Bueno para los que hayan leído mi primer relato (El resultado de un juego) ya nos conoce a mí y a mi esposa.
Pues después de tener la primera experiencia con mi mujer nuestra vida sexual moto un giro por completo, os contare lo que paso al cabo de unas semanas.
Pues resulta que hace unas semanas fuimos invitados a una fiesta de disfraces por parte de una pareja amiga nuestra, para celebrar la llega del carnaval e ir entrando en ambiente como decían nuestros amigo.
Aunque lamentablemente no sabía si podría asistir a dicha fiesta, ya que por mi trabajo viajo mucho y no sabría si podría asistir.
El día llego y yo gracias a dios pode organizar mi regreso ese mismo día aunque andaría algo pillado por la hora, así que quede de verme con Verónica en la fiesta, o en casa si no me daría tiempo de asistir.
Así que creedme amigos si os digo que moví cielo y tierra para asistir a tiempo, ya que realmente tenía ganas de ver de nuevo a mi princesa y disfrutar de su hermoso y vicioso cuerpo.
Como la fiesta era por invitación únicamente privada, me abrió una mujer vestida de diosa griega la puerta, al entregarle la invitación, me hiso pasar.
Cuando caminábamos directo al bar ella me contaba que su esposo y ella organizaron esta fiesta ya llevaban tiempo haciéndolo y se divertían mucho, y fruto de que tanto yo y mi mujer fuimos invitados por unos amigos y no de parte suyos nos pedían únicamente respeto y tolerancia.
Yo sin imaginar todavía a que se refería asistí con la cabeza, miraba para todos lados para descubrir a Vero, ya que no sabía que disfraz se habría puesto ni yo sabía del suyo, la diosa griega que me acompaño hasta el bar desapareció, y comencé a caminar saludando a todos.
En un sofá estaba sentados cinco personas, dos mujeres sentadas entre dos hombres y unos sentado enfrente de ellos, y por la voz la descubrí, era Vero vestía un traje muy sexy de monjita con un más que generoso escote mostrando sus dulces pechos casi al completo, el traje era de licra y se ajustaba a su cuerpo como un guante descubriendo sus hermosas curvas y por lo corto que era y como estaba sentada en el sofá sus generosos muslos, a su lado una mujer vestida de amazona a ella si la reconocí, era Ana amiga de Vero y mía.
Ella y su esposo fueron los que nos invitaron, me senté a un lado de la barra y empecé a observarlos, se notaba que ya tenían unos tragos de mas, todos se reían, Vero ni se fijaba que su vestido se abría cada vez más y al reírse sus pechos se le balanceaban mostrando más de una vez sus duros pezones.
Me levante y me dirigí al baño un momento volviendo al cabo de unos minutos y sentándome en el mismo asiento observe que Ana ya no estaba junto con mi mujer y ella estaba sola con esos tres hombres, cuando noto un dulce roce en mi hombro y me giro llevándome una sorpresa enorme.
– Hola! que tal Roberto.
Me saluda Ana, diciendo piensas que no te había visto?
-Me alegro que al final pudieras asistir a la fiesta.
Nos enzarzamos en una conversación, aunque no podía dejar de mirar a Vero y ver que se encontraba muy alegre con esos tres hombres que sin duda uno era el marido de Ana.
Según me iba contando entendí a Ana y también entendía porque tiempo atrás me pregunto discretamente por si nos hacíamos chequeos y cosas por el estilo.
Nos habían invitado a una fiesta de swingers Ana y su marido, Ana y yo llevábamos hacia algún tiempo una extraña relación por MSN y correspondencia y nos contábamos nuestras fantasías y deseos y bueno a ella le pareció buena idea invitarnos y que viéramos como eran y en qué consistía.
Lo único que pasaba por mi cabeza era y Vero, lo sabrá, que pensara….? y mil cosas mas por la cabeza, cuando de repente Ana se levanta y me pregunta si la quiero acompañar junto a vero que no sabía que estaba en la fiesta, la agarre del brazo, como por instinto y mirándole a los ojos le dije.
-No le digas nada y deja que disfrute de la fiesta, ella asintió con la cabeza diciéndome pues entonces te daré el espectáculo más grande que jamás hallas visto y se dirigió junto a la mesa donde estaba mi mujer, su esposo y dos hombres más.
Les estuve observando unos quince minutos donde pude ver como tocaban discretamente a Vero, de como uno de los hombres tenía su mano por debajo de su faldita corta rozando probablemente su húmedo y empapado coñito, cuando de golpe se levantan los tres hombres y se ponen delante de Vero y algo le comento Ana a Vero que movió la cabeza diciéndole que sí, los cinco caminaron y observe como subían por unas escaleras grandes con luz muy tenue en cada escalón alumbrando cada paso que daban dirigiéndose hacia el piso de arriba, yo espere un poco y decidí subir también, pase por un cuarto y detrás de la puerta se oían gemidos y suspiros, me reí al pensar que alguna pareja había decidido tener un momento de privacidad, seguí caminando y en la siguiente puerta me detuve y observe que no estaba cerrada, me asome y vi a Vero y Ana sentadas en la cama, su marido y los otros dos hombres estaba en frente de Vero apuntando con sus gordas y duras pollas a escasos centímetros de su boca.
-Mira como los tienes a todos Vero, puedes tocarlos si quieres y lo deseas, le decía Ana.
-Nunca he hecho nada así, le respondía ella.
-No tengas miedo disfrútalas, son tuyas.
Era increíble la voz con la que se lo decía Ana, sonaba como una voz angelical pero malvada a la vez, tu voz interior salvaje y maligna te decía una y otra vez.
-Tómalas, son tuyas, a qué esperas, disfrútalas…
Y vi como Ana tomo una mano de Vero y la puso en la verga de su marido, por un instante como que Vero quiso retirarla pero ella la detenía, así estuvieron unos minutos y al rato Ana les bajo el cierre del disfraz y con un poco de trabajo se las saco a los tres.
-No te parece hermosa? Muy apetecible? Puedes jugar con ella, le volvía decir esa voz suave pero malvada.
-Verdad que dejareis a Verónica jugar con ellas mis diablillos y la haréis disfrutar le decía ella?
Vero y Ana comenzaron a jugar con las pollas que por cierto estaban todas muy grandes y gordas cuando Vero comenzó a tomarle el gusto, Ana se retiró y los veía desde la distancia, ella la invito a que se lo metiera en la boca y Vero no se hiso de rogar y lo hizo.
Ana se acomodó en una butaca y se puso a observar al igual que yo la situación, Vero estaba de rodillas entre ellos y empezó a chupar dulcemente una polla mientras con sus manos masajeaba las otras dos.
Los hombres dejaban caer de por veces gotas de champan sobre sus pollas mientras Vero no dejaba de chuparlas una y otra vez, era un vicio ver aquellas pollas húmedas y embriagadas por el champan desaparecer en la boca de Vero, cuando vaciaron los tres sus copas Ana se levantó de su cómoda butaca y les dijo.
-Bueno los dejo que se diviertan, y traten bien a esta viciosa yo regreso con los invitados les dijo Ana y se acercó hacia mí.
Apenas tuve tiempo de retirarme de la puerta para que no me viera Vero.
Cuando Ana salió cerro tras de si la puerta y me dijo, recuerda que tú le has dado permiso para que disfrutara y si quieres recibir tu premio por semejante generosidad acompáñame.
Comencé a seguir a Ana y entramos en la puerta contigua a donde estaba Vero con sus tres amantes, entre y Ana me invito a sentarme en un sofá más que cómodo y nuevamente cerro tras de si su puerta, acomodándose a mi lado empezó a acariciarme y besar dulcemente mi cuello, no negare que no me estaba excitando y ya la tenía más que dura. Ana seguía besándome el cuello mientras sintió como sus manos acariciaban mi polla que ya asomaba dura como un piedra por la delgada tela de mi disfraz.
No dejaba de oír esa dulce voz en mi cabeza una y otra vez, era embriagadora podía ser la personificación del Ángel caído que lleva con su dulce voz a la gente a cometer realidad los más oscuros deseos y fantasías.
Cuando nuevamente su dulce voz me susurra al oído.
-Esto es por mi o por pesar en como tu dulce y angelical Vero es sometido por tres hombres a su voluntad, era inevitable negarle que por las dos cosas pero que más por saber que mi mujer estaría a escasos metros de mi disfrutando con esas tres pollas.
-Quieres verlo me dice Ana?
Pero puedo sin que ella lo sepa le pregunto?
-Claro que se puede mi amor me responde este es tu regalo, me responde coge un mando de la mesilla y no sé cómo se enciende una tenue luz, y veo a vero acostada boca arriba en la cama y como uno de sus amantes le está devorando el coñito mientras tiene otro a cada lado de su cara, alternando las dos pollas, sin dejar de entrar y salir de entre sus dulces y maravillosos labios.
Sin notar de como Ana me había desnudado de lo fascinado que estaba empecé a sentir como unos labios húmedos envolvían mi polla, dejo de mirar para Vero por un instante y observo como Ana hunde mi polla entre sus labios y mirándome con esa cara de vicio cierro los ojos y me dejo llevar, estando en las nubes siento como sus labios empiezan a recorrer todo mi cuerpo hasta llegar a mi cuello y de nuevo esa voz.
-Quieres tu segundo premio por dejar que mi marido disfrute de tu joven y viciosa esposa?
No hizo falta que respondiera a esa pregunta cuando Ana nuevamente coge el mando entres sus manos y escucho una voz en el fondo suspirar y gemir a un ritmo increíble, sin lugar a dudas reconocería esos suspiros entre mil, era Vero.
Volví a observarla un buen rato y comprobé lo realmente morbosa y viciosa que se encontraba uno estaba haciendo un bonito sesenta y nueve , de ellos estaba comiéndole el coñito a Vero con ella encima mientras ella chupaba su polla.
Rezaba para que no lo ahogara en sus dulces jugos ya que otro de ellos estaba por detrás fallándole el coñito mientras se lo chupaban y le debía de gustar mucho porque no dejaba de gritar y suspirar, era evidente que se estaba corriendo como una loca por sus gritos.
Justo en ese momento siento como Ana se sienta encima mía metiéndome de un solo golpe mi más que dura polla entre sus muslos perforando de un solo golpe hasta lo más profundo de su coño.
Justo en ese momento observo como el hombre que le estaba dando tanto gusto a mi mujer por el coñito se encoje y le clava de un solo golpe su polla en el coño, haciendo gritar a Vero repetidamente.
-Mas, mas… así, así… lléname con tu leche, dámela toda.
Era más que evidente que se estaba corriendo en lo más profundo de Vero y sé que eso le encanta, cuando el hombre salió de su coño observe como su coño brillaba por la cantidad de leche que le había regalado su amante, mientras el otro seguía chupando su coño, aunque el respiro no le duro mucho y nuevamente su coño fue ocupado por otra polla, empezando a follarla a un ritmo lento y suave, haciendo suspirar a Vero más y más, mientras estaba entretenida chupando las dos pollas que le quedaban, y aun se podía ver los jugos de su leche mezclados con la corrida del primer hombre asomando por toda su polla.
Me volví sumergir en el placer se sentir el coño húmedo de Ana entrando y saliendo de mi polla,
Mientras no dejaba de observar a mi mujer, ella no paraba de suspirar y de gritar, ni me atrevería a decir las veces que se debió de haber corrido antes de que el segundo le llenara nuevamente su coño con su leche.
Cuando siento como Ana empieza a aumentar el ritmo de su cabalgada particular sobre mi polla sintiendo como su coño ardía de por momentos, entendí que estaba muy cerca del orgasmo.
Agarrándola con fuerza por las caderas empezó a fallármela de una manera bestial y brutal que jamás había hecho pensando en que yo era el hombre que tenía ahora Vero debajo fallándola igual que yo hacía con Ana. Embistiéndola fuertemente hasta lo más profundo de su coño nos corrimos a la vez inundando su coño con mi leche y con sus jugos, sentía mi polla atrapada en él, sin posibilidad de que jamás volviera a poder sacarla, estaba tan inmerso en esa situación que ni me di cuenta de cómo había volteado a Ana y puesto su culo en pompa, agarrando mi capullo y lubricando bien el culito de Ana con mi saliva le clave mi polla de un solo golpe, se notaba que no era virgen por el culo y como un loco empezó a fallármela como un salvaje llamándola Vero una y otra vez diciéndole lo que pensaba de ella, diciéndole lo viciosa y morbosa que era, lo sumisa y putita.
Mientras agarraba fuerte ente a Ana por los pelos tirando de ellos hacia atrás, ella gritaba y gemía, igual que Vero pidiendo más y más, no tarde en correrme nuevamente en su culo.
Permanecimos así un buen instante y al incorporarme nos fijamos que Vero estaba de rodillas y dos de ellos se estaban corriendo en su boca dejando caer su leche por sus labios hacia sus tetas fue increíble verla así de sumisa y con esa cara de vicio y ese brillo en sus ojos, me susurro Ana.
-Venga apresúrate que yo la entretengo vete para casa en breve te la llevamos a casa lo demás es cosa vuestra, y se despidió de mi dándome un beso en la mejilla.
Cuando llego Vero a casa yo ya estaba en cama duchado y la verdad es que tenía un empalme increíble, sentí como Vero se metió en cama y se colocó encima mía metiendo mi polla en su aun húmedo y empapado coñito.
Mientras lamentaba que no pudiera haber ido me conto toda la historia sin dejar ni un detalle por emitir, estábamos tan cachondos los dos que le confesé que si había ido y le conté mi historia sin omitir ningún detalle tampoco, corriéndonos los dos al mismo tiempo en un orgasmo tremendo, quedamos abrazados y nos quedamos dormidos, no sé en qué instante de la noche me desperté y observe como sus muslos y sus piernas aun brillaban de tanta leche que le habían regalado esa noche y en una cosa si nos estábamos de acuerdo que eso solo sería el principio de una vida llena de placeres y que había mucho por descubrir.
Bueno espero que os haya gustado y comentad, a mí personalmente me encanto descubrir los amigos que tengo y lo que Vero realmente es capaz de hacer sabiendo que lo disfrutara mucho, besos y hasta otra amigos míos, ya os contare más adelante como fue la cena que tuvimos en su casa a los que fuimos invitados.