Hola, creo que debo comenzar por presentarme, me llamo Ana, tengo 25 años, soy morena clara, 1.60 mts. de estatura, cuerpo normal. No voy a decir que soy un cuerazo como otras que se describen en algunos relatos, yo soy una chica con busto regular, caderas también regulares y como toda chica cuando se viste con minifalda no faltan los piropos, pero bueno ya no los voy a aburrir con esta plática, mejor les cuento lo que me pasó hace casi dos años, el día de mi boda por lo civil, ya teníamos tres años viviendo en unión libre y se nos ocurrió la idea de casarnos, lo cual hicimos.
Ya en la reunión con los familiares y amigos empezaron a salir las botellas de vino y cerveza, a medida que avanzaba la noche comenzaron a irse los invitados, hasta que quedó sólo mi marido con dos amigos y un tío de mi marido, que no me caía muy bien que digamos. Fue cuando le dije a mi esposo que ya me iba a dormir, a lo cual me respondió que si lo esperaba y me dijo en un momento estoy contigo, ya estaba muy borracho, y pensé que no podría hacer nada esa noche, pero para el otro día me desquitaría, de todos modos me puse una tanga negra y un baby doll también negro y me recosté en la cama.
Esperé como una hora y sólo escuchaba risas y gritos y me comencé a quedar dormida, como a las dos horas ya no se escuchaba nada, pensé que ya se habían ido y esperé a que subiera mi marido, que ya lo esperaba impaciente y algo mojada, pensando lo que haríamos. En eso escuché que se abría la puerta de la recámara, me acosté de lado enseñando mis bien torneadas nalgas, para que las viera mi maridito e hiciera de mí lo que quisiera, entonces sentí que se acostaba detrás de mí y empezó a acariciar mis nalgas y a apretarlas, después pasó un brazo por delante y me empezó a sobar las tetas y a pellizcar los pezones que nunca había hecho y me gustó tanto que sólo gemí de placer y paré más mis nalgas, para sentir su ya parada verga.
Entonces me volteó y empezó a mamarme las tetas como nunca lo había hecho, luego bajó la mano hasta mi rajita que ya estaba bien mojada y me metió un dedo sin la menor resistencia, ya que estaba bien lubricada, yo le decía sigue así papacito, cógeme, hazme lo que quieras, y él me pellizcaba, me mamaba y me introducía sus dedos lo cual hizo que tuviera un primer orgasmo fenomenal y dejé escapar un grito de placer que nunca había hecho, después de eso siguió mamándome las tetas.
Luego fue bajando poco a poco, hasta llegar a mí chocho ya de por si mojado me puso su verga cerca de la boca y ya sabía que era lo que quería y empecé a darle mordiscos en la cabecita. Luego la chupaba a todo lo largo, hasta llegar a sus dos bolas que succionaba con placer. Después me la fui metiendo poco a poco lo más hondo que pude, quería tenerla toda adentro, pero no podía, aún así se la mamé como poseída.
Poco después se paró, me agarró de las piernas, me jaló hasta la orilla de la cama, me levantó las piernas y me la metió de una sola adentro, lo cual hizo diera un grito de placer y que tuviera un tercer y cuarto orgasmo y siguió bombeándome y yo gimiendo en cada embestida y diciéndole cógeme papacito, sigue dame más, más, dame toda tu rica verga, la quiero hasta el fondo ya que estaba a punto de acabar, me la sacó, se subió y me la puso en la boca, yo inmediatamente abrí la boca y me la metí lo más que pude, saboreando mis jugos se la mamé como poseída, queriendo que entrara toda y seguía mamando esa gran verga, en una de esas se vino todo en mi boca, lo cual nunca había yo permitido, pero esa noche hasta me tomé toda su leche y me gustó tanto que no dejé que cayera ni una gota y no lo solté hasta que sentí que su gran verga estaba perdiendo fuerza dentro de mi boca.
En eso escuché
; un grito en la sala diciendo: ¿en dónde están todos?, yo me asusté porque reconocí la voz de mi marido, me separé encendí la luz del buró y vi al tío de mi marido parado frente a mí, con su gran verga fuera y sólo me dijo: que rica estás sobrinita, ¿te gustó la cogida que nos dimos?, al mismo tiempo se agachó y me dio un beso que no pude evitar. Ya repuesta del susto le correspondí el beso y le agarré su verga ya flácida, y le dije si tío me encantó.
A partir de ese día él busca la manera de estar a solas conmigo y yo también hago lo posible por que así sea y disfrutar más de ese placer que me dio, que desde ese día, le digo a mi marido que es mi tío favorito y a él le agrada que ya me lleve bien con él.
Autor: Consue980