Yo, que nunca lo había hecho, sentí un cúmulo de cosas, todas ellas extraordinarias. Me estaba haciendo a una mujer, a una madre. Ella subía y bajaba. No sabía por donde agarrarle, por el culo, por las tetas, por la espalda. Después de un largo rato, se puso de pie y puso una pierna fuera del agua, la otra la agarré yo. Y allí, se la seguí metiendo, gritando todo lo que queríamos, porque estábamos algo alejados de las casas más cercanas.
Todo empezó cuando yo tenía 19 años. Me llamo Pablo. Era un verano en el pueblo de mi madre, al que solemos ir de vacaciones. Ese verano iba a trabajar en las piscinas.
Este pueblo está en la costa cantábrica. Antes de que les dieran fiesta a mis padres, nos subimos mi hermana y yo. Mi hermana es 7 años mayor que yo. Ella se subió con una amiga. Esta amiga que entonces tenía 26 era madre de una niña de 5 años. La verdad que estaba muy apetecible. La amiga de mi hermana se llama, vamos a decir, Iris. Era morena, muy guapa, con un pecho de 90 ó 95, caderas y trasero muy bien puesto, vamos que en ningún momento parecía que había dado a luz.
A los dos días de llegar al pueblo, salimos por la noche. Yo salí con mis amigos, que poco a poco iban llegando, y ellas se fueron con las amigas de mi hermana. Cuando llegué a casa, sobre las 5 de la mañana, vi la luz del baño encendida, así que me puse a ver la tele hasta que acabará quien estuviera. Al poco rato salió Iris, con un olor que me calentó mucho… Se sentó allí y empezamos a hablar.
La verdad que la notaba un poco rara estos días. Me dijo que echaba en falta a su hija, que la había dejado con el padre (era madre soltera), y bueno, que nunca se había separado tanto de ella. Seguimos hablando y al final me contó que hacía 4 años que no tenía nada con nadie. Ni rollos de fin de semana… Claro, no salía por la hija… Así que debía ser un volcán que en cualquier momento iba a explosionar. Comentó que se iba a dar una vuelta, que necesitaba despejarse, y yo le dije que le acompañaba.
Estuvimos andando un buen rato, hasta que llegamos por donde estaban las piscinas. Allí seguimos charlando y charlando, hasta que le pregunté si se quería bañar en la piscina, que llevaba la llave allí. Al principio dijo que no, pero insistí en que no me importaba y al final accedió.
Me preguntó que como se iba a bañar, entonces le dije que los socorristas tenían allí los trajes de baño. La única chica que trabajaba llevaba un bikini, así que eso se puso. Se fue al vestuario a cambiarse y salió… Madre mía como estaba… Un bikini que no sería más de la 80 en una 95… Se le salían los pechos por todos lados. Además la braguita era tanga, ya que me confundí y le di eso… Pero no se quejó.
Se tiró al agua sin pensárselo. Yo me acerqué por allí, ¡iba como una moto! Me dijo que me tirara, que estaba muy bien el agua y yo contesté que no tenía ganas. Me senté en el borde con las piernas dentro del agua y ella iba haciendo anchos. En el último vino hacia mí y se apoyó al lado mío.
Seguimos hablando y se volvió a hacer otros dos anchos, esta vez apareció… ¡entre mis piernas! Yo me la quedé mirando sin saber que decir. Ella me agarró los pies y me los pegó contra la pared, para que no me escapara. Y entonces me agarró el miembro a través de mi pantalón pirata.
Me desabrochó el tejano y empezó a tocarlo. No sabía que hacer… ¡Yo era virgen! Y la mejor amiga de mi hermana, con lo buena que estaba ¡quería chupármela! Y eso hizo.
Se la metió enterita en la boca a la primera. Eso me hizo ver las estrellas, pero cuando empezó a subir y bajar, a frotarme los huevos, eso era la gloria. Mientras me trabajaba el falo de 20 cm erguido con la boca y con la mano derecha, con la izquierda me masajeaba los testículos. ¡Que maravilla!
Así estuvo unos 5 minutos, hasta que no aguanté más, le avisé y me dijo que lo quería todo dentro, y así fue. ¡Se lo tragó todo! Siguió un rato más hasta que exprimió la última gota. Entonces me desnudé y me tiré al agua, había que devolverle el favor, ¿no? La seguí un rato por la piscina hasta que llegamos a lo menos hondo.
Allí la cogí por el culo y la subí hasta el borde, donde se sentó. Empezamos a besarnos apasionadamente, sin pensar en quien éramos cada uno. Comencé a bajar, hasta sus pechos, allí me entretuve durante bastante tiempo. Eran riquísimos. Volví a subir para volverla a besar. Hasta que le dije: ¿Puedo? A lo que me respondió: Te estoy esperando. Y abajo me fui.
Aparté el tanguita a un lado y que maravilla. Lo tenía todo depilado, salvo una especie de pequeña cresta…
Comencé metiendo un dedo, dos, hasta tres. Al final me decidí y comencé a lamer aquella maravillosa concha. Que rica estaba, sabía fenomenal.
Pero yo ya tenía ganas de pasar a algo más, y ella también, así que nos fuimos a la piscina más pequeña de las 3 y me tumbé. El agua no me cubría entero ni tumbado. Ella la meneó un rato más y al final se sentó encima de mí. Que maravilla, eso era la gloria.
Yo, que nunca lo había hecho, sentí un cúmulo de cosas, todas ellas extraordinarias. Me estaba haciendo a una mujer, a una madre. Ella subía y bajaba, subía y bajaba. No sabía por donde agarrarle, por el culo, por las tetas, por la espalda…
Después de un largo rato, a mí se me hizo corto, decidió cambiar de posición.
Se puso de pie y puso una pierna fuera del agua, la otra la agarré yo.
Y allí, de pie, se la seguí metiendo, gritando todo lo que queríamos, porque estábamos algo alejados de las casas más cercanas. En estas le dije que me corría y se agachó para tomarlo todo.
Volvimos al verbo follar, ahora con el perrito. Ella se puso a cuatro patas en el agua y yo iba perforando su conchita, además con el agua, se iba lubricando todo y tardaba mucho más en correrme.
En esta postura hice que se corriera, era maravilloso. Salí de ella e intenté beber todo lo que sacó, que rico estaba…
Cuando ella acabó le propuse una cubana, aceptó de buen grado y allí me ves a mí, de pie, a ella arrodillada y disfrutando los dos como locos.
Me corrí, como era de esperar, en sus pechos. Para acabar hicimos en el césped un 69 fenomenal. Donde acabamos los dos, primero yo y después de mucho trabajármela, ella.
Me sentí orgulloso de lo que acababa de hacer. Hemos repetido otra vez, en otro sitio totalmente diferente.
Nadie sabía de la existencia de este suceso. Los nombres que aparecen no son reales, el pueblo si que está situado por allí.
Si os gusta dejar algún comentario y valorarlo, a ver si os cuento alguno más que me ha pasado…
Muchas gracias.
AUTOR: capullo