Mojé mi verga en los líquidos de su concha, se la froté por el culo y de una se la ensarté hasta los huevos, ella solo gimió, se notaba que era muy experta en esos menesteres y vaya uno a saber cuantas pijas se comió ese culo, con mi verga dentro del culito de la abuela empecé a serruchar ese hermoso ojete, y se la metí bien profundo mientras ella gemía de placer.
Esta historia que les voy a relatar a continuación es totalmente verídica y me tuvo a mí como uno de sus protagonistas. Era allá por el verano de 1987, cuando una tarde muy calurosa fui a buscar a mi amigo Darío a la casa de sus abuelos (donde él vivía) para ir a jugar a la pelota a la plaza. Cuando llegué su abuela, Lidia, me dijo que Darío regresaría aproximadamente en una hora, pero que había expresado que lo esperara ahí para luego irnos juntos.-
Lidia, enseguida me invitó con una chocolatada fresca, la cual al momento de traermela y querer apoyarla en la mesa, me derrama un poco de la leche sobre mis pierna, yo vestía short. Atiné a limpiarme pero recibí una orden de Noooo, deja yo te ensucié, yo te limpio, acompañado ello a una mano arrugada que con un trapo apretujado empezó a limpiar mis piernas, acercándose cada vez más a mi entrepierna, lo cual me llevó a una terrible y vergonzosa erección. Lejos de ruborizarse o enojarse, no hizo más que decir.
A ver tontito ¿porque te ponés tan colorado?, apoyando su mano abierta sobre mi pedazo, tomando el mismo y sacándolo por la parte de arriba del short, deslizando este hacia abajo, dejando ver mi verga en todo su esplendor. Dos segundos más bastaron para que se inclinara aun más e introdujera mi pija en su boca y me pegara una mamada que me dejó estúpido.
Yo no podía creer lo que me estaba pasando, quería gozar de esa situación pero no dejaba de pensar en Darío y en Juan su abuelo, que como buen jubilado entraba y salía de la casa constantemente por no tener ocupación alguna.
Lidia siguió en lo suyo por un buen rato más, pero lo suficiente para que aún no acabara, se incorporó me miró con ternura y me dijo venga con la abuelita que ya va a ver lo que es bueno.-
Me llevó a su habitación se quitó su batón y pude observar ese cuerpo fino, caderas grandes y dos terribles tetas, que me enloquecieron, se quitó la ropa interior, me tiró en la cama y se subió y me montó como una perra…
Su conchita estaba como muy seca pero con gran habilidad se introdujo centímetro a centímetro toda la verga en su cavidad,
la cual por el contrario estaba hirviendo, y como deseosa de tragarse la hermosa verga que se metía en sus entrañas.
Yo gozaba con esa concha peludita, parecía que quería estrangular mi verga y chuparse todos mis jugos…
Comenzó a moverse pegándome tremendos conchazos sobre mi cuerpo, que me hacían sentir lo hermoso que la estábamos pasando, en medio de sus aullidos de placer.-
Un par de minutitos después se levantó, se dio vuelta en cuatro, me miró a los ojos con cara de lujuria y me dijo, haceme el culito, que vas a ver lo que es bueno.-
Nuevamente no podía creer lo que estaba viviendo, mojé bien mi verga en los líquidos de su concha, se la froté por el culo y de una se la ensarté hasta los huevos…
Ella solo gimió, se notaba que era muy experta en esos menesteres, y vaya uno a saber cuantas pijas se comió ese culo caliente…
Ya con mi verga dentro del culito de la abuela empecé a serruchar ese hermoso ojete, viendo semejante monumento de mujer a mi merced…
Me agarré de sus pechos y se la metía bien profundo mientras ella gemía de placer.
Seguí hasta que no pude más y me corrí en su interior, sentí como si fueran dos litros de leche que no paraban de salir…
La dejé un ratito más ahí adentro, hasta que empezó a bajar mi erección y al sacarla contemplé ese culito hermoso que iba adoptando nuevamente su forma natural, mientras un finito hilo de leche corría hacia fuera.-
La abuela se paró, y era hermoso ver como corrían por sus piernas toda mi leche que le brotaba del culo, se giró y solo me dijo:
– Esto hay que repetirlo…
Ese fue el relato de la hermosa tarde en la casa de los Abuelos de Darío…
En la próxima entrega les cuento lo que pasó la siguiente vez que fui y estaba el abuelo.-
Espero comentarios.
Autor: Leo
Leo,
Excelente relato … que ganas de leer lo que paso con el abuelo!