La historia que os voy a contar esta dividida en tres partes, ya que así ocurrieron los hechos que os quiero contar entre mi cuñada Maika, la hermana de mi mujer y un servidor. Es posible que algunos no lo creáis lo que sucedió tal y como lo voy a contar a continuación. Así que aquí comienza mi pequeña aportación a los relatos eróticos.
Era una tarde de fin de semana, yo estaba en ese momento en mi casa solo viendo la televisión como muchas tarde tumbado en el sofá, mi mujer había salido a dar una vuelta con su mejor amiga, de repente sonó el teléfono, me levanto para ver quien llamaba. La llamada provenía de casa de mis cuñados (la hermana de mi mujer) así que descolgué para ver que querían. Al otro lado del teléfono estaba mi cuñada Maika que precisamente preguntaba por mi, y le pregunté que era lo que quería, ella me comento que mi cuñado o sea su marido había salido fuera y que se había puesto con el ordenador de su casa y no conseguía solucionar un problema que tenia y que si podía acercarme un momento a ver si yo se lo podía solucionar. Le dije que si, que en dos minutos estaba allí para ver que era ese problema y poder solucionárselo, así que una vez colgado el teléfono me puse las zapatillas y me fui dirección a su casa ya que ellos viven cerca de nosotros.
Una vez plantado en la puerta de casa piqué al timbre, y como era de esperar allí estaba mi cuñada Maika para abrirme la puerta, la saludé con dos besos, y al acercarme a ella noté que tenia un olor muy agradable, se lo comenté y ella sonrió, entramos dentro de casa, ella iba en pijama, no me sorprendió porque era típico de ella ir así por casa cuando no salía a ninguna parte, le gustaba ir en pijama de estilo caballero con pantalón y la parte de arriba estilo camisa, era de seda muy elegante y fino de color blanco roto con algún tono en veis, realmente ese estilo le quedaba bastante bien para su cuerpo delgado, alguna vez ya me había fijado en ella.
Mientras íbamos hacia la habitación del ordenador ella me iba comentando el problema que tenia con el ratón, una vez enfrente del equipo me dispuse ha ver que era lo que le pasaba ratón, no tarde mucho en averiguar cual era el problema, se le habían acabado las pilas. Ella fue directa al comedor a buscar unas nuevas, en eso que al girarme para ver como se iba ella me recorrió un escalofrió por todo el cuerpo, la forma de moverse y contonear esa delgadas caderas al irse de la habitación me puso algo nervioso, nunca me había fijado pero esa tarde ella estaba como nunca. Cuando ella regreso con las pilas, intente que no se me notara que la miraba con otros ojos diferentes a lo que era habituales en las veces que habíamos coincidido juntos. En ese momento yo me levanté de la silla y me disponía a irme a casa y seguir viendo la televisión tumbado en mi sofá, pero ella me paro mi marcha porque quería que le explicara como utilizar un programa nuevo que tenia instalado, yo no puse ningún impedimento realmente me gustaba esa situación de morbo que se me presentaba con mi cuñada allí los dos solos, aunque supusiese que si mi cuñada se daba cuenta que la miraba con deseo, seria una situación muy incomoda para los dos.
Ella se sentó en la silla delante del ordenador y comenzó a explicarme que era lo que quería que le enseñara, yo por otra parte solo pensaba que otra cosa me gustaría a mí enseñarle, pero bueno con algo de voluntad intentaba evitar una situación embarazosa. En eso que mientras yo le explicaba donde tenia que picar con el ratón ella no veía donde tenia que ir e instintivamente le cojí su mano de dedos largos y piel fina para indicarle donde era el icono donde debía clica, la mirada en ese momento se me fue del monitor y fue a parar a su escote del pijama, que precisamente llevaba un botón desabrochado y por la postura semi inclinada pude aprecia sus dos pechito al descubierto, ya que no llevaba sujetador para estar mas cómoda. La boca se me hizo agua no recorvaba yo haber visto dos cositas tan bien puestas y lindas, estaban allí firmes como dos peritas maduritas a punto de ser comidas. Ella no se si se dio cuenta que la estaba devorando con mis dos ojos sus dos pechos, pero ella seguía incliná
ndose mas mientras me comentaba la jugada del ordenador.
Mi mano que tenia sujeta la suya comenzó a sudar y apretarla pero sin hacer daño, en eso que ella gira la cabeza y me mira diciéndome que si me pasaba algo, yo rápidamente respondí que no y ella echando una sonrisa picara me contesto: ¿seguro que no?, en ese momento el nerviosismo que llevaba encima era difícil de disimular y por impulso le solté la mano. Ella se giro con la silla y mirándome me dice: ¿te parecen bonitos mis pechos?, yo en ese momento no entendía nada bueno si, que ella se había dado cuenta de que la estaba devorando con la mirada pero en vez de taparse disimuladamente me las enseñaba más aun. Comencé a pensar que esa situación la había provocado ella expresamente y que lo del ratón era solamente una excusa para que bajara a su casa.
Mi cuñada Maika volvió a preguntarme de nuevo que si me gustaban sus pechos y puestos en esa situación no me iba a cortar i le dije que era muy apetecibles, ella se echo a reír pero no de burla sino una sonrisa de esa picaras que le gustaba lo que estaba escuchando. En ese momento ella me cojió la mano con la cual yo le había estado enseñando a mover el ratón y me la puso en unos de sus pechos, en ese mismo momento comenzó surgir dentro de mi una excitación que recorría todo mi cuerpo y el suyo también, ya que en la palma de mi mano note como su pequeño pezón se ponía mas duro y grande. No me lo pensé y puse mi otra mano en su otro pecho que seguro que estaba deseando que también fuera sobado por mis manos. Ella de mientras allí sentada delante mío en la silla, inclinó su cabeza hacia atrás marcando en su rostro una cara de placer y sastifacción por el manoseo de sus pechos.
Después de acariciar por fuera sus dos pechos, mis manos solo quería que tocarlos al descubierto, así que comencé a desabrocharle los botones de la camisa del pijama, estaban allí delante míos dos pechos firmes y puntiagudos, con forma de queso de teta, perfectos, no eran muy grandes, eran esos que te caben en la palma de la mano, así eran como a mi me gustaban. En el momento que ella noto que entre mis manos y sus pechos no había ninguna prenda de ropa, reflejó mas satisfacción en su cara y volviendo a reclinar su cabeza esta vez hacia delante comenzó a desabrocharme los botones del pantalón que llevaba puesto, comencé a notar que su manos acariciaban por encima de mis calzoncillos, pasando su pulgar por encima de mi prepucio en forma de círculos, el cual iba a mas y comenzaba a ponerse mas grande y morado. Yo cerré los ojos y comencé a disfrutar de la situación y en ese momento ella me sacó mí miembro de los calzoncillos, ya la tenia en sus manos unas manos suaves pero firmes, de repente note en la punta de mi polla una cosa húmeda y blanda que daba lametones como de un chupa chus se tratara, baje la mirada y era mi cuñada que comenzó a comerme la polla como de algo muy delicioso se tratara, yo deje de acariciarle sus pechos y la cojí por la nuca y la cabeza y le iba acariciando su corta melena con mis dedos entrelazados con su pelo.
Llevaba más de cinco minutos disfrutando de esa maravilla de felación que me estaba haciendo mi cuñada, cuando la cojí y la levanté de la silla donde estaba sentada y me la llevé dirección a su dormitorio donde ella dormía con su marido o sea mi cuñado, en el trayecto le quité la parte de arriba de su pijama dejando así sus dos pechos al descubierto por completo, llegamos a la cama dándonos besos y acariciándonos mutuamente mientras nos retozábamos por las paredes del piso. Allí la tumbé en la cama y muy despacio fui quitándole lo poco que le quedaba de ropa, le quité el pantalón de su pijama y la dejé allí extendida con un tanga de color blanco puro con la tela frontal de esas casi transparente, la cual más mi excitación me produjo, al intuir lo que venia detrás de esa poca tela. Mis manos se deslizaron suavemente por entre sus piernas y muslos hasta que acabaron por comprobar el tacto de esa poca tela que era muy suave, ella iba aumentando su respiración mediante jadeos y retorciéndose según me iba acercando a su parte mas intima.
No tardé en notar que esa tela tan suave que cuidaba de su parte más intima estaba totalmente húmeda, decidí que era hora de quitarle el tanga que tapaba tan preciado tesoro y devolverle el gran sexo oral
que me había proporcionado minutos antes a mi. Así que cojí y le quité ese fabuloso tanga que llevaba puesto, me encontré que aquello que había detrás de tan minúsculo tejido era fascinante y fabuloso. Tenia su coño rapado casi en su totalidad, solo tenia un pequeño triangulito de vello púbico por encima del clítoris muy bien marcado y cuidado, eso abrió más mis ansias de comerle sus partes más bellas, así que separé sus piernas largas con mis manos e introduje parte de mi cuerpo en esa zona maravillosa que era su coño y con mis dedos abrí sus labios vaginales y comencé a pasar ligeramente mi lengua por su clítoris, ella mientras tanto con sus manos me cojía de la cabeza y me apretaba hacia su coño, ella no quería que me dejara nada por comer y degustar, entre lametón y la caricia con mis dedos dentro de su parte, ella más gemía y se encogía de placer.
Después de un buen rato comiéndole el coño me paro y me dice: que no aguanta más que quiere que se la introduzca, que la folle como nunca antes la habían follado, Me incorporé y ella allí abierta de piernas con todo su clítoris humedecido, me acerqué y se la metí hasta el fondo, que ella notara bien todo mi rabo dentro, mis huevos pegados a su coño, ella en ese momento emitió un suspiro de alivio como si fuera eso lo que necesitaba para sentirse liberada, así que comencé a moverme lentamente sacándola de vez en cuando y con mi rabo acariciaba su clítoris. Después de un rato de la postura del misionero pasamos a una semi entre girados, donde yo detrás de ella, le acariciaba sus pechos y el clítoris, mientras nos fundíamos el uno con el otro, luego me pidió que le diera por el culo, que era una sus deseos que tenía desde hacia tiempo, yo le dije que no lo había practicado nunca, ella me contestó que mejor así, que así nos desvirgaríamos los dos a la vez y que ella deseaba que fuera yo quien la desvirgara en esa posición, que lo llevaba tiempo deseando, así que los dos novatos frete a esa nueva situación, ella se puso de espaldas a mi a cuatro patas agarrándose con sus manos a la cabecera de la cama, yo detrás de ella contemplando ese culito redondo y prieto que tenia delante mío.
Con una de mis manos me cojí la polla y con la otra le habría sus bonitos glúteos para poder así ver su ano para metérsela, no fue fácil ya que nuestra inexperiencia se hacia notar en dicha situación. Una vez pasado el mal trago de la penetración, que parecía el mismo momento que desvirgas a una chica, comenzó a deslizarse mi polla como la seda la sensación era diferente que cuando la metías dentro de un coño pero no estuvo mal, como una mano acariciaba sus pechos y con la otra me chupaba los dedos de mi mano. Después de experimentar esa nueva postura para los dos, ella me tumbó en la cama y se puso encima mío agarrándome el rabo, comenzó a pasárselo por su clítoris una y otra vez ya encendido su motor principal se la introdujo dentro de su coño y reclinándose hacia mi oído me dice: ahora verás lo que una mujer puede dar cuando folla con deseo y pasión. Yo me quedé perplejo después de todo lo que habíamos hecho ella no quería que me fuera de su cama si antes haberme hecho llegar al gran orgasmo.
Comenzó a mover su pubis de adelante atrás y seguidamente en circulo, ella cada vez jadeaba más fuerte y mi rabo cada vez se hacia más grande y gordo, ya que me era fácil apreciar como su coño se contraía y me apretaba. Yo en ese momento de excitación cojí sus glúteos con mis manos y comencé a acoplar mi movimiento de polla con los de su coño hasta que los dos ritmos se acompasaron a la perfección, entonces fue cuando ella se recostó hacia detrás poniéndome a la vista sus dos pechos firmes y duros que se balanceaban de arriba abajo, que deseaban que unas manos como las mías los sujetara y no tardé, puse mis manos sobre sus dos pechos que cabían dentro de mi palma y con los pulgares iba acariciando esos dos pezones más duros que una piedra. Los dos comenzamos a gemir y jadear con más intensidad, la respiración se hacia cada vez más fuerte e intensa hasta que por fin nos fundimos en un grito de alivio al corrernos a la vez y abrazándonos con besos suaves en la boca y el cuello.
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espués de tal desenfreno sexual nos quedamos abrazados el uno con el otro unos 5 minutos, recordando lo maravilloso que había sido todo, fue en ese momento que me di cuenta que mi cuñada Maika había planeado todo con antelación, y que seguramente volveríamos a disfrutar el uno del otro …
Autor: EL PEQUE DE NEMO