Hetero, infidelidad. Recordando sus primeras experiencias y ahora veinte años después necesitaba el sexo y no podía pasar sin tenerlo.
En la noche me sentí profundamente sola, me puse a escribir a mi hijo, a mi marido, a Gabriel, estaba rodeada de hombres y en ese momento me sentí tan vacía como si fuera la única persona del mundo. Estaba arriesgando muchas cosas, al final de cuentas los hombres me dejarían cuando ya no les proporcionara placer y acabaría desdichada y arrepentida el resto de mi vida. Pensé en todos los hombres que me habían hecho suya y me dio algo de vergüenza pensarme entre todos ellos, había tenido mi primera relación a los 17 años y de una manera por demás erótica, la primera vez que tuve sexo fue en una orgía de chicos mayores que yo, ellos estaban por concluir la prepa y casi todos eran ya mayores de edad, recuerdo que había ido con mi prima y todo mundo se había acercado a mí, me dio miedo pero me excitó mucho, nadie pensó que era solo una jovencita porque siempre fui muy desarrollada para mi edad, aquella noche mi prima había bebido demasiado y acabó dormida en un cuarto, yo me quedé en la fiesta sintiéndome una mujer diferente y a media noche estaba besándome con dos chicos en el patio de la casa, les dije que era virgen y ellos respetaron eso y no me penetraron, sólo me besaban el cuerpo y me hicieron que los chupara a los dos juntos, realmente me gusto y lo estaba disfrutando hasta que volteé y los vi besándose entre ellos mientras yo los chupaba, era demasiado para mi, era "mi primera vez" y estaba en una relación depravada y fuera de todo orden. De hecho con mis novios de los dejaba que me acariciaran y yo les había hecho el sexo oral a todos, era algo que me encantaba, pero aquella noche mientras veía a esos dos chicos disfrutándose sin pudores mi concepto del sexo cambió y pensé quizá equivocadamente que el sexo era una forma de amarnos a nosotros mismos y que debíamos buscar nuestras verdaderas intenciones adentro de nosotros. Esa noche aprendí a respetar las sensaciones de cada persona con relación al sexo, los miré tan ciertos y tan honestos mientras se besaban que quise seguir disfrutando de esa manifestación de amor entre dos personas, me llevaron a una casa desolada que no tenía ningún mueble más que una cama suave y enorme que ocupaba media habitación, me desvistieron completamente y me decían -"que rica estás, te va a gustar mucho, te haremos muy feliz"- uno de ellos se sentó en la cabecera y yo empecé a chuparlo mientras el otro trataba de meter su verga en mi vagina virgen y húmeda, fue algo difícil y al final uno de ellos me penetró y siguió haciéndolo por largo rato, se turnaban para hacerlo y cuando estaban por acabar se pusieron uno delante de mí y otro atrás y empezaron a besarme los dos al mismo tiempo y entre ellos mismos, yo me hinque en ellos y me llenaron de semen mientras se besaban tiernamente.
Creo que nunca pude hacer el amor con dos hombres bisexuales más que con ellos. Ahora veinte años después me encontraba casi en la misma situación, estaba redescubriendo el sexo y no podía parar.
Paco se fue por un tiempo de la casa, yo lo entendía y no traté de detenerlo, aquella noche era la primera que pasaba sola desde hacia mucho tiempo. Me dispuse a dormir y en eso sonó el teléfono -"¿estás sola?"- preguntó una voz desconocida pero tan esperada por mí, era él de nuevo, el hombre que había estado esperando tanto, sentí miedo cuando me lo preguntó y sólo se oía mi respiración agitada a través de la bocina, no me resistí y le contesté que sí, inmediatamente colgó el teléfono y yo supe que venía a mi casa, de alguna manera sabía dónde vivía y yo estaba excitadísima pensando que tendría a ese hombre por el resto de la noche y sin preocupaciones pues mi marido estaba en casa de su hermano. Abrí la puerta de enfrente y la trasera esperando que llegara y entrara sin dificultad, me puse la ropa más sexi que tenía, unas medias blancas y liguero de encaje, unos tacones muy altos, guantes larg
os hasta mis codos y un vestido pegadísimo color rosa, me solté el pelo y me tendí en la cama esperándole y mesturbándome mientras llegaba. En media hora escuché que la puerta se abría y crecía mi miedo y mi excitación, cada paso que daba por la casa resonaba en mi vagina produciéndome una calentura increíble, cuando entró al cuarto se paró en el vano de la puerta y se veía enorme, me paré y fui hacia él moviéndome para excitarlo, mi cabeza llegaba poco debajo de su pecho, me quitó el vestido y los zapatos y me sentí realmente desprotegida, no es exageración decir que mi cabeza apenas pasaba su ombligo, debía medir más de dos metros o mi terror hacia me lo presentaba, me tomó de la cintura y empezó a besarme dulcemente mientras yo quería que me lo hiciera duro él tomaba las cosas tranquilamente, me recostó en la cama y empezó a recorrer mi cuerpo con una paciencia exquisita, con su lengua recorrió todos los rincones de mi cuerpo, empezaba en las plantas de mis pies, sobre las medias iba chupándome cada pedazo de piel que encontraba y así estuvo casi media hora en la cual tuve dos orgasmos apenas por sentir su lengua en mi cuerpo, se recostó y empecé a desvestirlo rápidamente, cuando lo desnudé sentí una necesidad total de comerme su cuerpo, le chupé todo, sus piernas velludas y su trasero duro, su pecho enorme y su espalda fornida que parecía no tener fin, él con sus manos recorría mi espalda y sólo las movía y sentía que me tocaba todo el cuerpo, cuando lo besé todo me dirigí a su pene y lo contemplé por largo rato, era enorme, pensé que no era natural y me daba miedo ahora al verlo lleno de luz que me penetrara, lo chupé largamente y él me hablaba -"así hermosa, chúpalo y cómetelo, es tuyo acábatelo todo, no te detengas"- yo paraba mi culo para que él lo viera y se excitara más, puse su verga entre mis senos y esta me llegaba desde el ombligo hasta el fin de mi pecho, lo chupé casi una hora tratando de meterlo en mi boca pero era casi imposible y sólo lo chupaba en la punta y lo recorría con mi lengua, luego se paró y me puso de cuatro patas y empezó a penetrarme poco a poco, sentía que esa verga me llegaba hasta el estomago y perdí la razón, gritaba excitadísima mientras me veía en el espejo como me cochaba ese hombre descomunal -"¡Así mi amor, destrózame, cógeme toda y no te detengas, párteme el culo y la vagina, has de mí lo que quieras, ohh dios, soy tuya, viólame, viólame!"- y él también excitado me decía -"así muévete, comete toda mi verga, eres una perra riquísima, así hermosa, no voy a olvidar esto"- intentó cogerme por el culo pero no pudimos, realmente no cabía en mí, me pidió que lo chupara para que terminara, me hinqué en él y le mostré mi culo, empecé a chuparlo esperando su semen en mi boca para tragarme todo de él, en eso sonó el teléfono, él no supo que hacer y yo tomé la bocina, era Paco, me preguntó que qué hacía y le dije que estaba por dormir, me excitó el hecho de oírlo mientras mamaba a otro en su cama, siguió hablando de cosas que no recuerdo mientras yo seguía mamando a mi hombre, tuve un orgasmo delicioso cuando él se vino en mi boca y Paco me decía que aun me amaba y que esperaba hablar conmigo pronto. Él tomó el teléfono y colgó, quería que lo siguiera chupando, yo lo miré lascivamente y continué chupando su verga húmeda que cada vez dejaba más semen en mi boca, el teléfono volvió a sonar pero esta vez no contestamos, sonó durante casi media hora, la misma que yo dure metiéndome la verga en mi boca, acabé totalmente llena de leche y el teléfono dejó de sonar. Él se quedó dormido y yo encima de él, durante la noche me desperté varias veces y lo chupaba de nuevo y metía su verga en mi vagina, aun dormido estaba enorme. Se fue en la mañana dejándome un beso largo mientras dormía, se llevó mi pantaleta y me dejó su trusa en mi vagina, cuando me desperté fui al baño y estuve masturb&aac
ute;ndome una hora en la bañera.
cristina_carlo (arroba) hotmail.com