Pasados los días, cuando teníamos oportunidad mi primo y yo lo hacíamos, hicimos un acuerdo que íbamos a practicar nuestras fantasías, y que poco a poco las íbamos a realizar, y así empezamos.
Lo pusimos a la suerte, y yo gané, entonces le dije que decidiría cual es mi primer fantasía, y le comenté que me gustaría ponerme un consolador y penetrarlo el estando en cuatro patas, pues si que lo hicimos me di un gusto penetrándolo y el muy manso se dejó, tuve varios orgasmos y al final le chupé el pene y le saqué el semen con mi boca, fue sabrosísimo, ahora era el turno de él, entonces lo estuvimos haciendo por largo rato en posición normal el sobre de mi hasta que ambos terminamos, entonces me dijo ahora me vas a cumplir tu mi fantasía, entonces me llevó hasta el baño a la regadera, y ahí me hincó, entonces supe lo que iba a hacer, apuntó su pene hacia mi cara me pidió que abriera la boca y empezó a orinarme, pero orinaba y se paraba, para esperar que me tomara sus orines, les voy a confesar que el primer trago me dio un asco que casi vomito, pero después empecé a tomarlos como si nada y me excitó, pues me tiró una gran meada, quedé totalmente bañada de sus orines, en el pelo, en la cara y en fin en todo mi cuerpo, además de haberme tomado gran parte de ellos.
Después me toca a mí, quise que me lo hiciera en un cuarto de hotel en un cuarto piso con las ventanas abiertas, y déjenme decirles que tuvimos gran público, sólo faltaron los aplausos, me vi como toda una prostituta, me sentía como si estuviera filmando una película porno.
Llegó el turno de él, entró a la habitación con un pepino de un tamaño descomunal y por esta vez le dije que no me iba a dejar meter eso que era muy grande para mí, entonces lo dejó sobre la cama, y se fue a la cocina, trayendo otro de un tamaño menor, pero no dejaba de estar grande, pero accedí, me dijo que me pusiera en cuatro, lo lubricó y me lo empezó a meter hasta el fondo, de vez en cuando lo sacaba en su totalidad para metérmelo nuevamente todo, pero estaba tan relajada recargada sobre mi almohada, que de momento sentí un dolor extraño, traté de reincorporarme, pero no pude, estaba él sobre mí, me estaba metiendo el primer pepino, el más grande en mi vagina, yo le rogaba que no lo hiciera, pero era imposible, le pedí que lo hiciera más lento, voltee al tocador y vi en el espejo que ya llevaba la mitad adentro, esto creo que me excitó, y después al voltear nuevamente ya lo tenía todo adentro, empezó a moverlo yo sentía que me partía en dos.
Después de un rato el sentir dilatada al máximo mi vagina, me produjo unos orgasmos fantásticos, cuando tuve el segundo y me empezaba a preparar para el tercero, sin miramientos y tratándome como a una putilla cualquiera, me metió el otro pepino en el ano, grité de dolor, pero no me hizo caso, le pedí que me lo sacara que me dolía muchísimo el culo tampoco haciéndome caso, entonces le dije que esperara un momento que no los moviera, tomé aire, respiré profundamente y le dije ahora hazlo, pero despacito por favor, que mi ano está muy estrecho, empezó a meter ambos pepinos al mismo tiempo lentamente yo me abrí lo más que pude, y entonces al voltearme a ver hacia el espejo me di cuenta que tenía ambos pepinos dentro de mí, empezó a moverlos, y después de un tiempo, tuve un orgasmo como nunca lo había sentido, justo en el momento en que el sentí que tenía el orgasmo empezó a sacar lentamente el pepino de mi ano, dándome una satisfacción que nunca había experimentado, luego sacó el pepino de mi vagina, y me di la vuelta en la cama, me dolía todo, pero tomé su pene y se lo empecé a mamar hasta que le saqué hasta la última gota de semen, nunca pensé aguantar tanto, al irse recogí las cosas, y vi ambos pepinos eran demasiado grandes, y no me pude explicar como me pudieron caber ambos en mis huecos.
Me metí al baño y oí que llegó mi tía, ya era tarde hac&ia
cute;a calor, ella y su hijo se pusieron a ver televisión, yo fui a la cocina y les preparé una ensalada de pepinos que eran los dos con los que me había penetrado, y ambos se los comieron, él solo sonrió y mi tía ni por enterada.
Pues así fue como se fueron dando las cosas, hasta que un día, nos encontrábamos en un fabuloso 69 mi primo y yo, lo hacíamos constantemente así, porque nos gustaba que con solo sexo oral nos satisficiéramos, él se comía todos mis jugos productos del orgasmo y por mi parte recibía una gran dotación de semen que no dejaba una gota, pues así estábamos y de repente él empezó a eyacular y yo me comí todo su semen, para después tener un orgasmo y él se comió todos mis líquidos, y como siempre lo hacíamos nos acostábamos un rato, pero al poner mi espalda en la cama, vi que mi tía estaba en la puerta viéndonos, no se cuanto tiempo llevaba ahí, pero creo que lo suficiente para ver como comía el semen de su hijo, entonces ella se dio la vuelta y cerró la puerta dejándonos nuevamente solos a los dos.
Mi tía salió de la casa, y nos dejó una nota que la esperáramos para cenar, ella llegó con la cena ya hecha con varias botellas de vino, entonces empezó la cena, pero mi primo y yo estábamos callados, entonces dijo mi tía, voy a ponerme algo más cómodo y regreso, esperamos unos diez minutos y apareció, con una bata transparente sin nada cubriéndole los senos y con una tanga diminuta, déjenme decirles que al verla asi, me dieron una terribles ganas de estar con ella, voltee y vi a mi primo, bajé la vista y ya tenía erecto el pene, entonces dijo mi tía que por que no íbamos a la sala, el lugar donde hace todas sus fiestas ella, fuimos allá, y se sentó en medio de nosotros, bajó su mano y la puso en el bulto de mi primo, él estaba bien nervioso y le dijo mi tía, que le enseñara el pene, él se lo sacó y mi tía lo acarició por un rato, se acercó a él abrió su boca y se lo metió, no lo podía creer mi tía con su hijo, después de un rato de estar mamando a mi primo, me encontraba bien excitada y totalmente húmeda.
Mi tía me dijo que si no pensaba unirme a ellos, entonces sin más que pensarlo me hinqué en la orilla del sofá, le bajé la tanga a mi tía, y me metí en medio de sus piernas, y con mi lengua empecé a lamerle su clítoris para después darle lengua por toda su rajita, en eso ella se levantó fue a su habitación, pero antes nos pidió que nos desnudáramos y llegó con un frasco de lubricante, tomó la misma posición mamando a mi primo y yo en medio de sus piernas, vertió gran cantidad de lubricante en su vagina, y después me pidió que acercara mi mano, también la llenó de lubricante, y me pidió que le metiera toda la mano, yo empecé con un dedo luego dos, y así sucesivamente hasta que tenía los cinco dedos dentro de ella, la verdad lo hacía despacio temía lastimarla, pero de momento me tomó del brazo y empujó ella misma mi mano hasta entrar a la altura de mi muñeca, después de un rato y como dos orgasmos de mi tía, mi primo eyaculó en su boca, quedando gran cantidad de semen alrededor de su boca y sus mejillas, me pidió que sacara mi mano de su vagina, y que le limpiara la cara con mi lengua, empecé por las mejillas hasta que encontré su boca y en ese instante nos besamos compartiendo el semen de su hijo, de momento ella se dio cuenta que su hijo al ver esto ya tenía otra erección, lo sentó en el sillón y lo montó.
Me dijo que me pusiera atrás de ella, y nuevamente llenó de lubricante su ano y después mi mano, no creía que lo iba a hacer yo, me pidió que hiciera lo mismo que hice con la vagina, entonces le metí primeramente un dedo, después dos y así sucesivamente hasta que entraron los cinco, ella al sentir esto me pidió que la metiera más yo empujé oí que gritó y al darme cuenta tenía hasta la altura de la muñeca mi mano dentro de su ano, después de un rato ella tuvo un orgasmo fenomenal y mi primo se corrió en su vagina, le saqué mi mano poco a poco del culo hasta el final, me pidió que me recostara de lado, entonces ella le indicó a mi primo que me lamiera mi rajita, él
enseguida lo hizo entonces ella, empezó a lamerme el trasero al mismo tiempo que mi primo lo hacía con mi vagina, fue una sensación exquisita y tuve un gran orgasmo como nunca, entonces ella nos invitó a que fuéramos al baño, ambas nos hincamos y mi primo nos orinó a las dos, bebimos gran parte de sus orines y nos besamos, después de eso, ella me orinó en la boca a mí, y terminé yo orinándolos a los dos acostados, fue fantástico.
Seguimos haciéndolo de diversas formas los tres, pero resultó que tenía que regresar a mi hogar, ya saben lo bueno dura poco, aunque no he podido ir a visitar a mi tía y a mi primo, él me ha escrito contándome algunas orgías que ha tenido con su mamá, y que ambos son pareja para todo lo referente al sexo.
Autor: Mary G.