La Historia: Desde hace cinco años tenía unas ganas enormes de conocer la Isla de Cuba… Don Juan, un señor ya senil y cliente mío, me platicaba cada vez que nos veíamos, sobre las bellezas que encerraba la isla caribeña y de lo difícil que había sido para él y su familia el abandonar su tierra natal… sus anécdotas eran fantásticas… cada día crecían en mí las ganas de conocer esa misteriosa tierra… era un verdadero agasajo oír su amena plática… por asuntos de trabajo en un par de ocasiones se había pospuesto tan planeado viaje… Revisando la sección Viajar del Diario Reforma, encontré muy buenas tarifas y opciones para poder hacer ese viaje toda una realidad… Mayo parecía una época increíble… Organicé todo el plan… inclusive invité a mis padres… Cuando le platique a Don Juan sobre el inminente viaje, con un fuerte suspiro añoró el no poder visitar a su gente… volvió a platicarme de las maravillas que encerraba su Isla… su gente alegre y cálida… su clima fenomenal… lástima de la situación tan precaria que vivían actualmente los Cubanitos, me dijo… luego de tan amena plática, me pidió que le avisara un par de días antes de que iniciara mi viaje ya que quería enviarle algo de dinero a los hijos de un conocido…
A Principios de Mayo hablé con Don Juan y para mi sorpresa, me pidió que le llevara al hijo de un primo suyo una pequeña cantidad de dinero… Pequeña o considerable… ¡es como ver un vaso de agua medio vacío o medio lleno!… me dio trescientos dólares en puro Billete de cinco dólares… era un bulto considerable… Me explicó como localizar al muchacho y la forma tan delicada y discreta en que debía darle el dinero… Don Juan me platicó sobre él y de lo necesitado que estaba en cuestión económica… no había la posibilidad de hacerle un Giro, Transferencia o Depósito como se haría a cualquier parte del Mundo… debía de ser una entrega personalizada… Don Juan me lo agradeció enormemente y yo le agradecí la confianza que él depositaba en mí…
Mis Padres y un servidor salimos en vuelo directo rumbo a la Habana… un viaje de aproximadamente cuatro horas… una vez llegando a la Isla, declaramos todo lo que llevábamos y después de pasar migración y aduana, nos trasladaron a nuestro Hotel… el Paisaje era muy bello al igual que el clima… me sentía como si estuviera viviendo los años 50s o 60s… las casas muy viejas y mal pintadas… los pocos autos que se podían ver eran de aquella época… mucha gente caminando… camiones repletos de isleños… Eso sí, la gente a la mar de amable… buscando siempre ayudar con una sonrisa por delante… Aquella tarde y desde mi hotel le hablé a Orlando, el hijo del primo de Don Juan… muy amablemente me presenté con él y le dije que Don Jua Ellos querían dormir una siesta… Yo bajé a la calle y caminé por la acera…. crucé la avenida y me senté en una de las bancas desde las cuales se podía apreciar una bella vista del Mar…
El clima era bastante caluroso… el ver a los muchachos pasar, algunos de ellos con el torso descubierto, hacia que mi calor corporal subiera a más de lo normal… De por sí yo soy caliente por naturaleza y mirando aquellos cuerpos de los cubanos, pues mi calor corporal estaba a casi 50°… ya casi a las 6 de la tarde, ví como un hombre muy moreno se sentó en la acera a tan solo unos metros de la puerta de acceso… me levanté y caminé hacia él… me imaginaba a Orlando mucho mas joven pero no era así… era un hombre de aproximadamente 25 años de edad que se presentó ante mí con una gran sonrisa en la boca… agradeció el gesto de llevarle un par de playeras desde México… En aquel momento quedé impresionado por el hombre que tenía a mi lado… olía a hombre… tenía un cuerpo de agasajo… no era de raza negra pero era mulato… como una mezcla entre la raza negra y latino… su pelo cortado muy chiquito, rizado… ojos negros que denotaban tristeza y a la vez ternura… una cara de niño travieso… vestía unos pantalones beige arremangados hasta debajo de la rodilla que dejaban ver sus peludas piernas y una playera blanca sin mangas que dejaba ver sus bien t
orneados bíceps y pecho… aquel cubano estaba de agasajo… delgado y no muy alto… bien parecido… Caminamos juntos por la acera y nos sentamos en la banca a ver el atardecer…
Me platicó sobre su vida en la Isla y sus necesidades… Había estado casado y tenía dos hijos… actualmente se encontraba separado de su mujer y sus hijos vivían con ella… Yo le entregué el bulto que me había dado Don Juan… Orlando sonrió por la sorpresa… no quiso ni verlo… abrió sus ojos que casi se le salen de las orbitas… no podía creerlo… Oye chico… esto es una maravilla, decía… ¿cuanto es?, preguntó… No lo sé, le dije… solo te pido que no lo cuentes ahora…Orlando sonrió… parecía que con aquellos dólares no volvería a tener sufrimientos ni necesidades en el futuro… me dio ternura… parecía un niño pequeño cuando ve por primera vez a Santa Claus… me abrazó de la emoción… no pude mas que emocionarme yo también del hecho… ver a una persona feliz es lo mejor que le puede pasar a un ser humano… lástima que su felicidad estuviere basada en unos cientos de dólares y no en su propia libertad… Nuestra plática siguió y me platicó de tantas historias de la isla que me tenían fascinado… la manera de ver el mundo es tan diferente de como lo hacemos los demás habitantes de la tierra… le pedí que volviera al día siguiente para que me llevara a conocer los lugares cercanos a la Habana que no son turísticos… le ofrecí un pago extra por sus servicios como guía… quería yo conocer donde y como vivía…
Aquella noche me dormí emocionado de haber conocido a Orlando y de tener la posibilidad de ayudarlo… aquella noche también voló mi mente pensando en su cuerpo moreno y en lo rico que sería poder recibir una cogida de su parte… Al día siguiente llegó puntualmente Orlando y me platicó aún mas sobre las costumbres de los cubanos… me enseñó un peculiar sistema de transporte que llaman Camellos… son dos camiones grandes unidos… sin ventanas para que el aire pudiere correr y mitigar el calor del momento… Tomamos uno de esos camellos en frente del Cine Paire y que nos llevaría hasta su casa… mis huaraches, mis bermudas beige y mi playe pantalones denotaban la tradicional tienda de campaña que comenzaba a crecer… le pedí perdón… Orlando sonrió y seguimos el trayecto…El Camello seguía subiendo y bajando gente… mas tarde sentí como era Orlando quien se pegaba detrás de mi… no quise ni voltear, pero sentía como se pegaba a mis nalgas, como se movía entre ellas… esto comenzó a excitarme… Fue así como entonces comencé a pegarme al cuerpo de Orlando cada vez que podía… sentí como se endurecía aquella verga que tenía situada entre mis nalgas… mis brazos en alto para sostenerme del tubo superior hacían que hubiera un vaivén continuo…En un momento, cuando el camión frenó casi en seco, Orlando se apretó a mi culo haciendo un par de mete-saca… rápidamente se quitó y me dijo que la siguiente parada era en la cual debíamos de bajar…
Bajamos del Camello y Orlando caminó detrás de mí y cuando se hubo alejado el camión me dijo en tono jocoso: Veo que quieles candela… Yo lo miré y con una sonrisa le contesté con otra pregunta: Veo que a ti te gusta el culito… Orlando sonrió… Mila chico, por un regalo, puedo hacelte todo lo que quielas… Aquella frase fue mágica… mi cabeza se lleno de fantasías… No podía apartar de mí, la idea de tener esa tarde al cubanito precisamente entre mis nalgas… Le respondí: ¿Y de que tipo de regalo, estamos hablando?… Orlando sonrío y muy suelto me contesto: ¡Mila chico, con treinta dólares, yo mismo me complo el regalo que necesito!… No lo podía creer, por apenas 30 dólares, podía hacer realidad, todas mis fantasías nocturnas que había tenido con aquel recio macho cubano… Los dos caminamos entre un barrio muy pobre de las afueras de La Habana… era caminar como en un campo minado por la guerra… edificios casi derrumbándose… casuchas pequeñas de madera… Caminamos algunas cuadras cuando Orlando se paró ante una pequeña tienda a comprar unas cervezas… Compramos cervezas y con una amena plática sin tocar temas sexuales llegamos a su pequeño departamento… eran un par de cuartos dentro de un edificio en bastante malas condiciones… subi
mos las escaleras y me enseñó su casa… había una cama, con un pequeño radio… en el otro cuarto estaba destinado a la cocina con una pequeña estufa, un refrigerador de los años 50s y una pequeña mesa para comer… la ropa se guardaba en un viejo armario… a pesar de lo reducido de las dimensiones, Orlando vivía solo y tenía su casa muy limpia… no había polvo y todo trataba de estar lo mas ordenado posible… cerró la puerta y me ofreció una cerveza… nos sentamos en una sillas alrededor de la mesa a platicar… ahora sí vino el tema sexual…hacía ya meses que no tenía relaciones… se había separado de su esposa hace mas de un año y a pesar de que tenía algunas amigas, no tenía tiempo ni dinero para salir con ellas…El culo le fascinaba… a su esposa continuamente le daba por el culo como un método anticonceptivo… era especialista en esa zona… rió de buena gana cuando lo dijo…
Le pregunté por los Putos… ¿Putos?… en Cuba estaba muy vigilado… se había tirado a uno de sus amigos cuando era estudiante pero eso hace ya mas de 10 años… ¿Se te antoja romper ahora un culito?, le pregunté… Orlando sonrió y me dijo Ni lo pleguntes chico… estoy para servilte… Se levantó de su asiento y entre sus piernas tocó su verga enseñándome lo dura que estaba…. me dijo que iría al baño y que lo esperara unos momentos… mientras lo esperé, comencé a quitar miembro con una mano y comenzó a jalársela ante mi vista… yo abría mi boca y sacaba mi lengua como invitando a que la metiera… La acercó a mi boca ofreciéndomela para mamarla… eso fue demasiado para mí y me acerque inclinándome hacia su miembro, lo tenia muy grueso y largo. Y un extraño olor a macho emanaba de él… tomé su verga con mi mano derecha y sentí su calor y textura, fue tan divina la sensación que me pareció casi como si por primera vez en mi vida lamía una verga… Yo arrodillado ante él me la metí en la boca todo su instrumento… lentamente mi lengua comenzó a moverse… Su verga llegaba a tocar mis anginas… Orlando me tomó de la cabeza y presionó contra su verga para que me la tragara completamente… sentía como sus pelos púbicos rozaban la punta de mi nariz… Orlando presionaba y me obligaba a tragármela a una gran velocidad… sentí una sensación de ahogamiento ya que su verga casi impedía mi respiración… Tuve que sacarla de mi boca y le dije… Tranquilo Papi… despacio… Yo pensaba que por el hecho de haberle pagado unos dólares, era yo quien debía manejar la situación, pero me equivoque rotundamente, ya que en ese mismo instante él me agarro de los brazos levantándome del piso y me dijo en tono enérgico: Mila chico, yo sé lo que les gusta a los puticos como tu… Acto seguido me lanzo sobre la cama y con fuerza me bajó las bermudas y luego casi rompe mis calzones… tocaba mis nalgas y su dedo buscaba abrirse paso entre los pliegues de mi culo… lamió su dedo y con su misma saliva comenzó a lubricar mi agujero… su dedo buscaba entrar mas profundamente… escupió entonces en su mano y con aquella baba viscosa lubricó mi culito… su dedo entró… soltó un soplido de satisfacción… no paraba de llamarme putico y de decir obscenidades… al final de cuentas eso era lo que me excitaba… yo estaba gozando con el dedo del cubano dentro de mi culo y presagiando lo que sucedería después… abrí mi cartera y le di un condón… Si quieres metérmela ponte el condón, le dije y el moreno cubano lo aceptó… su saliva había semi-lubricado mi agujero… se puso el condón y me dio a mamar aquel bello instrumento…
El Cubano me dijo Yo te voy a dal lo que meleces putico… me pidió que le ensalivara la verga… mi saliva caía por el condón desde la punta de su verga hasta sus pelos… su dedo volvió a entrar en mi agujero… se acomodo entre mis piernas y comenzó a refregarme la dura cabeza de su verga justo a la entrada de mi culo… mi culo se abría y cerraba… el frotaba su glande contra los pliegues de mi culo, dándome pequeños empujones que hacían que yo gritara de placer…mi ano palpitaba… volvía a frotar la cabeza de su morena verga contra la abertura de mi culo…con un poco mas de salivita, el mulato se me echo encima… yo había quedado de perrito en su cama y enseguida sentí como Orlando, detrás mío, presi
onó la cabeza de su verga contra la entrada de mi esfínter trasero y presionó… su dura verga entró entre gritos de mi parte y fuertes soplidos de la suya… Despacio, le pedí… una fuerte nalgada fue su respuesta… me ardía el culo… era de las pocas veces en que no usaba lubricante soluble en agua y la verga del mulato raspaba las paredes de mi culo… no era una sensación agradable… había dolor… el mulato se montó sobre mí y con sus manos tapó mi boca para evitar que yo pudiera gritar y que sus vecinos pudieran oír… tenía la mitad de su verga dentro del culo y éste pulsaba tratando de sacar a aquel intruso… comen Mulato me dijo Te voy a dal la culeada de tu vida… Algo me decía que el Mulato sabía lo que hacía y que lo mejor que podía hacer yo era dejarlo obrar sin resistirme… Su morena verga entraba y salía de mi apretado agujero… con sus manos abría mis nalgas y escupía entre ellas… su saliva caía sobre la abertura de mi culo… El Moreno me la metía con un gusto enorme, empujando decididamente y proporcionándome gran placer… Yo no dejaba de gemir con cada una de sus embestidas… su mano tapaba mi boca buscando que no gritara… el sentirse sodomizado es uno de los placeres máximos que un hombre puede lograr… apreté mis nalgas y aumenté el placer que él sintió… el moreno decía con voz entrecortada Tienes un culito delicioso… yo apretaba el culo… el moreno decía Me quema la velga y me la estruja… Tienes un culo bien apletadito… Se ajusta a mi velga como un guante… su morena verga siguió taladrándome el culo, entrando hasta el fondo… comencé a mover mis caderas, mientras me decía: Eso es putico, muéveme el culo para que te lo lompa como se debe… No puedo explicar como, pero la verdad es que de pronto comencé a estremecerme en un infinito orgasmo anal. Me tensé de una manera incontrolable… intente olvidar las molestias que aún quemaban mi ano y me consumí en un terrible clímax… Mi cuerpo se curvo hacia el moreno permitiendo que su verga entrara hasta lo más profundo de mí ser… sin tocarme siquiera comencé a venirme por encima de la cama del mulato…
Mientras eso sucedía, Orlando profundizaba aún más en mi recto… la metió hasta el fondo y presionó… casi me avienta contra la cabecera de la cama… Que lico culito tienes putico… comenzó a sacar y meter su verga en forma pausada… comencé a gemir como una puta barata… Métela… métela, le suplicaba… con voz entrecortada el cubanito contestaba con obscenidades…Te gusta putico, lo que te hace sentil mi velga…Segulo que nunca habías sentido algo tan lico en tu culito…La verdad no sé si era el buen tamaño de su verga o la manera tan animal como el mulato me trataba, que hacía que yo perdiera el control… en aquel instante era su puta…. Orlando me cabalgaba… estaba montado sobre mí… embestía metiendo su miembro hasta el fondo, para luego retirarlo casi hasta sacármelo del culo, para volver a meterla hasta los huevos… El mulato estaba gozando la cogida ya que podía oír lo agitado de su respiración así como los gemidos que daba… Podía escuchar sus soplidos justo en mi cuello… sus manos se situaron en mis hombros jalando mi cuerpo hacia su verga… podía gemir libremente y gozar aquella cogida… Poco a poco Orlando comenzó a moverse mucho más rápido… Yo jadeaba de sentir la verga del cubanito entrar y salir de mi culo sin compasión alguna… Mi culo era un orificio sin forma… ya no había pliegues… era oscuro como el túnel de una carretera…
Dio dos empujones mas y todavía con el culo pulsante, el Cubano saco su verga del culo y quitándose el condón con una pericia digna de un mago, acercó a mi boca su morena verga… casi al instante comenzó a disparar su leche en sucesivas descargas sobre mi rostro, intentando apuntar los subsecuentes chorros de moco hacia mi garganta… mi boca se había abierto para poder disfrutar de aquellos ricos mocos… El Cubano gemía a mas no poder… hacía gestos y cerraba sus ojos… sus manos jalaban su verga hasta que terminó de vaciarse… enseguida me ofreció su verga para que yo terminara de limpiarla… El Mulato soltó un soplido final de placer… Mi boca, lengua, garganta y tod comencé a limpiarme… Orlando regresó del baño y le pedí que me dejara ir al baño a lo que él se negó… «No se puede
… los vecinos sablían lo que hicimos… límpiate… ya tomarás un baño en tu hotel…»… Yo me sentía sucio… mi cara brillaba por los mecos que habían caído en ella… Mi pelo había quedado completamente parado como si me hubiera puesto gel…
El Moreno comenzó a vestirse y mientras conversaba animadamente, de pronto me dijo: «Tienes a la mano mi regalo»… De verdad que me sentí mal, pero no me quedo más alternativa que ir a buscar mi cartera y sacar los dólares acordados, se los entregue y él mientras los recibía me dio unos cuantos manoseos a las nalgas y me dijo: «Cuándo quielas más candela ya sabes donde encontlalme»… me vestí lentamente y me acompañó en el trayecto de regreso hasta la entrada de mi hotel… Aquella noche dormí como un bendito recordando la extraordinaria cogida que Orlando me había acomodado… Caray… ¡Si pudiera sacarlo de Cuba y traerlo a México!… no se que pasaría… lo que sí me queda claro es que los cubanos son muy buenos para la «Candela»…
Cualquier comentario es siempre bienvenido a mi correo electrónico.
Autor: juan_carlos_hoff juan_carlos_hoff ( arroba ) hotmail.com