Hola:Como veo que en Marqueze hay muchos de aquellos que disfrutan los cuernos como yo, les cuento algo verídico que me pasa& Tengo 40 años y me casé con mi mujer a los 37 que en ese entonces tenía 18. Mi mujer tiene un cuerpo espectacular y es la tentación de muchos hombres. A los pocos meses de casado descubrí que me ponía los cuernos con el contador donde ella trabajaba y cuando me lo confesó tras indagarla por detalles que sobresalían, lejos de enojarme esa noche le eché el polvo más rico de mi vida.
Noche tras noche me contaba detalles de sus encuentros que había tenido con el amante, lo que me calentaba a tal punto que la cogía con lujuria. Como ella se daba cuenta que no solo no me molestaba sino que me excitaba, comenzó a salir con el contador asiduamente no sin antes decirme que esa noche volvería tarde, lo que ya me ponía a mil. No se imaginan lo que era esperarla que viniera a las 3 ó 4 de la mañana con el olor a tabaco del hombre y penetrar de inmediato esa concha y ese culo jugosos y dilatados. Me di cuenta que si no me sentía cornudo, no se me paraba por lo que comencé a estimularla para que prosiguiera sus encuentros.
Eran varios en la oficina que requerían sus favores y ella los fue satisfaciendo relatándome por las noches los apasionados encuentros hasta que una noche en plena calentura le pedí que se embarazara de alguno de ellos, el que más le gustara. Si lo quieres, papi, te daré el gusto, hay uno que me gusta muchísimo. Bueno, le dije, planéalo con tiempo. Si, pero ¿cómo sabremos que es de él y no tuyo? Pues vete de vacaciones con él una semana y vuelve preñadita. Me zampó un beso de lengua y acariciándome la frente me dijo: ¡ay que marido cornudo divino que tengo!, calculo que en diez días entro en mis días fértiles ¿así que me dejas ir? &él es soltero, es un divino y tiene casa en Carlos Paz, así que si se lo insinúo seguro me lleva. Caliente como un perro le eché dos polvos hermosos y ella, imaginándose seguramente en brazos de aquel muchacho tuvo repetidos orgasmos. Los días siguientes, para asegurarme que no quedara de mi, hicimos sexo oral aunque no era lo que más apetecía.
En esa semana que estuvo ausente me hablaba por teléfono para contarme lo bien que la había pasado la noche anterior, lo que me provocaba ricas pajas. Sorprendido y halagado su amante de no tener que cuidarse la prodigó las atenciones más efusivas, según me contó, y siendo excelente semental la llenaba de leche hasta rebalsar.
Mi mujer vino de esas vacaciones embarazada pues a los pocos días comenzó a sentir las nauseas consabidas, y yo, acariciándole la pancita, era el cornudo más feliz del mundo. El embarazo de ella fue el período más excitante y feliz de nuestro matrimonio, incluso para ella porque se sentía libre y feliz de tener amante hacía tanto tiempo.
Entraron de la mano, ella en babydoll y él con el torso desnudo. Sentada en la cama ella le quitó los pantalones y comenzó a chuparle la pija. Luego él se montó y la penetró en una forma furiosa. Comenzó a bombear en forma vertiginosa y ella, mirando hacia el placard me sonreía como diciéndome: ¿te gusta?. Luego le tocó el turno al culo. Ella boca abajo alzó su culo para la embestida del macho que sacaba y ponía, sacaba y ponía y entre estertores y gemidos de ella, el muchacho arrojó en el orificio dos o tres chorros larguísimos que provocaron que el semen cayera por las nalgas hasta empapar las sábanas. Luego que él se retirara, en medio de las sábanas mojadas la cogí ansiosamente. Cuando la pancita de mi mujer comenzó a hacerse notoria el joven se hizo habitué pues mi mujer le dijo que el bebé era de él y que yo lo consentía. Varias veces ella lo besó en mi presencia como asegurándole que nada temiera e incluso él besaba la pancita de mi mujer mientras ella me miraba como golosa. Ni que hablar como se me ponía la verga.
Una noche después de cena y luego de besarlo delante mío ella lo llevó al dormitorio, diciéndome: voy a mostrar a Santiago (así se llamaba) el collar nuevo que me regalaste…y guiñándome un ojo se lo llevó de la cintura y me hizo shss con un dedo e
n los labios. Vayan, vayan, yo les dije en medio de una calentura como nunca había sentido, por el desparpajo de ambos, pero sobre todo del muchacho que se sentía dueño de mi mujer. Todo me provocaba una inmensa excitación y no veía la hora de que terminaran para continuar yo la faena. Cuando al cabo bajaron al living, mi mujer lo hizo envuelta en una bata transparente que dejaba casi afuera los senos y el vello púbico trasluciéndose. Ella fue a la cocina para preparar algo sustancioso y Santiago se sentó en un sofá y habiéndose percatado definitivamente que yo consentía sus encuentros me dijo: ¡que mujer tenés!… Bueno, le dije, ¿te gusta? Vení entonces cuando quieras, vos le gustás mucho a ella. Me preguntó: ¿crees que el bebé sea mío?, ella me lo aseguró. Si, le dije, no tuve relaciones durante mucho tiempo con ella ni antes ni después de cuando salieron esa semana. Es increíble, ¿no te molesta?… Para nada, le respondí, ella lo quiso y también es mi gusto, pues me ha dicho que lo hicieron buscándolo.
Mi mujer vino enseguida trayendo licores y confituras y sentada en medio de los dos nos ponía cosas dulces en la boca y tras eso un beso a cada uno. Mis amores, susurró, ¿están contentos? Yo si, le contesté, porque te veo feliz. Siiiiiiii, exclamó ella, Santiago me vuelve loca… Jaja, exclamó el muchacho, a mi me vuelve loco tu mujer. Bueno entonces adelante…. y le dije algo que los sorprendió: veníte a vivir aquí y ponemos una cama más grande, jajaja. ¿Harías eso papi? preguntó mi mujer, y dirigiéndose a Santiago: ¿a vos te gustaría? Yo no tengo problemas, le dijo, soy soltero sin compromiso, igual se que sos la mujer de él y estoy consciente que el bebé será de tu marido. De ambos, dijo prontamente ella. ¿No es cierto papi? me preguntó. Si mi amor, lo cuidaremos entre los tres… Pero esperemos que nazca el bebé y luego te instalas, ¿si?, dijo ella al muchacho, de todos modos me vienes a ver, no es cierto papi ¿que lo dejas? MMMMMMM si, le dije. Por ahora, dijo ella, dirigiéndose a mi, separados, pero no te pongas celoso porque te dejaré la cama calentita…
Luego que nació el bebé… como al mes Santiago se instaló en mi ca medio de gemidos. Inmediatamente mi verga respondía y luego que él terminara seguía yo. Otras veces entre ambos lográbamos llevarla al cielo muchísimas veces en la noche.
Al verano siguiente, o sea a principios de 2004, mi mujer aceptó la invitación de su jefe a un crucero por Europa, lo que provocó mi placer, pero no el de Santiago, que hecho una furia se fue de mi casa. El hecho es que no pasó mucho tiempo para satisfacción mía (y de ella) de que su jefe se convirtiera en su amante. Claro que éste nuevo amante era casado y el viaje por Europa lo harían junto a la mujer de él. Ello no fue obstáculo para que se arreglaran de tal manera que mi mujer volvió nuevamente embarazada del viaje. Esta vez, las visitas del jefe eran junto con su esposa, lo que no nos permitía efusiones de ninguna clase. Pero siempre había motivo para que mi mujer se quedara fuera de hora en la oficina y al volver con su concha dilatada y empapada me llevaba al éxtasis.
Así transcurren actualmente los días. Yo esperando ansioso la llegada tardía de mi esposa, completamente excitado y con ansias de aspirar el perfume de semen que siempre trae. Si alguien quiere compartir conmigo experiencias semejantes o le interesa el tema y quiere más detalles de mi relación pueden escribirme.
Autor: Alfadeltoro alfadeltoro ( arroba ) hotmail.com