Era el día de mi cumpleaños y pensaba celebrarlo invitando algunos parientes y amigos sin imaginar que esa noche seria mudo testigo de la cogida que un sobrino y su amigo le darían a mi mujer.
Me levanté muy temprano y contraté un buffet para que Liliana, mi mujer no tuviera que cocinar, y arreglamos la casa haciendo un espacio para que se pudiese bailar cómodamente en la sala. Había licor, pasabocas, música, en fin todo lo necesario para que nuestros invitados estuviesen a gusto.
Momentos antes que llegasen los invitados me encontraba en mi habitación cambiándome de ropa y mi mujer salía de darse una ducha. Sobre su cama se encontraba una falda y una blusa color azul acero que ella se pondría. La falda era corta pero no ceñida y luego de secarse el cuerpo vi como mi mujer se vestía mirándose en todo momento al espejo. Vi como se puso un calzoncito y sujetador color negro de gasa, que transparentaba su piel. El sujetador era de media copa que dejaba ver la parte superior de sus senos al aire, pero como tendría puesta la ropa nada de eso se notaria. Se colocó sus medias de nylon y sus zapatos de taco y se miró asi vestida ante el espejo.
Que linda se veía pensé para mis adentros, y que cara pondrían algunos de nuestros invitados si pudieran verla asi. Se puso la blusa y la falda que le quedaba a media pierna, y luego se cepilló su sedoso cabello. La dejé maquillándose mientras yo salía de nuestra habitación para recibir a los primeros invitados.
Recibí primero a algunos compañeros de oficina con sus respectivas esposas, algunos familiares y también a un sobrino que no veía hace tiempo y que me sorprendió verlo tan crecido a sus 19 años. Le pregunté por sus padres y me dijo que estaban de viaje, pero no vino solo sino con un amigo de su misma edad. Los hice pasar y al parecer ya estábamos todos completos.
Las horas transcurrieron y mi mujer se encargaba de atender algunos invitados y yo de otros. De cuando en cuando miraba a mi esposa para ver donde se encontraba y la veía a veces bailando o conversando con alguna compañía masculina. Cuando bailaban con ella se pegaban mucho y ella se reía de las ocurrencias que le decían los hombres. La verdad es muy coqueta en su forma de actuar, y le encanta ser el centro de atención. Podía apreciar las miradas de mis amigos o parientes clavadas en el trasero de Liliana, con el natural malestar de sus parejas. A los que siempre veía tratando de conversar o estar cerca de mi mujer era a mi sobrino y a su amigo, y cuando ella se inclinaba por algún motivo se ponían a comentar entre ellos enseguida.
Debido a que yo era el celebrado, había brindado casi con todos los de la fiesta y me encontraba bastante mareado, sin embargo no podía despedir a los que aun se encontraban ahí. Resistí un poco mas hasta que solo quedaron mi sobrino y su amigo, poniendo música juvenil mujer tomándola por la cintura y pegándola hacia él, y ella solo se reía y lo miraba a los ojos picadamente, sintiendo seguramente el bulto del pantalón de él. De pronto pusieron una música lenta y mi sobrino comenzó a bailar con ella abrazándola, y Liliana apoyó su cabeza en su hombro. Bailaban sin dar vueltas y se movían en un vaivén. Hasta ahí pensé que estos zamarros querían aprovechar la oportunidad, imaginando que yo estaba completamente dormido por la borrachera, y poder sobarse un rato con mi mujer, pero luego vi que el amigo se ubicó detrás de mi mujer y se agachó para poder ver sus calzones debajo de la falda. Mi sobrino observaba a su amigo con una mirada cómplice, avalando su proceder, y yo me quedé quieto mirando la escena y esperando para ver que más ocurría. Me excitaba la idea que ellos la tuvieran a su merced y ella sin poner ninguna resistencia a sus avances.
De pronto mi sobrino bajó sus manos hasta el culo de mi mujer y empezó a amasar sus nalgas sin que ella dijera nada. Luego comenzó a subirle la falda hasta la cintura dejando una maravillosa vista de la parte baja de su cuerpo. Metía sus dedos entre el calzón transparente y clavaba sus dedos abriéndole las nalgas. El amigo miró hacia los lados para asegurarse de que no había nadie y se sacó la verga para meneársela. Mi sobrino besó en laboca a mi muj
er y ella correspondió el beso sin ningún reparo. Cuando terminaron de besarse ella volteó a ver al amigo de mi sobrino y sonrió al verlo con la verga afuera. Se separó de mi sobrino y se quedó parada al centro de la sala mientras entre ambos le quitaron su ropa poco a poco. Le quitaron la blusa y el sujetador, quedando sus grandes tetas a la vista de estos dos jovenzuelos. Ambos se quedaron mirándola un momento antes de lanzarse a chupar cada uno a su correspondiente teta. Sus manos agarraban todo lo que podían de ella y a la vez desabrochaban sus pantalones para quedar desnudos ellos también. Mi mujer quedó únicamente vestida con las medias de nylon y sus zapatos de taco, y ellos completamente desnudos.
Se pusieron uno a cada lado de ella, y mi mujer agarró sus vergas una con cada mano, corriéndoselas acompasadamente. Ellos se disputaban su boca y bien podría decir que era un beso de a tres. Una cosa era segura, y es que Liliana quería comerse la verga de esos dos jóvenes. Por otra parte yo quería seguir viendo desde mi escondite todo lo que le iban a hacer, y ella obedecía todos sus caprichos. En un momento uno de ellos la agarró por los hombros e hizo que se pusiera de rodillas, quedando su cabeza a la altura de sus vergas. Mimujer se metió una verga en la boca y empezó a chupar mientras el otro se arrodilló junto a ella para sobarle las tetas con ambas manos. Ella emitía unos gemidos de placer por todo lo que le hacían y en un momento mi sobrino se sentó en uno de los sillones agarrándose la verga a modo de invitación.
Mi esposa muy obediente se colocó sobre el dándole la espalda y la verga de mi sobrino se clavó en su concha. El amigo aprovechó para ponerse delante de ella y hacer que se la chupara.
Yo desde mi sitio veía como estos dos se culeaban a mi esposa a su antojo, y veía como la verga de mi sobrino entraba y salía rápidamente. Luego Liliana se echó en la alfombra y abrió sus piernas mostrando su hueco listo para recibir toda la verga que le pudieran dar esos chicos. Primero el amigo se echó sobre ella clavándola furiosamente, metiendo y sacando hasta que noté por sus movimientos que había eyaculado dentro de ella. Luego se paró de su sitio para dejar sitio a desnudé y le metí mi verga lentamente sintiendo lo caliente que se encontraba. Yo también quería disfrutar de ella esa noche.
Autor: Ariel Ton arielcuento ( arroba ) hotmail.com