Pensaba constantemente, lo necesitaba. Era la emoción de estar desnudo en público, y la emoción del riesgo de que me atraparan así.
Tenía que hacerlo, pero sabía que tendría muchos problemas, así que elegí un lugar lejano a mi casa. Era de tardecita y como vivo en una localidad cercana a la playa muchos vecinos estarían en la playa, por lo cual no habría tanta gente dando vueltas por allí, por lo que la posibilidad de que me atraparan era mínima. Así que empecé a caminar.
Era un sendero prácticamente desierto, por lo que nadie podría acusarme de estarme exhibiendo intencionalmente a niños, ni nada por el estilo. Eso tampoco era mi intención, no soy pedófilo, ni nada por el estilo. Solo un exhibicionista.
Bueno, volviendo al relato, empecé a caminar. Una calle, dos calles. En ese momento, mi pene ya estaba completamente duro, y reclamaba un poco de atención, pero por el momento, no le hice caso.
Tres calles, cuatro calles. Yo seguía caminando, mostrando mi cuerpo desnudo y mi pene totalmente erecto. Por el momento, no me había cruzado con nadie. Increíble pero verídico. Finalmente, llegué a la quinta calle. Me quedaban cinco calles para terminar el sendero, pero mi pene me reclamaba una buena paja, así que tuve que ceder a mis deseos, y buscar un lugar medio oculto donde pudiese satisfacer mi instinto carnal.
Lo encontré, un callejón en ese sendero, lo bastante oculto para que nadie viese que estaba haciendo allí. Procedí a jalarme el pene y comencé a fantasear: me imaginé que una rubia espectacular me descubría desnudo allí, y al ver mi pene, me llevaba a su casa para coger conmigo. Si, ya lo sé, una fantasía al estilo Brazzers, pero bueno, era lo que había con tanta necesidad. Estaba tan ensimismado en mis pensamientos, que no la vi llegar.
– ¿Qué es lo que estás haciendo? ella preguntó
Yo, sorprendido de repente, solo atine a cubrir y esconder el pene, mientras la observaba sorprendido…
– No te preocupes, ya ví lo que estabas haciendo, te estabas tocando. No te preocupes, no me siento ofendida, por favor sigue.
La miré. Me sorprendió. No era una vieja pervertida. Era una muchcacha de unos veinte y tanto años. No parecía deparavada, al contrario, muy normalita, pelo castaño, ojos celestes, altura promedio y delgada. La verdad que tampoco me importaba mucho. Seguí tocandome el pene. Cada vez más rápido, y mientras lo hacía lo miraba. Ella se había metido una mano en las bragas, por debajo de la pollera que llevaba puesta y se estaba tocando, y por su expresión, la estaba pasando muy bien. Aceleré y ella aceleró. Mi pene estaba totalmente hinchado y duro. Ella se pelliscaba un pezón. Sus tetas eran de normales para grandes. Esa visión fue lo último que necesite para estallar en un fuerte orgasmo. Ella se vino segundos después.
Pero la emoción no paró ahí. Todo lo contrario. Ella se acercó, agarrandome del pene, me dijo: Cuentame cómo terminaste totalmente desnudo en el pórtico de mi casa. Igualmente ella no se quedó allí, sino que descendió, y empezó a mamar mi pene, mientras yo, entre gemidos, le contaba mi historia. Empezó chupandome la cabeza del miembro, pero luego se dirigió hasta mis huevos, todo con una pasión que yo jamás había visto. Tampoco permaneció mucho tiempo allí, pese a que me hubiese gustado, ya que engulló mi pito como si se estuviese comiendo una salchicha. Todo lo había con voracidad, mientras mi relato, entre gemidos, se terminaba. Yo estaba cada vez más cerca, y finalmente ejaculé, dentro de su boca. Ella, golosa, no dejó caer ninguna gota, y luego de tragar mi eyaculación, me dijo.
Vaya, pero que pervertido eres, corriendo desnudo por aquí, esperando que alguna chica desafortunada vea tu trozo.
Un poco avergonzado, y aún gimiendo por la eyaculación, cubrí un poco mis partes nobles. Pero ella continuó diciendo:
La verdad que parece excitante. Quiero intentarlo. Esperame que voy a dejar mis ropas en casa, y luego iremos a correr por ahí.
Y así comenzó una nueva aventura, al desnudo, con una compañera exhibicionista, por las calles de mi ciudad, pero eso será otra historia…
Foo.. Un Nobel no será lo tuyo. Jajaja..