Os contaré una cosa que me ha sucedido hace tan solo unos días y todavía no me creo que pasara en realidad, será difícil que me creáis, pero os aseguro que todo cuanto paso a relataros es totalmente cierto y que lo escribo aquí con el anonimato consiguiente porque hace mucho tiempo que leo relatos eróticos y nunca pensé que llegaran a ser ciertos.
Mi nombre es Carlos y soy panadero en Madrid, pues bien, por motivos de trabajo tuve que coger mis vacaciones en junio, alquilé una casita de campo donde nos fuimos mi mujer mi hijo y yo, ella se llama Ana, y aunque tiene 35 años se conserva como una chica de diecisiete, y tiene un cuerpo nada despreciable, 100-65-93 y en lo que a sexo se refiere no tiene ningún tabú y cosa que le pido cosa que hace, mi hijo tiene 18 años y se llama Carlos al igual que yo, es un chaval bastante tímido, no se parece en nada a mi que todos mis compañeros de trabajo dicen que no tengo vergüenza alguna.
Cuando nos alojamos en la cabaña flipamos, era muy acogedora, tenía todos los servicios que necesitábamos y además una piscina la cual nos gustó mucho. Tenia dos habitaciones separadas por un baño compartido, una puerta daba a la habitación de mi hijo y otra a la nuestra, el problema se planteó cuando mi mujer y yo nos dimos cuenta de que las puertas eran del tipo este de lama, desde el baño se veía perfectamente nuestra de cama de matrimonio, pero bueno no le dimos más importancia a este hecho.
El primer día fue todo lo normal que puede ser en unas vacaciones, jugando en la piscina y tomando el sol todo el día, pero la cosa cambió por la noche.
Nos encontrábamos mi mujer y yo sobre las 2 o 3 de la mañana realizando nuestros deberes conyugales, es decir, yo en la cama tumbado y mi mujer haciéndome una de sus maravillosas mamadas, cuando sentí como se abría la puerta del cuarto de baño de mi hijo, pero no se encendía la luz y al instante oí como crujía la madera frente a la puerta que daba del wc a mi dormitorio, mi mujer no se dio cuenta de nada y seguía a lo suyo, no cabía duda, mi hijo estaba tras la puerta viendo como su madre y yo hacíamos el amor, fue la primera vez que me ocurría esto, pero la idea de que Carlos nos observara me excitó muchísimo, para facilitarle la labor haciendo como que me retorcía de placer cambié de postura y me quedé atravesado en la cama, y mi mujer a cuatro patas sobre esta, lo cual dejaba una vista perfecta de la mamada a mi hijo.
No podía creerlo, estaba cachondísimo, y quería que Carlos disfrutara aun más de lo que estaba viendo, agarré a mi mujer de la cintura, la tiré en el suelo junto a la puerta, me tumbé boca arriba y le pedí a mi mujer que se metiera mi polla por el culo, así lo hizo, nos quedamos, yo boca arriba, mi mujer sobre mi, pero de espaldas a mi, y todo esto a menos de un metro de la puerta del baño, lo cual dejaba una perfecta visión a mi hijo de la penetración, ya que estábamos frente a la puerta.
Le fui clavando la polla muy lentamente hasta que se la metí totalmente en el culo. Ana en cuclillas comenzó un lento sube y baja que me tenia apunto de correrme, pero como ella me conoce muy bien cuando esto ocurría se paraba un momento para que yo no me corriera. En una de sus bajadas mi mujer se dejó caer sobre mí, y aprovechando que tenía su oreja junto a mi boca n! o pude aguantarlo más y le dije:
-Nuestro hijo esta detrás de la puerta del baño haciéndose una paja viendo lo que hacemos, pero no digas nada, quiero que él disfrute de las vistas y además yo estoy cachondísimo nada más de saber que nos esta viendo- No sabia como reaccionaria mi mujer, pero su respuesta me asombró.
-Así que nos esta mirando desde la puerta del baño ¿no?, pues démosle un buen espectáculo a ese pequeño salido.
Acto seguido abrió sus piernas totalmente empujando las mías para que Carlos tuviera una vista total de la penetración, con su mano derech
a comenzó a pellizcarse los pezones y la bajó lentamente hasta su coño donde se metió dos dedos del tirón, se incorporó de nuevo y empezó a gritar de placer, creo que se corrió al menos 3 o 4 veces en los siguientes 5 minutos, parece que a mi mujer le puso incluso más cachonda que a mi el ser observados por mi hijo. Cuando notó que estaba apunto de correrme, me dijo:
-Quiero que te corras encima de mí mientras estoy tumbada en el suelo- así lo hice, ella se tumbó y yo de pie comencé a masturbarme al igual que estaba haciendo ella con sus dedos. De mi polla brotó un chorro de semen que cayó justo entre las tetas, Ana no tardó en recogerlo con sus dedos y llevárselo a la boca, justo cuando yo me corría, escuché el movimiento del papel higiénico en el baño, mi hijo acababa de correrse a la vez que yo. Le dimos unos segundos para que se fuera y nosotros entramos a lavarnos, observando como en la papelera el único papel que había era uno totalmente arrugado con una buena corrida en su interior. Esa noche hicimos el amor tres veces más.
A la mañana siguiente a la hora de desayunar, mi mujer y yo hicimos como que no nos dimos cuenta de nada, y tomamos el desayuno sin novedad alguna. Sobre las 11 de la mañana le propuse a los dos que nos fuéramos a tomar un poco el sol a la piscina, mi mujer se fue corriendo al agua y mi hijo y yo nos quedamos tumbados en las tumbonas, y comenzamos a hablar de cosas mundanas, pero al rato llevé la conversación justo donde yo la quería y le pregunté a Carlos si ya había hecho el amor alguna vez con una chica.
-Que va papá, todavía estoy soltero y entero- dijo él y nos reímos.
-Pero al menos habrás visto alguna desnuda ¿no? -Hombre, si contamos a las chavalas de la tele si, si no es así, no, nunca he visto una mujer desnuda.
Entonces en mi mente se comenzó a fraguar una idea. Me dirigí a la barra para coger unas cervezas y le hice señas a mi mujer para que viniera, ella vino y le susurré al oído lo que tenía pensado, ella asintió con la cabeza. Volví a mi hamaca junto a mi hijo y le di un refresco, al poco tiempo mi mujer llegó junto nuestra con la parte de arriba del bikini en la mano y tapándose los pechos con la otra mano.
-Se me ha vuelto a romper el bikini y es el único que me queda.- -No te preocupes mujer, quédate en topless, la casa más cercana esta a 4 kilómetros y no creo que a Carlos le importe-dije yo Mi hijo asintió con la cabeza, pero sus ojos no se apartaban de las tetas de la madre.
-Ah no, si yo enseño las tetas, no quiero ser la única que esté en pelotas, o todos moros o todos cristianos, si os quitáis los bañadores yo me quito las dos piezas del bikini, no creo que haya problema, somos todos familia.
-Por mi no hay problema, no creo que Carlos se asuste con lo que vea. ¿Tú que dices hijo? -Pues bueno, me da un poco de corte pero se me quitara.
Así que los tres nos quitamos los bañadores, pero la zorra de mi mujer lo hizo de espaldas a mi hijo y muy lentamente, con lo que su culo y su coño quedaron a plena vista de mi hijo, creo que incluso oí como le costaba trabajo tragar saliva al pobre.
Cuando mi mujer terminó de poner cardiaco a mi hijo, y a mí también porque no decirlo, corrió de nuevo a la piscina y mi hijo y yo quedamos de nuevo solos en las tumbonas. Pude observar como la polla de mi hijo se movía lentamente y se ponía morcillona
-Mira por donde acabas de ver una mujer desnuda aunque sea tu madre, y por lo que se ve te gusta- no pude aguantar más y le agarré la polla como si fuera una broma y se la meneé para los lados un poco mientras se lo decía.
-Vale, pero no me la menees que se me va a poner tiesa y me da vergüenza que mamá me vea- me dijo mi hijo un poco colorado.
-No te preocupes, a tu edad es normal que estés siempre empalmado, ojalá yo tuviera tu vitalidad. ¿Oye? ¿Te gusta ver a mamá desnuda? -Pues la verdad es que sí.
-No te preocupes que ahora la vas a ver bien cerca.
-No papá que seguro que me empalmo -Ana cariño quieres traerme una cerveza- dije a mi mujer para que se acercara Ella llegó corriendo y se sentó en mi tumbona. Pude ver como miraba de reojo la polla de mi hijo que, aunque no estaba dura, se veía ya de unos 14 o 15 cm. Hice señales a mi mujer sin que se diera cuenta el niño para que mi mujer abriera las piernas y le ense&ntild
e;ara el coño totalmente abierto a mi hijo, dicho y hecho, se tumbó sobre mí y dejó su coño totalmente abierto a unos pocos cms de mi hijo, la polla de este saltó como un resorte y alcanzó unos 18 cms y con un grosor considerable, tenia un capullo bastante grande y colorado.
-Joder Ana fíjate el picha que calza el hijo.
Mi mujer miro la polla de su hijo y se llevó la mano a la boca sorprendida del tamaño.
-Si casi la tiene más grande que tú.
Carlos estaba callado y colorado como un tomate.
-Porque no me la meneas un poco a mí para ver cual es más grande- mi mujer me agarró la polla con una mano y comenzó a hacerme una paja, pero no dejaba de mirar como la polla de su hijo seguía moviéndose como queriendo crecer aun más, mi hijo miró para otro lado como si le diera corte ver como la madre me pajeaba.
-Carlos, no es necesario que te vuelvas, si quieres puedes ver lo que hacemos tu madre y yo al igual que hiciste anoche, pero esta vez queremos que te masturbes delante nuestro- Aunque se quedó un poco aturdido, ya que no sabia que lo pillamos ayer, este movió la cabeza y comenzó a mirar fijamente a su madre y a mí. Mi mujer se puso de pie de espaldas a su hijo y se dobló hasta meterse de un golpe mi pene en la boca y comenzó a hacerme una fabulosa mamada, mientras hacia esto, se llevó su mano derecha a la entrepierna y se metió un dedo realizando un lento metesaca a escasos 20 cms de la cara de mi hijo. Este ya apunto de reventar también se llevó su mano y su polla y se empezó a hacer una paja con fuertes sacudidas.
-Tranquilo hijo, hazlo lentamente y saborearas el momento mucho más- mientras decía esto toqué con mi mano la polla de Carlos y este retiró la mano, con lo que me dejó el camino libre para que le acariciara lentamente del capullo a los huevos, no soy bisexual y era la primera polla que tocaba, pero me encantaba su suave tacto. Mi hijo no dijo nada y me dejó hacer mientras él tímidamente acercaba sus dedos al culo de la madre, pero Ana le agarró la mano, se puso de pie, estiró los dos dedos centrales de la mano de su hijo los chupó con una cara de zorra que asustaba y se los metió en el coño.
-Papá no sigas que me corro.
-Ah no, la leche de mis dos hombres no la desperdicio yo-acto seguido nos levantó a los dos de nuestros asientos y se sentó ella en la tumbona, nos tenia a los dos frente a ella, y sin decir nada más se metió la polla del hijo en la boca mientras a mí me masturbaba, Carlos soltó un leve grito de placer. Mi mujer no se conformó solo con él, sino que nos hizo la mamada a los dos a la vez, supo esperar el momento en el que los dos no aguantábamos más y nos corrimos a la vez en su boca y ella no dejó escapar ni una sola gota de nuestro semen, ya que se lo tragó todo.
Sin decir nada nos besó a los dos en la boca, se fue a la piscina y nos dejó a los dos reventados en las tumbonas.
Esa tarde no hicimos nada más, pero el resto de la historia os la contaré más adelante que de escribir este relato estoy súper cachondo y voy a machacármela un poquito a ver si calmo este calor hasta que vengan mi mujer de la compra y nuestro hijo del instituto.
Autor: Carlos
Por favor continua!