Ella me dijo, no sabía que por aquí también se sentía así de rico, cambiamos de posición, lo que más me gustó fue hacerlo de perrito, haciéndole que ponga sus nalgas al aire, como lo había visto en las revistas y ella se abría las nalgas para que le entrara mi verga, y me decía, mijo dele, dele, hasta que acabamos los dos, primero ella y luego yo, al final miré su ano bien dilatado, que salía mi semen.
Hola, esta es mi historia que me ocurrió con una señora mayor que yo, ella se llama Lucrecia y era muy amiga de mi mamá, bueno lo cierto es que yo tenía una gran amistada con los hijos, especialmente las hijas, mayores y aunque yo era menor, desde niño me gustó mucho saber acerca de el sexo, y me interesaba leer revistas, y fotos, bueno siempre me pasaba morboseando a sus hijas, pero de una manera que ellas no sospechaban, una vez me invitó a a una finca de ellos donde había ganado y otros animales, también estaban sus dos hijas, pero sucedió algo y sus dos hijas se fueron a la ciudad y nos dejaron solos.
La señora se portó muy bien y me estimaba mucho, yo le ayudé hacer las cosas para que termináramos pronto. y regresarnos nosotros también hacia la ciudad, pero una camioneta que quedó de recogernos no llegó ese día, así que volvimos a la casa de la finca a como a las 7 de la noche. Ella hizo la comida y comimos, en eso me preguntó que como iban mis estudios, y seguimos conversando y no se pero se agachó a recoger una cosa y le resbaló y todo su vestido quedó alzado y le pude ver un calzón y un culo bastante grande, y unas caderas, bueno ella se asustó y se disculpó como pudo.
Pero ella me dijo que mejor nos fuéramos a dormir, y entonces había una habitación y 2 camas, realmente yo estaba muy excitado y mi pene a reventar, estaba algo nervioso y la convencí que siguiéramos charlando.
Entonces fue cuando le empecé a preguntar algo de sexo, y ella se sintió muy avergonzada, pero yo supe llevar la situación, le dije que tenía mucha confianza, que la tenía en mi corazón, que estaba muy excitado, y era mi amiga, quería tocar una mujer, era mi primera vez.
Ella siempre se sintió con mucha pena, pero luego yo me acerqué, y sentí su mano en mi pene, que me rozaba, y yo me apegaba más y más, entonces me aventuré y le dije que tenía ganas de mirar su vagina, y me dijo no, eso es pecado, era una señora de la antigua, y su marido no la había tocado por años porque estaba en USA, pero me dijo, primero tú muéstrame tu pene, bueno yo le coloqué su mano y ella abrió mi zíper y me bajó mi pantalón, en eso vi su mirada, y cerró los ojos, me dijo, que grande mijito, que grande tiene su miembro, me empezó a agarrar con fuerza con las dos manos, yo sin su consentimiento, me fui directo a sus senos, empecé a tocarlos, primero por encima de la tela y luego bajo su blusa, con mucho miedo pero optimista, de un solo jalón le quité su brasier, y me quedé impresionado con esa dos tetas gigantes que se cubrió con sus manos y me dijo no, pero yo la besé, le dije, vamos señora Lucrecia, tenga confianza en mi nadie lo sabrá.
Ella se relajó y me dejó que le quitara la blusa y el brasier completamente, yo seguía mamando esos pezones negros y esos senos colgados, que maravilla. Ella dijo, mijo apague la luz, yo apagué la vela, y entonces todo se volvió obscuro, yo empecé a acariciar sus nalgas por bajo su falda y ella se la bajó y nos metimos a la cama, no se quitó su calzón así que yo tuve que hacerlo, y le mandé mano a su vagina que era grandota y gorda, con mucho pelo, y estaba bien babosa, así que le toqué y ella daba gemidos, le metía mi dedo, ella me decía, así mijo así, deme más, entonces ella guió mi pene hasta su vagina, y yo la complací, le envié todo mi pene en su concha, peluda, gritaba, y tenía mucha humedad, así yo seguía, estaba en el cielo, ella me agarraba las nalgas y me atraía hacia ella, así le estaba dando verga por algún tiempo hasta que me vine, y le llené toda la cuca de leche.
Entonces ella me dijo, no se vale, aun tengo ganas, me permitió estar con ella a su lado y sentí que nuevamente se me paraba la verga y le dije que quería seguir haciéndolo con ella. La señora me dijo, claro mijo, ya me importa un pepino lo que diga la gente, me gusta mucho, y le empecé a bombear y esta vez duré bastante, y ella acabó descargando muchos jugos de su vagina y con un grito tremendo.
Me dijo que jamás había disfrutado de eso, me dio un beso y me dijo que quería que fuera serio y no la hiciera quedar mal delante de la gente, y me hizo prometer, se lo prometi, pero con la condición que podía tenerla muchas más veces, entonces me dijo claro, mijo a mí también me gusta estar con Ud.
Yo le empecé a platicar que había visto revistas, y que había mucha variedad en el sexo, como mamar una verga, posturas, sexo anal, ella se sorprendió pero, me dijo mijo, quiero que me tenga, como Ud. quiera, soy suya, y me preguntó, ¿qué quiere que haga?, yo con una cara de felicidad le dije mámeme la verga, ello agarró mi pene, y dijo pero está sucio, le dije no importa, y se lo puse cerca de sus labios-
Abrió su boca y me empezó a dar unas chupadas riquísimas, y me preguntaba, así, ¿así le gusta?, que rico, tenía una mujer para mí, y que estaba dispuesta hacer lo que quisiera, bueno, le dije que quería que me diera su cuerpo pero en varias posiciones, y así fue primero de perrito, luego de lado, le hice que me cabalgara, cosa que no le salió muy bien porque no tenía práctica, además estaba pesada de movimientos, pero a ella le gustaba.
Era como las 2 de la madrugada entonces me acordé que en una revista alguien le metía la verga en el culo, y se lo dije y ella dijo está bien, pero me enseña que no se, lo intenté meter así pero su ano estaba seco, y no entraba, además ella dijo que no, que le dolía, entonces, la metí en su cuca, y esa conchita siempre estaba babosa, y mi verga empezó a estar más lubricada y sin que se de cuenta se la metí en su ano, ella gritó y decía. Sáquemelo, que me quema, pero yo seguí…
Después ella me dijo, aaaaay que rico, no sabía que por aquí también se sentía así de rico, así mismo cambiamos de posición, lo que más me gustó fue hacerlo de perrito, haciéndole que ponga sus nalgas al aire, como lo había visto en las revistas, y ella se abría las nalgas para que le entrara más mi verga, y me decía, mijo dele, dele, hasta que acabamos los dos, primero ella y luego yo, al final miré su ano bien dilatado, que salía mi semen.
Al día siguiente nos despertamos a las 6 de la mañana y la camioneta que tenía que recogernos nos llevó a la ciudad manifestando que había ocurrido un derrumbe sobre una carretera.
Desde ese día descubrí una mujer muy caliente, que me la cogí por algunos años 3 para ser exacto, y es ese tiempo aprendí y le enseñé todo tipo de fantasías, éramos amantes perfectos, algún día les contaré que su hija nos miró por un agujero, y luego me pidió que le enseñara a ella también como se hacía el amor, imagínense como me podía negar, la verdad que tengo mucho aprecio por ella, rompimos relaciones porque yo me vine para los EEUU.
Espero que les haya gustado.
Autor: Wasko