Lo llevé a la boca y comencé a mamarlo, mi mano subía y bajaba y luego me lo metía a la boca, oía sus suspiros de satisfacción por lo cual sabía que le estaba gustando. Aumenté la velocidad y unos grandes chorros de semen fueron a parar a mi garganta, me lo tragué todo y dejé todo su pene limpio. Le seguí chupando y tuvo un segundo orgasmo, me masturbé y terminé casi enseguida.
Hola mi nombre es Luis, vivo en México y les voy a relatar una experiencia que tuve con mi primo Andrés. Lo que les voy a contar es una historia que hasta la fecha me calienta mucho cada vez que lo recuerdo.
Hace unos cuantos años mi primo Andrés se iba a quedar a dormir a mi casa casi todos los fines de semana, yo siempre había sentido un tipo de atracción hacia él, su cuerpo moreno y musculoso me excita mucho…
Ahora mismo tengo una gran erección en mis pantalones, pero nunca había pasado nada, ya que él se comportaba como el gran machote que jamás estaría con un hombre, así que pensé en otra forma de hacerlo mío.
Era sábado y llegó desde la tarde, vimos la tele y llego la hora de dormir, el dormía en mi cuarto ya que tengo dos camas, cuando ya nos íbamos a acostar le dije como excusa;
«Que crees que últimamente me he estado cayendo de la cama y he estado juntando las dos camas para no caerme. ¿No te molesta si las juntamos?» «-Claro que no»
Y así fue, juntamos las camas y nos acostamos, era mes de junio o julio, no recuerdo pero hacía mucho calor así que los dos solo traíamos puestos unos bóxer, lo cual me encantaba porque podía ver su gran y hermoso bulto.
Esperé como una hora para que se durmiera y le dije «Andrés» «Andrés» para ver si estaba dormido, pero no contestó, así que hice lo que por tanto tiempo había esperado.
Toqué su gran bulto por encima del bóxer y se sentía fenomenal, estaba enorme el mounstro que guardaba por dentro, luego le metí una mano y empecé a tocar sus huevotes que estaban todos peludos, los acaricié por un rato y luego me pasé a su polla…
¡Que delicia! estaba enorme y caliente ese manjar, él se movió un poco y pensé que se iba a despertar así que saqué la mano y me aparté, pero no pasó nada así que proseguí, ahora tenía otras cosas en mente.
Pensé en quitarle el bóxer, pero tendría que hacer mucho movimiento, por lo que existía el peligro de que en eso despertara así que le saqué su pitote por el hueco que tienen los bóxers por delante y empecé a masturbarlo lentamente hasta que lo tenía todo grande y grueso y su glande empezaba a segregar líquido pre seminal.
Eso me excitó y le di un lengüetazo a esas gotas que caían por el falo de mi primo, sabía de… li… cio… so.
Antes de hacerle sexo oral quería probar otra cosa más, me encantaba su culo y todos los culos en general, me encanta el olor, él estaba de costado así que me fui por detrás y le olí su ano por encima del bóxer..mmmm.. que delicioso olor…
Me excita el solo recordarlo, duré un tiempo oliéndolo, luego le pasé un dedo y me lo llevé a la boca, ¡que delicia!, estaba sudando por el calor y le chupé por un pequeño rato su culo al levantarle el bóxer, que delicioso sabor, pero nada comparado con lo que viene a continuación…
Regresé a su pinga, que ya había bajado de tamaño, así que rápido me di a la labor de levantarlo de nuevo, pero ahora de otra forma, me lo llevé a la boca y comencé a mamarlo como nunca.
Primero me concentraba en el glande mientras que con mi mano subía y bajaba y luego me lo metía todo a la boca, de vez en cuando escuchaba pequeños suspiros de satisfacción, por lo cual sabía que le estaba gustando.
Seguí chupándole ese tremendo palote como por 15 minutos hasta que sentí unas contracciones, lo cual me decía que venía lo bueno…
Aumenté el ritmo de velocidad y unos grandes chorros de semen fueron a parar a mi garganta, me lo tragué todo y dejé todo su pene limpio…
Le seguí chupando y tuvo un segundo orgasmo, llenándome mi boca de nuevo con sus líquidos deliciosos… me masturbé y terminé casi enseguida ya que estaba muy caliente…
No podía creer lo que acababa de pasar, le guardé su pene en los bóxers y me quedé dormido.
Al día siguiente mi primo despertó de muy buen humor, y creo que se porqué.
Autor: Luis