Recordaran que grabé un video mientras follaba con mi esposa, yo creía que ella no lo sabía y me dio tremenda sorpresa al pedirme que lo enviara a mis amigos de Internet y lo colgara en la red.
Yendo al tema que nos ocupa, resulta que una tarde de estas, estando en nuestro dormitorio, no habiendo nada que ver en la tele, puse algo de música en el ordenador, luego puse algunos videos que conservo y como estaba programada para pasar todos los videos, apareció en la pantalla el famoso video que grabé con ella, nos pusimos a verlos como se ve cualquier cosa, lo más normal del mundo, en una toma donde sólo se ve mi nalga y mi verga penetrándola, mi esposa me pregunta.
-¿Por qué se ve con borrones? Es que esa cámara es de baja resolución, contesté. -¿Cómo es eso? Bueno, como te explico, los cuadros en que esa cámara graba, no le permiten definir bien la imagen, es distinto a cuando se usa una cámara de alta resolución, que la maneja un camarógrafo. -Okey, dijo ella no muy convencida.
Yo guardé silencio por un buen rato, hasta que ella volvió a exclamar.
No, eso no da gusto de esa manera. ¿Qué?, Pregunté sin comprender. Esa grabación así, pues no se define bien, no se ve cuando me entra como en las películas porno. Ya te dije que es cuestión de cámara y de una persona que haga las grabaciones. Tenemos que buscar una persona que nos grabe, dijo de la forma más natural del mundo.
Yo la miré en silencio, no podía creer lo que estaba escuchando, mi propia mujer me estaba proponiendo buscar una persona para que nos grabara follando. No le contesté nada, guarde silencio, pero desde ese momento comencé a pensar en todos mis amigos, en busca de uno de ellos que pudiera usar de camarógrafo, pero no lo encontré.
Pasó un mes sin que volviéramos hablar del asunto, aunque en mí daba vuelta la idea, llegando a convertirse en casi una obsesión, hasta que un día revisando la guía telefónica vi un anuncio donde ofrecían hacer grabaciones de bodas y cumpleaños. Llamé de inmediato y pregunté los precios, lógicamente dije que era un cumpleaños, luego busqué en la guía un pueblo cercano a la ciudad y efectivamente encontré otro lugar donde hacían grabaciones de eventos, llamé y acordé el día siguiente.
Llegado el día, convine con mi esposa, les dije lo que íbamos hacer y ella estuvo muy de acuerdo, por lo que sin esperar más emprendimos la empresa, llegamos al lugar a eso de las dos de la tarde, recogimos el camarógrafo a eso de las dos de la tarde, llegamos y les planteamos lo que queríamos, él como buen negociante, quiso cobrar un precio mayor, pero les dijimos que lo dejara pues en el pueblo había otra persona que nos lo iba hacer a mejor precio, esto era mentira, pero funcionó y el tipo acordó hacer el trabajo por el precio pautado.
Llegamos a un motel cercano, muy lujoso por cierto, llegamos al lugar y como si estuviera totalmente solo ella empezó a desvestirse, yo esperé un poco, me senté en el borde de la cama hasta que ella llegó junto a mis, desnuda, con una minúscula tanga que cubría mismamente su concha, puso uno de sus pechos junto a mi boca y comencé a besarla suavemente, cambiando de intensidad y en ocasiones de pecho hasta que nos tiramos rodando sobre la cama. Las ropas comenzaron a desaparecer, no olvidamos del fotógrafo y en cuestiones de segundo yo estaba aplicando una ligera mamada sobre la concha de ella, que había empezado a mover sus caderas a tono con la lamida que recibía en la concha, en este momento ya estaba muy mojada, sentía sobre mi lengua un manantial de flujos que aunque en poca cantidad, la inundaba de forma excesiva.
Algunos gritos salían de sus labios entreabiertos, se apretujaba los pechos en busca de dolor que junto con el placer que recibía de mi lengua en su parte baja, la hacían sentir en el cielo, poco a poco me fue jalando hasta que sin darnos cuentas formamos un 69, pero no duramos mucho en esta posición, pues ella come
nzó a chillar un en ese momento un orgasmo se apoderó de todo su cuerpo y la hizo moverse con frenesí hasta quedar inmóvil, castigada, rendida ante el gran orgasmo que acababa de tener. Así rendida yo me acosté sobre ella y volví a besar sus pechos, luego sus labios y en este momento la sentí responderme con un ligero movimiento de su cola, supe por esto que estaba preparada para que la penetrara.
Delicadamente le levanté las piernas, su concha surgió exquisita y espumosa, al rozarla delicadamente con mi verga, sentí y oí de ella un quejido de placer que penetró dentro de mí, pasé mi poderoso glande a todo lo largo de la raja hasta que sentí una parte que se hundió en ella haciendo desaparecer una gran parte de mi palo, y volvió aquel grito de placer a surgir de los labios de ella, haciéndome estremecer de placer, les confieso que perdí el conocimiento, surgió la fiera que llevo dentro de mí, sólo pensaba en culiarla, pero a la vez, quería penetrarla suave, poco a poco, dejar que mi verga la fuera explorando como se trátese de una caverna desconocida, pero aquella lubricada concha succionaba mi palo y un impulso mayor que mi voluntad la fue empujando hasta hacerla desaparecer en el interior de ella que respondió con un grito de placer y moviendo frenéticamente su culo.
No sé cuánto tiempo tuvimos cogiendo de esta forma, y luego ella cabalgando sobre mí, el hecho era que estaba disfrutando su follada como nunca, y es que ella supera cada follada con otra mejor, en un momento clavó sus uñas en mi cuerpo, era una señal evidente para que yo parara, no quería tener otro orgasmo, pues la debilitan mucho, pero yo no pude parar, un músculo dentro de mi cuerpo siguió haciendo un impulso que la penetraba cada vez más, hasta que se hizo inevitable el orgasmo, enloqueció una vez más sobre mí y con rabia hacía entrar y sacar mi palo de su interior, hasta que un grito llenó la estancia y con un sudor frió me dio su segundo orgasmo, tan o más desgarrador que el otro, pero que dejó una cara de felicidad en ella, que hubiese podido morir en ese momento y no le importaba.
La recosté sobre mi pecho, con mi palo dentro de ella, y fue en ese momento cuando volví a reparar en el camarógrafo, él estaba arrodillado junto a la cama, apoyado en el borde inferior, enfocando a unos 40 centímetros de mi culo, justo donde se unía la concha de ella con mi verga oculta dentro de ella. Como estábamos inmóviles, él se paró, nos miramos frente a frente y vi la tremenda erección que tenía, algunos flujos había botado pues se notaba un poco mojado a un lado del cierre, con una seña le indiqué que se quitara la ropa, luego le dije que tomara parte del asunto, él sin esperar otra orden dejó la cámara un lado y entró su cabeza en medio de mi nalgas, y con su lengua comenzó a buscar la concha de ella, oculta por mi pija que la tapaba, yo sentía la respiración de él en mis bolas, en algunas ocasiones la sentí rozar mi verga.
Como resorte ella reaccionó, más puta que de costumbre, era uno de sus sueños ser cogida por dos hombres, por lo que comenzó a moverse rítmicamente sobre mí, inclinada hacia delante para que su concha se abriera cada vez más y la lengua del camarógrafo la recorriera cada vez más, a mí también me traía excitado, aquella lengua esporádicamente tocaba mi pene cuando salía del interior de mi mujer.
Fue ella quien precisamente cambió de posición, se acostó sobre la cama y ahí estábamos los dos hombres, con las dos pollas encendidas, chorreantes, él lógicamente esperó una señal mía, yo le hice una señal y él marchó sobre mi esposa, pero ella lo hizo que se pusiera un condón primero, luego abrió su lindo culo ofreciéndolo al afortunado camarógrafo, yo dejé la cama y comencé a grabar con la cámara, mientras él se ponía sobre ella e intentaba en vano penetrarla, su pene erecto se le había arrugado el protector en su punta y no la podía penetrar, cuando el bombeaba, el pene rozaba la raja y salía por la parte baja, justo al lado del culo de ella, que tendió una mano y como si lo masturbara le colocó bien el protector y con su mano derecha se clavó aquella verga en su espumosa vulva.
Ya bien lubricado, él cogió ritmo y l
a bombeaba con mucha gana, ella lo disfrutaba y yo también por el visor de la cámara, hacía unos acercamientos que me permitían ver casi el interior de ella, con aquel palo que la cruzaba, la vi cambiar de ritmo, la vi como lo que es una puta cogiendo un hombre justo unos centímetros de mis ojos, y fue cuando me dispuse al darle lo que ella siempre ha deseado, puse la cámara sobre la mesa, a grabar sola, con un buen ángulo, acaricié su parte baja y con sus mismos jugos le unté el culo, ella entendió y adhiriéndose a él dio una vuelta y quedó justamente sobre él, sentada sobre su palo, cabalgando, de la misma manera que lo había hecho sobre mí, y se pegó al cuerpo de él, besándolo y ofreciéndome en todo momento su gran culo.
Yo me coloqué detrás del trasero de ella y tuve que agarrarla para que dejara de mover la cola, cosa difícil de hacer cuando ella tiene un palo dentro, pero lo hice, haciendo presión con mi pene agarrado la penetré un poco y le dejé que se moviera, siempre con mi palo agarrado, hasta que ella misma se fue penetrando, y mi pene desapareció en aquel agujero color café que parecía inofensivo, él desde la parte baja la culeaba y yo sentía su pene rozar el mío dentro de ella que cuando levantaba el culo para sacarse el pene de él, se metía el mío por el culo hasta la bolas, pero el paraíso no dura tanto, unas flexiones del camarógrafo la calentaron de más y comenzó a tirar los chillidos que yo conozco muy bien. Fue él quien explotó primero, yo sentía su pene ensanchado hacer aquella descarga dentro de ella que enloquecida también explotó llevándome con ella en un placentero pero terrible orgasmo que nos dejó a los tres tendidos en la cama, rendidos ante un trío sádico de placer.
Ya recuperados, vimos la grabación en el visor de la cámara, ella primero, y en señal de aprobación sólo dijo. -quedó perfecta amor, y me dio un beso en la boca.
Despedimos el camarógrafo, no sin antes pagarle su buen trabajo y tomar su número de móvil, era evidente que había complacido a mi mujer y le prometimos volver a usarlo, él se ofreció hacerlo gratis, pero nos negamos, para él es trabajo, para nosotros puro placer.
Llegando a la casa, ella con su misma picardía de siempre, como la puta que es, porque así la hice que fuera y así es que la quiero, dice mi puta.
Amor, tienes un buen video para tus amigos de la Internet, diles que eso es un regalo para que me gocen en la distancia, todas esas pollas que se calientan con nuestras historias, y rió de buena gana, a sabiendas de que pronto la vería parte del mundo, tal y como es, con este juguete que ha cambiado nuestras vidas.
Autor: Jeencruz