La verdad no se como ocurrió, yo era una chica sencilla, atractiva y sensual, guapa según mis amigos, coqueta y algo moderna, lo normal para una joven de 19 años del siglo XXI, rubia de media melena ojos azules , 1,65 de estatura y 50 Kg. de peso. Había tenido dos novios uno formal que era el actual y uno en mi adolescencia. Fue con quien perdí mi virginidad. En la actualidad mantengo relaciones sexuales con normalidad con mi novio, pero casi siempre tengo que fingir el orgasmo ya que el pobre se va antes te tiempo, o soy yo la que deseaba más… mucho más…
Una noche después de estar en casa de mi novio y haber realizado el amor con él, me quedémás caliente que nunca, nunca me había ocurrido, le pedía más…más y más hasta que me dio su ultima gota y se quedo dormido, me levante con mucha furia y le dije que me iba sola a casa, él paso de mi, mala idea por que desde ese día mi vida sufrió un cambio radical. Caminando hacia mi casa y pasando por parque vi a un hombre de unos 60 años, bastante feo, gordo y no muy bien arreglado el cual estaba orinando en un seto al lado de una farola, y lo que vi entre sus manos me dejo alucinada, nunca en mi vida habita visto una polla de esas dimensiones media unos 20 cm y con un grosor terrible, mis ojos se quedaron fijos en ella, yo solo habita conocido dos pollas y eran de lo mas pequeñas como ya os contare más adelante, mi coño sufrió una sacudida…
–¡¡EHH!! ¿Niñata, que miras es que nunca has visto una polla como esta? Ven putita acercate y tócala un poquito y sabrás la que es un hombre de verdad.
Esas palabras me ofendieron, pero a la vez me excitaron, mis pezones se pusieron duros como piedras, amenazando con romper mi sujetador y un calor desconocido comenzó a subirme desde mi entrepierna hacia mi cerebro, mi corazón latía desbocadamente pero mi mirada seguía fija en ese miembro…
El hombre, Mario, se acercó a mi lado, con su polla entre sus manos y agarrando mi mano me la condujo hacia su polla, yo la sujete como hipnotizada y comencé a subir y bajar mi mano por todo su miembro, él comenzó a insultarme, a vejarme, pero a mi no me importaba, ahí estaba ya masturbando a un viejo, gordo, seboso y maleducado…
–Así me gusta despacito mi putita vas aprender muy rápido voy hacer de ti mi puta personal… ¡¡¡Agachate y chupala puta!!! pero sin manos…Y despacito… Lentamente deja que tu boca suba y baje por mi capullo…Chupa mi tronco, hasta los cojones …
Yo la niña bonita y recatada, estaba mamándosela como nunca antes había hecho con nadie .Succionando el capullo y jugando con mis dientes en su glande, bajando con mi lengua por todo el tronco,… Y con la otra mano acariciando unos huevos peludos y enormes… Oía sus suspiros de aprobación, la alumna lo estaba haciendo bien… Mi coño chorreaba como nunca, estaba apunto de correrme solo con chuparle la polla a un viejo…Su orgasmo fue brutal inundo mi boquita, su leche me salía por la comisura de los labios…
–Así me gusta guarra, saca la lengua y chupa mis restos de leche, putita…Te gusta eh! bribona comete toda, bien echo nena… Así con la lengua, ahora limpiarme toda la polla tiene que quedar bien limpia…
Yo estaba como extasiada nunca habita tenido un orgasmo tan brutal mis bragas estaban totalmente mojadas, con una mano sujetaba sus cojones y con mi boca limpiaba toda su polla como si solo existiera esa en toda la tierra… Y salí corriendo hacia mi casa…
–Mañana a la misma hora, gritaba Mario, Vas aprobar a hombre de verdad putita …
En toda esa noche no pude dormir, me estuve masturbando toda la noche, mi coñito era un completo charco y me chupaba los dedos de tres en tres recordando esa polla…
A la mañana siguiente después de salir de la facultad, mi mente no era mía, mi corazón me decía que esto era un episodio más en la vida y que debía aprender de ello… Pero mi coño iba por su lado, y la hora se iba acercando… Top blanco, sin sujetador, minifalda negra, botas de media caña y mi tanga de encaje favorito, mirándome al espejo estaba preciosa, cualquier muchacho habría dado su vida por poseerme en ese instante… y la hora se iba acercando…
–¡¡Mama!! Me voy a dar una vuelta con mis amigas no llegare tarde…
Hay estaba esperándome, como el lobo acecha a sus presas, sentado en un banco, mi se
había cambiado de ropa, mirándome de arriba abajo desafiándome, sabiendo que esta ante un corderillo.
–Así me gusta mi putita, que te hayas arreglado para mi… estas preciosa, mi putita, ven guarra… Dame tus bragas, quiero oler tu coño…
Yo, me saqué mi tanga favorito y se lo entregué. Todo mi coñito quedó a su vista, ese, el cual, muchos de mis compañeros desean, ese que yo mantenía depilado y arreglado con una raya de pelito rubio por encima de mi pubis, ese, que en esta noche brillaba con luz propia. Mis labios se abrieron y un olor inundó el parque. Olor de deseo. Él se puso a oler mi tanga, mientras con la otra mano se acariciaba su paquete por encima del pantalón. Su bulto iba creciendo en tamaño mientras en sus ojos se delataba un brillo especial. Sin dejar de observar todo mi coño al aire, expuesto, sedoso, deseoso, mojado, brillante, mal utilizado…
–Ven mi putita, acompáñame.
Yo le seguí, él mientras… Me sobaba soezmente las nalgas, incluso llegó a introducir un dedo por mi coño, que estaba chorreando… La niña bonita acompañando a un viejo verde a su pensión y sabiendo lo que iba a ocurrir, eso pensaba yo, que equivocada estaba, ni me lo hubiera imaginado… Llegamos a su pensión, vieja, como él, sucia y maloliente. A la entrada estaba esperándole una mujer de unos 50 años gorda, con un bata de esas de los años 70 de cuadritos grises y negros, pelo lacio, grasiento y piernas sin depilar y con unos brazos que eran más grandes que mis tersos , limpios, musculados y tiernos muslos… Nada más llegar la matrona le requirió el abono de las dos últimas noches. Él serio y seguro la comentó que esta noche le iba a pagar el mes entero y algo más . Yo no entendí, el porque ella le dejo pasar, pero por la forma de mirarme me lo tuve que imaginar que inocente era, que tonta, que mundo desconocía hasta ese momento…
Entramos en su habitación, él se sentó en su cama y me observaba.
–Desnudate, putita. Pero despacio, dejame que te vea las tetas guarra… Date la vuelta quiero ver tu culo… Así me gusta duro y virgen … Acaríciate …
Comencé en mi inexperiencia a desnudarme lentamente, contorneando mi cuerpo como en película 9 semanas y media. ¡¡Top fuera!!, y mis 85 de pecho al aire mis pezones duros y puntiagudos mirando al cielo. Mientras con la otra mano me deslizaba la minifalda por mis piernas, tan solo me deje puestas las botas, el suelo estaba muy sucio. Empecé a dar vueltas delante de él con una mano sobre mis pechos, acariciándolos, apretándolos, pellizcándome los pezones hasta sentir dolor. Mientras con la otra me abría los labios de mi coñito enfrente a él mostrándole mi clítoris hinchado, gordo como la polla de ni novio, las gotas de mi calentura afloraban por mi coño, resbalaban por mis piernas hasta mis botas y se introducían por ellas, uno de mis dedos en introdujo en mi vagina, ¡¡dentro … fuera!!, ¡¡dentro … fuera!! … Mis pechos hinchados como globos…
–Así mi puta, esta noche vas a probar una polla que nunca olvidaras, vas hacer cosas que nunca habías imaginado, porque desde ahora eres mi puta y como tal te vas a comportar… Muévete, metete dos dedos en mi coño, aprétate los pezones putita mía …
Él se quitó su camisa, se bajó los pantalones y ahí estaba mi polla, mi deseo, mi falo, ese que la noche anterior no me había dejado dormir, ese que me llenó la boca de semen, ese que mi lengua limpió, ese que mi boca tragó… Ese, mi deseo.
Autor: León