Su culo quedó abierto como por unos 5 minutos, no se le cerraba, se lo había roto bien roto y estaba rojo dentro y fuera de él. Le coloqué crema para que aliviara el ardor y de a poco fue retomando su forma natural.
Les paso a contar que vivo en Uruguay y que toda ésta historia comenzó cuando yo tenía 19 años y mi novia de entonces 18. Ambos éramos sumamente fogosos y no le decíamos a nada que no.
Yo soy delgado, cuerpo bien trabajado, ojos color miel, morocho de pelo y piel cobriza, en cuanto a lo que importa mi cola está muy bien, buenas piernas y mi verga es de unos buenos 22 cm.
Mi novia por su parte era delgadita, 1.74, pelo corto, ojos oscuros bien grandes, carita angelical y unas medidas de 85-60-90, por lo cual de sus medidas es que se desprende todo esta historia. Ella era algo traumada a pesar de sus buenos 85 cm de busto siempre decía que no eran suficientes como para complacer plenamente a un hombre.
Siempre supe que ella era muy ligera para el sexo y que era bien puta y agresiva en la cama, iba al frente en todo y no le sacaba el cuerpo a nada de lo que yo le proponía; igualmente sabía que yo no era su primer chico con quien había de tener relaciones, según me contó después ella.
El Comienzo De La Acción:
Después de estar saliendo con ella por un año, todo era sexo, sexo y nada más que sexo, para mi era el paraíso, era mirarnos y me la chupaba, era hacerle un gesto y nos encamábamos, pero el gran problema era que me fascinaba su cola, era bien dura y redonda, era lo mejor de lo mejor y en aquellos tiempos se la pasaba corriendo y jugando volleyball. Estaba sumamente fuerte.
Cada vez que nos acostábamos yo le hacía poner en 4 patas con su cola bien para arriba y le chupaba la cola y le metía la lengua bien a fondo y ella no solo gemía sino que me pedía más. Pero no accedía a hacerlo por atrás por mi tamaño y grosor.
Un día, como todas estas cosas, vino ella que había hablado con una amiga y me lo propuso a mi, hacémelo por la cola para ver que se siente, pero con cuidado, no me lo rompas de un vergaso. Prendí el calefactor, acomodé mi habitación, la desvestí y calenté bien chupándola toda, y como nunca puede faltar en estos casos le coloqué vaselina en la cola y comencé suavemente. Al rato ya se la quise meter más y ella terminó con todo diciendo que no era lo que esperaba de un buen placer anal.
Como le rompí la cola y porque:
Al tiempo de eso me enteré que la muy puta (y vaya por suerte que lo era) me había metido los cuernos… para mi fue como música en mis oídos.
Me dije, no más contemplaciones, le tengo que partir ese culo divino y dejarla antes de que me deje pegado.
La invité a mi casa para probar de nuevo por su cola, a lo cual ella accedió nuevamente con muchas ganas porque era lo que realmente quería, lo deseaba, tenía como una enfermedad por el sexo, era incontrolable (por suerte).
La coloqué en 4 patas y su hermosa cola quedó bien abierta para mí…
Le chupé bien la cola y le metí un dedo primero, suavemente el segundo y nada más…
De esa manera le dilaté muy poco pero lo suficiente como para que la muy hinchada cabeza de mi verga pudiera tener su lugar al principio de la acción…
Quedó bien caliente, cola con cremita, desnudita, pronta a todo…
Le metía la cabeza de a poco y no se quejó… es más, me dijo que me animara a más… de a poco se la fui metiendo y haciendo pausas de 15 segundos para que dilatara acompasando la situación, porque si no le duele y me la hacía sacar (ya tenía la experiencia de eso ).
A los 3 o 4 minutos estaba bien la punta y ya algo del tronco adentro de su cola la cual hervía de temperatura al igual que su enrojecida cara y orejas las cuales parecían que iban a explotar.
De a poco comencé a moverme dentro de ella y ella comenzó a sentir mi verga hinchada y gorda, le dejó de gustar un poco… pero mi idea de cogerle bien ese culito estaba determinada; en eso en cada envión iba un poquito más adentro y se me hinchaba cada vez peor… era una pesadilla para su cola de seguro, iba un cuarto de la verga y ella estaba como loca de placer-dolor.
De a poco fue siendo dolor-dolor y para mí placer-placer… cuando llegué a la mitad de mi verga (la cual es la parte más gorda que tengo), me gritó que se la sacara y le dije que aguantara y seguí adelante y la agarré bien de la cadera y aceleré la marcha hasta terminar metiéndosela toda y sacándosela toda cada vez. Ella gritaba a más no poder y su cola recibía lo que nunca imaginó tener dentro.
Al rato acabé toda mi leche dentro de ella y la saqué lentamente, su culo quedó abierto como por unos 5 minutos, no se le cerraba, se lo había roto bien roto y estaba rojo dentro y fuera de él. Le coloqué crema para que aliviara el ardor y de a poco fue retomando su forma natural.
Dos días después me peleé con ella y nunca más nos encontramos porque era muy puta para mi.
Enseñanza:
Hacé la cola despacio, si lo hacés fuerte, ponele crema y mandala al carajo a los dos días por incompleta sexualmente.
Autora: Soyveronica3