El fin de semana pasado era la final del mundial y fui invitado a verlo en casa de Antonio,su esposa no estaba, con mi amigo Hector. Al llegar a casa mi ahijada Clara me abrió la puerta, aunque yo soy su padrino hacía tiempo que no la veía, la chiquilla 18 años ya, llevaba un vestido blanco con flores estampadas que le llegaba más arriba de las rodillas, además estaba muy ceñido a su cuerpo lo que resaltaba su figura. Le di dos besos.
Pasé por la casa siguiéndola y viendo el meneo de su trasero mientras ella me contaba no sé qué cosa, también miraba sus piernas delgadas y bien tonificadas acabando en una sandalias. Llegamos a la piscina donde su padre había colocado la tele para estar más frescos. Salude a mi compadre y a Héctor y rápidamente Clara nos tomó nota de lo que queríamos.
Estuvimos bebiendo varias cervezas y viendo el partido mientras que Clara nos sacaba bebida y comida basura ( patatas, queso, chorizo, pan..), yo no hacía más que mirar de reojo a Clara cuando venía y en su cuerpo que llamaba al pecado. Una de las veces tardaba en venir y me levanté diciendo que iba al aseo, entré en la casa y me encontré a Clara en la cocina cortando más queso. La saludé y ella sonrió saludándome.
- Dios, que mayor estas. – le dije sacando una cerveza del frigo
- Sí – dijo ella sin dejar de cortar queso.
- ¿ qué tienes ya 18 años? – le dije apoyándome en la alacena de su cocina mientras ella seguía en la isla cortando queso dándome la espalda.
- Recién cumplidos – dijo ella muy orgullosa.
- ¿ Hiciste una gran fiesta con chicos y chicas? – le pregunté para seguir manteniendo una conversación con ella mientras le miraba el culo y lo memorizaba.
- No, solo con mis amigas – dijo ella. La imagen de ella y sus amigas en una lujuria lésbica me sobrelleva haciendo que tuviera una mini erección.
- ¿ que pasa no tienes amigos? , ¿ novio? , ¿ rollete? …
- Ja ja ja – se rió y luego me miró – no nada de eso. – esa respuesta hizo que se me pusiera dura y me acerqué a ella.
- Entonces tengo que suponer que era virgen aún – le dije susurrándole al oído y tomándola por los hombros, ella se quedó parada quizás no se esperaba esa contestación. Aproveché para pegar mi cuerpo al suyo y le volvía susurrar “ si quieres puedo ayudarte en eso “ y pasando mi polla erecta desde la raja de su culo pasando por su cacha izquierda donde con mi mano tomé una cuña de queso y la mordí enfrente de ella.
Caminé abandonando la cocina y dejando a Carla con mi ofrecimiento de perder la virginidad.
Me senté en mi silla y estuve viendo el partido con mis amigos, al poco rato vino Carla con el queso y un paquete de picos, con la cabeza baja y sin querer mirarme a la cara.
- Ven Carla siéntate aquí junto a tu padrino – le dije mientras me levantaba y acercaba una silla a la mesa.
Ella me miró y se sonrojó.
- Venga siéntate – dijo su padre mi.
Carla vino a sentarse junto a mí por ser la única silla que estaba junto a la mesa. Yo estaba presidiendo la mesa a mi izquierda Carla de frente mirando a la televisión estaban Antonio y Héctor dándonos la espalda a mi y a Carla y de lado a la mesa. Pasé mi brazo por encima de Carla y la abracé ella se dejó abrazar luego con mi otra mano comencé a tocar su pecho derecho, ella intentó alejarse sorprendida por mi osadía pero luego se quedó quieta e incluso acercó más su cuerpo al mío. Tomé su mano derecha y la puse encima de mi polla, bueno del bulto que hacía mi polla en mis pantalones, ella intentaba quitar la mano pero algo de lujuria la movía a no quitarla y cuando empezó a palpar yo dejé de sujetar su mano y volví a acariciar sus pechos por encima de su vestido, casi podía notar como su pezones se ponían duros debajo de su vestido.
Tras un rato tocándonos su padre, mi amigo nos interrumpió.
- ¿Cariño quedan cervezas en la nevera? – dijo volviendo la cabeza, Clara con los nervios dejó de tocarme la polla y yo quité mi mano de su pecho.
- Quedan pocas, papá – respondió Clara.
- Mete unas cuantas en el frigo – dijo Antonio.
- Vale – dijo ella levantándose.
- Te ayudo que los botellines pesan – dije yo levantándome también. Saqué la caja de 24 botellines del mueble y lo llevé a la cocina, Clara ya estaba en la cocina con la nevera abierta haciendo hueco. Sacamos todos los botellines y los colocamos en la nevera. Después la cerramos ella se volteó hacía la isla ruborizada.
- Te ha gustado lo que te he hecho, verdad? – le dije susurrándole al oído
- Si – escuché a ella responder con un hilo de voz.
- Pues déjame seguir – le dije tomándola de la barbilla y haciéndola mirarme a la cara, puse mi cuerpo delante de ella, estaba entre la isla y mi cuerpo, y cada vez me acercaba más a ella.
- ¿ alguna vez te han besado? – le pregunté.
- Sí – dijo ella con el mismo hilo de voz.
- Entonces esto no es nuevo para ti – dije antes de poner mis labios sobre los suyos.
Comencé a besar a mi ahijada en la cocina de mi compadre, primero fueron besos de labio con labio pero luego empezamos a meternos la lengua mutuamente, mientras que yo acariciaba sus piernas y le subía el vestido blanco con flores estampadas, luego mis dedos encontraron su coñito y se pusieron a jugar con él haciendo que gimiera Clara.
Estaba cachondo y ella también así que tras comerle el coño la hice bajarse de la isla y que se pusiera de rodilla frente a mí,. Bajé mi cremallera y saqué mi polla, ella me miró a la cara y luego miró mi polla y comenzó a lamerla como un polo. Se notaba que nunca había hecho una mamada pero ponía empeño.
- Tienes que hacerlo como si le dieras un beso y luego abre la boca para meterla en tu boca mientras que la agarras y las mueves de arriba abajo – le dije a media voz.
Siguió mis indicaciones y en poco tiempo dominaba y coordina su mano con su boca practicándola una buena mamada.
No sabía cuánto le quedaba al partido y quería follármela así que le saqué mi polla de la boca, me senté en el suelo de la cocina, le subí más el vestido y la puse encima de mi polla. Mi polla comenzó a meterse dentro de su coño luego la hice levantarse y bajarse sintiendo como su himen se rompía y como su coño se estremecía ante el avance de mi polla en su cuerpo. Le seguí subiendo su vestido hasta que este salió por su cabeza quedándose totalmente desnuda frente a su padrino, ella también me desabrochó mi camisa quedando descamisado, podía oír a su padre gritándole a la tele mientras que su hija era follada y gemía en mi oído, exhalando cada vez más fuerte hasta que noté que se vino y como una bomba se corrió sobre mi polla yo aguante varias embestidas más antes de sentir que me iba a correr, fue entonces cuando la hice levantarse de mí para no correrme dentro de su coño. Cuando mi ahijada vio como salía el semen de mi polla se quedó fascinada y no pudo contenerse, comenzando a lamerme la polla para comerse todo mi semen..
Me levanté y desde la ventana de la cocina podía ver la tele y ver que al partido le quedaban poco minutos así que me arregle ayudé a vestirse a Clara y nos volvimos a besar y salí al patio como si nada.
– Tio, donde has estado? Te has perdido un puntazo – dijo Antonio.
– Para puntazo el que le he metido a tu hija – pensé pero no se lo dije.
He vuelto a ver a mi ahijada y hemos vuelto a follar, follamos siempre que podemos.
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