Me lo fue introduciendo primero y después se lo introdujo ella y haciendo movimientos pélvicos comenzamos a rozarnos, cosa que me excitó bastante, comenzamos a besarnos, eran besos larguísimos, nuestras lenguas se movían como locas así estuvimos un buen rato, yo le mamaba los senos como desenfrenada, hasta que yo acabé de nuevo, a lo que ella siguió.
Mi relato tiene su inicio hace 2 años, cuando yo tenía 19 años de edad y salí un día de compras con mi mamá y su novio, después de un buen rato de caminar y caminar nos metimos en una pequeña tasca que ellos frecuentaban bastante a tomarnos algo.
En ese momento veo que entra a la puerta una mujer monumental, mayor, de unos treinta años, morena, cabello largo negro, ojos grandes y penetrantes, en fin, hermosísima, se acerca a la mesa y saluda, mi madre me la presenta, su nombre era Lucía, era una abogada exitosa y soltera, tenía un novio 15 años mayor, el cual no recuerdo el nombre, muy rico, que también estaba allí tomándose un whisky, después de hablar durante un buen rato nos despedimos y me dirigí a casa con mi madre.
Antes de continuar con mi relato me voy a describir físicamente, soy de estatura mediana (1.65), más o menos delgada (60Kg), de piel muy blanca con pecas, cabello negro más o menos largo, todos me considerarían una chica normal, hace un año me declaré lesbiana, siempre lo he sido, pero nunca había tenido el valor de decirlo a nadie sólo a unos pocos amigos, incluso nadie de mi familia lo sabe aún.
Entonces fue durante ese tiempo cuando comencé a frecuentar sitios de «ambiente» y en una de esas salidas me encuentro a Lucía y a su novio, ellos se sorprendieron un poco al verme allí, no le di mucha importancia, pero a la vez sabía que ellos podían ir a decírselo a mi mamá en cualquier momento.
Entonces, en vez de irme de ese sitio, comencé a bailar con mis amigas a pasarla bien, en eso noto que Lucía no me quitaba los ojos de encima, bailaba con su novio dándome la espalda y por esta razón me miraba muy fijamente hasta un punto que se hizo un poco incómodo, pensé que estaba escandalizada pues si mal no recordaba en alguna de las conversaciones ella dijo que era muy chapada a la antigua, de creencias católicas muy arraigadas. El miedo me invadió, pero de todas formas traté de disimularlo.
Más tarde los vi en la salida del local, pensé que ya se iban, para mi sorpresa, sólo se fue el novio de Lucía, ella se despidió de él y después entró. Se dirigía hacia mí, con una mirada tan profunda que mi corazón empezó a latir rapidísimo del susto, entonces me dijo: – ¿Oye, quieres un trago?, a lo que yo accedí con la cabeza, nos sentamos en la barra y ella me preguntó muy directamente -¿Y dime qué haces aquí, eres lesbiana?, yo le contesté -No, para nada, es que me gusta mucho la música de este sitio y vine con mis amigas a pasar un rato nada más…, luego ella me responde:
-Sabes, eso es normal, yo a tu edad también experimenté con esas cosas y no te voy a decir que me arrepiento de eso, en lo absoluto.
Entonces con un tono de alivio le pregunto – ¿Entonces, no le vas a decir a mi mamá que me viste aquí? -Claro que no chiquita (y me agarró las dos manos).
Entonces, la pasamos hablando y tomando, mis amigas se fueron, pero yo me quedé allí hablando con Lucy hasta que me animé a bailar y la saqué, bailamos toda la noche, creo que hubo como una especie de flirteo, pero no le presté mucha atención, no quería verme como una chica desesperada. Luego me llevó hasta mi casa y allí intercambiamos teléfonos, al despedirnos, antes de bajarme del carro, me tomó de un brazo y me besó dulcemente en los labios, me dijo al oído:
-Deberíamos repetir lo de hoy en algún otro momento.
Luego de eso hablábamos mucho por teléfono, pero por lo ocupada que estaba ella con su trabajo y yo en mis estudios nunca podíamos abrir un espacio para vernos.
Así pasaron más o menos cinco meses. Un día pasé por mi mamá al trabajo, pues íbamos a hacer unas diligencias, cuando terminamos, Rafa, el novio de mi mamá, la llama por teléfono para que se encuentren, estaba en casa de un amigo. Yo le dije a mi mamá que la acompañaría hasta allí porque esa zona era muy solitaria y podría pasarle algo. Cuando llegamos mi sorpresa fue que me recibió Lucia, la casa en la que estábamos era la de su novio, nos invitó a pasar.
Mi mamá pensó que yo me iba, pero de pronto agarré la reja y entré con ella, en mis ojos había un brillo que casi nunca lo tenía. Hablamos mucho, los hombres estaban tomando su whisky y jugando dominó, mi mamá estaba acostada en el sofá viendo películas y yo estaba en la computadora hablando con Lucia, mientras ella tenía sus manos muy cerca de mi entrepierna (pero nadie se daba cuenta). Llegó la hora de que todos se fueran y Lucía se ofreció a dejarnos a todos en casa, pues quedaba camino a la suya. Entonces yo le digo:
-Oye disculpa el abuso, ¿podrías dejarme a mi en casa de una amiga después que dejes a mi mamá en casa?, es que tengo un parcial en varios días y vamos a estudiar. Mi mamá me miró molesta porque creía que yo había cometido una indiscreción. Pero Lucía contestó:
– No, no hay problema en lo absoluto.
Dejamos a mi mamá en casa, todavía no había entrado al edificio, cuando me le lancé encima y comencé a besarla desenfrenadamente, a comerle la boca. Llegamos a su casa en pocos minutos, me dijo que me pusiera cómoda, encendió la música y comenzamos a besarnos en el sofá, yo me sentía poseída por ella, me agarraba los senos, las nalgas, me besaba el cuello, me domaba, claro debía tener mucha más experiencia que yo en esas cosas. Pero yo no me quedé atrás, bajé con mi mano hasta su pubis y empecé a estimular su clítoris.
Nos despojamos totalmente de nuestra ropa, ella bajó y puso su cara en mi sexo, tomó un hielo y me lo empezó a pasar con la boca por toda mi vagina, mi excitación no fue normal, allí acabé por primera vez y cuando estaba bien lubricada introdujo sus dedos y empezó a sacarlos y meterlos con suavidad, después rápidamente y mientras lo hacía jugaba con mis senos, yo intentaba seguirle el paso, pero hacía tantas cosas a la vez, que me volvía loca de placer, me vine de nuevo y bañada en mis jugos me besó apasionadamente.
Luego cambié de posición y comencé a chuparle los senos mientras estimulaba la parte externa de su vagina con mis dedos. Bajé hasta su vulva y comencé a mamarla y a succionarla con una fuerza tremenda, ella gritaba como una loca, no podía controlar su cuerpo, en eso se corrió y me llenó completamente de ella, introduje mis dedos en su vagina mientras succionaba su clítoris y con mi otra mano acariciaba su seno, se corrió de nuevo.
Luego me puse a su lado y la abracé hacia mi torso, pero ella era una golosa y sacó de una gaveta un vibrador, no era nada parecido a lo que yo había visto antes, era enorme, entonces me dijo:
-Mami, esto es para que disfrutemos las dos al mismo tiempo.
Me lo fue introduciendo primero y después se lo introdujo ella y haciendo movimientos pélvicos comenzamos a rozarnos, cosa que me excitó bastante, comenzamos a besarnos, eran besos larguísimos, nuestras lenguas se movían como locas así estuvimos un buen rato, yo le mamaba los senos como desenfrenada, hasta que yo acabé de nuevo, a lo que ella siguió.
Luego nos dormimos las dos abrazadas y a la mañana siguiente continuamos dándonos placer una a la otra. Desde ese entonces somos amantes, nadie lo sabe. Nos seguimos viendo por lo menos tres veces a la semana para repetir lo que hicimos esa noche…
Mi mamá sigue saliendo con ella sin tener la menor idea de que yo soy su amante, es bastante divertido cuando nos encontramos en la calle y nos saludamos como si nada, pero casi siempre esos días en la noche nos damos fuego.
Autora: Andreina: D
Excelente relato. Mi esposa se puso muy cachonda leyéndolo. Ya extrañamos ambos que ella esté con una mujer hermosa y cachonda como ella.
saludos
wow q ricooooo!!! muy buen relato
Lo maximo, bueno, bueno, rebueeeenoooooooo.