Volví a mirar aquella tarjeta una y otra vez… No podía ser… Porqué no me habría fijado bien en Claudia cuando tuve la oportunidad?
Volví a mirar aquella tarjeta una y otra vez… No podía ser… Porqué no me habría fijado bien en Claudia cuando tuve la oportunidad? Ahora era incapaz de recordar las principales características de su cuerpo, de su cara… sólo recordaba el electrizante modo en que me acarició los dedos.
Decidí caminar tranquilamente hacia mi coche mientras encendía otro cigarro. De repente un recuerdo sacudió mi mente con una tremenda sacudida… era Claudia girándose a coger una película, y su precioso culo… luego otro… eran aquellos preciosos pechos gritando por su libertad… Volví en mi, y leí una vez más aquella tarjeta. No, definitivamente no era la hora para hacer esa llamada, que en el fondo estaba deseando. Llegué a mi coche, subí y tomé el camino de vuelta a casa. La velada había estado bien, qué digo bien!? Muy bien!! No me podía quejar. Y no lo iba a hacer en ese momento. El único inconveniente, que eran tan sólo la 2 de la madrugada y a esas horas está bien acostarse, pero no un fin de semana.
Paré en un semáforo y a mi lado paró otro coche, un deportivo precioso cargado hasta los bordes de chicas guapas con ganas de mucha fiesta. Yo también quería divertirme un poco más y alargar mi hora de acariciar la cama. Me decidí. Me solté el cinturón y mientras el semáforo estaba en rojo, bajé del coche. Todas las chicas del deportivo se me quedaron mirando a la expectativa. Introduje mi mano en el bolsillo y extraje de nuevo la tarjeta con el número de Claudia y mi móvil. Las otras chicas comenzaron a silbarme cuando vieron que volvía a entrar en mi coche. Marqué su número mientras salía del semáforo quemando rueda. Simplemente por chulería. Estuve a punto de colgar pero deje que sonara. Un tono. Dos tonos. Tres tonos y descuelgan.
-«Hola» dije yo.
-«Hola» me respondió una voz de hombre desde el otro lado.
Me quedé cayado. No sabía que hacer. Preguntar por ella o no hacerlo. Ya que me había decidido a llamarla, por que no preguntar??
-«Hola, está Claudia?»
-«De parte?» me contestó.
Vaya!, me lo estaban poniendo difícil, no tuve más remedio que detener el coche para pensar con claridad.
-«Un amigo».
Se hizo un silencio incomodo en el auricular y noté como tapaban el móvil para que no oyese nada yo.
5,6,7,10 segundos, 15 segundos que parecían eternos, y oí una voz femenina.
-«Si? Quién es? Soy Claudia.»
-«Hola Claudia, soy el chico de las películas de esta tarde, al que le has entregado una tarjeta con…» Sin darme tiempo a terminar la frase me interrumpió.
-«Ah! Sí! Hola cariño! Te espero en la puerta pub que hay enfrente del videoclub. Vale? Un beso rey.» Y me colgó.
No pude responderle nada. Su mensaje fue cortante y directo. Sin posibles modificaciones. Si quería saber hasta donde podía llegar esa chica no tendría más remedio que acercarme a dicho pub.
Di la vuelta con el coche y me dirigí hacia el lugar indicado sin dejar de pensar en esa voz masculina que acababa de oír.
En a penas 4 ó 5 minutos ahí estaba yo y ella que salía por la puerta como una flecha, directa a mí, introdujo su cabeza por mi ventana y me dio un beso en los labios que por poco me sonrojó. Al separarse pude ver a un tío que estaba en la puerta del pub mirando con cara de mala leche. Sin pedir explicaciones y mucho menos en esas circunstancias la hice subir al coche y salimos de ahí antes de que la cosa fuera a mayores con ese chico. Ya me daría explicaciones, si quería hacerlo, más adelante.
Apenas habíamos pasado las dos calles siguientes y ella comenzó a hablar.
-«Hola, me llamo Claudia y lamento todo esto pero es que ya no lo soportaba más y tu me has salvado del pesado de mi ex.» Valla, eso aclaraba algunas cosas. Y yo ya no quise entrar más en ese tema.
-«Yo me llamo Dami. De Damián. Y no he podido rechazar la invitación de tu tarjeta. Jejeje» Ella también sonrió y me volvió a dar las gracias.
Estuve conduciendo unos 15 minutos en los cuales hablamos de tonterías que cada vez se iban acercando más al tema del sexo y a mi por lo menos me iba calenta
ndo poquito a poco.
Llegamos a la playa, pues me apetecía ir ahí y aun sin haberle preguntado a ella, parece que también le gustó la idea.
Cuando bajó del coche me pude dar cuenta bajo la luz de la luna que tenía una silueta preciosa. Y cuando me acerqué a ella para tomarla de la mano y pasear por la orilla del mar me volví a fijar en su cara. Preciosa. Casi infantil pero agresiva. Un extraño contraste que me hipnotizaba.
Acabé cogiéndola de la cintura y ella hizo lo mismo conmigo. Paré en seco de andar y ella se asustó. Momento en que aproveché para atraerla más a mi y sorprenderla con un beso como ella hizo momentos antes conmigo.
Me devolvió el beso, y de que manera… Sus manos no dejaban de jugar por mi espalda, mi pelo, mi cara, mi cuello… Yo no podía dejar de masajear su culo, de apretarlo, de intentar abrirlo con mis manos mientras lo acercaba más a mi cuerpo. Comenzó a chuparme el cuello y yo me dediqué a mordisquear sus hombros, me estaba desabrochando la camisa sin dejar de besarnos cuando perdimos el equilibrio y ella cayó sobre mi en la arena un tanto húmeda. Le quité su camiseta ajustada y pude adivinar entre sombras unos preciosos pechos atrapados en jaulas de seda. Oprimidos. Asfixiados. Queriendo salir. Deseando salir. Despuntando los pezones para romper su prisión. Deslicé mis dedos sobre la fina tela acariciándola primero a ella y luego presionando un poco más para sentir esos maravillosos senos. Ella ya me había quitado la camisa y estábamos recostados sobre la arena. Mi brazo derecho servía de almohada para su cabeza mientras mi boca besaba su boca y su cuello y mi mano izquierda recorría en busca de la libertad que deseaban sus senos. Mi erección hizo acto de presencia y quise aproximarme para que ella la sintiera sobre sus muslos.
La incliné un poco sobre mí para poder desabrochar su sujetador, pero ella quería mandar en ese momento y se sentó sobre mí. En ese momento pude quitárselo y para mi sorpresa ver como esos pechos apenas cayeron, sino que seguían levantados, desafiando al mundo, sus pezones destacaban pues eran largos y redonditos. Ella no paraba de moverse sobre mi paquete y ese movimiento frenético me estaba excitando demasiado y a ella parecía gustarle, encantarle… estaba teniendo un orgasmo detrás de otro y no trataba de disimularlo. Me estaba gritando cada vez que se corría y yo lo notaba, porque mis pantalones comenzaban a empaparse de sus flujos.
Giré sobre ella y la puse sobre la arena. Me aparté despacio y bajé besando su cuello. Sus pechos. Su barriguita. Y al llegar al ombligo le recorrió un escalofrío. Desabroche su pantalón y lo bajé lentamente. No quise quitarle sus braguitas. Me provocaban. Continué besando por encima de ellas y no paraba de gemir. Las aparte un poco y comencé a introducir un dedo sin más dilación. La paja que le estaba haciendo con la lengua en su clítoris y mis dedos en su interior la hacían gritar y moverse sin parar. Me detuve y me senté casi, sobre su pecho tras quitarme los pantalones y el tanga para que ella me chupara la polla. Se incorporó un poco y se la introdujo de golpe en la boca. Luego fue sacándola, haciendo un movimiento extraño con la lengua que me volvía loco!. Una vez fuera del todo se introdujo uno de mis huevos mientras me pajeaba. Era sensacional. Y yo no dejaba de con una mano masajearle el clítoris y con la otra tocarle los pechos.
Le di un preservativo para que me lo colocara. Lo abrió suavemente mientras me miraba fijamente a los ojos. Se lo introdujo en la boca y luego metió mi polla en ella. Al sacarla estaba perfectamente colocado, y yo sorprendido y más empalmado si cabe…
Me moví hacia atrás y aparte un poco sus bragas para meterla de golpe pues así ella me lo pedía. Yo estaba empapado de sudor. El pecho, la frente, mis piernas… todo. Y ella igual. De modo que nuestros cuerpos se deslizaban mucho mejor el uno sobre el otro y yo alcanzaba el fondo de su vagina cada vez que entraba, y al salir ella respiraba aliviada pero me suplicaba más con su mirada…
La hice girar, sin salir de su interior hasta ponerla a cuatro patas. Yo estaba arrodillado detrás de ella y mis manos se aferraban fuertemente a sus caderas, siendo estas quienes llevaban el movimiento, que cada vez era más circular y excitante para ambos. Ella se sacudió la arena de una mano y comenzó a masajear su clítoris y a gritar de placer, cosa que a mi m
e encantó. Estaba alcanzando mi orgasmo y se lo hice saber. Ella me pidió, me suplicó entre lágrimas que acabara. Que me corriera, que lo hiciera en su boca.
En un principio yo me extrañé, pero no fui capaz de rechazar semejante invitación y así lo hice. Salí de ella y giró rápidamente. Me quitó el preservativo y se introdujo mi polla en la polla de nuevo. No aguanté más de 5 segundos así y me corrí, llenándole la boca de semen. Ella seguía chupando mientras me pajeaba y jugaba con mi esperma en su boca. Eso le encantaba y yo estaba en las nubes.
Después nos dimos un baño desnudos en el mar y volvimos a follar. Pero esta vez dentro del agua.
Llegué a mi casa y ya estaba amaneciendo. La noche acabó de un modo fantástico y Claudia me pidió que repitiésemos más a menudo. Tened por seguro que lo he hecho. Y ya os contaré alguna historia más si así lo deseais.
Escribidme, dándome vuestras opiniones a Frandamix (arroba) hotmail.com Prometo responder a todo el mundo, chicas si me enviáis foto, prometo mandar una yo, cuanto mas morbosa la vuestra, más morbosa la mía… jejeje… un beso
Autor: Dj Damix
frandamix ( arroba ) hotmail.com