Primero que nada me gustaría gradecer sus votos y comentarios a mi correo. Gracias y espero esta culminación sea de su agrado.
Bien, esa noche ya no pude consolar bien el sueño, mi excitación era demasiada y el tener a mi sobrinito recostado al lado mío no ayudaba en nada a que mi miembro perdiera volumen. Mientras en más pensaba en no poder tocar el miembro de Pato menos podía dormir hasta que me percaté de que el sol salía…
EL CAMPING. DÍA 2
Ya que no podría dormir más me dispuse a salir de la casa de campaña para caminar un poco, me levanté despacio para no despertar a mis primos cuando siento que me toman del brazo, me doy la vuelta y Pato me lanza una sonrisa enorme que hizo que todo se iluminara un poco más, le hice una seña y lo invité a salir conmigo. Difícilmente, gracias al espacio, logré salir de la casa de campaña y poco después Pato hizo lo mismo, de saludo nos dimos un abrazo y debajo de su cintura sentí aquel bulto que me coqueteaba desde hace un día pero no en todo su esplendor, solté a mi sobrino y lo temé de los hombros, su cara ya no era la de aquel niño que se quedaba dormido en mi sala, un poco de vello ya empezaba a enmarcar su rostro, bajé lentamente mis manos por sus brazos y se notaban algo trabajado, esbocé una sonrisa y él puso cara de extrañeza: “¿Qué pasó?”, preguntó, “Nada… como que te falta hacer ejercicio”, mi sobrino empezó a reír y me comentó que hacía lo que podía en un parque cerca de su casa. Mientras me contaba sus historias ya habíamos empezado a caminar por las grandes áreas verdes del lugar aquél. Entre más platicábamos más nos adentrábamos en el área boscosa y la conversación empezaba a tomar un tinte más intimo.
Pato me contaba de sus sentimientos hacia su madre y hacia las complicaciones que la vida le presentaba, me hablaba de sus relaciones, de la chica que le interesaba actualmente, con la cual él deseaba iniciar su vida sexual, “¿Aún eres virgen entonces?”, “Sí” me respondió; “Bien…” hice una pequeña pausa y pensé en como abordad el tema con mi sobrino, mientras lo pensaba una sensación de cosquilleo inundó mi estómago y mi miembro empezó a vibrar, “¿Nunca te has masturbado?”, quedó sorprendido, “Es algo muy natural y todas las personas que empiezan a tener curiosidad con el sexo lo hacen… ¿lo has hecho?”; mi sobrino sólo caminaba con la mirada agachada y no decía nada, “No te apenes, todo eso es normal, yo se que en tu caso sería difícil (duerme en el mismo cuarto que sus hermanas), pero puedes tener algo de tiempo en la ducha, ¿has tenido sueños húmedos?”, esta última pregunta hizo que mi sobrino rompiera a reír y asintió con la cabeza, “Una vez amanecí todo mojado, pensé que me había orinado hasta que olí mis bóxers y era un olor raro, distinto, y el sabor también era raro…”; eso último que me dijo me dejó frio, “¿¡Lo probaste?!”, pregunté entre sorpresa y curiosidad, Pato empezó a reír y no contestó nada, “Y bueno, ¿te has masturbado?”, él suspiró y me contestó que no lo hacía, que le daba pena hablar de ese tema hasta con sus amigos porque aún no lo había hecho y no sabía si existía una forma específica de hacerlo, yo le dije que no se preocupara y que todo sucedería a su tiempo, que no había un manual para masturbarse, que él tenía que descubrirlo sólo, “¿Tú te masturbas?” me preguntó mi sobrino, “Sí, en ocasiones…” contesté, “¿Me enseñarías cómo?”; en ese momento dejé de caminar y voltee a ver a mi sobrino, él se sonrojó y agachó la cabeza, para ese momento mi verga ya estaba semi erecta me pasé la mano sobre mi pants y le pregunté “¿Y cómo quieres qué te enseñe?”, “No sé… hazlo y yo te veo”, su respuesta me dejó en shock y más excitado que antes, pero si mi sobrino quería aprender debía de ayudarle lo más posible.
Asentí con la cabeza y me recargué sobre un árbol, Pato se acercó a mí y quedó separado de mi cuerpo unos 20cm, me empecé a sobar el bulto sobre mi pants y en cuestión de segundos mi verga ya estaba erecta, estando a punto de bajar mi pants pensé que sería muy raro masturbarme frente a mi sobrino, así que bajé mi prenda hasta las rodillas y empecé a masajear mi miembro sobre mis bóxers; sin decir nada él empezó a observar, tomé mi verga e hizo como si me empecé a masturbar sobre mis interiores, inicié de manera suave pero firme, y empecé a subir la velocidad, los ojos de mi sobrino no se quitaban de mi miembro, dio un pequeño paso y quedo aún más cerca de mí, se agachó un poco y quedó a la altura de mi pecho, era de las situaciones más excitantes que había tenido en la vida, cerré mis ojos y me dejé llevar por el movimiento de mi mano, “¿Y si te la sacas…?”, no había terminado Pato de decir eso cuando escuchamos un ruido, rápidamente subí mis pants y empezamos nuestra caminada de regreso al camping. Durante el camino de regreso no dijimos mucho, pero era notorio que ambos estábamos muy calientes, los bultos debajo de nuestra ropa lo hacía muy notorio.
Cuando regresamos al campamento ya todos estaban desayunando, los niños corriendo y los primos preparando las actividades. Nos preguntaron que de dónde veníamos y les dijimos que habíamos ido a conocer un poco. Las actividades del día: ir al rio a nadar y a que los niños jugaran; ya la mayoría se habían cambiado así que Pato y yo después de desayunar avisamos que entraríamos a la casa de campaña a cambiarnos. Al entrar a la casa nos empezamos a desvestir, yo primero me quite los tenis y mi playera, terminado eso empecé a acomodar un poco mi maleta y sacar mi bañador y el short que le prestaría nuevamente a mi sobrino, Pato se quedó sentado con cara de muy pocas ganas de salir, así que en forma de juego le arroje el short en la cara y empezó a reír, “Desvístete rápido que ya nos esperan”, Pato sólo se quitó su sus tenis, la sudadera y de un solo jalón el pants y su bóxer, lo miré de reojo y vi que mi sobrino estaba portando una hermosa semi erección, así que luchaba por ponerse el short de manera rápida, ya terminado de vestir Pato decidió esperarme, me senté y me quité el resto de mi ropa quedando completamente desnudo, algo que me excito de sobremanera y mi miembro empezó a tomar volumen, mi sobrino sólo me observaba, pero al ponerme el bañador me incliné un poco hacía atrás y perdí el equilibrio quedando totalmente acostado, así, dejando mi verga totalmente expuesta a mi sobrina, el rio un poco y me dijo: “Aún no se te baja, ¿verdad?”, tomó mi pants y me lo arrojó para cubrir mi miembro, me levanté riéndome y vi como mi sobrino observaba detenidamente mis bóxers, esbozó una sonrisa y me dijo “Están mojados, ¿no te viniste verdad?”, “No…”, le contesté, dejó mis bóxers a un lado, terminé de vestirme y salimos. Fuimos al rio y prácticamente toda la tarde fue de juegos familiares, dentro y fuera del rio pasamos un muy buen rato, ya caída la tarde decidimos ir a bañarnos y continuar con la convivencia en nuestro campamento; nuevamente nos dividimos en mujeres y hombres, los niños jugaban en la regaderas mientras se bañaban, mis primos los vigilaban mientras yo me quedé sentado en una banca, recargue la cabeza en la pared y buscaba un poco de tranquilidad con los ojos cerrados entre tanto ruido cuando de repente sentí un golpe en mis piernas con una toalla, exaltado abrí los ojos y la sonrisa de Pato iluminó la habitación, rió un poco y me dijo que era hora de bañarnos, mientras nos desvestíamos escuchamos que los demás ya llegaban a vestirse y de repente una de mis primas nos grito que empezaba a llover y que sería mejor que apuraran a los niños, nos apuramos a vestirlos y mis primos se disponían a salir, “¿Se quedan?”, no preguntaron, “Sí, no tardamos mucho, los alcanzamos en las campamento” contesté.
Pato y yo caminamos hacia las regaderas ya desnudos, mi sobrino se ubicó en la regadera contigua, abrí el agua caliente y metí en ella, cerré los ojos intentando relajarme del día tan agitado que estaba teniendo, mientras caía el agua en mi cuerpo me empecé a tocar el pecho, pasé mis manos por mi cara y luego mi cuello, bajé por mis costados y toqué mi abdomen, después mis nalgas y mis muslos. Mientras disfrutaba de ese momento sentí como mi verga comenzaba a crecer, abrí los ojos, voltee y me di cuenta que mi sobrino estaba al pendiente del crecimiento de mi miembro, puse mis manos sobre él y Pato quitó la mirada, hubo un silencio algo incómodo y entonces vino la pregunta: “Entonces qué, ¿me sigues enseñando?”, para ese entonces mi verga ya había terminado de crecer entre mis manos, sin dudarlo quité mis manos y dejé que observara mi erección, me enjaboné un poco y le dije: “Observa, hay que empezar lento…”, me paré a unos centímetros de mi sobrino e inicié con mi faena. Masajee lentamente mi verga mientras sobaba mis huevos, los estrujaba un poco y eso aumentaba mi excitación, miré la cara de mi sobrino y con la boca entreabierta observaba atento el movimiento de mis manos, bajé la mirada y entre sus manos intentaba ocultar su erección, cerré los ojos, empecé poco a poco a acelerar el movimiento, subía y bajaba mi mano de mi verga, cambiaba de derecha a izquierda, de vez en cuando abría un poco las piernas para poder sobar mi ano, mi respiración ya estaba más que acelerada y sentía que poco faltaba para venirme, empecé a acelerar mi ritmo de la mano derecha mientras sostenía mis huevos con mi mano izquierda, sentí unas ligeras contracciones en ellos y empezaron a salir los chorros de leche que intenté apuntar hacia arriba, y poco a poco disminuí la velocidad. Abrí los ojos y Pato tenía una sonrisa nerviosa en la cara, rio un poco y me enseñó su brazo, un poco de mi leche había aterrizado ahí, reí junto a él y terminamos de bañarnos. Mientras nos vestíamos mi sobrino me contó que jamás había visto a alguien venirse y que él tenía ganas de hacer lo mismo, su confesión me puso algo nervioso y no supe que decir.
Salimos de las regaderas y la tarde empezaba a terminar, la lluvia había pasado y desde la puerta del baño se podía observar como el sol empezaba a descender entre los cerros y las copas de los árboles se pintaban con aquel tono naranja característico del atardecer. Atrás de mí salió Pato y con una palmada en la espalda me lo hizo saber, lo tomé del hombro y empezamos a caminar rumbo al campamento, de pronto la inquietud me movió a preguntarle: “¿Quieres masturbarte?”, mi sobrino se detuvo y me miró fijamente a los ojos, “¿Me ayudarías?”, preguntó, contesté con una sonrisa y lo abrace fuertemente. Caminamos un poco y buscaba una zona que estuviera alejada de cualquier ruta que las personas pudieran usar como paso. Al encontrar un buen lugar oculto bajamos nuestras maletas dónde llevábamos nuestra ropa y cosas de baño, me senté debajo de un árbol y le dije a Pato que se sentara al lado mío, obedeció e inmediatamente empezó a sobar su miembro sobre su pants y en menos de un minuto ya estaba bastante duro (y no sólo el de él, el mío también), le dije que sacara su miembro y empezara a sobárselo; lentamente sacó su verga de sus pantalones y pude verla por fin, larga y algo delgada, morena y sin circuncisión, en la base bastante vello. Mi sobrino se empezó a masturbar torpemente pero poco a poco empezó a tomar ritmo, el poder verlo de tan cerca me hizo soltar una ligera risita y él se detuvo y preguntó si algo estaba mal, “No, para nada” le dije, cerró los ojos y continuó lentamente con su mano derecha y de vez en cuando metía la mano en sus pantalones para tocar sus huevos, de repente se detuvo y lo que dijo cambiaría todo: “Me gustaría hacerlo como tú, ¿me ayudas?”, me quedé helado por un segundo y sólo atiné a asentir con la cabeza.
De mi maleta saqué un playera sucia y la coloque entre mis piernas, le ordené a mi sobrino que bajara sus pantalones y se sentara entre mis piernas, Pato obedeció y se levantó del piso, desató la cinta de sus pants y lentamente bajó sus prendas hasta sus muslos dejándome ver en todo su esplendor ese miembro palpitante y totalmente erecto que miraba hacía su ombligo. Pato se acercó un poco a mí y dejó su miembro a centímetros de mi cara, se dio la vuelta para sentarse y mientras lo hacía pude ver como su culito se abrió un poco, como si me invitara a meter un dedo o dos, o de preferencia mi verga; dejándose caer entre mis piernas Pato bajó hasta sus prendas hasta las rodillas y quitó su playera, se recargo en mi espalda y quitó las manos de su cuerpo y las puso sobre mis rodillas como indicándome que ya estaba listo. Dada la indicación me dispuse a ayudar a mi sobrino, a masturbarlo por petición propia, puse mis manos sobre su pecho y las deslicé hasta llegar a su miembro, lo tomé firmemente y rocé con la yema del pulgar su cabeza que ya dejaba ver una pequeña gota de pre-cum, Pato suspiro y tensó un poco su cuerpo, toqué sus huevos y le susurré al oído que se relajara; empecé a subir y bajar mi mano sobre la verga de mi sobrino poco a poco, a veces aceleraba el ritmo y en otras lo bajaba; como podrán imaginar mi miembro estaba a mil a pesar de haberme deslechado minutos antes. Continué con mi faena y entre más movía mi mano más lubricado estaba Pato, aún así decidí llevar mi mano a mi boca y, en primer lugar, lamí el pre-cum de mi sobrino para conocer su saber, entre salado y agridulce, y después, escupí un poco en mi mano y nuevamente la llevé al miembro de Pato, unté la saliva en su cabeza y de ahí la esparcí por el troco, tomé esa verga con mi mano y empecé con el sube-baja otra vez; ésta vez la lubricación era mayor, tanto que las sensaciones de Pato iban en aumento, mientras yo continuaba masturbándolo el apretaba mis rodillas con sus manos. El movimiento de mi mano cada vez era mayor, la respiración de Pato se agitaba cada vez más y empezaba a ya a emitir unos ligeros gemidos, recargué la cabeza de mi sobrino en mi hombro y realicé un cambio de manos, la derecha sostendría su verga y la otra daría un paseo en su ano; pase mi dedo medio entre mis labios y lo ensalivé bien, hice uso de mi poca flexibilidad para realizar mi tarea y situé mi dedo en la entrada de Pato, lo puse cerca y se tensó, “No por qué me va a doler” dijo, acepté sus indicaciones y sólo empecé a dar ligeros masajes a su ano en forma circular, de vez en cuando ponía un poco más de saliva en mi dedo para hacerlo placentero. Mi sobrino gemía, se movía y retorcía, poco a poco aceleré el movimiento de mi mano y Pato gritó “¡Más rápido, más rápido!”, haciendo caso a sus órdenes aceleré el movimiento de mi mano y mi dedo, en menos de un minuto el miembro de mi sobrino se empezó a contraer así como su ano y empezó a arrojar chorros de leche, Pato gimió con fuerza y lanzo un pequeño grito.
En cuanto sentí que empezaba a relajarse escuché que nos gritaban a lo lejos, rápidamente saqué papel de mi maleta y se lo di a Pato para que se limpiara. Se puso de pie y subió sus prendas mientras se limpiaba los chorros de semen que escurrían en todo su pecho y abdomen, me di la vuelta para guardar mi playera y discretamente lamí el poco semen que había quedado en mi mano, maravillosos sabor que me llevó al éxtasis mental. Cuando voltee mi sobrino ya estaba listo para irse, tomé mi maleta y empezamos a caminar hacía el campamento. Al acercarnos un poco vimos a una de mis primas histérica por nuestro retraso, la excusa fue que habíamos decidido caminar un poco y nos habíamos extraviado. Después de dejar nuestras cosas dentro de la casa de campaña cenamos con el resto de la familia, de vez en cuando cruzábamos miradas de complicidad pero intentábamos mantenernos discretos. Al terminar la cena decidimos irnos a dormir para estar listos para el día siguiente y movernos al siguiente punto de nuestro viaje. Nuevamente Pato y yo nos recostamos uno al lado del otro y antes de que mis demás primos entraran mi sobrino me susurró: “Gracias…”; palabras que me guardé hasta el siguiente día en el cual se escribiría otra página en nuestra relación que empezaba a cambiar.
Gracias nuevamente por leer y votar. Jamás pensé escribir una historia de tres partes pero el espacio y la creatividad así lo permitieron. A petición llegará el final de esta historia.
woww fantastico, quisiera que te lo hubieras sentado en la verga y ya bien penetrado lo masturbaras, placer por atras y por delante, que rico .
Pasa el link
Me encanto la saga..
Pero nos falto el final.
Donde lo podemos leer?
aunque lo lea un millon de veces sigue poniendome muy cachondo jajajaja :) quiero leer el final
buenisimo relaro, muy caliente, ya quiero leer la otra parte
Me encanto tu relato,es muy exitante apesar de que no han llegado a la mejor parte, pero si lo llegas ha hacer con tu sobrino no olvides contarnoslo. Ya quisiera yo haber tenido a un tio como tu que me hubiese enseñado a masturbarme en su momento, pero no se si yo me hubiese conformado solo con la mastubacion. Esperamos tu siguiente relato que promete ser mas exitante.
Me gustó el relato, pero quisiera saber hasta donde serías capaz de llega con tu sobrino, y si estarías dispuesto a que te penetre.