Esta es la historia que sucedió hace poco tiempo y que cambió mi vida para siempre.
Somos un matrimonio de 30 años los dos, mi nombre es Franco, soy ingeniero y practico (junto con mi señora) competencias de pedestrismo a campo traviesa, además de natación y ciclismo de montaña, por lo tanto se imaginaran que nuestro estado físico es muy bueno.
Mi mujer, se llama Mónica profesora de inglés, además de realizar numerosos trabajos de traductora y de vez en cuando dicta alguna que otra clase particular.
Dueña de en cuerpo digno de una vedette, mide 1,70mts más o menos, largas piernas, 100 de busto y muy firme con pezones rosados, de esos que siempre se asoman descaradamente y muy sensibles a las caricias (ella se excita al extremo cuando se los acaricio), angosta cintura, 60, y unas caderas excelentes que contienen lo más espectacular de su cuerpo que es su cola; me detengo en este detalle para que se imaginen como es exactamente. Redonda, abultada, muy firme por el ejercicio, parece como si su cola estuviera terminada a lija ya que no posee ni una imperfección. Además su rostro es bellísimo, labios carnosos, nariz pequeña, ojos miel y unas cejas muy expresivas, todo esto enmarcado por un pelo ondulado de color castaño que le llega hasta poco mas que los hombros.
Nuestro matrimonio se encuentra privilegiado por nuestra pujante condición profesional que día a día mejora, no tenemos hijos, clase media, muy emprendedores que, no hace mucho, compramos una hermosa casa ubicada en un barrio parque de las afueras de la ciudad. Sexualmente somos muy activos, aunque nuestra experiencia previa al matrimonio fue muy poca y en el caso de mi señora casi nula, nos gusta innovar, leemos muchos relatos de los mas variados y en la cama fantaseamos con infinidad de situaciones pero en ningún caso las llevamos a cabo ya que del dicho al hecho hay mucho trecho. Además nos encanta filmar nuestros encuentros sexuales que son muy creativos y con todos ellos tenemos armada una videoteca.
Nuestra relación se basaba en la confianza, cosa que cambió a partir de los hechos aquí narrados, y que no solo cambió esto, sino que toda nuestra relación de pareja.
Si bien, mi mujer es muy sexy ya que además de ser como antes la mencioné, también le gusta vestirse y actuar de manera muy sensual. En una palabra le encanta provocar y que la miren, pero su personalidad es muy posesiva y celosa.
En una ocasión a causa de su trabajo la vino a visitar un grupo de alumnos ya que tenían grandes probabilidades de desaprobar la materia faltando poco para terminar el año, entonces ella, que es muy exigente con sus alumnos, pero a la vez les brinda todas las posibilidades para que aprueben, les indujo a que trabajen de más para superar sus dificultades y les invitó a que asistieran a nuestra casa de forma extracurricular para poner al día sus conocimientos. Estos eran 4 jóvenes, todos ell morbo que en todos causa el hecho de que esa hermosa dama sea su profesora. Ellos entraron y yo me fui a hacer lo mío.
Estos encuentros se siguieron dando durante casi un mes, prácticamente de martes a sábado y en mi empezaron a surgir fantasías, en las que imaginaba lo que por la cabeza de ellos pasaba al ser atendidos por semejante maestra, lo cual (debo admitir), me dio algunos celos. Por otro lado le pregunté a Moni si la ropa tan sexy que usaba cuando venía los jóvenes, (por ejemplo en mini short de lycra), era una casualidad y de ser así que podía interferir con sus clases, a lo que ella me respondió que sabía que ellos se calentaban con eso, pero que a ella le gustaba hacerlo y que no me preocupara, que lo iba a manejar y que no llegaría a mayores.
Una tarde, al llegar del trabajo, mi mujer me recibió de forma extraña ya que estaba algo nerviosa, me besó, y me pidió que me siente. Me dijo que uno de sus alumnos, en un descuido de ella le había quitado de abajo del televisor, uno de los videos que habíamos grabado recientemente, y que ellos la habían chantajeado con este. Yo le pregunté que le habían pedido, y ella me contestó que todavía nada, pero que le dijeron que iban a hacer copias del video y que los iban a repartir entre los demás si ella no les daba lo que le pedían, que lo piense, y que en unos días iban a venir a ver si accedía al trato
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En ese momento me puse como loco y le dije que los iba a esperar, y que los iba a estrangular para que desistieran de esa idea, a lo que Mónica me dijo que no, que estaba loco si hacía eso ya que podía ir preso, además de que le dijeron que no me diga ni una palabra a mi, de lo contrario repartirían copias del video.
– Entonces& ¿Qué hacemos? Le dije ya que no sabía cual era la mejor forma de actuar.
– Tenemos que ser más inteligentes. Además seguramente lo que ellos quieren es que yo les apruebe la materia y listo. Quédate tranquilo y deja que yo lo manejo.
Pasaron unos días de esto cuando por fin aparecieron los cuatro en casa. Era sábado y yo me preparaba para ir a entrenar.
Cuando los vi llegar, tuve que disimular mi ira y le dije a Moni que hoy me quedaría en casa a lo que ella me dijo que no, que me vaya porque mi presencia podía complicar las cosas.
Yo de mala gana me puse mi indumentaria deportiva y salí, no sin antes saludar a los jóvenes de forma un poco irónica y dando un jugoso beso a mi esposa. Además me molestaba que estuviera tan linda, ya que tenía puesto en ese momento un vestido muy vaporoso de tirantes y color blanco que tenía estampado unas flores, además le llegaba por encima de las rodillas y lo usaba sin sujetador (esta demás decir que por las condiciones físicas ya descriptas se notaban sus senos y en especial sus pezones de una forma muy audaz), recordemos que no esperábamos que vinieran justo hoy los muchachos a hacer efectivo su chantaje. Yo emprendí mi viaje y ni bien salí me arrepentí de hacerlo y me pegué la vuelta, entrando a la casa por el garaje. En absoluto silencio subí las escaleras que conectan el garaje con la casa y abrí con mucho sigilo la puerta teniendo cuidado de no encender ninguna luz que pueda ofrecer un contraste que delate mi posición de observación, cuando escuché:
-Bueno. Dijo Andrés. Para mi Coca.
-¿Ustedes? Preguntó mi esposa.
– Lo mismo profe. Contestaron los otros.
Estaban todos parados en el living de la casa enfrentado a Mónica y la miraban con cierto descaro.
– Me imagino que lo pensaste bien y que tenés una respuesta a nuestro pedido. ¿No?
-Si claro que lo pensé y…
– Me imagino
-Bueno, si quieren se pueden cascar una paja pero nada más.
Cuando iban a protestar, Andrés haciendo un gesto con la mano de que se detengan dijo: -OK. Empieza. Pero hacelo despacio.
Mónica comenzó a desabrocharse el vestido por delante cuando Andrés interrumpió:
-Sacate las tetas, Asii… Ahora déjate el vestido puesto y levántate la falda.
Mónica, tragó saliva, estaba siendo humillada por un par de jóvenes que ni siquiera le dejaban que se saque la ropa a su manera. Cerró los ojos y se levantó la falda.
Tenia puesta una de sus habituales tangas de encaje color blancas.
-¡Que rico! Se oyó decir a uno de ellos.
– Sácatela. Dijo otro.
Ella, con esfuerzo lo hizo. En eso una mano se abalanza a tocarle una teta cuando es interceptada por un golpe de mi mujer: -¿Qué haces?, dijimos que nada de tocar.
– Nada de tocar, no. Dijo Andrés. Nada de coger, era el trato.
A todo esto ya tenían las pollas en sus manos. Todas eran de buen tamaño, pero la de Santi era muy grande y gorda. Noté que moni la vio porque se quedó con la mirada un rato en ella y porque pareció que se le fue la inhibición. En ese momento se les acercó con decisión y los empujó sutilmente para que se sienten en el sillón. Al hacer esto, varias manos fueron a dar cos sus pechos y una se introdujo por debajo de su falda que tocó su conejito desnudo.
Esta vez, Moni no les golpeó las manos, sino que las retiró con delicadeza y mucha paciencia.
Yo no lo podía creer, seguía sin saber que hacer pero confiaba (todavía) en el ingenio de mi mujer. Los celos me estaban matando pero a la vez estaba sufriendo una erección de campeonato. ¡Me estaba calentando; y como!
-En eso, Moni que tenia los el vestido prendido por el botón del medio y por lo tanto tenia totalmente descubiertos los senos y su sexo, empezó a moverse muy sensualmente delante de los muchachos que nuevamente intentaban tocarla esta vez sin que ella ejerciera resistencia alguna.
Las manos ingresaban por debajo de la falda y recorrían sus piernas y nalga no pudiendo llegar bien a sus senos por la altura del sillón y porque Moni estaba de pié.
-Arrodí
llate. Dijo Andrés.
Moni obedeció quedando a la altura de las rodillas de ellos y empezaron a masajeárselos lo que hizo que sus pezones se pongan muy rígidos producto obviamente de la calentura que ella tenia, masajes que bien podían terminar en el orgasmo de ella.
No paraban de cascarse las pollas y mi cabeza iba a mil cuando pasó algo que definitivamente no pensé que pudiera pasar. Moni tomó la polla del que estaba por delante de ella con una mano y con la otra la del otro y las empezó a cascar.
-Nosotros también queremos. Dijeron los demás.
Entonces Moni soltó la polla que estaba enfrente de ella para tomar la otra, pero la que había soltado se la metió en la boca. ¡Si! Se la agarró con la boca y la empezó a chupar como solo ella lo sabe. La humedecía bien y se podía escuchar el chapotear de la polla en su boca. Esto hizo que uno de los que estaba pajeando se viniera con grandes chorros de semen que empaparon su mano y brazo, además del sillón y la alfombra.
El que estaba desocupado, fue por detrás de ella (que estaba de rodillas pero con la cola sobresaliendo hacia afuera) y le levantó la falda para meter varios dedos en el coño que a esta altura estaba súper mojado. Había que verla, con semen en toda una mano, pajeando a uno, otro que le metía 3 dedos en el coño mientras le amasaba sus nalgas, con una polla en la boca y sus tetas llenas de saliva producto de su trabajo mezcl frenético bombeo, que sin ser una penetración, estimulaba el clítoris de mi mujer y la empezó a poner como una moto nuevamente.
El joven rápidamente se vino, descargando su semen, producto de la posición, en el pubis y barriga de mi mujer, llegando a chocar incluso con la parte baja de sus hermosos pechos.
Rápidamente todos quisieron hacer lo mismo, reemplazando al muchacho, uno de sus compañeros mientras los otros dos eran succionados y pajeados alternativamente por Moni.
Uno que era pajeado por mi mujer, acabó en su boca, corriendo, lo que ella no pudo tragar, por la comisura de sus labios juntándose con el esperma que tenía en el cuello. En eso, Andrés le dijo: -Yo quiero algo distinto.
Diciendo esto, la dio vuelta y, sentándola en el sillón, le metió su polla entré sus enormes senos y ella comenzó a hacerle una cubana como yo nunca la había visto. El muchacho se movía entre sus tetas y su polla resbalaba producto de todas las corridas acumuladas mientras que ella aprovechaba para besar su capullo cuando este llegaba a su mentón.
No pudo aguantar mucho y se vino, empapando todo el torso cuello y boca de mi mujer. Rápidamente todos lo reemplazaron para que Mónica le haga una cubana a cada uno viniéndose todos de la misma forma.
Estaban todos agotados, habían acabado como tres veces cada uno y Mónica también había tenido lo suyo, producto de los manoseos de los muchachos y de la frotación que realizaron con sus penes en el clítoris de ella, cuando moni les dijo: -Esta pagado el trato, ahora denme la cinta y se van de mi casa.
Los muchachos escucharon, se miraron y en silencio se marcharon no sin antes tirar sobre el sillón la cinta.
-Gracias Prof., la verdad que usted si que la sabe chupar. Dijo Andrés con una risa burlona dibujada en su rostro.
Moni lo miró con desprecio y luego se marcharon. Ella seguía tirada en el sillón llena de semen por todos lados, tetas, cuello, vientre, manos, piernas, todo el cuerpo.
Yo estaba totalmente confundido pero a la vez muy caliente, entonces no lo pensé más y salí de mi escondite. Cuando ella me vio se asustó mucho y empezó a titubear.
-¿Qué te pasó? ¿Que significa esto? -para yo te puedo explicar todo.
-vos sabias que esto era parte del trato y no me lo dijiste. ¡Sos una puta de mierda! – Es que esperaba que ellos se conformen con mirarme y asta tocarme pero& ¡les prohibí que me cogieran! – A no, menos mal. Dije de forma irónica.
Y no aguante mas, me acerque a ella, estaba toda pegajosa, la di vuelta y se la metí, la bombee rápidamente.
-¿Te gustó, lo que hiciste? ¿¡Te gusto!? -Mi amor: ¿Cómo me preguntas eso? Me chantajearon.
-Te vi, puta. Vi tu cara cuando le viste las pollas.
-Si, me gustó, y quiero que ahora me cojas vos.
Así lo hice y le llené la concha de leche. Estuvimos cogiendo toda la tarde. Debo admitir que el estado deplorable en que estaba producto de las corridas de los muchachos me excitaba mucho.
Nunca mas hablamos del tema
pero se que esto marcó un cambio en nuestra vida sexual que desembocó en muchas historias que en otro momento les contaré.
Si les gustó escríbanme. Saludos.
Autor: Carlos 19142003 ( arroba ) yahoo.com.ar
Wuaoooooo muy buen relato