Te relataré a continuación lo que me paso con un buen amigo cubano, que trabajaba en la misma empresa que yo y que afortunadamente ya se fue.
En aquella ocasión a Rodrigo y a mi, nos tocó ser compañeros de zona, y llevábamos una buena amistad. Estaríamos en aquel lugar, en Isla Mujeres, México por 5 días. Estuve a punto de coger con él, de eso hace casi tres meses.
La amistad que sostenía con Rodrigo era de trabajo, él un gran arquitecto de 30 años de 1.90m 24 cm de verga de estatura complexión robusta, moreno claro, con buenas nalgas y piernas, sencillo y muy atractivo. Después de un día arduo de trabajo, todos los compañeros decidimos ir a divertirnos y nos fuimos a un centro nocturno con mucha ambientación, logramos divertirnos un buen rato; y ya bien entrada la madrugada, regresamos al hotel, yo solo bebí dos copas, pero Rodrigo se había pasado, lo tuve que ayudar a subir las escaleras, venía haciendo relajo y cantando alegremente. Ya en la habitación decidió darse un baño, para dormir mejor, estaba muy animado cantaba y cantaba, de por si que siempre era muy alegre, con un buen sentido del humos. Salió envuelto en la toalla, pero descalzo, lo que provoco que al salir, resbalara, rápidamente lo auxilie y traté de subirlo a la cama, pero se giró y se cayó de nuevo al piso, ya que pesaba bastante, la toalla estaba a punto de zafarse, lo intenté otra vez, hasta que pude subirlo.
El se reía ya que se había dado un golpe fuerte en la cabeza, lo que le bajó un poco la borrachera, se dio la vuelta en la cama, cayéndosele la toalla, me quedé perplejo, con la boca bien abierta, con lo que estaba viendo, tenía una verga impresionante, grandota, muy cabezona, era una mandarria muy hermosa, un palo carnoso, con una piel delicada y una cabezota bien rosada, unas bolas cuerudas, me encanta chupar ese rico cuerito del escroto, eran grandotas, abultadas como esponjadas, se me antojó chuparlas, esa es la verdad.
Mi necesidad de afecto y de sexo eran muy fuertes, me excitó verlo, yo siempre pude notar a través de su pantalón que estaba bien dotado, pero la realidad fue mayor, lo estuve observando, anhelando tenerlo, pero no me atrevía, yo nunca había estado con ningún compañero de trabajo y sabía que podría quemarme mucho, tendría que reprimirme ese deseo, pero yo estaba muy inquieto, con mucha ansiedad.
Esa estaca me hacía entrar en desesperación por tenerla, por tocarla, daba vueltas y vueltas sin quitarle la vista, a ese trozo de carne viva, por momentos me detenía viéndolo fijamente, hasta que me di cuenta que no llegaba a nada y decidí taparlo con la misma toalla, pero tremendo susto me llevé, cuando sorpresivamente Rodrigo reaccionó tomándome fuertemente de un brazo y diciéndome: -¡No lo pienses tanto¡ , se que te gusta y que lo estas deseando, anda vamos, !!Acarícialo, tócalo, puedes hacer con el lo que tu quieras, es tuyo¡¡- pero me quedé mudo.
La oportunidad estaba puesta, tenía luz verde a la acción, ¿no era lo que estaba pidiendo?, se me estaba cumpliendoRodrigo había exagerado su borrachera y me había estado observando; cariñosamente me atrajo hacia él, para besarme en la boca, yo nunca hablé y con toda mansedumbre cedí, era muy rica su boca, grande y jugosa, su lengua se cruzaba con la mía, su sabor era excitante, sentía que ardía, mezclado a vino con cigarro, nos chupábamos con fogosidad, Me acarició las nalgas, tratando de empezar a desnudarme, yo seguía disfrutando aquella ardiente y quemante caricia, con mis ojos bien cerrados y mis brazos rodeando su cuello. Al poco rato ya estaba totalmente desnudo enrollado a su hermoso cuerpo, me chupeteaba con gran maestría las tetillas, las devoraba enjugándolas de saliva, haciendo con su lengua movimientos giratorios que me hacían temblar,, sus manos las pasaba una y otra vez por mi espalda y trasero, Me hizo girar y me empinó delicadamente las nalgas, luego suavemente las abrió y metió su cara con la lengua bien extendida, le dio ricos lengüetaz
os, para terminar chupando agresivamente, después me sentó a la orilla de la cama, él se puso de pie, su verga quedó a la altura de mi boca, era tremenda y estaba bien parada, era un chorizote, la engullí hasta la mitad, yo estaba muy excitado, no creo ser muy experto en la mamada, pero me dejé llevar por mis instinto y lo caliente que estaba, mamaba la cabezota, con ese sabor especial que emana del liquido seminal, le pasaba ,mi lengua alrededor, cual delicioso caramelo, tomé aquellas pelototas, redondas y esponjadas, eran una delicia, las chupaba con gran goce, levantándolas y oprimiéndolas. Rodrigo con su manos apoyaba mi cabeza intentando que su garrote entrara toda en mi boca, pero mi boca es muy chica y era imposible que me cupiera toda, luego me aventó sobre la cama y me levantó las piernas, de su cartera sacó el preservativo, se lo puso en aquel tieso fierro, cual asta de bandera, enhiesto y firme, la lubricada parecía darle mayor volumen, se preparó para penetrarme, me jaló para asegurar la entrada, me dio unas ricas sobadas en mi ano con la cabezota, que me enchinó la piel, al primer contacto, Pero tenia miedo y no dejaban de temblar mis piernas, le dio un empujoncito y no pudo entrar, era una bola de billar queriendo entrar por mi agujerito tan diminuto, abrió su maleta y sacó crema me untó en el hoyo con grandes cantidades, y en su pito también, para continuar con el intento, forzando rudamente la entrada, dando empujoncitos lastimeros, que hacía que me diera escalofrío, pero en su desesperación se dejó llevar por su instinto y arremetió brutalmente, logrando meter la cuarta parte de ese bate de béisbol, lo que bastó para que yo pegara un grito.
Mi esfínter lo había reventado ya que al instante sentí que sangró, sentí un dolor tan agudo que en mi cabeza sentí fuertes pulsaciones, yo no podría soportar tan dura, gruesa y grande estaca, era como abrir diez veces el tamaño de mi culito, y no estoy exagerando, me zafé bruscamente, poniéndome de pie al instante, sobándome la cola, Vi su pito con sangre, yo no entiendo como hay gente que sabe gozar esos tamaños de verga, es una tortura. Él se quedó agachado y frustrado, se empezó a quitar el condón, dejándose caer en la cama diciendo-¡Perdóname se que te lastimé,, no cualquiera me puede aguantar esta tranca, se que es demasiado grande¡_ se la sobaba, agarré la toalla y me metí al baño para darme un regaderazo, sentía aún las contracciones en mi esfínter que estaba bien herido. Me encantaba Rodrigo y me hubiera gustado coger con él, que me rompiera el culo como debe ser, pero yo quería gozar, no sufrir. Salí y lo vi acariciando su palote, que seguía bien parado, me regresé a su lado y se lo empecé a mamar subiendo y bajando, chupando su glande, baje hasta tocar sus bolas, que bonitas las tenía, podía pasar día y noche mamándolas, me provocaban fuertes sensaciones, continué chupando más aceleradamente, Se me subió en el pecho y ,metió su verga en mi boca para que la succionara e imaginara que me estaba cogiendo, por momentos sentía que me asfixiaba, pero aguanté hasta el final; yo seguía mamando concentrado en lo que hacía, tenía una mano en su garrote y con la otra le sobaba sus nalgotas no se cuanto tiempo lo chupé, me puso las bolas para que les diera otros ricos chupetones y se ayudó un poco con la mano masturbándose también, sus jadeos y movimientos me indicaron que se estaba viniendo, paró las nalgas y se dio un ultimo jalón de verga, para derramarse con furia, lanzando fuertes chorros de leche, me baño toda la cara y el pelo, eso me excitó, me limpió la cara con la sabana y se dejó caer agotado.
Los siguientes días, las pasé solo mamando, no volvimos a intentarlo. Pero mi debilidad siempre fue mamarle las pelototas y eso a él le encantaba, me fascina mamar huevos, chupar esas ricas bolas, deleitarme con ellas en mi boca, porque cuando veo a alguien que me llama la atención, siempre me imagino como tendrá sus bolitas, Me gusta mamar los testículos, eso es mi debilidad, y que las bolitas estén esponjadas así como te describo las de Rodrigo, abultadas y esponjaditas, aunque te aclaro si están aguaditas, también me gustan y las disfruto igual. Gracias a él se desarrolló este fuerte gusto por los testículos, por un buen racimo de huevos, me resulta muy cachondo mamar unas buenas bolas, no
importa el tamaño, solo que huelan bien y estén limpias, mamando huevos me tienes muy feliz.
No se que te pareció esta experiencia que tuve, quise coger con Rodrigo, pero su estaca era tremenda, parecía bate de béisbol, pero me gustaba mucho, su cuerpo, es atractivo, sus nalgotas y sus ricas pelotas, se entrega muy rico al placer, lamentablemente un día un compañero me hizo un comentario acerca de los gays, y mencionó a Rodrigo y dijo ser confidente de él, me lo contó pero me dijo que no me preocupara y que me guardaría siempre el secreto, me impresionó su comentario y me quedé callado, es buen compañero y no me queda más que confiar en que nunca lo dirá, eso espero.
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Autor: Jordan jordangoldy (arroba) yahoo.com.mx
Buen relato, lastima que no se pudo con la penetración