La Historia: Desde hace más de tres meses conocí por medio del internet a un jarocho de 33 años… tuve la posibilidad de invitarlo a comer y platicar toda una tarde… el tipo había tenido en su adolescencia algunas relaciones como activo, mismas que recordaba con una amplia sonrisa en su boca… como aquel que se acuerda de las travesuras que hacía de chiquillo… se había casado a los 20 años y se había venido a vivir la Ciudad de México a probar fortuna… había trabajado en la Compañía de Luz, luego como gestor de un Arquitecto y actualmente trabajaba en un mejor puesto dentro de un despacho de contadores… se había tirado a unas seis chavas fuera de su matrimonio, pero todo ello con absoluta discreción y seguridad ya que su mujer era extremadamente celosa y lo cuidaba mucho… tenía tres hijos varones… era un tipo chaparrón y fornido, con un par de nalgas espectaculares… grandes y bien formadas… pelo negro crespo… con facciones toscas muy agradables… moreno… atractivo…
Llegó vestido de traje y al quitarse el saco pude apreciar una pequeña barrigita que se formaba por debajo de su camisa… se veía que el tipo había hecho ejercicio ya que tenía los brazos, espaldas y pecho bien formados pero seguramente la vida sedentaria de la ciudad le impedía seguir haciendo aquella actividad física, lo que había repercutido en la formación de aquella barriguita «de casado»… después de una larga y amena plática, le ofrecí un aventón, mismo que gustoso aceptó… nos subimos ambos a mi automóvil… ya en un lugar mas íntimo pude hacerle una buena propuesta… ¿quieres que te la mame?… en cuestión de minutos estábamos los dos en mi camioneta, estacionados en una obscura y poco transitada calle… sacó a pasear su instrumento y pude apreciar una rica y pequeña verga sin circuncisión, que poco a poco crecía… saqué mi regla flexible y la medí… 13 centímetros de largo y 11 de ancho… una verga pequeña pero muy rica, bien parada, oliendo a limpio y muy venuda… enseguida me la metí a la boca y le dí una de las mejores mamadas de mi repertorio… los vidrios de la camioneta se empañaron y adentro de la misma solamente se oían los gemidos del jarocho que guiaba con maestría la mamada que le estaba dando… «dale ahí», se oía… «pérate tantito»… «chúpala así»… «que rico la mamas cabrón»… «ya no aguanto mas»… «dale mas»… así estuve no menos de diez minutos… de repente anunció su venida con un fuerte gemido y mi boca recibió su rica y caliente leche… se vino como pocas veces lo había sentido… era mucha leche la que tenía guardada… una leche espesa, pastosa y blanca… todavía tuve la suerte de succionarle la cabeza de la verga hasta que con un fuerte apretón, ésta arrojó la última gota de rica leche… el jarocho quedó satisfecho con mi trabajo… yo a su vez quedé mas satisfecho con aquel jarocho caliente… su verga era pequeña pero «si que sabía como usarla»… poco a poco las cosas regresaron a la normalidad… abrí las ventanas… arranqué la camioneta y llevé al jarocho al metro mas cercano… cuando se bajó de la camioneta se despidió de mí con una sonrisa en los labios… mi boca aún saboreaba el rico sabor de sus mecos…
Volvimos a hablar en las subsecuentes semanas, pero al Jarocho no le gustaba hablar telefónicamente del tema… sufría de la típica crisis nerviosa de aquel que se siente acosado por los celos de su mujer… ¿y si estaba grabando las conversaciones?, algún día me lo dijo… me pidió que nunca tocara el tema por el celular y que mejor lo invitara a comer… así lo hice… nos volvimos a ver y sucedió exactamente lo mismo que antes narré… el postre fue mucho mas sabroso que la comida misma… ya en la camioneta, después de mamarle la verga al jarocho y de hacerlo venir, le dije que una de mis fantasías sería que me la «dejara ir»… el jarocho sonrió y me dijo que él también tenía muchas ganas de «darme por el asterisco»… en ese momento no se podí
a ya que tenía que llegar a su casa y cumplirle a su mujer… comenzamos a idear un plan seguro y a la vez excitante… le propuse invitarlo para que me acompañara fuera de la Ciudad… su ciudad natal Veracruz, podía ser una buena opción… saldríamos de la capital de madrugada… llegaríamos al puerto de Veracruz a eso de las 10:00 de la mañana… cogíamos todo el día y ya por la tarde/noche él se iría a dormir a la casa de sus padres, con la finalidad de que no hubiera sospecha alguna por parte de su esposa… era una gestión de su trabajo… yo le pagaba el camión de regreso si es que se quería quedar descansando todo el fín de semana… el jarocho lo aceptó e inclusive me ayudó a planear algunas cosas… pusimos fecha… el viernes 22 de septiembre… esta bien, el viernes 22… la única condición era que el Jarocho fuera con la «pluma bien cargada»… le sugerí abstinencia de por lo menos una semana
Volvimos a hablar semanas antes del suceso… la verdad es que yo fantaseaba continuamente con aquel jarocho, dándome su rica verga por el culo… me gustaba su verga… «chiquita pero picosa»… me encantaban sus nalgas… me gustaba que fuera activo solamente y que fuera muy caliente y aguantador… tenía experiencia en «asteriscos» y me había platicado de una serie de fantasías sexuales en las que yo le quería ayudar…
Como ustedes lo saben, el fín de semana del 15 y 16 de septiembre es día de fiesta nacional en México, razón por la cual, mucha gente regresa a sus lugares de origen a pasar unos días de descanso en compañía de la familia… aquel fín de semana, el jarocho, en unión de su familia, había ido a pasar dichas fiestas al puerto de Veracruz… el Martes siguiente que hablé con él, me dijo que ya todo había quedado organizado para el siguiente fín de semana… su esposa no había opuesto oposición alguna… eran cuestiones de «chamba»… inclusive el jarocho me comentó que a un «carnal» suyo le había platicado lo que había sucedido conmigo y lo que ambos habíamos planeado para el fin de semana… yo lo regañé ya que consideraba que era poco prudente platicar de esas intimidades, máxime que sabe perfectamente lo celosa que era su mujer… el jarocho solo afirmó que su «carnal» era un tipo de fiar… es mas, él también le había platicado de cómo le había roto el «asterisco» a un par de putitos que se había tirado allá por Chachalacas… no cabe duda que culear es uno de los deportes favoritos de los jarochos…
El viernes 22 salimos de madrugada con destino final a la Ciudad de Veracruz… con sendos cafés en las manos tomamos la carretera rumbo a la bella Ciudad de Puebla… buena música en el auto y una buena plática eran síntoma de tranquilidad… Amaneció cuando justo pasábamos la capital poblana… poco tráfico en la carretera… la salida del sol entre los montes… a lo lejos se veía el Pico de Orizaba, uno de los volcanes mas altos de la República Mexicana… la plática se ponía cada vez mas cachonda ya que nos platicábamos mutuamente nuestras experiencias sexuales y nuestras fantasías del mismo tema… el jarocho comenzó a acomodarse la verga por encima de sus jeans… inclusive en algún momento la «sacó a pasear», dejando que mis manos apretaran y gozaran de la suave piel de su verga… no era el momento oportuno para andar de calientes así que volvió a guardarla… no hubo contratiempo alguno en la carretera… llegamos al puerto a las 9:30 de la mañana y enseguida buscamos nuestro hotel situado enfrente del malecón, junto a la escuela naval… el sol comenzaba a pegar fuertemente, así que ya en el cuarto propuse cambiarnos y bajar a desayunar algo típico en el tradicional «Café de la Parroquia»… un par de huevos revueltos con frijoles negros refritos, pan recién hecho y un café con leche fue mi desayuno… el Jarocho desayunó exactamente lo mismo… caminamos un poco por el malecón y poco antes de que dieran las 11:30 decidimos comenzar a organizar el «motivo del viaje»…
Subimos a nuestro cuarto y sugerí al Jarocho que tomara un baño… cerré las cortinas y apagué las luces internas, dejando encendida tan solo una vela aromática que traía desde México y una lámpara de buró… el Jarocho salió del baño con la toalla anudada a la cintura… vió el cuarto y aprobó los arreglos que había hecho… ¿Estás cansado?, le pregunté… asintió con la cabeza… le ofrecí q
ue se acostara en la cama y poder darle un masaje de relajación… el jarocho aceptó gustoso preguntando primero si traía condones… no te preocupes, le dije… traigo mas de los que puedes llegar a necesitar y saqué de mi maleta una caja nueva con 9 Condones Sico Safety y mi tradicional tubo de lubricante soluble en agua… no había mayor sonido que nuestro respirar… el jarocho se recostó sobre una toalla boca abajo… yo cubrí su cuerpo con otra toalla… saqué de mi maleta un par de aceites con esencias… uno con olor a lavanda y otro con olor a cítricos… comencé a darle un masaje desde la cabeza… revolví su pelo ensortijado… relajé sus hombros que estaban tensos… bajé por su espalda… suavemente levanté la toalla y toqué sus nalgas y mi lengua lamió la zona de la espalda en donde comienzan las mismas… solo oí un pequeño gemido… relajé sus piernas hasta llegar a los dedos de sus pies…
Los tenues olores de las esencias daban al cuarto un ambiente de relajación… era un verdadero banquete estar con el jarocho… le pedí que se volteara y seguí la misma rutina de frente… me tardé un poco más en su estómago y en sus pechos ya que aquel cuerpo era digno de tocarse y gozarse centímetro a centímetro… sus pechos lampiños y sus pezones fueron lamidos lentamente… mi lengua bajó por el ligero camino de pelitos que llevaba al paraíso… ahí estaba aquella rica y pequeña verga… se acomodaba como un perro a las piernas de su amo… me arrodillé entre las piernas del jarocho y con mi boca comencé a despertar el bulto de carne que tenía entre las piernas… un segundo ligero gemido salió de su boca… comencé a mordisquear aquella pequeña verga mientras miré al jarocho que abría los ojos y soplaba de placer… mi lengua comenzó a lamer aquel pedazo de carne… primero la lamí en todo su contorno hasta que se puso completamente erecta, luego me metí toda la verga en la boca… la chupaba y movía mi lengua alrededor de ella… la acariciaba con mis labios mientras la mojaba con mi saliva, después me la metí hasta que la punta de su verga tocó mi garganta… ¡qué verga tan rica, tan dura, tan jugosa!…
Tenía un sabor saladito irresistible… estaba completamente rendido ante tan rica verga… aquel instrumento pulsaba dentro de mi boca… el jarocho tomaba mi cabeza con sus manos para dirigir la operación… mamé aquella verga por espacio de unos diez minutos… todo fue pausado… lento… no quería hacerlo venir… me separé un momento de la verga y le pedí que se sentara en la orilla de la cama… yo me hinqué entre sus piernas, comencé de nuevo a lamer aquella linda verga… su cabeza estaba completamente roja y pulsaba… saqué la vibrante verga de mi boca y bajé un momento a sus huevos que como un racimo de uvas colgaban… ¡qué huevos!, eran de un tamaño normal y bastante peludos… de inmediato me los metí a la boca… los succioné y jugué un momento con los vellitos rizados que cubrían su escroto… le arranque sendos gemidos al jarocho… el jarocho se recostó en la cama y abrió las piernas para que yo pudiera mamarle los huevos con mayor facilidad… bajé aún mas y comencé a mamarle el bello camino de pelitos que lleva al ano… mi lengua se movía como loca… entre besos y alguno que otro pequeño mordisco, llegué al culo del jarocho… era un culo rosadito y peludo… apretado como un asterisco… como es tradicional alguno de sus pelos quedaron enredados en mi lengua… lamí su culo que estaba rosadito como la piel de un bebé… completamente cerradito y apretadito… mi lengua logró abrirlo poco a poco… mi saliva lubricaba el culo y mi lengua recorría cada uno de sus pliegues… aquellos momentos fueron de sumo placer… el cuarto se llenó de gemidos y pujidos… ahí estaba mi macho jarocho con las piernas abiertas y dejando que yo le comiera el culo por primera vez… el jarocho no se controlaba… ahhh…. asssssiiii…. ahhhhh…. maasssss….. ahhhhhh….. ohhhhh… eran constantes…
Cada vez que mi lengua tocaba su culo, el jarocho gemía con mayor fuerza… yo seguí comiéndome aquel rico y estrecho culo… el jarocho abría mas sus piernas y con su mano derecha apretaba mi cabeza contra su ano para que metiera mi lengua lo mas profundo de su ser… era una sensación que nunca había siquiera imaginado que existía… luego me confesó que nunca le habían mamado el culo… el jarocho hab&
iacute;a oído que era una experiencia muy rica pero nunca imaginó lo que en realidad implica el que te mamen el culo… parecía que le daban toques… gemía y se movía sin control… el jarocho pedía mas… sus gemidos iban en aumento mientras yo con mayor fuerza lengüeteaba y le limpiaba el culo… mi lengua jugaba con sus pliegues y buscaba entrar en aquel delicado esfínter… su respiración se agitó y comenzó a soplar… … ahhh…. asssssiiii…. ahhhhh…. maasssss….. ahhhhhh….. ohhhhh… sigue….. asssssiiiiii….. ahhhhhh….. de repente oí un fuerte quejido… ahhhhhh….. ohhhhhh… sentí como el culo del jarocho comenzaba a pulsar, apretando mi lengua que hecha «taquito» trataba de entrar en su culo… sentí cada uno de los apretones que acompañaban su venida… mi lengua gozó aquel momento… su culo se abría y cerraba sin control alguno… su verga había estallado en una tremenda venida sin siquiera tocarse… los chorros de leche habían llegado hasta su cuello… algunas gotas quedaron en su pecho y otras en sus vellos púbicos… yo seguí mamándole el culo hasta que el muchacho se vació por completo… seguramente recordará por siempre aquella primera vez que le mamaron el culo… lentamente mi lengua dejó el pulsante culo del jarocho… aquel rico esfínter había quedado completamente limpio y lleno de mi saliva… sus rizados pelitos quedaron mojados… en mi lengua el rico sabor de un culo recién bautizado… la verga del jarocho había comenzado a perder erección y yo con mi lengua la lamí de arriba abajo buscando alcanzar las últimas gotas de leche… tomé su verga entre mis manos y comencé a limpiarla con la toalla… el jarocho sonrió y e hizo algunos comentarios sobre su venida… nunca antes había sentido lo que en ese momento… nunca antes se había venido sin tocarse… vaya que si había aventado leche… había quedado completamente lleno de leche… su pecho, cuello y estómago delataban la vasta venida que había tenido… la respiración del jarocho se normalizó… se levantó y se metió al baño a darse otro regaderazo…
Después de unos cinco minutos salió del baño y caminó hacia mí… yo estaba totalmente desnudo, acostado en la cama… había tomado el tubo de lubricante y comenzaba a lubricarme el ano para que su penetración fuera sin mayores problemas… el jarocho se recostó junto a mí y colaboró conmigo… tomó un poco de lubricante y comenzó a esparcirlo entre mis nalgas y concretamente en mi culo… ¡se ve que lo tienes bien apretadito!, me dijo… sus dedos jugaban con los pliegues del ano y uno de ellos entraba con facilidad dentro de mi ser… mientras el jarocho hacía lo antes narrado, yo alcancé su verga y comencé a jugar con ella… estaba flácida pero poco a poco comenzó a despertar… ya eran dos dedos los que el jarocho introducía en mi culo y los movía ondulatoriamente dentro de mi ser… «métemela», le pedí… sacó sus dedos de mi culo, se paró, se puso lubricante y un condón… yo supervisé todo ese ritual… su verga se veía hermosa con el condón puesto… el contraste con sus morenas piernas y sus negros y lacios pelos púbicos era singular… yo por mi parte le pregunté que cual posición prefería… perrito fue la escogida… un perrito especial ya que me puse lubricante en la entrada de la colita y luego me hinqué en la orilla de la cama… mi culo quedaba justo a la altura de la verga del jarocho… me puse una almohada en la cara y me acomodé en la cama dejando mis nalgas a su merced… el jarocho estaba parado justo en la orilla de la cama y comenzó a tocarme las nalgas… con uno de sus dedos esparció el lubricante y lo introdujo poco a poco en mi ano que estaba deseoso de ser penetrado… yo moví la colita y gemí de placer al sentir como su dedo se abría espacio dentro de mi… su dedo hacía círculos en mis pliegues… yo le exigí que me la metiera… «Daaaamela… méeetela»… sentí como el jarocho sacó la punta de su dedo de mi culo… abrió mis entrañas… puso la punta de su verga en el asterisco y presionó un poco… mi culo se abrió y dio cabida a la rica verga del jarocho… sentí como me tomó de la cadera y comenzó a meterme la verga hasta que ésta «toco fondo»…
Comenzó a moverse muy lentamente… su verga entraba hasta el fondo de mi cuerpo y la sensación era muy grata… su verga dura dentro del culo… «estás bi
en apretadito», dijo mordiéndose los labios… poco a poco fue apresurando sus movimientos… el dolor había pasado a ser placer, aflojé mi cuerpo y decidí gozar aquella verga… el jarocho comenzó a soplar y gemir… «que rico culo tienes cabrón», decía constantemente… yo por mi parte soplaba y gemía a la vez… el cuarto de hotel se llenó de lujuria… surgieron los tradicionales ruidos de la cogedera… gritos, pujidos, gemidos y jadeos de ambas partes… frases como «que rico culo tienes»… «Dáaamela papito… Cojéeme»… el jarocho sabía lo que hacía… no se apresuraba… entraba y salía lentamente de mi culo… mi culo pulsaba… dejó su verga adentro y presionó un poco… se subió a la cama y me abrazó como lo hace un perrito a su hembra… el jarocho se acomodó completamente encima de mi ser… yo estaba bien ensartado… su verga se sentía hasta el fondo… comenzó a moverse lentamente… en ocasiones arreciaba los movimientos y después los detenía… mas tarde la metió toda de un solo jalón y la sacaba lentamente para volverla a meter de un solo golpe… yo gritaba de placer… aquel jarocho me taladraba el culo… después de más de diez minutos de estar en aquella posición, él detuvo sus movimientos y sugirió cambiar completamente de posición… me acosté entonces en la cama mientras él se hincaba entre mis piernas… las levantó lentamente y las puso apoyadas en sus hombros… mi culo quedaba a su disposición… acomodó la punta de su verga entre mis nalgas y presionó al momento que me metió lentamente la verga… gemí de nuevo al sentir como su verga abría camino en mi adolorido culito…
Tenia ante mí al jarocho con los ojos cerrados y resoplando por la boca… sopló y dijo nuevamente «que rico culito… que rico culito»… me cogía despacio y luego apresuraba sus movimientos y de vez en cuando paraba completamente y me decía con voz entrecortada «no quiero venirme… espera»… yo sentía un placer indescriptible… tenía a aquel macho cogiéndome, tal y como lo había planeado semanas antes… el jarocho embestía con mayor fuerza… gemía y decía… ¿te gusta?… yo también soplaba y gemía… «si papi… dámela toda»… la cabecera de la cama hacia el tradicional tac, tac, tac, tac, tac… el jarocho comenzó a moverse furiosamente mientras yo apretaba mis músculos anales tratando de exprimir el rico trozo de carne que tenía dentro… el jarocho resopló y gimió… aceleró sus movimientos y me levantó… era un animal en brama… seguía metiendo y sacando su verga con maestría… yo comencé a jalarme la verga y sentí que mi venida estaba próxima… mi culo comenzó a pulsar acompañando mi venida… mis lechazos hacían que mi ano se apretara contra la verga del jarocho… mi pecho y estómago recibieron mis lechazos… el jarocho sintió como mi culo le ordeñaba la verga de puro apretón… me comenzó a coger furiosamente y con un fuerte gemido presionó su verga hasta lo más profundo de mi ser… entonces comenzó a soplar y sentí cómo soltaba su leche dentro de mi ano…. sus movimientos no cesaban mientras él solo resoplaba y se retorcía… comenzó a temblar y le faltaba el aliento… sentía su dura verga vaciarse por completo dentro de mi ser… el jarocho cerraba los ojos y empujaba su verga hasta el fondo del culo… cuando terminó de venirse, abrió los ojos y notó que yo estaba ahí… bien clavado… me miró y sonrió… yo también estaba todo lleno de mi propia leche… el jarocho solamente dijo «que rico culito tienes»… «no mames… que apretadito lo tienes»…
Su verga comenzó a perder dureza y me la sacó lentamente… mi culo quedó completamente abierto y una satisfacción plena me invadió… el jarocho se acercó y le quité el condón… aquel artículo de latex dejaba ver la enorme cantidad de semen que había derramado… su verga estaba ya en estado de reposo pero brillante por la eyaculación que acababa de experimentar… su pubis estaba también impregnado de sudor y lubricante y atrayéndolo por la cintura lo abracé y se acostó junto a mí en la cama, ambos completamente satisfechos, sudados y cansados, pero yo aún queriendo más… después de descansar un rato y de darme un baño relajante, regresé a la cama en donde el jarocho me esperaba dormido…
Miré el reloj y eran
las tres de la tarde… el cielo se había nublado y después de la cogida que me habían dado era prudente tomar unos momentos de descanso… me acosté junto al jarocho y me dormí profundamente… me desperté cuando el jarocho se levantó de la cama rumbo al baño… ¿a dónde vas?, pregunté instintivamente… me miró y sonrió… estaba totalmente denudo y su vergita le colgaba toda arrugadita… «voy a tirar el miedo», dijo en tono bromista… segundos mas tarde regresó a la cama y ambos nos cubrimos con la colcha… en la penumbra de la habitación nos pusimos a platicar… le había encantado tanto la mamada de culo como la cogida que me había dado… «pocas cogidas como la que te dí», comentó gustoso… yo lo miré y le dije «pues si quieres repetirlo…», y dejé inconclusa la oración… comenzamos a platicar y el jarocho me comentó que le gustaría ver como su «carnal» me daba por el culito… pregunté algunas cuestiones obvias sobre su «carnal»… era un primo suyo que había vivido con su familia desde pequeño… era unos años menor que él y caliente como pocos… andaba con una chava con la que tenía una hija… en el pueblo tenía fama de vergón y además bueno para el cojín… me hizo una descripción física del muchacho la que me agradó… ¿Qué tienes en mente?, pregunté… me propuso hablarle por teléfono y que viniera el Hotel… el jarocho tenía muchas ganas de ver como su «carnal» me rompía el asterisco de una cogida… quería verlo en acción… nunca lo había visto en acción pero en el pueblo se hablaban buenas «actuaciones» de su carnal…
Yo no opuse resistencia y enseguida le presté el celular al jarocho para que pudiera contactar a su «carnal»… la plática entre ambos fue muy somera… el jarocho le comentó que acababa de hacer lo que le había platicado y con una sonrisa le dijo «no mames cabrón… apretadito… rico»… (me imagino que le estaba preguntando como estaba el culito que se había comido)… el jarocho remató diciendo «aquí hay un asterisco que te está esperando»… colgó el celular y me dijo que en unos treinta minutos su «carnal» llegaría al hotel… ambos nos levantamos de la cama y nos vestimos… bajamos unos momentos al comedor con la finalidad de comer algo y saciar el hambre… pasaron los minutos y aquella media hora se convirtió en mas de una hora… ya cerca de las cinco de la tarde llegó a nosotros un muchacho delgado y muy moreno, de complexión desgarbada, con el pelo chino y negro, narizón, con las piernas largas y el cuerpo chiquito, las manos le colgaban casi hasta las rodillas… saludó al jarocho con gran fervor y enseguida se presentó ante mí… soy Julio, me dijo… yo sonreí al verlo… me miró en tono pícaro como imaginando lo que hacía un par de horas había hecho con su «carnal»… le ofrecí algo de tomar y no quiso nada inclusive le hizo una mirada al jarocho como diciéndole «ya me anda»… subimos al cuarto y cerramos la puerta… inclusive pusimos el tradicional letrero «Do Not Disturb» o «No Molestar»… ahí estábamos yo, el Jarocho (que por cierto se llamaba José) y Julio… el jarocho se sentó en uno de los sillones y le dijo a su «carnal»… «ahora sí… ese asterisco es todo tuyo»… me miró y sonrió…
Yo me acerqué a Julio y le pregunté ¿qué es lo que quieres hacer?… el «carnalito» me dijo «mámamela un rato» y comenzó a tocar su verga por encima de sus pantalones… yo le quité la camisa dejándome ver un cuerpo muy delgado y lampiño… me hinque un poco y desabroche sus pantalones… le quité los zapatos y los calcetines y le bajé los pantalones hasta sacarlos… quedó ante mí una trusa y un bulto de carne que denotaba buenas dimensiones… tomé con mis manos aquel bulto y lo saqué de su encierro… apareció ante mí una verga delgada y muy larga… cubierta por su cuerito de carne… mi mano izquierda la descubrió y apareció una cabeza en tono morado… comencé a chuparla como si fuera una paleta de caramelo… enseguida aquella verga alcanzó su máximo esplendor… como antes lo indiqué no era gruesa pero lo que la distinguía era su largo, era muy larga y curveada hacia abajo… como que miraba hacia los huevos del jarochito… la saqué de mi boca, se la enseñé a José y solo dijo «que chistosa verga tienes carnal»… los dos alegres carnales rieron… yo seguí besando aquella rica verga y me la metí a la boca hasta que la punta tocara mi
esófago… comencé a lamerla rico y sin prisa… ambos nos acomodamos en el sofá para que José pudiera ver de cerca lo que sucedía… ahí estaban los dos «carnales» sentados uno al lado del otro… yo me hinque a los pies de Julio para seguir dándome un banquete con aquella morena, larga y curveada verga que se cargaba… por otro lado, José se levantó para quitarse la ropa y sentarse junto a nosotros a masturbarse lentamente… me preguntó en tono burlón ¿te gustó la verga que te traje de regalo?… yo saqué la verga de mi boca y dándole un lengüetazo por toda su morada cabeza, le dije «que rica está»… me levanté y saque la regla flexible de mi portafolios… medí la verga a Julio…la verga medía casi 18 de largo… un buen pedazo de carne… quizá hubiera sido más exacta la medición si tuviera un transportador y poder medir la curvatura, pero no cargo tantos artículos de medición en mi portafolios… era una verga mucho más morena que la del propio Jarocho pero mas lisita… no tan venuda como la del propio Jarocho… hincado a los pies de Julio seguí mamándole la verga… el carnal me dijo que apenas el jueves se había vaciado cogiéndose a su vieja en dos ocasiones… en tono bromista le dije que seguramente no «traía mucha leche para la cena»…
Julio solo rió diciendo que no me preocupara, que me regalaría un vaso de rica «lechita»… ambos carnales rieron… ahí estaba yo, entre las piernas de Julio jugando con su retorcida verga y lamiéndola de arriba abajo… José, el jarocho, estaba a un costado nuestro con su pequeña verga en mano y chaqueteándola suavemente… la verga de Julio estaba completamente parada y decidí que era hora de probarla por el culo… me saqué la verga de la boca y alcancé el tubo de lubricante… comencé a chaquetearla con lubricante para luego ponerle un condón y mas lubricante… los dos nos recostamos en la cama, Julio detrás de mí y de ladito comenzó a meterme la verga… nos acomodamos justo frente a José para que pudiera apreciar a tan solo un metro de distancia mi culo tragaba en toda su extensión la larga verga de su «carnal»… José le dijo a Julio «dale carnal… rómpele el asterisco… dásela toda…»… entre risas entre los «carnales», sentí como aquella larga verga entraba dentro de mi ser de un solo golpe… mis pliegues pulsaban buscando sacar a aquel intruso… grité de dolor… mi culo estaba recibiendo mucha mas carne de la que en la mañana había recibido… José sonrió y le dijo a su «carnal»… «rómpele el asterisco… has que grite…»… estaba yo en posición fetal y el flaco Julio comenzó a moverse fuertemente y me abrazó clavándome toda su verga… yo grité de placer… «ahhhhh papi… dámela papito», le ordené… sus huevos chocaban contra mis nalgas mientras el jarochito se movía con bastante fuerza… siguiendo las ordenes de José, yo gritaba pidiendo mas verga dentro del culo… Julio soplaba y gemía disfrutando de mi apretado culito…
Lentamente se recostó boca arriba y sin sacarme la verga me pidió que me volteara lentamente para quedar justamente sentado encima de su larga verga, viéndole los pies únicamente… así lo hice y quedé bien clavado… su verga hasta el fondo… sus huevos en la entrada del culo… toda esa vergota me estaba comiendo… mi culo pulsaba, parecía que explotaría… un intenso ardor y calor me comía por dentro… su verga resbalaba lentamente entre las partes bajas de mi intestino… mi culo se dilataba al máximo… me acomodé sobre aquella rica verga y sin moverme siquiera comencé a apretar y distender los músculos de mi ano… con cada apretón le arrancaba un fuerte gemido al jarochito… «cabrón, me la vas a arrancar», alcanzó a decir… yo seguí apretando y jalando aquella rica verga hasta lo mas profundo de mi ser… el jarochito volvió a decirme entre gemidos «no mames cabrón, me la vas a arrancar»… solté mis músculos y noté como el Julio resopló de alivio… José, que estaba sentado en el sillón del cuarto jalándose la verga, se levantó y vino hacia mi… yo estaba sentado en la verga de su «carnal» y parándose enfrente de mí, me dio a mamar su verga que estaba completamente erecta y con la cabeza cubierta de semen… Julio, al ver aquello solo sopló… yo, de estar sentado en la verga del muchacho me recosté un poco sobre su pecho… alcé mis piernas y mientras le mamaba la verga a José, le dije a Julio «dámela por el culo papi»…
el jarochito comenzó a moverse y metía y sacaba su verga muy lentamente… «démela por el culo», repetí… el jarochito me abrazó y me pidió que me esperara ya que él estaba a punto de venirse…
Solté mi culo nuevamente y le dije «deja que José me la meta por el culo»… » tu dame la leche en la cara… déjame probarla»… me moví para que el jarochito me pudiera sacar la verga del culo… me recosté sobre la cama boca arriba y Julio se hincó junto a mí… se quitó el condón y comenzó a jalarse la verga a pocos centímetros de mi cara… la cabeza de su verga se cubría y descubría por el prepucio… la mano derecha del jarochito se movía sobre el tronco de su larga verga… por otra parte, José había levantado mis piernas y de un solo jalón me había metido su vergita hasta el fondo y comenzaba a bombearme muy rico… yo le dije «así jarocho… rómpeme el culo»…gemí al sentir el vaivén de los movimientos de José… cerré los ojos y abrí la boca… saqué la lengua y la movía en señal de que estaba esperando las primeras gotas de la leche de Julio… solamente se oía el respirar agitado del jarochito y en un abrir y cerrar de ojos sentí como gimió fuertemente expulsando sus lechazos… con tino de apache, el primero de ellos fue a parar justo en el fondo de mi boca en donde llega el esófago… cerré la boca instantáneamente para evitar ahogarme… los subsecuentes lechazos quedaron en mis labios, nariz y párpados… solo se oía el respirar agitado del jarochito y sus tenues gemidos… ahhhhh….. ohhhhhh… soltó toda su leche en mi cara…
Cuando sentí que la obra había acabado, traté de abrir los ojos pero mi ojo izquierdo estaba pegado debido a la leche vertida… mi ojo derecho se abrió y pude ver la rica y larga verga del «carnal», como perdía fuerza y se escondía dentro del prepucio… la mano ágil de Julio chaqueteaba lentamente aquella rica verga y con la punta de sus dedos quitó las últimas gotas de blanca leche que habían quedado colgando desde la punta… en aquellos momentos sentí como el otro Jarocho, José, salía de mi culo, se quitaba el condón con destreza de un gran mago y apuntó su vergita para soltar un par de lechazos en mi cara… la realidad es que el Jarocho soltó muy poca leche… era entendible lo anterior debido a que hacía unas horas de había vaciado en un par de ocasiones… su leche cayó en mi cara y se confundió con la leche de su «Carnal»… mi cara quedó llena de mecos, que comenzaron a caer por la fuerza de la gravedad… José, una vez que terminó de venirse en mi cara, acercó su verga a mi boca para que terminara de limpiarla… aquella vergita se hizo chiquita (aún mas chiquita) dentro de mi boca… mi boca saboreó el rico y pastoso sabor de sus mecos, así como de aquel primer lechazo que Julio me había aventado hasta las mismas amígdalas… en definitiva, estaba yo complacido… tirado en la cama, con la cara llena de leche que escurría… mi culo pulsaba tratando de regresar a su estado original… satisfecho….
Más que satisfecho… sería un mentiroso si dijera que no disfruté de aquellos jarochos… con el cansancio a cuestas me levanté para lavarme la cara… caí rendido en el sillón mientras ambos «carnales» se daban un baño y se vestían para retirarse… por mi mente pasó una tradicional frase mexicana «el que mucho abarca poco aprieta»… en este caso concreto, debía de aplicarla en sentido inverso… «mucho aprieta el que poco abarca»… me quedé pensando en los dos jarochos y las ricas cogidas que me habían acomodado… una vez que los dos se fueron, me acosté en la cama y me dormí enseguida… mi culo todavía pulsaba…
Cualquier comentario sobre la presente historia o de cualquiera de las historias publicadas en esta misma página, estoy a sus órdenes en mi correo electrónico… saludos y gracias por su tiempoJuan Carlos.- Septiembre del 2006.
Autor: Juan Carlos Hoffman juan_carlos_hoff (arroba) hotmail.com