Carlos le enterraba su verga hasta los huevos, mientras yo le hundía mi pija en su conchita, Sonia gozaba como una putita, su marido le gritaba, abre más tu culo puta, ella movía ese culito que nos ponía en las nubes, su vagina me exprimía como si tuviera una aspiradora y no tardamos en corrernos, le llené de leche esa cocha maravillosa, y Carlos le echó todo su semen en el agujero.
Hola, les voy a contar lo que me pasó una semana después del primer relato «Doble Penetración Salvaje».
Después del primer encuentro todos fuimos muy alegres y felices de esa primera experiencia y seguimos en el chat toda la semana, intercambiando fotos y demás. Yo estando en el trabajo hasta tenía flash en mi mente de lo que había pasado durante en el fin de semana. Sonia me dijo que la cosa más excitante que le pasó fue el despertarse entre dos hombres quienes empezaban a acariciarla y hacerle el amor con dulzura y terminando con una doble penetración.
Esta vez ellos decidieron invitarme a su casa. Yo acepté si decir más. Eso pasó el viernes siguiente (les acuerdo que el sábado antes fue nuestra primera noche juntos). Llegue a su casa como a las 8:00 de la noche. Entrando no sabia si darle une beso sobre la boca a su esposa en frente de él o besarla en las mejillas como se acostumbran aquí. Decidí darle un largo beso con la lengua a Sonia enfrente de Carlos. Aprobó mi gesto con un yesssss así me gusta. Oyendo eso le toqué los senos al mismo tiempo como bienvenida!
Nos pusimos a tomar cerveza y charlar un poco. Luego de unos diez minutos, Carlos estaba tocando el pecho a Sonia delante de mí sin ninguna pudor. Yo me estaba excitando mucho y quería tocar yo también pero decidí esperar un poco aunque no hubiera problema si lo hubiera hecho pero me gusta alargar el placer y la excitación. Después de charlar nos fuimos al comedor para comer un poquito. Carlos puso una película porno y comimos mientras estábamos viéndola y comentándola. De vez en cuando tocábamos los pechos de Sonia y le damos besos largos con la lengua. Al rato les pregunté si tenían fotos de ellos o de otros encuentros. Me dijeron que si y nos pusimos a verlas muy a gusto con su esposa casi desnuda entre nosotros. Sus computadoras están en el comedor cerca de la mesa.
Viendo las fotos muy cachondas de sus últimos encuentros (vimos fotos de intercambio de parejas y de nosotros) y de ellos en plena acción nos calentamos mucho. Íbamos a turno dándole largos besos a Sonia, metiéndole unos dedos en la concha húmeda, chupándole las tetas y eso durante media hora. Mi pene quería salir y ella como buena mamadora se dio cuenta y me desabrochó el pantalón porque quería su ración de lechita.
Entonces Sonia empezó a chuparme rico como solamente ella lo sabe hacer y me decía, y esto hasta que me des toda la lechita que tienes. Mientras, su marido Carlos iba comiéndola. Todo eso pasaba en el comedor. Ahora, había ropa por todos lados. ¡Que rico chupas mamacita!, le decía yo, y ella me miraba a los ojos mientras me hacía una de las mamadas más deliciosas que tuve en mi vida. Me decía Sonia, si, dame tu lechita, que sea nada más para mi, quiero tragármela toda y ni dejar caer una gotita. Si mi rey, todo para tu mamacita, ándale dámela.
Oyendo eso y viendo Carlos metiéndole el pene y dándole fuerte por atrás a su mujer y ella gritando de placer, no pude aguantar más. Ya Carlos se estaba viniendo en la preciosa concha de su mujer. Pero yo antes de correrme le dije al oído que me querría correr en su pecho sobre sus maravillosas tetas. Ella dijo que sí, por esa vez por que normalmente traga todo sin dejar nada a la vista. Entonces ante mis gritos de hombre que va eyacular me sacó el pene de su boca y me corrí sobre su pecho. Era espléndido ver toda mi carga de semen sobre sus tetas. Mientras eso su marido estaba tomando fotos de todo. Recogió todo mi semen con sus dedos y se lo llevaba a la boca. Casi me volví a poner duro viendo eso.
Volvimos a sentarnos a la mesa, desnudos todos, y volvimos a tomar vino y comer un poco. Después de un rato, nuestras vergas necesitaban mamadas y demás entonces seguimos jugamos así durante un tiempo, ella me chupaba, su marido la comía y le entraba unos dedos a dentro de su concha, después yo la comía y así durante un tiempo.
Era increíble ver a esa mujer disfrutando de nosotros.
Sonia se arrodilló y nos chupaba por turno. Wow, era increíble de ver a esa preciosa mujer mamarnos así y gozar mucho. Parece que era adicta a nuestros penes y que todavía necesitaba más lechita. Se puso a cuatro patas y yo la penetré mientras ella seguía con la polla de su marido en la boca. Luego fue Carlos por un dildo de muy buen tamaño. Ella se puso en el suelo del comedor boca arriba y Carlos le empezó a poner el dildo en la concha.
Mientras eso ella nos masturbaba a sus lados y yo trataba de tomar ¡fotos! ¡Que rico nos veíamos! Así durante unos minutos y nos corrimos todos al mismo tiempo. Era espléndido verla correrse y nosotros echando nuestra lechita por todo su cuerpo de diosa.
Nos volvimos a sentar a la mesa y charlar un poco. Al rato le pedí a Sonia que se vistiera de puta con su falda cortita que habíamos visto en sus fotos y con sus medias que llegan a media pierna, eso me excita mucho. Llegó vestida así y se sentó sobre mi. Ni traía su tanga y puse mis manos sobre y dentro su concha húmeda y la besaba con largos besos con la lengua. Decidimos irnos a la cama, era como las 3:00 de la madrugada.
Le quitamos su faldita y se puso en la esquina de la cama y me puse a cogerla como loco. Le puse las piernas sobre mis hombros, así me encanta follar a una mujer. Así me decía, dame papito, dale todo a tu mamacita, que te quiero sentir hasta el fondo. Luego tomó mi lugar su marido, yo tomando fotos y él follando a su esposa con ganas. Ella buscaba mi pija para chupármela mientras su marido la cogía bien duro.
Al poco tiempo yo vuelvo a cogerla pero en la posición clásica del misionero (a ella y a mi nos gusta mucho porque nos podemos ver en los ojos y es intenso). Mientras me la cogía así ella me decía al oído quiero que vengas en mi boca que le des tu lechita a mamacita, la quiero toda tu lechita en mi boca, y me repetía eso y más. La cogía muy fuerte y ella gritaba que le gustaba y le decía a su marido como le gustaba lo que le hacía. Imagínate como me ponía más duro yo oyendo todo eso. Después me puse en la cama boca arriba y ella se puso encima mío. Verla cabalgando así me puso a cien además de verla con sus medias, me volvía loco. Era tan guapa tocándose los senos y con cara de mujer satisfecha con dos machos a su disposición.
Después volvimos a repetir lo mismo que en el primer relato. Ya era como la 5:30 de la madrugada. Todavía no terminaba. De lo cansado nos pusimos a dormir. Como a las 7:30 yo me desperté y empece a acariciarle las manos a Sonia. Ella también estaba despierta. Nos mirábamos en los ojos, tocándonos con mucha suavidad y con mi pene erecto buscando la entrada de su conchita y su marido despertándose a nuestro lado. Después de un rato jugando ella sintió las manos de su marido masturbándola. Se corrió casi en el momento de tanta excitación.
Pasaron unos minutos (Sonia se había puesta muy muy muy caliente y cachonda) y se puso encima de mi, metiendo mi polla por su concha y le pidió a Carlos que volviera a darle por el culo pero esa vez con su pene no solamente con sus dedos o el dildo.
Era la segunda vez que le penetraban dos machos. Carlos le enterraba su verga hasta los huevos, mientras yo le hundía mi pija en su conchita caliente mientras le chupaba esas tetas tan hermosas y duras, Sonia gozaba como una putita, mejor dicho, como una perra en celo, le mordía los pezones y su marido la nalgueaba mientras gritaba, abre más tu culo puta, ella movía como nadie ese culito que nos ponía en las nubes, su vagina me exprimía como si tuviera una aspiradora y no tardamos en corrernos, le llené de leche caliente esa cocha maravillosa, y Carlos le echó todo su semen en el agujero, tan así que le chorreaba por los dos agujeros, Sonia era todo placer con sus ojos en blanco.
Eran como las 0900, nos dirigimos a la ducha los tres juntos, Sonia nos chupó la leche que aún colgaba de nuestras vergas, se sació por completo y ahora si a ducharnos. Sonia nos hizo un desayuno con mucha «leche», para reponer, decía entre sonrisas Sonia. Me levanté, le tomé una teta, se la chupé, le mordí el pezón, ella gemía de placer, mira que no te dejo ir…, nos dimos un muy caliente beso de lengua, me despedí de Carlos, hasta otra, y un hasta pronto mi mamacita caliente y me retiré rumbo a mi casa. con un largo besos y tocándole los senos diciendo hasta pronto mi reina. Luego me regresé a mi casa pensando en todo eso. Estamos en contacto permanente y ha sido tanto el placer que volveremos a repetir y experimentar nuevas poses y lugares.
Después de ese segundo encuentro juntos que tuvimos, ellos tuvieron otro encuentro con una pareja y al día siguiente de ese encuentro con la pareja vimos las fotos juntos en el Internet al mismo tiempo. Ellos en su casa y yo masturbándome en mi casa viendo sus fotos con la pareja. Increíble la sensación. También intercambié fotos con un amigo que me contacto por darme comentarios sobre mi relato. El y su esposa hacen cosas así y me contó lo que hacían y me mandaba fotos de su preciosa esposa. Nos calentamos mucho, él viendo las fotos de mis relatos que le envía (e imaginándose que yo estaba cogiendo a su esposa) y yo con lo que me decía que hacia con su esposa y con las fotos que me mandaba de su preciosa esposa. Podíamos sentir la excitación crecer a lo largo de nuestro chat y …
Luego les sigo contando el tercer encuentro con Carlos y Sonia.
Autor: Heathack