A mi madre le gustaria conocerte, es muy sumisa y le gustaria ser tu esclava…
Una noche después de una sesión con Lidia, me comento algo sobre su madre.
– Te gustaría mi madre
– Si? , ¿por que lo dices?
– Es muy sumisa y le gustaría ser tu esclava.
Me hizo pensar en la posibilidad de tener a hija y madre como sumisas mías y me excito la idea. No la conocía personalmente ni había hablado con ella, pero si la había visto y la verdad era una mujer muy atractiva y con un cuerpo que estaba bastante bien para la edad que tenia. Ana, así se llama , tiene 52 años pero muy bien llevados. Fue madre joven a los 20 y a los 23, pese a dos partos se conservaba muy bien.
– Bien cuando nos podemos ver?
– El sábado próximo
– De acuerdo prepáralo todo para tener una sesión con las dos a las 10 de la mañana y que sea puntual- Le ordene.
Estuve pensando toda la semana en el tema y tenia mis dudas de como respondería Ana.
Llegó el sábado y fueron puntuales las dos , llegaron juntas. Lidia nada mas entro se desnudo, se puso a cuatro patas y fue a buscar su collar y sus arneses, Ana se quedo paralizada.
– Nerviosa, Ana?. No te preocupes todo ira bien. ¿Quieres tomar algo un café, una copa?
– No, no gracias- Contesto con voz excitada
– Bien vamos al salón Me siguió un paso atrás, cuando entramos Lidia estaba en el centro de rodillas esperando.
– Lidia haz café me apetece una taza. Y bien Ana, así que eres una mujer sumisa? Le pregunte sentándome en el sofá dejándola de pie delante de mí.
– Si lo soy
– Pero veo que te faltan modales, pero eso se arreglara, verdad Ana?
– Si haré todo lo posible por ser una buena sumisa.
La mire con detenimiento, era una mujer alta unos 170cm mas o menos, elegante con gusto. Vestía un vestido negro liso con un poco de escote sin llegar a enseñar nada, medias negras y zapato negro de tacón alto. Media melena recogida en una cola, no muy maquillada solo lo justo. Empezaba a gustarme. La hice caminar por el salón, se movía con sensualidad moviendo las caderas. Llegó Lidia y sirvió una taza de café y me la ofreció de rodillas con la cabeza baja.
– Ves Ana, tu hija es una buena esclava, espero que tu seas igual o mejor que ella.
Me senté en el sofá abrí mi bata y deje mi polla al descubierto Ana clavo su mirada en mi polla pero no le dije nada, pense hay tiempo de enseñarle, llamé a Lidia
– Perra ven y empieza a lamerme la polla y los huevos no te la metas en la boca. Tu quítate el vestido.
Tuve que gritarle pues no reaccionó. Le advertí que estuviera atenta Cuando se quito el vestido vi un cuerpo que no estaba mal con unos pechos grandes generosos un culo también generoso piernas largas. Pense, voy a disfrutar. Me levante apartando a Lidia de un empujón, me acerque a Ana, estaba tensa, le acaricie los hombros , la nuca y la bese en los labios con un beso dulce. Baje mis manos a sus pechos y se los saque de las copas del sujetador, aparecieron en su plenitud empujados hacia arriba por el sujetador, los pezones eran grandes oscuros y duros, los lamí chupe y mordisquee hasta oírla gemir, entonces pare. Seguí con mi recorrido por su cuerpo hasta que llegue a sus bragas, metí mis manos por su culo lo masjee lo abrí y lo pellizque, después le baje las bragas hasta medio muslo y me fui a sentar al sofá para contemplarla . Su cara estaba roja como un tomate, no levantaba la vista del suelo.
Lidia estaba expectante me miraba con deseo y miraba a su madre con angustia y admiración.
– Ana – dije- No estas nada mal para ser la madre de esta perra, espero que sepas obedecer y sepas aguantar los castigos y entrenamientos que te aplique.
– Estoy dispuesta – dijo con una voz segura pero temblorosa por la excitación.
Me levante y me acerque a ella, le cogí un pezón y se lo retorcí diciéndole:
– Puta asquerosa cuando te dirijas a mi dirás amo.
– Si amo- contestó con un gemido.
– Bien Lidia para diferenciaros tú serás la perra y tú Ana serás la puta
– Perra trae los aparatos para la puta Lidia trajo un collar, los arneses, el látigo, la fusta, la pala ,las pinzas y los consoladores y vibradores y una caja.
– Ponle el collar y los arneses y quítale la ropa que le queda.
Mientras fui a coger el látigo me las miraba a las dos y pensaba en lo que les tenia preparado, iba a ser un día inolvidable,
para los tres.
– Puta las manos a la nuca y las piernas abiertas. Y tu perra delante de rodillas y chúpale el coño.
Cogí el látigo y empece a azotar en la espalda a Lidia para que pusiera más entusiasmo en la comida de coño, me puse detrás de Ana y le acaricie los pechos tirando de los pezones y subiéndole las tetas hacia arriba. Cuando vi que ya estaba excitada, que no paraba de gemir empece a azotarla por la espalda bajando hasta el culo y sus muslos, lo mismo por delante poniendo especial interés en sus tetas. Empezó a gritar y a moverse no sabia aguantar y me enfadé. Decidí darle un castigo que recordara muy bien. Aparte a Lidia de un empujón y cogí a Ana de un pezón retorciéndolo y estirando le dije:
– Puta has de estarte quieta- Tenia los ojos llenos de lagrimas, pero eso no me hablando en mi decisión sobre el castigo. Cogí dos pinzas y las uní con una cadena y se las puse en los pezones pero cogiendo poca carne, así la sensación es mayor y el dolor también. La mire a la cara para ver su reacción, se mordía los labios pero estaba en silencio. Cogí la cadena y empece a dar tirones cada vez mas fuertes hasta que se le soltaban las pinzas y volvía a ponerlas otra vez provocándole mas dolor aun. Decidi atarla en la silla, asi la coloqué con la cabeza apoyada en el respaldo y atada por el cuello, las manos atadas a la nuca y las piernas separadas por una barra y esta atada al travesaño de la silla, una mordaza de bola en la boca y empece a azotarla sin ningun miramiento. Se retorcía como una culebra intentando esquivar los golpes, de cuando en cuando parabay ordenaba a Lidia que le lamiera las partes azotadas para luego voversobre ellas con mas fuerza.
Asi estuvimos como unos tres cuartos de hora. Pare la desate y espere su reacción, nome defraudo, aprendia rapidamente. Se puso de rodillas me beso los pies y me dio las gracias.
– No ha acabado el castigo aún puta te mereces mucho más.
La cogi por el pelo y tire de ella hasta levantarla, volvi a atarlelas manos a la nucacon los codos doblados en la espalda, esta posicion hace que el pecho se proyecte hacia adelante.
– Perra sujetala que no se mueva.
Empece a azotarle los pechos el vientre y los muslos pero sin tocar para nada su sexo, al cual le tenia reservado otra cosa. Cuando tuve todo el cuerpo de Ana de un color rojo intenso pare y le quite la mordaza y sin desatarle las manos la estire en el suelo. Puse a Lidia sentada con su coño en la boca de Ana y le hice cogerle las piernas para que las mantuviera abiertas.
– Bien puta empieza a chuparle el coño a la perra quiero que bebas sus jugos y no pares por nada.
Ana no estaba depilada y tenia un pubis muy poblado, decidi que habia que arreglar eso, asi fui a buscar precinto para embalaje y le empece a poner trozos en su pubis y coño para depilarla. Los botes que daba eran casi comicos y sus gritos de dolor se mezclaban con los de su hija que eran de placer por la comida de coño que le estaba haciendo. Cuando casi no le quedaban pelos ordene a Lidia que acabara el depilado con la maquinilla. Prepare una lociòn de masaje de afeitado rebajado con agua.primero hice que le repasara toda la zona con la lengua, cosa que la excito y se dejaba llevar por el camino del orgasmo sin saber lo que le esperaba. Aparte a Lidia y de golpe le puse mi mano llena de la loción de afeitado en su coño y la restregue. El grito que dio fue grandioso y seretorcia intentando llegar con sus manos atadas a la nuca a su coño para calmar el escozor. Entonces hice que Lidia le chupara el coño y mientras yo las azotaba a las dos, en especial a Ana en elas tetas.
Decidí que era hora de comer, asi que las mande a las dos preparme la comida y que me sirvieran. En el postre ordené a Ana que se pusiera debajo de la mesa y me chupase la polla. Mientras Lidia recogia todo, me gustaba verla desnuda haciendo las tareas del hogar como cualquier ama de casa, me excitaba. Pero Ana no sabia chupar o le daba asco, asi que no me gusto y se lo dije
-Puta no tienes ni idea de chupar pollas, tendre que entrenarte .
La cogí del collar y la arrastre fuera de la mesa.
-Abre la boca y saca la lengua estaras asi hasta que te ordene lo contrario. Me levante y fui a buscar las pinzas, cuando llegue a la cocina lo que vi me puso furioso Lidia se estaba masturbando, la muy puerca se quedo petrificada con su mano en el coño. Le di un bofeton que la hizo tambalearse, se puso de rodillas pidiendo perdón. La hice salir al salon y la ate en una silla con las piernas separadas por la barra. Ana continuaba con la lengua fuera y empezaba a babear. Me acerque y cogiendo dos p
inzas se las puse en la lengua.
– Asi aprenderas a chupar pollas puta Cogi la caja y se la enseñe a las dos.
– Sorpresa¡¡- Dije riendome, la abri y saque un enorme consolador negro con forma de polla con todas las arrugas y venas, y unas correasa que servian para atarlo a la cintura.
– Puta ven aqui- ordene y le ate el consolador en la cintura
-Ahora perra vas a chupar esta polla que te follara ese coño caliente que tienes pero antes te mereces un castigo por ser una niña mala. Sabes puta me he encontrado a tu hija haciendose una paja , la muy guarra. ¿Qué crees que tengo que hacer Puta? La tengo que azotar por traviesa ¿ Verdad? Cogi la pala y me acerque a Lidia.
– Mientras chupas te voy a azotar y no quiero que pares por nada ni para nada
– Si amo – contesto Volvi a su culo y empece a azotarla con la pala, la oia gruñir con la polla de goma en la boca. Ana estaba excitadisima y con las pinzas en la lengua le caia la baba por la barbilla el pecho hasta la cabeza de su hija. Cambie la pala por la fusta, le propine 5 fustazos en cada nalga y tres en la raja cogiendo ano y coño.
-Puta ven aqui a follarte a esta perra – Le guie la polla de goma hasta la entrada del coño de Lidia y restregue la punta en sus labios. De repente le di un empujon que izo que le clavara todo aquel pollón de un solo golpe. Lidia lanzó un aullido.
-No quiero que pares de follarla puta. Yo te marcare el ritmo.
Le puse unas pinzas en los pezones con una cuerda que las unia. Cogi la cuerda a modo de riendas y me puse delante de Lidia.
– Abre la boca- cuando la abrio le meti mi polla – Empieza a chupar .
Cogi las cuerdas y empeze a tirar, cada vez masa fuerte, asi Ana le clababa mas fuerte el pollon a su hija y esta se tragaba mas mi polla.
Lidia se corrio tres veces asi, cuando me corri le hice que me linpiara la polla.
-Ahora te quedaras asi mientras me dedico a la puta de tu madre.
CONTINUARA
Autor: aperdi
aperdi ( arroba ) teleline.es