(sueño 2)
Capítulo1.
El viernes por la mañana, mi esposo se fue a su pueblo natal, allá por el estado de Hidalgo; junto con su mamá y familia, llevando con ellos a mi hijo, yo los alcanzaría por la noche, después de salir de mi trabajo.
Cuando llegue a la terminal del Norte, encontré boleto para las 8 de la noche, les llame a su casa para que me fuesen a esperar a la terminal. Subí al autobús y como me sentía cansada y el autobús se encontraba casi vacío, me fui a sentar casi hasta al final, me recosté un poco, me sentía cansada del trabajo diario y con ganas de estar con mi esposo abrazada y deseosa de ser feliz. No mucho tiempo después el autobús inicio su viaje, se acerco una persona y me dijo que se sentía muy solo y deseaba hacerme compañía si se lo concedía y me sonrió; me pareció agradable y como que tenía un acento extranjero, me pareció correcto ser buena anfitriona, además el viaje es cerca de 3 horas y para no sentir tanto tedio, preferí platicar.
Me contó que se llamaba Michael, que era de Argentina y tenía poco tiempo en el país, que vivía en Puebla y que se dedicaba a la compra y venta de ropa, y que tanto trabajo lo tenía tensado y que le recomendaron unos baños termales y siendo el estado de Hidalgo prolifero en ellos pues había elegido uno ahí en Tasquillo y que solo estaría el fin de semana; además como siempre se sentí muy solo y yo parecía muy educada, y queriendo conocer gente que le indicará los lugares turísticos de dicho lugar procedió a entablar platica conmigo.
Yo le dije: mi nombre es Irene, soy del D.F., y que mi esposo era oriundo de Pachuca, pero su familia radicaba ya en Tasquillo, por lo que yo solo conocía pocos lugares de interés, algunos balnearios de ahí, pero no más sitios interesantes.
Entonces, te invito a nadar mañana, me dijo.
Si estaría muy bien, ya que luego me la paso muy aburrida, pero tengo que estar con la familia de mi esposo y, pues la verdad no puedo pero te agradezco la invitación. Ibamos como media hora de camino y empecé a tener frío, por lo que medio tirite.
¿Tienes frío?
Si, y no traje suéter, pues como Tasquillo es muy caliente…
Como yo me dijo,… mira puedo abrazarte así se te quitará el frío, ¿puedo? Me dijo al momento que me abrazaba.
Inmediatamente sentí lo confortable de su abrazo y corrobore lo que dijo antes. De veraz que si estas bien calientito.
Si y si deseas puedo calentarte aún más, me dijo; mientras nos juntábamos aún más.
Eres muy linda, quisiera poder sentir las caricias de una mujer, quizás no me creas pero desde que estoy aquí, no he tenido ninguna relación sexual, y tu te ves bien deliciosa.
Me beso ligeramente en los labios, yo los entreabrí y correspondí a su beso, entrelazamos nuestras lenguas, y él recorría mi espalda hasta mi cintura, me besaba con frenesí, acariciando mi cuerpo con sus expertas manos. Poco a poco se fue acercando a mí mientras conversábamos, y como al descuido pasó su mano sobre mis piernas. Al poco rato nos estábamos besando apasionadamente… ¡¡que rico besaba!!, seguimos platicando como viejos conocidos, besándonos de rato en rato, y como llevábamos más de medio camino, ya no se sentía frío, Michael desabotonó parte de mi blusa e introdujo una de sus manos para acariciarme mis senos; ya me sentía muy caliente, me estremecí en sus brazos, pero ya no de frío, mis jugos manchaban mi panti, mis labios vaginales deseaban sentir la delicia de una verga, yo sabia que pronto los complacerían, ya que Michael cada vez se atrevía más y más, y yo con mis ojos le pedía que siguiese, metió uno de sus dedos dentro de mi panti, jugueteando con mis labios vaginales, me tenía al borde del orgasmo, mis manos bajaron su cierre y con mi mano izquierda inicie las caricias a su verga que ya se encontraba bien rígida dispuesta a entrar en combate, se la sobé durante un rato descubriendo la preciosa cabeza que tenía y que pedía a gritos las caricias de mis labios, tuve que soltarla para desabot
onar su pantalón y poder seguir acariciando su preciosa verga, mientras su dedo fue acompañado por un segundo dedo, iniciando unas metidas de dedos y caricias sobre mis labios vaginales y mi clítoris de manera alternada, dicho juego trajo consigo su propósito, así que le moje sus dedos al mismo tiempo que le apretaba su verga, huummmm, que ricooooooo, papito, Michael que feliz me hacessssss.
Después de reponerme, me incliné y empece a besar el objeto de mis placeres, lo recorrí varias veces, chupando cada cm de su verga, besándoselo, lamiendo desde su punta hasta sus huevos que tenía unos pelitos que chupe con tanto gusto, le succioné su verga queriendo recibir sus jugos, que tanto me gustan, él me separo de mi delicioso manjar.
<<Espera quiero meterte mi verga en tu deliciosa cosita>>
No se como le hicimos pero de pronto me encontraba sentada sobre él en sus piernas, sin nada debajo, como me quito mis pantis y falda, no lo supe solo sabía que quería ser suya, recibir su tremenda verga, así que metí mi mano y dirigí su cabeza de su gran verga a la entrada de mis labios y poco a poco me deje caer, penetrándome pulgada a pulgada, hasta tenerla toda dentro de mi; mis jugos habían permitido con facilidad la entrada de ese tremendo trozo de carne, fácil unos veinte cm de rica verga.
Michael, que grande y rica se siente tu vergoooota, hayyyyy, papacito, tu tan solito con esta deliciosa verga, y una deseando tener algo tan grande y caliente, hayyy, como me abres papito, dame másssssss, mássss,…, iniciamos un mete y saca, me levantaba y él caballerosamente me ayuda a levantarme para después dejarme caer para que entrase su caliente verga.
<<Irene, quiero venirme en tu boquita, ¿puedo?>>
Pero Michael, nooooo se, ¿que me darás a cambio?
<<Una buena ración de leche, … toda una taza>>
Siiii Michael, puedes venirte donde gustesssss, papito. Me la saco y me dijo, anda pues abre tu boquita y acércala a mi verga, me senté en el piso del camión e inicie a chupársela por un rato más, disfrutando del sabor de mis propios jugos con su verga, y me lleno de su semen, de una muy buena cantidad de su rica leche, espesita, calientita, con su delicioso sabor, que me encanta, agridulce, saladito, con un aroma muy delicioso, no se, cada lechita que rico saber tiene. Tuve que chupársela hasta dejarla sin una gota, ¡que buena cantidad de leche me dió!
Nos vestimos, y me dijo Irene que bien chupas la verga, eres una gran mamadora, gracias Michael, pero una debe tratar de hacer las cosas lo mejor que pueda, además que me encanta la verga, le decía mientras nos vestíamos y nos arreglábamos el cabello y todo lo demás.
<<Quiero que lo volvamos a hacer, me gustaría que pasáramos a un hotel,…>>
Discúlpame, pero en la terminal me espera mi esposo, pero quizás mañana pueda darme una escapada…
<<Espero que si puedas amorcito, yo me hospedare en el Hotel Real, frente al zócalo.>>
Si lo he visto, trataré de ir como a las 12 del mediodía, me esperas, ya que yo también quiero más de esa lechita tan rica.
Nos despedimos con un beso, me dirigí a la sala de espera al encuentro de mi esposo, ¿cómo te fue de viaje? Me pregunto. Muy bien mi amor, me dieron una leche muy pero muy sabrosa. Que bueno, pero, vamos que ahora tenemos que cenar con la familia.
Capítulo 2.
Al otro día después de arreglar la casa, almorzamos y no hallaba como escaparme, pero la fortuna vino en mi ayuda ya que le llamaron a su mamá para que fuesen sin perdida de tiempo a la casa de su prima, y dado que tenían que ir por algún pariente a un pueblo cercano, pues se tardarían un poco, yo inmediatamente pedí quedarme, ya que me sentía cansada y con dolor de cabeza, se fueron y casi al mismo tiempo me dirigí al centro, en busca de Michael, ya que deseaba recibir nuevamente su rica leche. Pregunte por su cuarto y me dirigí casi corriendo; toque dos veces con desesperación ya que disponía de poco tiempo y deseaba darme una buena agasajada con mi amigo argentino.
<<Adelante, no esta puesto el seguro.>>
Abrí la puerta, Michael realizaba unas lagartijas, usaba solo un short luciendo su espléndido cuerpo. Con razón te ves tan bien, pues te la pasas haciendo ejercicio.
Solo el necesario para estar en forma, me dijo, mientras se ponía de pie, me abrazaba y nos dáb
amos un beso.
<<Creí que no vendrías, que solo habías sido una luz en mi camino>>
¿Cómo crees corazón?, si me fascino lo que hicimos en el autobús, y quiero repetir lo que hicimos. Me tomo de la mano y nos dirigimos a la recamara, me desvistió al mismo tiempo que besaba cada parte de mi cuerpo. Amor, sigue soy toda tuya, después le pedí se acostara en la cama, me subí sobre el y comencé a besar cada parte de su rostro, cada punto de su cuello, cada poro de su piel, lo sentía un poco saladito, ya que momentos antes realizaba ejercicio, y estábamos en una ciudad muy calurosa, por ello una capa de sudor cubría su cuerpo, así que tuve que chuparle sus partes íntimas para quitarle dicho sabor, lamí su pene, sus huevos, su unión entre su trasero y sus cositas lindas, le chupetee sus huevos nuevamente dándoles pequeñas mordidas que lo hacían estremecer, recorrí nuevamente su verga a todo lo largo, me la metí completamente, sintiendo la cabeza de su verga dentro de mi garganta, mientras el me ayudaba metiendo y sacando su verga de mi boca, de pronto un chorro de semen me resbalo por mi garganta, le retire su verga para que sus demás disparos cayesen en mi lengua y poder saborear su rica leche, nuevos chorros de semen cayeron sobre mis labios y mi lengua, mientras le sobaba su pene, me puse a chuparle un rato más su verga esperando obtener hasta la última gota de mi alimento, la saque un poco para relamer mis labios que tenían gotas de su semen, y como empezaba a perder su rigidez, procedí a besarla y chuparla nuevamente hasta que estuvo como nueva, completamente erecta dispuesta a darme más placer, Michael me recostó y de un sopetón me la metió, no puedo negar que el grosor de su verga me hacía sentir dolor, pero el placer era mayor; así de ladito, Michael inició su ritmo de mete y saca, mientras sus manos recorrían mi cuerpo entreteniéndose en mis senos durante un rato y pasando una mano a acariciar mis pompis, hasta que finalmente me introdujo un dedo por mi ano, iniciando poco a poco su dilatación, le llene su verga de mis jugos, con solo pensar que deseaba metérmela por mi culo y la verdad la idea me encanto.
Me hizo inclinarle en la cama levantando mis nalguitas, para que quedase mi ano a su disposición, me la metió poco a poco hasta que llego hasta el fondo, mis nalguitas sentían el golpeteo de sus lindos huevos, su mano acariciaba mi panochita, estrujando también mi clítoris, nuevamente me vine, dejándome caer sobre la cama, Michael me giro, levanto mis pompis e introdujo una almohada, para así seguir metiéndome su verga, continuo un rato más, yo me repuse y solo repetía: Michael, sigue, ábreme más con tu preciosa verga, métemela toda, dame más, mi rey, mi hombre adorado, soy tuya, dame lechita sigue, hayyy que rico es ser cogida, Michael eres fantástico, voy a venirme de nuevo, eres un… papuchooooooooooo.
Me la saco nuevamente y me dijo <<quiero llenarte de semen en tu carita Irene, gírate y pon tu carita en la orilla de la cama,>> me coloque en la orilla y boca arriba, Michael me acerco su verga a mi boca, yo nuevamente la bese la chupe, lamí sus huevos, introduje mi lengua en su hoyito, chupe su verga que me llegaba hasta la garganta, cuando estaba por venirse Michael, me la empezo a extraer no sin antes dejar ir un poco de lechita a mi boca, una vez fuera, sentí los chisguetes de lechita sobre mis labios, sobre mi cara, mis ojos, mi frente, en fin, me cumplió, me baño todita mi cara con su lindo semen…
<<eres toda una putita Irene, se ve que te encanta el semen>>
Gracias Michael, si soy una puta, me encanta el semen, me parece delicioso y el tuyo, hummm sabe bien rico, le decía mientras con mis dedos introducía el semen que aun quedaba sobre mi cara, a mi boca; para que no se desperdiciase ninguna gota, me chupe mis dedos que tenían aún un poco de semen.
Espera papito, necesito ir al baño dije mientras me apresuraba, me duche rápidamente y regrese a la cama por mi ropa. Disculpa corazón pero tengo que irme.
<<espera, antes déjame abrazarte un poco cariño mío, necesito besar a la mujer que me ha hecho inmensamente feliz>>
Michael me jalo hacia él y me acosté a su lado nos dimos un beso prolongado, disfrutando del calor de nuestro aliento, Michael tomó mis piernas, las separó en extremos opuestos y posó su atlética figura sobre mi, el solo hecho de poner la c
abezota de su verga en mi panocha, hizo que deseara nuevamente sentirlo dentro de mi y tuviese un nuevo orgasmo, así que aunque debía irme, mi interior lo deseo nuevamente, por ello fue que poco a poco, caricia a caricia con su verga erecta, sentí como mi amado Michael nuevamente se asociaba con mi cuerpo para formar una sola persona, no puedo negar que el grosor de su verga me hacía sentir dolor ya que recientemente me había cogido y mi panochita se encontraba irritada pero el placer era mayor; Michael se detuvo un rato dejándonos disfrutar del contacto de nuestras partes internas, mi panocha apretaba su deliciosa verga, después comenzó a moverse, mi cuerpo se unió a ese ritmo, yo sentía desfallecer por los nuevos orgasmos, yo solo daba gritos, mientras él se movía como una locomotora, yo trataba de seguir su ritmo pero al parecer Michael era inagotable en la búsqueda de nuestra satisfacción. Me puso en infinidades de posiciones, arriba, abajo, de lado, de pie, acostados en el piso, en la cama de nuevo … hasta que … de nuevo … Michael comenzó a temblar extrañamente, se aferraba más a mi cuerpo … los ojos se le iban a salir … su respiración era preocupante … cuando empezó a gritar … AAAAAAHHHHH!!!! … Irenita ..putitaaa!!!!! Aaaahhhhhhhh!!!
Ambos estallamos en un intenso, indescriptible, y sublime orgasmo, sentí sus inmensos chorros de caliente semen que inundaban mis entrañas, me sentí, realmente en el cielo, ¡¡¡muy llena, muy suya, muy puta!!!.
Me sentí satisfecha de haberme fugado un buen rato para disfrutar de mi nuevo y encantador amigo, mi Michael.
Capitulo 3.
Después de regresar a casa, no tenía ni media hora, cuando regresaron mi esposo con su familia, decidieron fuésemos a comer a cierto restaurante, yo andaba feliz (pues si Michael me había dado por todas mis entraditas, así que estaba completamente satisfecha); acordaron que el domingo lo pasaríamos en un balneario para darnos también un chapuzón ya que el calor se dejaba sentir con ganas.
Fuimos a un balneario que se llama Tzi, tomamos una mesa de las de la entrada y fuimos a los vestidores a cambiarnos, después todos se dirigieron al agua termal, yo la verdad sentía mucho calor y le pedí a mi esposo me acompañara al agua fría, el dijo que prefería ir a la caliente. Ya en el agua fría sentí un relajamiento mientras nadaba de muertita, ya que me sentía agotada por lo hecho el día anterior con mi amigo de Argentina. De repente sentí que me acariciaban mis pompas, deje de nadar y me sentí sostenida firmemente por los brazos de mi amado, mi Michael; ¿qué haces aquí?, ¿suéltame , pueden vernos?. Shhhhittt, ya vi a tu familia y todos se divierten en los chapoteaderos termales, así que no te preocupes por ellos y déjame agasajarme contigo, me llevo al extremo de la alberca y después de moverme mi tanga me metió su vergota, y comenzó un bamboleo sobre mi panocha, me encantaba como se metía y salía su preciosa vergota, Michael la tienes bien deliciosa, mi rey, mi corazón, sus manos recorrían mi cuerpo y yo me apretujaba contra él; la gente se nos quedaba viendo pensando que éramos unos recién casados, y yo me sentía estremecer, tanto del placer que estaba recibiendo como del temor que nos cachara mi esposo o alguien de la familia. Michael…, Michael espera, vamos a uno de los privados. Ya ahí me arrodille para acariciarle su tremenda verga, le baje su calzoncito y procedí a besarle su verga que ya estaba toda derechita, dispuesta a continuar nuestros juegos de la alberca, pero sin la preocupación que nos viese algún conocido.
Creo que hicimos lo mejor, porque pude saborear a mis anchas su grande verga y besarle cada parte de sus huevitos, de sus pompas, todo un hombre y estaba ahí a mi disposición, así que le bese su verga, la recorrí pulgada a pulgada durante un rato, luego él me hizo suya nuevamente, simplemente levanto una de mis piernas y me la dejo ir, sentía como sus huevos se apretujaban contra mi, me volteo y me dijo que me agachara, y me la metió también por mi culito, arremetía de una manera deliciosa, cada vez me acomodaba más al tamaño de su verga, esta vez casi ni me dolió y si disfrute ampliamente de sus embestidas, me la sacaba hasta la puntita y nuevamente me la volvía a meter, así pasamos unos minutos, hasta que su verga inundo mis entrañas con su semen, con su lechita, chorro tras chorro, todo quedo dentro de mi, ya que desp
ués que me la saco nada escurrió, su semen estaba en mi interior, nos besamos y nos despedimos, me pidió mi teléfono para que cuando fuese al D.F. pudiésemos comunicarnos nuevamente. Me dirigí con mi familia, comimos y yo me sentía toda una puta, ya que casi enfrente de mi esposo me había entregado a un hombre.
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Autor: pirene75
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