Corinne, con sus casi 19 añitos, iba a ir a la Universidad, había escogido una carrera que no existía en su ciudad y debía de ir otra para estudiarla. Para alojarse en lugar de escoger o un piso compartido o un colegio mayor escogió un internado del que una amiga suya le había hablado muy bien. Entró en el internado con toda la ilusión del mundo aunque tenía unas reglas muy estrictas para algunas cosas y a veces bastante raras como que debían de hacer ejercicio todas las mañanas al levantarse y ducharse con agua fría a veces, pero bueno tampoco era muy difícil de cumplir ya que solo era como castigo y para aquella persona que incumpliera algo.
El centro estaba dividido casi en toda su superficie en dos zonas para chicos y chicas. Ella estaba en un dormitorio del primer piso que otra ventaja que tenía el centro era que disponía de cuartos individuales con lo que la concentración para el estudio iba a ser mayor que en otros sitios. Llevaba un mes y la verdad se encontraba bastante cómoda a pesar de que alguna vez se sentía observada con miradas lascivas por algunas compañeras e incluso se había sentido así con algunas trabajadoras e incluso una vez con la directora, pero lo que no imaginaba era lo que la iba a pasar un domingo del mes de noviembre.
Eran las diez y veinte de la noche y llegaba tarde, pero no por su voluntad sino porque debido a un gran atasco el autobús que la llevaba al centro, después de haber pasado ella todo el fin de semana con su familia, había tardado más en dejarla en la estación de autobuses. La abrió una de las porteras y la dijo que llegaba tarde y que por eso debía de ir después de dejar la maleta en su cuarto, donde la directora. Ella pensó que solo la echarían la charla ya que la parecía una tontería lo ocurrido, pero no esperaba lo que iba a ocurrir.
Dejó la maleta sobre su cama y fue al despacho de la directora, dio dos golpecitos en la puerta y pidió entrar, la mujer la dijo que podía pasar y entró. Eva que así se llamaba la directora estaba sentada detrás de su mesa de despacho y cuando entró no la dijo que se sentara sino que la ordenó expresamente que se quedara de pies. La mujer se levantó, pasó por detrás de ella y cogiéndola del pelo la dijo que allí nadie incumplía una regla sin recibir castigo y que se desnudase.
Corinne flipaba con lo que estaba sucediendo, pero por miedo obedeció, se quitó la camiseta que llevaba con un escote cuadrado que dejaba asomarse a sus pechos, luego los jeans y por fin un tanga de color rosa. Corinne era de pelo castaño, suave y llegándola por los hombros, lo llevaba recogido en un pequeño moño que soltó dando libertad al cabello, unos hermosos y profundos ojos azules que la daban un aire mezcla de inocente y de pícaro cu ducha y que se diera la chica una ducha fría que estaba demasiado cachonda para ser una dulce e inocente chica y que luego acudiera al comedor vestida de colegiala. La mujer la acompañó al baño y observó mientras la chica se duchaba. La chica optó por provocarla acariciando sus pechos y bajando una mano por su cuerpo hasta llegar a su conejito y acariciárselo como queriéndolo masturbar.
En esa postura tan provocativa estaba cuando llegaron armando mucho escándalo unas compañeras que formaban parte de un equipo de fútbol-sala. Se ducharon y cuando comprobaron que la chica estaba sufriendo un castigo se rieron de ella intentando humillarla, la celadora la dijo que solo saliera cuando salieran todas y que primero tenía que jabonar todos los cuerpos y aclararlas. Luego cuando solo quedaba una jugadora la celadora salió a por la ropa de colegiala para la compungida muchacha.
Entonces la jugadora que quedaba se acercó a ella y cogiendola del pelo la obligó a arrodillarse y puso la pierna apoyada en la pared para indicarla que la comiera el coñito lo que Corinne al principio rechazó, ella siempre le habían gustado los hombres y nunca había sentido inclinaciones lésbicas, pero hoy había quedado demostrado que sexualmente también la gustaban las mujeres. Se aplicó a la tarea con auténtico vicio haciendo que la otra chica jadeara fuertemente. Nerea que era la futbolista la derribó en el suelo poniéndose sobre ella co
n su coño en la boca de Corinne y penetrando el coño de ésta con dos dedos a la vez, con el dedo pulgar masturbaba su clítoris lamiéndolo con la lengua también.
Se dieron mucha prisa para que no las descubriera la celadora, pero cuando miraron vieron a Inma la celadora masturbándose con los pantalones en los tobillos y sus dedos dentro de su vagina y acariciando sus pechos con la otra mano por dentro de la blusa. Las dos muchachas a la vista de la escena estallaron en un gran orgasmo. Entonces Corinne salió se secó y se tuvo que poner la ropa de colegiala que la celadora le dio. Entró al comedor para cenar, quería irse rápido a su cuarto para irse a la cama, estaba alucinando que en lugar de estar enfadada y decidida a irse estaba satisfecha sexualmente y deseando repetir.
Cenó y se fue a dormir, cuando llegó a su cuarto, se quitó la ropa y se metió en la cama completamente desnuda salvo unas pequeñas braguitas blancas que era la única prenda que la permitían. Se durmió, pero de repente notó una presencia en su cama, alguien que acariciaba sus muslos intentando separarlos mientras se pegaba a ella, notó una polla cerca de sus nalgas, era un hombre, al darse la vuelta se encontró con un chico estuvo a punto de chillar, pero no pudo, el chico la tapó la boca con la mano impidiéndoselo.
El chico la besó y con la mano la bajaba las braguitas e intentaba ponerse encima de ella. Ella al principio pugnó por zafarse, pero el chico le gustaba, le había reconocido era un compañero de clase y siempre la había atraído. Abrió por completo las piernas recibiendo su polla en su coño siendo penetrada, lo abrazó con sus piernas. El la follaba con fuerza alternando con momentos de mucha dulzura y con su boca intentaba besar sus pechos. La mano del chico sobaba uno de sus pechos y pellizcaba el pezón.
El chico de repente embestía con mucha mayor rapidez y fuerza hasta que sintió que se venía y sacó la polla masturbándose sobre ella y llenándola de leche. Abrió la luz y vio como Eva la directora había observado toda la escena a la vez que había follado con otro de los chicos e Inma en el suelo hacía un 69 c