repicó, mientras la comenzaba a desencapotar.
Casi sin aire quedó cuando toda esa cabezota estaba liberada, aquel monstruo parecía haberse hecho aún más grande.Con ese pipón dividiendo su cara en dos, el pequeño subía su mirada y contemplaba escasamente la sonrisa pícara del hermano que aún con sus manos a la cabeza, empezaba a moverle la verga entre quijada, naríz y frente; sus bolas redondas chocaban el cuellos regordete del putico. Gollpeándolo como por 10 ocasiones en la cara con aquella yuca, Andrés le pidió al hermanito que abriera bien grande la boca y la tragara, poco a poco le iba metiéndo un poquito más del glande.Antonio nunca había comido una pinga, pero disfrutaba de aquella tan grande como un hongo gigante del cuento de Alicia.
Abre bien la boca y no me muerdas, y traga lo más que puedas decía Andrés, quién luego de 15 minutos ya había acostumbrado un poco la boca de aquel putico que dejaba que se la perforaran con mayor velocidad, y sujetándolo a la cabeza le daba arcadas. Aguanta mariquito, aguanta, tu no eres putica pues?? Entonces aguata pipe.Y ahora es que te falta aguantar.
Andrés se cogía de lo mejor la boca de su hermanito, que ya intentaba safarse, le dolia la cara de tanta embestida junta, pero éste no lo dejaba de bombear.
El sudor y cansancio empezó a hacerse presente en el cuerpo de los incestuosos hermanos.
Soltándose un poco, el pequeño se liberó, cayendo derrotado a la cama con sus rodillas y manos inclinadas; Andrés se arrodilló y aprovechó la posición del inocente para llevarle nuevamente su miembro a la boca y a su vez estirar sus grandes manos para ir dedeando y dilatando el culo que estaba al otro extremo.
Antonio sentía armonía cada que el hermano lo perforaba con sus dedos humedecidos en saliva, ésto lo ponía más cachondo y servicial, cuando ya se tragaba con mayor seguridad la pinga gigante de su poderoso hermano mayor.
Una bonita imagen de dos hermanos puticos con 6 años de diferencia cogiendo de lo lindo.Dejándo a un lado los prejuicios y dándo rienda suelta a sus verdaderas debilidades.
A mi todo lo que sea sexo entre hombres, me fascina. No importa si son hermanos, primos, tíos, hoy en día muchas madres tiran con sus hijos y padres con sus hijas, incluso hay hijas que son cogidas por sus padrastros. En el sexo todo vale