Ya había hablado con ellos en Internet por separado, sabía muy bien lo que le iba a ella y lo que le iba a él. Una de las fantasías de ella era que alguien la dominara delante de su marido y que a su vez, ella lo humillara delante de un desconocido.
Después de varias conversaciones, decidimos vernos en un restaurante en principio para conocernos y para tener un primer contacto.
Llegué al restaurante y me encontré un local bastante grande y donde había muchos reservados con bancos de madera. No había mucha gente y no me fue difícil saber quienes eran. Como es lógico, primero me fijé en ella, una chica joven, alta, delgada, con cara aniñada y unas gafitas que le daban un toque de colegiala muy interesante. Él era mucho más mayor que ella, alto como ella, con poco pelo y cara de alguien que se presta a confianza.
Me presenté y nos sentamos en el banco de una especie de reservado donde solo estábamos nosotros tres. Al ato tuvimos que avisar a un camarero porque no nos venían a atender. Pedimos la cena y mientras comíamos, hablábamos de las fantasías de cada uno. Más bien era yo el que no paraba de hacerles preguntas intentando meterlos en situación, sobre todo a ella.
Quise insistirle sobre lo que ya habíamos hablado en internet sobre s fantasía donde ella deseaba sentirse sometida y a la vez que ella y la persona con la que estaba también humillaran a su marido.
Ella ya más suelta , fue tomando confianza y hablando sobre ello y delante de los dos me repitió lo que yo ya sabía. Entonces la corté y me dirigí a él y le pregunté que le parecía la fantasía de ella y me contestó que a él le gustaba hacer realidad sus fantasías. Quise insistir en el tema y le pregunté que le parecía el papel de cornudo que le deseaba su chica, noté como se ponía rojo de vergüenza y no atinaba muy bien qué contestar. Me di cuenta que había tocado de lleno y no quise desperdiciar la oportunidad y decidí pasar al ataque y subiendo un poco el tono y dándole un matiz irónico le dije, te gusta sentirte un cornudo verdad? Estaba claro que había tocado de lleno su línea de flotación y decidí seguir adelante, le volví a preguntar, te gusta ver como se follan a tu chica no, cornudo? Acto seguido le eché el brazo por encima de ella dejando caer mi mano sobre su pecho y empecé a manosearlo, a pellizcarlo y le decía, mira cabrón como le estoy tocando las tetas, mira la cara que esta poniendo ella y Tenía los ojos cerrados y las piernas bien abiertas para que mi mano no tuviera ninguna dificultad, suspiraba y no me contestaba y eso provocó mi enojo y sacando bruscamente la mano, la agarré del pelo y volviéndole la cabeza hacia mí, le reproché, que sea la última vez que te hablo y no me contestas, de acuerdo? Ella con cara de niña asustada me pidió perdón y acercándome a su oído le susurré, quiero que le digas, cariño, ahora voy a subirme a los servicios para que él me pueda follar bien, tú esperarás aquí mientras te ponemos unos bonitos cuernos y así lo hizo y después se levantó y le dio un beso como yo le había ordenado y subió las escaleras.
Yo me esperé un poco para hacerla esperar y ponerla más nerviosa y para aprovechar que estaba solo con el carnudo y decirle unas cuentas cosas.
Cuando ya estábamos solos lo miré y me olí la mano y le pregunté, sabes a que huele cabrón y me dijo, a ella. Yo me reí y le dije, no gilipollas, huele al coño de ella y sabes donde está ella? Esperándome para que me la folle y así va a ser. No voy a tener piedad con ella, le daré lo que nadie le ha dado, la trataré como nadie la ha tratado y sabes lo mejor? Me pedirá más, me suplicará que le de más y después cuando te lo contemos no imaginarás lo que tu chica puede llegar a hacer por mí. Bueno cornudo, me espera una zorra caliente. Tú espéranos aquí y ve pensando lo que estaré haciendo con ella y riéndome le acaricié la cabeza y me fui.
Cuando entré estaba allí, nos encerramos en un reservado y nada más entrar y echar el pestillo le empujé contra la pared y le dije, menuda zorra estás echa, no te da vergüenza hacer esto sabien
do que él esta abajo esperándonos? No la dejaba que me tocara, le bajaba los brazos cada vez que lo intentaba y en esa posición empecé a manosearle la cara y a meterle los dedos en su boca. Se los tragaba como si no hubiera chupado nada en su vida, realmente era una viciosa, estoy seguro que ya había olvidado que estaba su marido abajo y solo deseaba dar rienda suelta a su instinto que reclamaba con urgencia que la poseyeran. Con la otra mano retiré su camisa dejando sus pechos al aire y con la misma intensidad que metía sus dedos en la boca, mareaba sus tetas, las pellizcaba, las abofeteaba y ella ya no podía ni sostenerse de pie. Entonces le pregunté, tengo el rabo dispuesto, quieres comértelo? Ella con voz entrecortada por la terrible excitación que padecía, me decía, siii quiero tenerla, dámela. Le volví a empuj Apoyaba su cara contra mi polla, la besaba, se la metía y yo sujetándole la cabeza por los pelos le marcaba el ritmo que yo deseaba. Parecía fuera de si y de vez en cuando le retiraba la cabeza y ella me suplicaba que la dejara seguir chapando. Una vez de las que la retiré, le dije, zorra, has olvidado quién está abajo, y ella soltó, que le den por calo al cornudo y se tiro otra vez a seguir chupando. Cuando ya estaba yo que no podía más, la levanté, le di la vuelta y la apoyé contra la pared y poniendo la punta de mi miembro sobre su abierto coño, jugaba con ella metiéndole un poco para sacarlo después. Esto produjo en ella una terrible excitación e intentaba chulear para metérsela de una vez. Entonces le daba un fuerte azote y le decía, te la meteré cuando yo diga, cuando yo quiera, entendido puta? Me excitaba sentir como con voz nerviosa, como si estuviera llorando, me suplicaba que por favor la follara, que la reventara, que la partiera en dos y de un golpe de riñón se la metí hasta el fondo producién Arranqué el coche y me fui dejándola suplicándome que la follara otra vez.
Autor: amo_tt
amo_tt ( arroba ) hotmail.com