Lo cabalgaba como si estuviera domando caballos salvajes, succionaba todo lo que pudiera para poner mi sello sobre ese instrumento de placer, Jorge respondía mordisqueando mis senos, de repente veo que se paraliza, creí desfallecer por lo que nos embelesaba y era el aparecer y desaparecer de su miembro dentro de mi, levantaba mi coñito hasta casi sacarlo por completo para volverlo a meter.
Era el día de la Nochebuena, por la mañana, al despertarme surgió en mi mente la vez que me enamoré de mi adorado Jorge, recordé lo que había sucedido cerca de dos años atrás cuando en una fiesta estuvimos juntos mi hermana y Jorge, mi marido y yo, donde nos pusimos medio happys, ya que estuvimos constantemente brindando, ahí terminaron de despertarse mis instintos de hembra en celo, de una hembra con deseos de ser cogida, mi marido en dicha ocasión estaba que se dormía, y yo también lo sentía, pero quise estar en los brazos de Jorge, por lo menos en el baile.
Mi cuñado Jorge, me gustaba y como también mi hermana Alicia quería dormirse, yo pensaba la forma de estar con él. En una de esas veo su mano delante de mi invitándome a bailar, escuché como le preguntaba a mi marido si no le importaba, el cual contestó que no, yo ya sabía mucho de él, soy confidente de mi hermana, tenía conocimiento de como era Jorge en la cama, de su grosor de su miembro, Alicia es muy comunicativa y estaba en una época difícil pues sentía rechazo por cualquier contacto físico, yo sabía que Jorge siempre había sido sexualmente muy activo, esto era algo que quería probar, pero después de bailar una pieza nos dice Roberto, mi esposo, que nos retiráramos, que se sentía muy mal, así que tuvimos que tomar el auto y dirigirnos a casa.
A medio camino Alicia dormía profundamente, yo solo estaba recargada recordándome en los brazos de mi cuñado, era una cosa maravillosa, yo siempre fui muy recatada y solo había tenido 3 novios y me casé con el tercero, además de ser tímida en la cama con él, mi marido no era un dechado de virtudes en la cama y no me permitía disfrutar de su sexo, aunque nunca había besado un pene, si había visto películas donde esto sucedía y siempre tuve deseos de hacerlo con Roberto, pero no él no me lo permitía, decía que eso solo lo hacían las mujeres que vendían sus caricias.
A veces inclusive llegué a decirle que pues, me pagase y asunto resuelto, él solo se enfadaba y me decía que era una perversa pero no pasaba de ahí, así que al estar bailando con Jorge sentí su protuberancia y deseé algún día poder disfrutar de su sexo, en eso pensaba cuando ellos detuvieron el auto, descendieron a hacer pipi, mi esposo se fue hacia unos matorrales y Jorge solo se la sacó y junto a la puerta del auto procedió a orinar, yo abrí los ojos lo más que pude, sabía que era mi oportunidad de conocer una verga en pleno, la verdad se la admiré y envidié a Alicia, como ella podía tener esa tremenda cosa, esa gran verga para su goce, que grande era, fácil el doble de grande que la de Roberto mi esposo, así que le envié miles de besos mentalmente, por ello me aproximé más a la ventana y apreciar con toda amplitud una verga, y que verga me tocaba ver, ¡la vergota de mi cuñado! ¡Que bella es!, ¡grande!, ¡magníficamente hermosa!
Luego de terminar casi se puso frente a mi ventanilla y se la sacudió, la guardó y se metió al coche, Roberto regresó y partimos, todo el camino no pude dormir solo un pensamiento cruzaba mi mente, la hermosa verga de mi cuñado Jorge, la imaginé en muchas formas inclusive que él orinaba y yo me bañaba de él, mi esposo no le gusta que se la mire y yo siempre había sentido deseos de besársela, acariciársela, pero él me decía que una mujercita debe comportarse tranquila, por ello un pensamiento llenaba mi mente, una verga, ¡la vergota de mi cuñado! ¡Que bella es!, ¡que grande!, ¡magníficamente hermosa!, algún día tendré en mis labios esta ricura, pensé y recibir en mi fascina el mango es mi fruta preferida y con cremita de mi hombre, humm súper delicioso, ¡manguito con semen de mi Jorge!, ¡riquísimo!, el más sabroso manjar que haya disfrutado, me encantó, él es un primor, en fin…
Hoy cenaríamos en casa de mi mamá, y estaría junto a mi amor, así que me levanté y busqué la ropa que llevaría dicha noche, decidí no ponerme tanga, por si Jorge deseaba meterme mano, no le estorbasen… Durante la cena quede junto a Jorge mi cuñado y amante, lo cual me permitió coquetearle y cuando podía llevaba mi mano a su entrepierna, acariciando el objeto de mis placeres, el también sobaba mis piernas, encendiendo más mi deseo de poseerlo ahí mismo; él sobaba mis piernas, yo apretaba el juguete de mis placeres sobre su pantalón, él pudo deslizar su mano hasta mis labios vaginales, me metió un dedo y comenzó a jugar metiéndolo y sacándolo calmadamente, lo cual me sacó un suspiro.
¿Qué te sucede Irene? Me dijo mi esposo. Es que tengo ganas de bailar le dije y la canción me trae recuerdos placenteros…, mientras Jorge me metía sus dedos hasta el fondo de mi vagina, no aguanté más y le inundé su mano con mis jugos. Yo solamente me acalambré pero traté de no mostrar mis emociones, deseaba saborear su verga punto por punto, ya habría tiempo, mi esposo estaba tomando mucho y generalmente le da mucho sueño; le digo a mi esposo:
Roberto tengo ganas de un dulce relleno de cremita y como él me lleva seguido chocolates rellenos de coco, pues se imaginó que quería de ésos y me dijo que no había traído, entonces aprovecho para decirle que Jorge traía algunos en su coche y que lo acompañaría a que me diese uno.
Anda, vayan pero no se tarden, lo tomo de la mano y le decimos a Alicia mi hermana, espéranos un poquito, no tardamos. Ya en su auto, le bajo el cierre y le saco su verga, que linda, ya casi estaba completamente erecta, me dice Jorge que también tenía deseos de llenarme de su semen, no me entretengo, se que tengo el tiempo contado así que me pongo a besarle su pene a metérmelo todo a chuparlo con ansia, esperando extraer mi néctar favorito: leche de mi Jorge. Así que continué mi labor, se la besé y empecé a succionarla con ganas de extraerle su néctar, Recorrí con mi lengua toda su extensión, mi lengua avanzó desde su base donde penden dos hermosos huevitos, peluditos hacia arriba, lentamente. Le mordí ligeramente su tronco, suavemente.
Mientras mi mano izquierda estaba tocando sus huevos continué con mi lamida sobre la punta de su verga, insistiendo en el agujero del centro, recorrí con mi lengua el borde de su capullo, por todo el contorno, su líquido preseminal broto intensamente, moje mi lengua en él y le saboree la cabeza de su verga como si fuese un helado de crema y metí todo el capullo en mi boca caliente. Me metí toda su verga dentro de mi boca. No pude aguantar más y comencé a mamársela tenazmente deseaba recibir ya mi premio, el cual no tardó en salir, tres disparos llenaron mi boca, retiré un poco su verga para poder abrir mi boca y sentir los chorros calientes como llenaban mi lengua, y poder saborear esa ricura y después de tenerlos un rato en mi lengua pasarlos a mi garganta; que rico manjar, disfrutar del sabor de mi leche, leche de mi Jorge adorado.
Quiero cogerte mamita, mi Irenita, mi deliciosa putita, me dice mi rey, también yo te deseo amor pero no podemos tardarnos tanto, vamos dentro y cuando tengamos oportunidad nos escabullimos, nos dimos un beso, él se acomodó su pantalón y regresamos a casa.
Después estuvimos bailando cada quien con su pareja, ya como a las 3 de la mañana, varios de la familia se habían retirado, solo quedábamos Alicia con Jorge, un primo Carlos y esposa, dos sobrinos, mi esposo y yo; casi todos se querían dormir, y como también mi hermana Alicia quería dormirse, yo pensaba la forma de quedarme sola con Jorge. Era lo único que cruzaba por mi cabeza en esos momentos, pero creo que él pensaba lo mismo y en una de esas veo su mano delante mío invitándome a bailar, escuché como le preguntaba a mi marido si no le importaba, el cual contestó que no, así que me puse a bailar con él.
Después mi esposo seguía tomando con un primo nuestro y su esposa, Alicia mi hermana se había ido a acostar al igual que mamá; nos sentamos y nos servimos una copa. Al rato el primo tuvo que retirarse a su casa, quedando solamente los tres, mi esposo estaba muy tomado así que le serví una copa cargada y me levanté a bailar con Jorge la música era suave así que nos apretujamos para sentir nuestros cuerpos, él bajó sus manos hasta mis pompis, de reojo noté que mi esposo tomaba un trago y se recargaba en el sillón entrecerrando los ojos, por lo que dejée que las manos de mi Jorge acariciaran mis pompas, bajé mis manos y bajé su cierre, le extraje su verga y poco a poco me la fue metiendo mientras bailábamos, alejándonos de donde se encontraba mi esposo dormitando, en el otro extremo de la casa levanté mis piernas alrededor de su cintura y él procedió a cogerme ahí, de pie, inició su mete y saca al compás de la música, en la casa de mi mamá, mi cuñado estaba dándome un gusto fascinante, nuevamente me vine, facilitando con mis jugos la entrada y salida de su verga de mi panochita inquieta…
Él siguió metiéndome su tremenda verga, yo sentía como sus huevos golpeaban mis nalguitas, luego nos retiramos hacia un saloncito de estudio donde Jorge me tomó de las manos y después de ponerlas sobre mi cabeza, me dijo: No quiero que te muevas, solo déjame disfrutar de este momento a mi manera, y así lo dejé que hiciera lo que quisiera, empezó besando mis manos, bajó por mis brazos y buscó mis axilas, luego por encima del vestido besó mi cuello y mis senos, hizo presión para que abriera mis piernas y metió su cara entre ellas, las besaba, las chupaba, me decía que era lo más apetitoso que había y eso y sus acciones me estaban matando de deseo, así que él también lo sintió me dijo, no quiero acabar de gozarte; yo también le contesté y nos enredamos en un beso, de bocas abiertas de lenguas buscando, entrelazadas en una lucha para ver quien sacaba más placer del otro, como no soportaba su ropa, empecé a quitarle la chaqueta y la camisa, él me ayudó con los pantalones y en unos minutos estaba desnudo completamente.
Él metió una de sus manos entre mis piernas y mientras más se acercaba al centro de mi coñito yo separaba más la piernas, cuando llegó completamente a mi sexo lo agarró con fuerza y sentí como sus dedos temblaban y su mirada me hizo pedazos, era de un placer supremo, así que las caricias de él a mi coñito me obligaban a querer más a quitar cualquier estorbo de mi cuerpo y como pude me quité la falda y le agarré su miembro que estaba muy duro, y al contacto de mi mano se endureció más, es muy suave, así que estábamos uno frente al otro dándonos el placer con nuestras manos, mi coñito se aferraba más a su mano, le rogué que también cogiera mi ano ya estaba muy dilatado mi trasero, él me complació estaba ensartada, buscaba la mejor posición para hacer la caricia más íntima mientras yo lo masturbaba más rápidamente, y aunque pareciera increíble su verga, crecía cada vez más…
Yo estaba que me reventaba, gemía y él al escucharme se ponía más tenso, me penetraba más con sus dedos lo sentía en los labios, en mi pubis, en todo mi coñito, él estaba haciendo estragos, de repente lo solté y quedé para que me aprisionara más contra la puerta y darme con todo, al soltarlo quedó con mayor facilidad para cogerme mis hoyitos mientras su boca se comía la mía, no podía respirar, el corazón parecía que se me iba a salir del pecho, gemía sobre sus labios diciéndole:
Oh, así amor, así, no te detengas, así, así, asiiiiii, hasta que me corrí como loca, mi Jorge me la sacó, me tomó por las axilas y me llevó sin dejar de besarme y restregarse contra mí hasta uno de los silloncitos, allí me sentó sobre él y me abrió de tal forma que deseaba no perder detalle de mi coñito, me describía lo que veía, estás condenadamente mojada, rojo tu clítoris, le veo la tensión, lo deseo para mi, así que agarró su miembro y me lo restregó por todo mi coñito, cuando en un momento su cabeza quedó como besando mi panochita no pude evitar un grito de placer, después de allí me penetró hasta casi meter sus bolas en mi panocha, le acomodé mis nalgas a su muslos y sentí contraer los músculos de mi vagina y dilatarse sobre el objeto de mis placeres que ocupaba su interior, Jorge, agachó la cabeza y tomó entre sus labios un pezón tenso y agrandado de tanta excitación, mientras que con las manos se dedicaba acariciar el otro pezón, sus manos no paraban, iban desde mis senos hasta mis nalgas, las acariciaba y sobaba, las abría y recorría mi rajita con sus dedos, yo no sabía donde tenía más placer, todo era celestial, así que me dediqué a disfrutar y a subir y a bajar mi coño a lo largo de su miembro.
Lo cabalgaba con fuerza, como si estuviera domando caballos salvajes, hacía círculos, succionaba todo lo que pudiera para poner mi sello sobre ese instrumento de placer, Jorge respondía mordisqueando mis senos, como si estuviera saboreándose una barquilla, de repente veo que se paraliza y sigo su mirada, Ohhhhh, creí desfallecer por lo que nos embelesaba y era el aparecer y desaparecer de su miembro dentro de mi, nunca lo había visto así, que levantaba mi coñito hasta casi sacarlo por completo para volverlo a meter.
El roce, la fricción de su verga en mis paredes me estaba destrozando los sentidos, suavemente al principio, pero luego Jorge agarra mis caderas y marca el ritmo, cada vez más rápido en cada bajada mis nalgas chocaban contra sus bolas como queriendo meterse también, tenía ya como un millar de orgasmos en puerta así que de repente grité al correrme y eso fue como la orden para que Jorge me ahogara mi panocha con su carga, ohhhhh, mientras más botaba más yo me corría, unos tras otro hasta que quedamos exhaustos uno sobre otro, me acariciaba las espalda me besaba, la cara, me daba las gracias…
No deseábamos separarnos, pero la realidad volvió con nuestra calma, me vistió, casi igual como me quitó la ropa besándome, deleitándose con cada parte conocida, fue un ritual que yo seguí también, me acuerdo que al ponerle sus slip, me detuve para limpiar con mi boca su miembro sabía que me miraba y adopté la pose más provocativa sacando mi lengua y dejándola caer como si fuera un helado, me levantó y me besó, queriendo saborear en mis labios sus jugos, respiramos y nos dijimos Noooo, pero nuestros cuerpos ya estaban pidiendo otra cosa, así que terminé de vestirlo, me despedí y fui por mi esposo para irnos a la cama, después de haber disfrutado la mejor noche buena de mi vida.
Autora: Irene