Bety era la encargada de recursos humanos de una importante transnacional y Lorena era la recepcionista de la misma empresa, ambas mantenían una relación lesbiana según las malas lenguas de la empresa, que por cierto abundan mucho en las empresas, sobre todo en las grandes.
Yo como consultor de informática tenía en realidad poco que ver con ellas, solamente saludaba a Lorena cuando llegaba y casi nunca estaba cuando me retiraba y con Bety casi solo tenía que ver cuando me pagaban, porque ella tramitaba mi cheque, pero las dos eran muy amables conmigo.
Bety era una rubia bellísima, alta, delgada pero con un cuerpo perfectamente formado, piernas largas y delicadas, absolutamente nada de estomago, busto redondo y pequeño, en fin un cuerpecito de muñeca Barbie, pero tenía una cara de puta como solo he visto en ciertas actrices porno; en cambio Lorena era una morenaza típica, cabello negro, de pechos enormes, nalgas prominentes, cintura estrecha, unas piernotas de escándalo y carita de niña inocente, es decir carita de ángel y cuerpo de puta babilónica.
Lo que sucedía en realidad es que ambas nenas que eran las mas bonitas de la empresa, no habían sido aun conquistadas por ninguno de sus compañeros de trabajo a pesar de que habían sido acosadas de todas la maneras posibles, por eso habían levantado el rumor de que eran lesbianas y que mantenían una relación, pero eso no desanimaba a nadie porque ambas eran una promesa de placer.
Para la fiesta de fin de año los directores de la empresa me invitaron como siempre y al igual que los años anteriores asistí porque se ponían muy buenas, abundante comida, bebida y mucho baile.
Como yo era muy amigo de los del departamento de contabilidad, ellos me habían reservado un sitio en su mesa y ahí estuvimos departiendo, bailando un rato con las otras chicas de la empresa y buscando con la vista a las dos bellezas, ya que siempre llegaban muy sexy, provocando las hormonas de todo el genero masculino, pero no las veía por ningún lado hasta que un amigo me dijo que se habían ido al bar del Hotel, seguidas por su legión de perros…digo de admiradores.
Tuve curiosidad y ahí las encontré bebiendo y ya bastante alegres pero aun no estaban borrachas y ellas al verme me llamaron :
-César, Venga para acá que no ha bailado con nosotras!
Y me sacaron para la pista de baile y comencé a bailar con las dos, bajo la mirada de envidia, desprecio y odio de los demás.
– ¿Y que pasó? les pr disimuladamente, salga Ud. primero y al rato llegamos, espérenos en la esquina de la farmacia.
Me fui a sentar y ellas también a la mesa donde estaban todas las secretarias cenando, yo como pude inventé una excusa y me despedí de todos.
Salí como que me había robado algo y me iban descubrir los meseros con la cara caliente y sintiendo que todos me miraban, luego me dirigí a toda prisa a la esquina de la farmacia, y como no me gusta estar parado solo en una esquina entré y compré una tarjeta telefónica, y una revista y salí a la calle, esperé un buen rato preguntándome:
¿Se habrán burlado de mí estas dos putas?
Comencé a leer la revista y a mirar el reloj, mientras el vigilante de la farmacia me miraba suspicazmente.
¡Cinco minutos les voy a dar y me voy!
Diez minutos después
– me disponía a retirarme cuando un auto se detuvo y abrió la ventana, eran ellas dos:
– Hola! nos retrasamos porque comenzaron a dar los regalos, pero nos dieron los nuestros al principio y aprovechamos para escaparnos, súbase.
Rápidamente me subí atrás y nos pusimos de acuerdo a donde ir, y decidimos a un lugar cercano que tiene pista de baile, bar y restaurante, estuvimos ahí cerca de dos horas y Bety se puso algo ebria, en cambio Lorena que había tomado menos la frenaba y Bety le decía
– Mi amor si no he tomado mucho, mirá puedo hacer el cuatro!
y levantaba un pie, y se escapaba a caer, yo la sostenía de la cintura y ella se me recostaba y abrazaba a Lorena, Yo sugería a Lorena que nos fuéramos pero Bety no quería, sin embargo Lorena le susurró algo al oído y Bety me volteó
a mirar sonriendo picadamente y dijo:
– Mejor vámonos para otra parte!
– La otra parte de la que hablábamos era el apartamento de Lorena que vivía sola, Bety no podía o se hacía la que no podía caminar por estar muy mareada así que la tomé en mis brazos y subí las escaleras con ella. Al entrar al apartamento me dijo:
– Gracias por ayudarme, sos todo un caballero y ahora te vamos a corresponder como te mereces!
Y comenzó a besarme con mucha pasión, me lamía los labios, me chupeteaba la lengua, mientras tanto, Lorena se quitó la ropa y comenzó a desvestir a Bety, cosa que era muy fácil ya que su vestido era de una sola pieza negro y ajustado a su delicado y esbelto cuerpo, me sorprendí que debajo no llevaba nada quedando totalmente desnuda, solo con un bello collar de simulación de perlas rodeando su delgado y largo cuello, que la hacían verse como una diosa Griega, en cambio Lorena si usaba ropa interior pero era de vértigo, una diminuta tanga que no se veía porque se perdía entre sus dos enormes nalgas y un top que solo alcanzaba a cubrir los pezones de sus poderosas tetas.
Yo besaba a Bety y miraba a Lorena quien me correspondía con un ardor en los ojos y me susurraba:
Te vamos a comer papacito!
Bety comenzó a desabrocharme la camisa y Lorena hizo lo mismo con el pantalón, en un santiamén me dejaron desnudo con la verga bien erecta y pulsando por el deseo extremo.
Lorena se acercó a mi y sin dejar de mirarme tomó a Bety por la cara y le metió la lengua en la boca, ella correspondió con mas lujuria, y jadeaba y pujaba como una perra.
Lorena bajó a Bety hasta mi pene y ella arremetió contra mi boca.
Yo me sentía desfallecer al sentir los labios de Bety tragarse mi verga y los de Lorena chupar mi lengua y labios, luego Lorena comenzó a recorrer mi cuerpo con la lengua hacia abajo, de la boca a la barbilla, el cuello, mis pezones, mi ombligo y al llegar donde Bety, húmeda y chorreaba abundantes jugos, ella y Lorena se dedicaron entonces a lamer mi verga, lo que me causaba verdaderas oleadas de placer, cada vez que sentía sus lenguas recorrer todo el tronco y el glande.
Lorena me chupaba los huevos, tomaba uno con su boca y se lo metía como si fuera una uva y lo succionaba causándome una sensación muy deliciosa y a la vez de miedo porque me sentía a merced de aquella mujer que en cualquier arrebato me los arrancaba a mordidas, luego me chupaba el otro mientras betsy me pajeaba lentamente y me lamía la punta del pene.
Yo chupaba y mordía todo el coño de Bety y al cabo de un rato ella tuvo un orgasmo impresionante y lo vació todo en mi boca haciendo que soltara mi verga y se pusiera a culear furiosamente sobre mi cara, cuando se sosegó, yo seguía metiendole la lengua y mordiéndole el clítoris, lo que le causaba enormes oleadas de placer.
Bety se incorporó y prácticamente se "Sentó" en mi cara, poniéndome el botoncito rosado de su culo al alcance de mi lengua, yo le puse las manos en sus nalgas y ella se puso a "cuatro patas" pero de espaldas, de manera que le pudiera mamar bien el culito, Lorena se sentó a horcajadas sobre mi verga y se la metió hasta el fondo de su coño.
Luego se acostó sobre mí y quedó al alcance del coño de Bety que comenzó a mover su pelvis en rítmicos movimientos, hacia mi lengua en su culo y hacia la de Lorena en su coño.
Bety gritaba y aullaba de placer, yo le lamía el culo y Lorena le comía su coñito chorreante.
Lorena culeaba sobre mi sacándose y metiéndose mi pene totalmente erecto mientras devoraba todo el coñito mojado de Bety cuyos jugos se deslizaban hasta mi lengua y yo le empapaba el culito con mi saliva y sus propios jugos vaginales.
Aquello era bestial, yo procuraba cerrar mi mente al placer y me concentraba en hacer acabar a aquella puta a pura lengua, lo que no tardó mucho porque en medio de un aullido, Bety tuvo un orgasmo de locura, chorreando cantidades de jugo de su depilado coñito.
– PUUTA! QUE RICO! – Decía Bety mientras terminaba de convulsionar.
– AY!… YA NO.. YA NO… – Se reía y me retiraba el culito de mi lengua porque estaba en su punto de explosión y no soportaba ningún contacto, se levantó de mi cara y se fue detrás de Lorena.
Lorena mientras tanto se había puesto en cuclillas y flexionaba sus poderosas piernas sacando y metiendo mi templada verga dentro de su
vagina, ella estaba sudando copiosamente y de pronto tuvo un sobresalto, porque Bety se había colocado tras ella y le comenzaba a lamer el ano y a introducirle un dedo en el culo.
– Sii! Asiii! , mas… mi amor, metemelo mas! – gimoteaba Lorena sin dejar de hacer flexiones sobre mi verga.
Yo no podía más y tomé a Lorena por las nalgas y la atraje hacia mí con fuerza, ella apoyo las rodillas en la cama y comenzó a culear rápidamente, abriendo camino a que Bety la penetrara mas fácilmente por el culo.
Nada lenta, Bety tenía un consolador de caucho rojo que comenzó a chupar y a llenarlo de saliva, y por momentos le pasaba la lengua en el culo a Lorena y volvía al consolador.
Cuando consideró que el culo de Lorena estaba lo suficientemente empapado, le fue metiendo el consolador en el anito a Lorena que se volvió loca en ese instante.
– Arrrggghhh! Uhhhh!
Lorena aceleró su "culeo" y yo apretaba sus nalgas contra mí mientras ella estaba toda empapada de sudor, con la piel roja y encendida, la mirada destilaba fuego, me miraba fijamente y abría la boquita, mostrándome los dientes apretados, como si quisiera morder entonces parecía un volcán a punto de hacer erupción, Bety que era muy complaciente y nada egoísta, tomaba con una mano mi pene y se lo ofrecía a Lorena que abría su boquita y se lo tragaba por poquitos, Bety la tomaba por la cabeza y la empujaba hasta el fondo, yo me sentía en el cielo cuando Lorena se tragaba literalmente toda mi verga y luego se la sacaba de la boca tosiendo haciendo sonidos como si fuera a vomitar, para luego ser devorada por Bety que igualmente demostraba tener una garganta poderosa.
Pasaron así por un rato divirtiéndose y compitiendo a ver quien se la tragaba mas y mejor, hasta que las oí cuchichear y reírse, luego Lorena comenzó a pajearmela rápidamente y Bety le pasaba la lengua al glande, loque rápidamente hizo que el volcán entrara en erupción.
Ahhhh!… Siiiii!….. Tomen putaaaas!
Yo exploté en la boca de Bety y con Lorena se turnaron para recibir en sus lenguas mis descargas, que fueron increíblemente abundantes, producto de la excitación que tenía.
Ellas entre risas no dejaron de masturbarme y yo me sentía morir a cada pulsación de mi verga que ya no tenía nada que escupir, pero a pesar de la la enorme descarga, mi pene seguía duro.
– QUE BARBARO PAPI!, Me decía Lorena
– Que bárbaras ustedes mamacitas!
Ellas siguieron lamiendo y besando mi verga hasta que se puso nuevamente a tono.
Bety se levantó y me puso el culo en la cara, yo saque la lengua y comencé a lamer y a metérsela en el rosadito culo, ella gemía de placer y de pronto se levantó y se fue a sentar directamente en el mástil en que se había convertido mi verga, despacio, la tomó y Lorena le ayudo a ponérsela directo en el culo, que como estaba totalmente lubricado por mi lengua, fue entrando sin dificultad en aquel culito rico.
Bety se acomodó bien de espaldas a mi y comenzó a flexionar sus piernas y brazos, hacia arriba y hacia abajo, sacando y metiendo mi verga de su culito delicioso, Lorena le ayudaba con sus dos manos sosteniendo las nalgas de Bety que estaba en éxtasis. Luego Lorena sin dejar de sostenerle las nalgas comenzó a lamer el húmedo coño de Bety que llegó al colmo del placer, con mi verga en su culo y la boca de su amada Lorena en el clítoris.
-Ayyyy Siiiii!… asiiii!, Cómetela puta!… es toda tuyaaa!, Mordemela putaaa!, SSsiiiii! Que ricoooo mi culoo! ayyyy!.
Bety se quedó quieta y entonces fui yo quien comenzó a culear, metiendo y sacando mi verga con violencia del culo de Bety que solo gemía y gritaba de vez en cuando, mientras Lorena le estaba prácticamente comiendo el coño, hasta que Bety no pudo mas y terminó en un poderoso orgasmo que la hizo convulsionar toda y yo saque mi verga de su culo para que Lorena recibiera mi nueva descarga de leche, lo que hizo inmediatamente, chupando la cabeza de mi pene pajeandomela rápidamente y succionando toda la leche que me quedaba en la verga, la cual creo que se tragó porque yo no sentí que su boca soltara mi pene en ningún momento y ya no podía pensar en nada; estaba en un paroxismo de placer y sentía un dolor descomunal en mis testículos que se esforzaban por expulsar hasta la ultima gota de semen de mi cuerpo para alimentar a esa hambrienta Puta que no dejaba de succionar mi verga ni de pajearla
.
Bety había caído lánguida a mi lado y se retorcía lamiéndose los labios y acariciando sus senos, estaba toda erizada y por ratitos la acometían nuevas convulsiones de placer.
Creo que entonces me desmaye porque ya no recuerdo nada, solo que en un momento que me desperté oí gemidos y al levantar la cabeza estaban Bety y Lorena e perversas.
Autor: Lorky