Hola amigos de marqueze, este es el primer relato que mando y ojalá les guste. Todo fue real, excepto los nombres… y tal vez el lugar, ya saben, la gente nos conoce.
Comenzaré por describirlas: América y Jimena, ambas son altas, con una cintura marcada por el ejercicio (en realidad, América es más delgada), con senos no muy grandes, pero del tamaño perfecto que se adapta a la mano, un culo delicioso, con la forma perfecta y bueno, rostros angelicales y una mirada inocente, pero a la vez, llena de malicia. Yo, bueno, para ser sinceros no soy un adonis, soy un hombre común y corriente como la mayoría, moreno, un poco alto, complexión robusta, un paquete de tamaño normal (18cm) que sólo tiene algo de suerte y, bueno, no es por presumir, pero me han dicho que soy muy bueno… en especial ellas.
Todo comenzó hace más de un año, cuando comencé a salir con América… y con Jimena, a varios lugares, pero fue en mi escuela donde comenzó todo: un día estaba con ellas, una de cada lado en una banca, solamente viendo pasar la vida… sin nada que hacer, cuando América me dijo que si quería un dulce, le dije que sí, y se lo puso en los labios para que yo lo tomara con los míos, y así comencé a besarme con ella, luego llegó una amiga a saludarnos y volví a besar a América, me preguntó si andaba con ella y Jimena le respondió «él es novio de las dos», sostuvo mi rostro, lo acercó al suyo y me besó. Sinceramente fue algo que me dejó impresionado, pero no sabía qué era lo que venía.
Finalmente me volví novio formal de América, pues la bigamia no es muy bien vista… por algunos, aunque seguía teniendo alguna que otra aventurilla con Jimena., entre los besos, los toqueteos de todas las zonas erógenas e incluso pasarle el miembro por su rajita Con América fue con quien yo comencé mi vida sexual; en ese entonces ambos teníamos 17 años y la verdad, fue algo que no me gustó mucho, pues entre el nerviosismo y el dolor no se pudo disfrutar por completo; las posteriores fueron realmente buenas. Después de unos meses y con algunas diferencias, la relación se volvió un tanto destructiva y terminamos, aunque nuestros encuentros seguían…
Bueno, para no aburrirlos, sólo les digo que así siguieron las cosas un poco más, y yo con la universidad pues no tenía mucho tiempo (soy un año adelantado) y las visitas a ellas eran cada vez menos.
En semana santa me quedé solo en mi casa, pues mi familia se fue a la provincia y yo tenía trabajos que hacer. Entonces recibí una llamada de América, que para vernos, salir un rato y pues como ya estaba fastidiado, salí a verlas. Cuando llegué al lugar acordado me maravilló ver que estaban mejores de cómo las recordaba; me acerqué a saludarlas con un beso en la mejilla, pero ambas me dieron uno en la boca. Yo, obviamente, contentísimo. Mientras nos tomábamos un café hablábamos de trivialidades, de lo que habíamos hecho, de chismes de la preparatoria, etcétera; pero entonces América me pidió ver a mi perro, una excusa bastante obvia sobre lo que quería, pero acepté, y los tres nos subimos a mi camioneta y fuimos hacia mi casa. Llegamos y sólo un vecino me vio entrar a mi casa con las gemelas (con cara de envidia).
Ya en mi casa, subimos a mi cuarto y nos pusimos a ver televisión, yo acostado al lado de América y Jimena a los pies de los dos. Abracé a América y comenzamos a besarnos, primero tiernamente y luego con las lenguas jugueteando la una con la otra, besando su cuello y comenzando a acariciar sus pechos, al oír estos sonidos, Jimena volteó, se sonrojó y salió un momento del cuarto. Mis besos con América subieron de tono y le quité la blusa y el pantalón negros que llevaba (andar conmigo le dio un gusto por la ropa negra…) y comencé a besar sus tetas por sobre el brassiere. Cuando se lo quité y comenzaba a acariciarle los pechos, entró su hermana muy decidida, me volteó y me besó… le seguí la corriente y la seguí besando, sin descuidar los senos de América e igualmente comencé a desnudarla.
Cuando las dos sólo tenían su tanga puesta, me tomaron de una mano cada una y nos dimos un beso entre los tres, cosa que me excitó demasiado. Se quitaron mutuamente las tangas y se comenzaron a besar… yo sólo disfruté el espectác
ulos unos momentos pues subí de nuevo a la cama y las besé. Acariciaba los pechos de una, besaba a la otra, con la otra mano les pasaba mis dedos por la rajita, hasta que entre las dos me quitaron la ropa y se turnaban para hacerme sexo oral. Metían mi miembro en su boca, lo pasaban con la lengua desde la base hasta la punta, lo metían hasta el fondo y cuando se turnaban se besaban y la otra subía a besarme. El sentir dos lenguas juguetear en el paquete produce un éxtasis casi insuperable.
Luego ellas se acostaron, América sobre Jimena y comenzaron a besarse, abrieron las piernas y les pasé mi lengua por sus rajitas. La de América estaba rasurada completamente y la de Jimena sólo un poco, para darle forma. Mi lengua recorría cada centímetro y entraba un poco, mientras que a las dos les metía un poco el dedo índice muy despacito, con lo que se arqueaban de placer y emitían gemidos y uno que otro grito… estaban realmente muy mojaditas y les metí dos dedos a cada una, cada vez más rápido hasta que Jimena llegó a un orgasmo y no resistió el gritar un poco; se paró y fue por algo de beber, mientras yo seguía dándole sexo oral a América. Me acosté a su lado y la comencé a besar, sobándole las tetas y pasándole el miembro por su rajita. Ella también gritaba y comenzó a contraerse, por lo que supe que le estaba llegando su primer orgasmo, así que bajé y ella terminó en mi boca.
Regresó Jimena y continué con ella, me pidió que la penetrara, así que busqué un condón, y mientras lo encontraba y me lo ponía, ellas se besaban, se acariciaban y se masturbaban mutuamente. Llegué con ellas y me acosté boca arriba por petición de las dos; América fue la primera que se montó en mi y comenzó a meter mi pene en su lubricada vaginita poco a poco mientras besaba a Jimena. Una vez adentro por completo, comenzó a cabalgarme cada vez más rápido. Entraba y salía fácilmente y noté que Jimena no dejaba de vernos ni de acariciarme y besarme. Cuando estaba a punto de correrme, América se detuvo, pues ya sabe como es mi cara al momento de correrme, me dio un tiempo para relajarme un poco y puse a Jimena en 4 puntos y comencé a pasarle la verga por su rajita hasta que me suplicó que se la metiera. Inmediatamente la penetré mientras su hermana se ponía frente a ella para que Jimena le lamiera la vagina mientras la penetraba. Movía a Jimena a mi antojo y yo iba a la velocidad que deseaba, se la metía cada vez más rápido y cuando sentí que a ella le venía otro orgasmo me corrí dentro de ella. América me quitó el condón y me limpió con su boquita, con una cara de niña perversa y me preguntó si no tenía más para ella, la verdad le dije que esperara a que me recuperara y lo hizo, dando cariñosas chupaditas sin permitir que mi erección bajara, mientras yo seguía besando a su hermana. Cuando estuve listo, la besé mientras la agarraba por las nalgas y recordé que ese había sido mi último condón. Ella se estaba echando para atrás, pero le dije al oído que si no le gustaría que fuera anal esta vez. Se quedó pensando y aceptó, así que volví a besarla pero ahora acariciando a Jimena. América se levantó, se puso en 4 puntos y su hermanita le dijo que no, que así no, pero le dije que iba a ser por otro lado y sólo se dedicó a mirar cómo pasaba sus líquidos vaginales hacia el ano y después introducía un dedo, luego fueron dos y la seguí lubricando con mi saliva. Nos acostamos de lado, yo detrás de ella, coloqué mi pene en su ano y empecé a empujar para que no entrara todo de golpe y no le doliera. Así entró toda y dejé que se acostumbrara un momento. Comencé a sacarla y meterla despacito y su hermana se acostó con nosotros, la besó y la masturbó mientras penetraba a América, quien le hacía lo mismo a su hermana. Continué cada vez mas rápido y Jimena nos separó y dijo que ahora ella quería lo mismo. Su hermana fue la que comenzó a lubricarla y a meter sus deditos en su estrecho ano. Cuando terminó, se quedó en 4 puntos y comencé a penetrarla. Fue más fácil metérselo a ella y seguí follándola por el ano mientras le lamía la concha a América, como había sucedido unos momentos ante
s. América quitaba a su hermana y volvía a follármela, y así se fueron turnando hasta que sentí que me corría en Jimena, pero le dije que eso era para su hermana, así que cambiaron posiciones y penetré a América con más fuerza y velocidad hasta que me corrí dentro de ella y tuvo otro orgasmo en ese instante. Su hermana tardó un poco más en correrse, pero la lengua experta de América lo logró a la perfección.
Me dijeron que tenían hambre, así que bajé a cocinarles algo fácil y rápido, aunque honestamente cocinó muy bien. Estaba preparando unas arracheras marinadas en vino tinto y subí de nuevo para ver cómo estaban, pues creí que estarían descansando, pero al llegar ellas estaban haciendo un 69 espectacular y me dediqué a verlas un momento, pero me regresé a la cocina porque se me iba a quemar la carne jeje. Puse la mesa, serví la comida y subí por ellas, que seguían besándose y acariciándose. Bajamos los tres, comimos y las llevé a su casa, pues ya se había pasado la hora a la que las habían dejado llegar. Para que no las localizaran, apagaron el celular y argumentaron que se le había acabado la pila.
Durante unos meses seguimos hablando y teniendo sexo por internet, lo cual, obviamente no es lo mismo, hasta estas vacaciones, que pude salir por fin. Nos quedamos de ver por su casa, pero Jimena iba acompañada, por lo que yo me fui en mi carro con América y Mario en otro con Jimena. Decidimos ir al cine los 4, pero los perdí en el camino para poder «saludar» a América. En la calle la besé, toqué sus pechos, su rajita que nuevamente estaba completamente rasurada (ella sabe que me encanta así), ella sacó a mi pene de su encierro y lo lamió rápidamente porque la gente estaba pasando a cada rato. Cuando vi que una pareja iba a pasar sobre la acera donde estábamos estacionados, arranqué. En el estacionamiento del cine, dejé mi coche en la parte más solitaria y lejana de la gente y ahí seguimos besándonos y tocándonos; le quité el brassiere y lamí sus pechos mientras metía mis dedos y acariciaba su clítoris. Como nos estaban esperando su hermana y su amigo para entrar al cine (y además había gente bajando las escaleras) salimos y fuimos con ellos, pero no le permití ponerse en bra de nuevo. Llegamos y ellos se fueron a ver qué películas había, pero terminaron comiendo en un local de esa plaza. Nosotros compramos un helado y bajamos de nuevo al auto. Mientras íbamos en el camino, vi cómo algunos hombres veían los pezones erectos de América, y al verme con ella noté un poco de envidia. Lo repito, sólo soy un hombre común con mucha suerte.
Llegamos al auto y nos subimos al asiento trasero de la camioneta. Como el de vigilancia estaba cerca, sólo hablábamos y comíamos un poco de helado. Cuando se fue y nos quedamos solos, levanté su falda y le quité la tanga, abrió sus piernas y le lamí la concha metiendo un poco mi lengua y moviéndola en círculos en su clítoris mientras metía un dedo. Me levanté para verificar que no estaba el vigilante y ella bajó mi cierre, sacó mi verga y comenzó a hacerme una mamada espectacular. Bajaron unas personas por las escaleras y ella se detuvo, nos cubrimos para que no se notara y seguimos comiendo un poco de helado que se detergía muy rápido. Cuando se fueron junto con el vigilante lubriqué su orificio anal con sus líquidos vaginales hasta que sentí que ya entraría fácilmente mi pene. Se subió en mi, se acomodó mi miembro en su ano y la penetré. Llegó hasta la mitad y dijo que le dolía, por lo que se bajó y la seguí lubricando, esta vez con mi lengua. De nuevo se subió y esta vez entró fácilmente, por lo que ella comenzó a subir y bajar cada vez más rápido, sintiendo en cada embestida el morbo y el peligro de ser atrapados, por lo que ambos terminamos rápido. Se puso su tanga, su brassiere y un vigilante llegó, viendo la camioneta detenidamente como si nos hubiera visto o alguien le hubiera dicho, por lo que tomé el helado de nuevo y terminé de tomármelo. Cuando se fue, nos arrancamos, nos quedamos de ver con su hermana y su amigo cerca de su casa. Llegamos, me despedí con un largo beso de ella, su hermana se bajó y también se despidió de mi, pero con un beso mas corto
y se fueron.
Hoy las vi por la webcam y espero verlas pronto otra vez, pero en vivo. Ojalá les haya gustado este relato. Si tienen comentarios a mi e-mail
Autor: fer_l_69
fer_l_69 ( arroba ) hotmail.com