Aún no sé bien porqué escribo esta historia, pero sé que me hace bien contarlo. Los hechos ocurrieron cuando yo tenía 16 años, para esa edad era flacucho y chaparrito. Iba en la secundaria, en una ocasión tuve que ir a la casa de un compañero a hacer una tarea, ahí conocí a la señora Lozano, su madrastra. La señora me impresiono porque a sus 45 años poseía un buen cuerpo, robusto y con curvas llamativas. era muy alta y aún así usaba zapatillas, ella utilizaba vestidos floreados por arriba de sus rodillas, podría ver sus piernotas macizas porque no utlizaba medias y bajo la tela del vestido se notaba que poseía unos muslos gruesos y robustos, sus caderas también eran amplias, ella era morena clara y su cabello era negro rizado y le llegaba un poco mas debajo de sus hombros. Desde que la vi note que ella era una mujer dominante y altiva. A mi corta edad me entraron ganas de tener a esa mujerzota, cada vez que podía miraba de reojo sus piernotas y su cadera, ella con su vasta experiencia en la vida se dio cuenta de que había causado una gran impresión en mi. Desde ese momento yo aprovechaba cada ocasión para ir a su casa con el pretexto de hacer la tarea.
En una ocasión la señora mando a su hijastro a comprar unas cosas quedando ella y yo solos por un momento, la señora me pidio que le ayudara a sujetar una escalera porque ella iba a subir para limpiar la lampara. Esa vez tenia puesto un vestido corto, cuando ella llegó hasta la parte alta yo alce la vista y mire bajo su vestido, quede embobado al ver sus gruesos y macizos muslos, firmes y duros pues ella desde joven practicaba bicicleta y corría cuesta arriba amarrandose objetos pesados en los tobillos, además tambien vi su pantaletita clara que se metia entre sus gluteos. Sentí que la sangre me hervía del deseo, estaba tan embobado que ella se dió cuenta de que la miraba, en esa ocasión no hizo ningun comentario, pero me invitó a quedarme a dormir, yo le dije que para otra ocasión.
El día decisivo llegue a la casa y despues de hacer la tarea escolar, ella me indicó la recamara en donde me quedaría. En la noche estaba acostado vestido completamente pensando en aquella frondosa señora, como si mi mente la hubiese llamado quede sorprendido al verla entrar en mi cuarto, iba vestida con una blusa sin mangas y una falda que le llegaba a mitad del muslo, calzaba sus zapatillas de tacon negras, no traía medias. Estando yo acostado la vi tan grandota e imponente que un extraño sentimiento de deseo y temor mezclados crecieron dentro de mi. La guapa señora cerro con llave la puerta y despues se acerco a mi cama.
-¡Ahora es tu turno chamaquito, ahora vas a conocer lo que es una mujer!-, la señora me decía, mientras colocaba una de sus rodillas sobre mi cuello inmovilizandome, yo no sabía que hacer, parecía que aquella mujer estaba decidida a hacerme sufrir.
-¡Ahora nene me vas a dar placer!- ella me daba instrucciones mientras que con su mano bajo la falda acariciaba su entrepierna, yo no podía hacer nada, estaba inmovilizado por su rodilla en mi cuello. Ella quito su rodilla para despues acostarse en la cama dandome la espalda, sus pies en zapatillas estaba cerca de mi cabeza, aún sin salir de ni asombro ella levanto una de sus piernas mientras que agarraba otra vez mi cabeza de los cabellos, solo vi como mi cabeza se dirigia en medio de sus piernotas y antes de que pudiera escapar la señora sujeto mi cuello con sus gruesos muslos. Ante mi boca y ojos estaba su tríangulo íntimo cubierto por su pantaleta clara.
-¡No podrás escapar de mi prisión, solo saldrás cuando yo quiera, vas a probar el sabor de una mujer, solo abre la boca y saca la lengua!- yo no sabía que hacer, quería tener a esa mujer pero en la realidad ella me tenia a mi, con mis manos agarre sus macizos muslos para separarlos de mi cuello pero con temor me di cuenta de que no tenia la suficiente fuerza para moverlos. Mis pensamientos fueron interrumpidos con un apretón de sus muslos en mi cuello, lastimandome, ella reia mientras yo sufria.
-¡Casi no ppue…do….uurggghh…res….pppiggg…..ar….!- con trabajos le dije pero eso a ella no le importaba, con su sonrisa sádica aumento la presión de sus poderosos muslos sobre mi cuello llevandome al borde de la asfixia.
-¡te dejare ir si me haces el amor con tu boca!-, la señora me or
deno yo no tenia oportunidad, estaba atrapado por sus piernas, tenia que hacer lo que ella me decia o corria el riesgo de sufrir dolor, tuve que empezar a hacer lo que me pedia, por primera vez probe el sabor de una mujer, con mi boca empece a besar su sexo sobre la pantaleta, dentro de mi creció un sentimiento mezclado de extasis y temor, mis labios en forma torpe probaba y acariciaba la parte intima de la señora, de vez en cuando alzaba la vista para verla, ella solo gemia, abrio sus piernotas para despues cerrarlas con fuerza sobre mi cabeza, quede desconectado del mundo pues estaba atrapado en su mortal prisión de la cual es imposible escapar, mi temor creció cuando la señora apreto con sus gruesos muslos mi cabeza pegando mi rostro en su sexo ansioso, mi respiración se hacia mas dificultosa, ella restregaba su sexo en mi cara, mientras que sus muslos practicamente trituraban mi pobre cabeza. La combinación de dolor y asfixia fue suficiente para suspender mi labor bucal y trate de salir pero era imposible, la sadica señora volvió a apretar mi cuello con sus gruesos muslos con tal fuerza que inmediatamente sentí que caí en un abismo negro y profundo, había perdido el conocimiento, cuando desperte pense que había sido una pesadilla pero el dolor en mi cabeza y las marcas en mi cuello adolorido confirmaban que si habia sido real, por lo que opte esperar mi otra paga para dejar esa casa.
Autor: Pedro
nezepe ( arroba ) yahoo.com.mx