Ella empezó a moverse circularmente para sentir mi pinga bien adentro, me volvió loco, empecé el mete y saca, se la sacaba para luego clavársela hasta el fondo y luego con más rapidez, hasta que me pegué fuertemente empalándola y ella reaccionó tomándome de las caderas para hacer más presión y quedar bien pegados y ahí expulsé toda mi leche dentro de su culo, llenándole las entrañas.
No estaba programado y realmente nunca pensé que pudiera suceder pero la verdad es que he tenido la posibilidad de hacer el amor con las 2 mujeres que ha tenido mi cuñado, he aquí la historia:
La primera mujer del hermano de mi esposa era de cara achinada, buenas tetas y un culo grande y duro que se marcaba con cualquier tipo de ropa, era una mujer de carácter fuerte y mirada penetrante. Ellos vivían en un pueblito de provincia bastante alejado de la capital donde vivíamos mi esposa y yo. En las ocasiones en que visitábamos el pueblo donde además vivían los abuelos de mi esposa, compartíamos y hacíamos comidas familiares en casa de los abuelos o en la de mi cuñado que quedaba a unos 150 metros de distancia.
Yo nunca pude disimular mucho mirarle el culo y las tetas a la mujer de mi cuñado, sobre todo cuando no había otras personas delante y ella parece haberse percatado de esto pues a veces se agachaba ofreciéndome un buen espectáculo de sus grandes tetas o se ponía de espalda frecuentemente para que pudiera vacilarle sus ricas nalgas. A pesar de su mal carácter, conmigo siempre fue muy amable, se reía y me tocaba al hablar, como quien no quiere las cosas, al punto que mi mujer llegó a sentir celos y reprochar la actitud tan desenfadada de ella conmigo.
En una de esas visitas al pueblo, me mandan a casa del cuñado, que en ese momento se encontraba en su trabajo, a buscar hielo para unas copas y llevar a guardar una carne en el refrigerador. Me recibe su mujer que está sola y me dice que pase, que está haciendo cosas en la cocina, así que la seguí sin quitar mis ojos de su rico culo y el cual me pareció que movía más de la cuenta, una vez en la cocina guardé la carne en el congelador y cuando me disponía a buscar el hielo ella me dice, ay, ayúdame por favor a coger el trasto para que te lleves el hielo, está acá arriba pero no alcanzo, ella estaba con la mano estirada tratando de alcanzar el trasto que se encontraba en la alacena de arriba, pero en lugar de quitarse y darme paso para que yo pudiera tomarlo, se queda en esa posición y no tuve más remedio que ponerme al lado de ella y estirar mi mano para alcanzarlo.
En esta posición fue imposible no pegarme a ella y sentir lo dura que tenía su nalga, mi pene reaccionó al instante y se puso duro como roca al entrar en contacto con su cuerpo, pero seguí intentando coger el trasto, sin hacer mucho esfuerzo por supuesto, cuando ella se ladea un poco quedando mi pene ahora justo en la raja que separa sus dos nalgas, baja su mano, se apoya en el marco de la meseta y se inclina hacia atrás para sentir mi pinga acomodada entre sus nalgas, yo también bajo mi brazo y la tomo de la cintura atrayéndola hacia mí e incrustando sus nalgas contra mi cuerpo, ella comenzó un movimiento de rotación de sus nalgas sobre mi pantalón que me volvió loco, metí las manos por debajo de su bata de casa y acaricio sus nalgas por encima de su blúmer, luego meto las manos por debajo de la fina tela y le toco la raja y las nalgas…
Ella se deja hacer y se inclina un poco más, yo le bajo el blúmer, me agacho y comienzo a besarle las nalgas, a oler su culo, a pasarle la lengua por la raja, se la abro y le chupo el huequito prieto metiéndole la lengua y pasándosela de abajo arriba y de arriba abajo, le meto un dedo y siento el calor de su interior y cómo me aprieta con su esfínter, con la otra mano le toco los labios vaginales que ya están empapados y le froto suavemente el clítoris haciéndole escapar un gemido de placer… me separo un poco para desabrochar mi pantalón y bajármelo junto con el calzoncillo y liberar mi pinga que ya está húmeda con mis líquidos preseminales.
En medio de la calentura intuyo que debo actuar rápido pues puede llegar alguien a la casa en cualquier momento, o mi esposa darse cuenta de mi tardanza e ir a buscarme, así que sin mucho preámbulo empecé a pasarle la cabeza de mi pinga por sus nalgas y golpear suavemente en ellas, ella se acomodó y puso su culo en pompa ofreciéndome su hueco y después de ensalivar su ano y la cabeza de mi pinga, se la coloqué y fui empujando y metiendo poco a poco todo mi nabo que fue entrando sin encontrar resistencia hasta que mis huevos chocaron con sus nalgas.
Me quedé pegado a ella un rato, sin moverme para sentir la delicia del culo caliente apretando mi pinga y sentir las palpitaciones de su recto, ella empezó a moverse circularmente para sentir mi pinga bien adentro y eso me volvió loco, empecé el mete y saca, primero despacio, se la sacaba casi hasta afuera para luego clavársela hasta el fondo y luego con más rapidez, hasta que me pegué fuertemente empalándola lo más que podía y ella reaccionó echando sus brazos hacia atrás y tomándome de las caderas para hacer más fuerte la presión y quedar bien pegados y ahí mismo expulsé toda mi leche dentro de su culo, llenándole las entrañas…
Nos quedamos un rato así, bien pegados, yo con mi cabeza recostada a su espalda y sin soltar su cintura hasta que sentí la flacidez de mi pene que fue resbalando poco a poco afuera del orificio hasta salir completamente con un sonido de pluff como si se descorchara una botella… nos incorporamos, ella tomó una toallita para limpiar mi pene y hasta ese momento no habíamos hablado ninguno de los 2 y me preguntó: ¿te gustó mi culo? Y le respondí: me encantó… pues ahí lo tienes, me dijo ahí lo tienes a tu disposición, pues a mí me gustó mucho sentir tu pinga dentro del culo… dicho esto me dio un beso en la cabeza de la pinga, me subió el calzoncillo guardándomela y me subió el pantalón, el cual abrochó, se subió su blúmer, se acomodó la bata y se empinó para coger el trasto, alcanzándolo con toda comodidad, me lo dio y me dijo, toma que si llegas sin hielo a la casa van a sospechar…
Este fue el primero de 2 o 3 encuentros fortuitos con la primera mujer de mi cuñado que terminaron debido al divorcio de ambos por incompatibilidad y ella se mudó para casa de sus padres, otro pueblo aún más alejado y más nunca nos volvimos a ver.
Como a los 2 años mi cuñado se vuelve a casar con una mujer joven de 23 años, enfermera de profesión, bastante bonita y con un cuerpo bastante aceptable, aunque no tan buena como la primera mujer, pero en cambio esta es más simpática, un poco ingenua y desinhibida. Ahora viven en la capital de provincia pero todavía lejos de la capital del país donde resido, así que no nos vemos muy a menudo pero en las vacaciones vienen a pasar algunos días con nosotros. Ella es religiosa por lo que tiene determinadas actitudes ante la vida debido a la fe que practica, por eso es muy recatada y no es capaz ni de pronunciar palabrotas…Sin embargo fue cambiando con el tiempo, primero tuvo su primera hija, que ahora tiene 8 años, luego al varoncito de 1 año y meses, los 2 partos le hicieron engordar bastante, sobre todo después del 2do pero a pesar de no hacer ejercicios se ha logrado recuperar bastante, le queda un poco de panza pero tiene las tetas más grandes, aunque un poco caídas y eso si el culo como que le ha crecido, tiene caderas más anchas y un par de nalgas voluminosas. Explicaba de su cambio de carácter y me refería a que la notaba menos recatada tanto al hablar como al vestir. Cuando hablábamos por teléfono me sorprendía escuchar malas palabras al hablarme de los niños “están de pinga”, “no hay quien cojones los soporte”, “me tienen hasta la leche” y cosas por el estilo, que achacaba a su papel de madre con una niña pequeña e intranquila y un bebé a cuestas.
Este año, decidieron venir a nuestra casa en las vacaciones con los 2 niños y pasarse 20 días. Como tenemos una habitación desocupada, la habilitamos para ellos, conseguimos una cuna para el niño y una camita pequeña para la niña, el tiempo pasaba y mi cuñado se pasaba el día viendo TV, la niña jugando en mi PC o en la de mi hijo y ella con una laptop que le puse en el cuarto para que jugaran. Una tarde llego del trabajo, mi cuñado que está sentado en la sala con la niña y el niño dormido en su coche, me dice que mi esposa salió a hacer unas compras… subí a las habitaciones y al dirigirme a la mía pasé delante de la de ellos y veo a la mujer de mi cuñado acostada en la cama en bata de casa y con las piernas abiertas, dejando ver su sexo pues no llevaba ropa interior. Esto me sorprendió mucho pues ya expliqué cómo era ella pero la situación me calentó y me quedé mirando su bollo peludito, no me atrevía ni a moverme para no despertarla pero mi pene ya estaba reaccionando ante esa imagen de sexo descubierto y apetecible, comencé a sobarlo por encima del pantalón, en eso ella se vira de lado recogiendo un poco las piernas y ahora lo que queda ante mi vista es su culo.
El corazón me latía a mil por segundo, mi pinga estaba durísima y sin siquiera pensarlo me la saqué y empecé a pajearme lentamente pero muy rico observando sus nalgas, cuando de pronto se vuelve a virar, pero en esta ocasión hacia mí y con los ojos abiertos, me sorprende con la pinga afuera y pajeándome, al verme fijó su vista en mi pene y me pregunta: ¿que estás haciendo?, me guardé el pene que rápidamente se puso flácido y le dije: nada, discúlpame, fue un impulso involuntario cuando te vi semi desnuda y no me pude reprimir… discúlpame, ¿sí? Yo pensé que la había cagado y que se iba a formar un escándalo, pero para mi gran sorpresa se sentó en la cama, se subió la bata mostrándome su bollo y me pregunta: ¿esto fue lo que te alteró? Lo tomó con sus 2 manos y abrió los labios vaginales mostrándome una rosada y brillante vulva, sí, eso mismo le dije sin dejar de mirar esa rica imagen, se incorporó me sacó la pinga y se la metió en la boca, le dio una rápidas chupadas y me la volvió a guardar preguntándome donde estaban los demás.
Le dije que su marido estaba en la sala con los 2 niños mirando la tele y que mi mujer había salido a hacer compras, se levantó de la cama se asomó a la puerta y viendo que todo estaba tranquilo se sentó en la cama frente a mi me volvió a sacar la pinga y empezó a darme una chupada de fantasía, se la metía toda en la boca, me chupaba la cabeza, me pasaba la lengua por todo el palo hasta los huevos que también me chupó, me decía: que pinga más rica tienes, como me gusta, ya tenía la leche por salir y se lo dije, no importa me dijo échamela en la boca y comenzó a chupar frenéticamente pajeándome con una de sus manos hasta que no pude aguantar más y le solté mi leche caliente en su boca la cual tragó ávidamente hasta dejarme sin una gota.
En ese momento sentimos un ruido de pasos por la escalera y salí de la habitación con las piernas aún temblando por el efecto de la mamada, era la niña que subía llamando a su mami para que le diera refresco…
A partir de ese momento buscaba la posibilidad de encontrarme a la mujer de mi cuñado sola, si estaba en la cocina allá iba y le tocaba las nalgas o le cogía una teta, ella por su parte me tocaba la pinga por encima del short o del pantalón, hasta que una tarde al llegar a mi casa estaba mi esposa con la manicura en la sala empezando a arreglarse y pintar las uñas de los pies, luego serían las manos, así que se iba a demorar un buen rato, le pregunto por la gente y me dice que su hermano acaba de salir con los niños al parque y que la mujer estaba en el cuarto de lavado en la terraza de arriba lavando la ropa, al conocer esto la sangre empezó a golpear fuerte sobre mi sien y haciéndome el desentendido le di un beso a mi mujer, fui a la cocina, tomé un poco de agua, me demoré un poco aunque estaba loco por subir, pero para que no se notara mi desespero, hasta que enfilé escaleras arriba hasta la terraza donde tenemos un cuarto de lavado y ahí estaba ella con su bata de casa casi transparente y sin ninguna ropa interior por lo que se le marcaban los pezones oscuros y redondos…
Al verme se sonrío y me preguntó si le iba a ayudar… si, le respondí te voy a ayudar, pero a ponerte caliente, me acerqué y le planté un beso en la boca que correspondió dándome su lengua, me preguntó por los de la casa y le dije que teníamos tiempo, nos volvimos a besar y saborear nuestras lenguas mientras le metía la mano por debajo de la bata amasándole las nalgas y abriéndoselas para tocar su culito, le levanté por completo la bata de casa, la cual se quitó quedando desnuda completamente y empecé a mamarle las tetas como un poseso, tenía los pezones grandes y duros y yo le pasaba la lengua y me los metía dentro de la boca para chuparlos bien rico.
Ella por su parte me bajó el cierre de la cremallera y liberó mi pinga que estaba por explotar, se agachó y me empezó a dar una rica mamada, pero sabía que si seguía me iba a venir, así que la levanté, la coloqué encima de una mesita, le abrí las piernas y empecé a comerme ese bollo mojado y rico que estaba, sabroso como manjar de dioses, le chupaba el clítoris mientras le metía un dedo en su vagina, luego chupaba todos sus jugos y le pasaba la lengua desde el ano hasta el clítoris succionando y haciéndola gemir, hasta que convulsionó en un orgasmo apretando mi cabeza con sus piernas y con mi cara hundida en su sexo… se desplomó relajada y me dijo… ¡coño que rico mamas!
Ahora quiero que me la metas, me quité el pantalón y quedé desnudo de la cintura hacia abajo, ella se incorporó, se recostó a la pared y subió una pierna encima de un cubo colocado al revés que habia en el piso, se inclinó un poco ofreciéndome su palpitante y hambriento sexo, le coloqué la cabeza de mi pinga y fui metiendo poco a poco hasta pegar mis huevos contra su pelvis, ella tenía los ojos cerrados y decía, que rico, papii, asiiii que rica está tu pingaaaaa metemela bien rico papito, quiero sentir tu pinga rica… estas palabras me calentaron aún más y comencé a sacar y a meter y a darle pinga, le preguntaba, ¿te gusta mami mi pinga? Y ella me decía si papi, que rico me gusta tu pinga, me gusta que me la metas…
Ponía los ojos en blanco y se mordía los labios de la gozada que estaba disfrutando, sentí que me iba a venir y se lo dije, me respondio. Si papi dale, dame tu leche, anda dámela cojones, que rico yo también me vengooooo, agaggggagggg, siiiiiiiiiiii, y le comencé a echar los trallazos de leche dentro de su caliente bollo a la vez que ella también se corría agarrándome por la cintura y apretándome bien fuerte contra ella, puso su cabeza en mi hombro y luego de un espasmo tembloroso se fue calmando y aflojando su cuerpo, yo todavía la tenía clavada, hasta que poco a poco fui saliendo de ella, bajó su pierna del cubo y me quedé pegado a ella con mi pinga ya flácida en su muslo donde se regaban los restos de sus jugos mezclados con los míos.
Ella se arregló su bata de casa y se puso su ropa interior, ya que me confesó que estaba así por si de casualidad yo llegaba y fue lo que sucedió… a la semana siguiente se marcharon para su provincia, no sin antes hacerme una rica mamada por la noche en el baño, aprovechando una oportunidad que tuvimos de estar solos.
Autor: ekobio