Un matrimonio que tras 15 años de convivencia viven en la más absoluta monotonía…..la mujer harta de tanta indiferencia y tan poco cariño decide serle infiel…pero pasa el tiempo y nunca da el paso. Un dia circunstancialmente encontrara a un conocido que la invita a almorzar…todo ocurrirá expontaneamente dando a el encuentro sexual tan ansiado….tan placetendero que se convertiran en amantes. Infidelidad-hetero
Creo que esa fue una de las principales razones por la cual hice lo que hice. Pero ante todo, quiero agradecer a un buen amigo, que sabe escuchar y que me aconsejó sabiamente diciendome. Ojos que no ven corazón que no siente.
Diré que mi nombre puede ser Ángela, y el de mi esposo León, para los efectos somos una pareja normal y corriente de clase media alta, ya tenemos quince años de feliz pero monótono matrimonio, es decir casi todo siempre es lo mismo, que si no fuera por mis hijos creo que me hubiera vuelto loca del aburrimiento, ya que en lo que se refiere a nuestra vida marital, desde que nos casamos en muy pocas ocasiones hemos tenido algún cambio significativo. Además León no es lo que se puede llamar un hombre ardiente, es más puedo decir que mi marido es totalmente pre decible en cuanto a su manera de actuar en la cama.
Quisas por esa razón y otras que les contaré, puedo decir que decidí darle un pequeño cambio a mi vida. Los pequeños cambios fueron básicamente, el compartir un tiempo extra con mis amigas, y para sorpresa mía a mi esposo eso no le molestó en lo más mínimo, por lo que yo di por entendido que no le importaba el que saliera una o dos veces a la semana con Tina y Laura, las dos son divorciadas y se encuentran al tanto de mi frustración, Tina que es Uruguaya y se crió en Argentina, pero actualmente vive en Miami al igual que nosotros, me dice cuando hablo de León que es un boludo, mientras que Laura que es Venezolana me dice que es sencillamente un pobre pendejo con plata. Con ellas comencé a visitar un gimnasio hace algunos meses a tras, para esa época me encontraba algo en sobre peso, no mucho pero si lo suficiente como para no usar mi tanga en la playa o la piscina, por lo que me sometí a un régimen a base de una dieta de productos vegetarianos y bastante ejercicio, gracias a lo que rápidamente perdí todas las libras extras que tenía de más en mi cuerpo.
Ustedes podrán creer, que león hasta el día de hoy no se ha dado cuenta de ello realmente, es más mis hijos recientemente se lo comentaron frente a mi, mientras que les modelaba mi tan deseado tanga, y lo único que hiso fue bajar el Miami Heraldt que se encontraba leyendo en esos momentos, me vio por sobre sus gafas de lectura, y comentó te queda bien. Pero no dijo más nada, ese mismo domingo, estábamos en la noche viendo en TV. la entrega de los premios Óscar en el famili room cuando apareció en la pantalla, una tía con casi todos los senos por fuera, y el muy tonto se quedó boquiabierto viendola, y eso pasó en repetidas ocasiones, en ese momento me conforté pensando que posiblemente tendríamos un buen encuentro en la cama, pero no fue así. Cuando salí completamente desnuda del baño, León ya se encontraba completamente dormido, lo que me indignó.
Al día siguiente, un lunes me encontré con mis amigas y ellas me consolaron y abiertamente las dos me aconsejaron que me buscase un amante, lo único en que se diferenciaban era en el tipo de hombre que me podía convenir, yo al igual que ellas lo tomé a broma, y participé en lo que era sencillamente un juego entre nosotras, Tina por una parte me recomendaba que me buscase a un tipo joven y musculoso, como los que asistían al gimnasio, pero la mayoría de ellos se interesan más en su cuerpo que en sus compañeras, y francamente no me encuentro para competir con un hot body. La recomendación de Laura era más práctica, en el sentido que ella me proponía que buscase a un hombre algo mayor que yo, que tuviera dinero y tanto que perder como yo, pero al decirlo me visualizaba como una prostituta, esperando a su cliente en una esquina, y realmente tampoco me agradó esa idea.
Tras charlar un rato, continuamos haciendo compras en el centro comercial, fue cuando me topé con José nuestro corredor de seguros, al verme se deshizo en atenciones a nosotras tres, invitandonos a disfrutar un suculento almuerzo, c
on vino y todo lo demás. Mientras charlábamos en la mesa en distintas ocasiones me alagó por lo bien que me veía, haciendome sonrojar en una de ellas, mis amigas como que de repente entendieron que dos son pareja pero tres o más son una multitud, y rápidamente se despidieron dejandome en compañía de José. Les diré que nuestro corredor de seguros no es un adonis, es más es un tipo hasta si se quiere ver es del montón como dicen en el cine es "real people", pero su forma de hablarme y de mirarme, me estaba haciendo sentir algo que hacía tiempo no sentía.
Pero asumí que se debía a lo que previamente conversaba con mis amigas y nerviosamente me levanté de la mesa y me despedí de él.
Al llegar a mi casa, le comenté a mi esposo la galantería que tuvo José para con nosotras, y él se limitó a decir ; la próxima vez que lo veas dile que me debe un partido de Golf. Yo me quedé de una pieza, ya que le dije hasta los piropos que me había hecho a solas y León ni se inmutó, o sencillamente no le puso atención a lo que yo le decía. Eso fue la gota que colmó la copa, de la rabia que yo tenía me dije a mi misma, que la próxima vez que un hombre me hiciera una proposición indecorosa la aceptaría. Realmente luego en la ducha mientras me enjabonaba me puse a fantasear al respecto, y terminé teniendo un sabroso pero vergonzoso orgasmo, ya que me sentía algo culpable. Luego me acosté y no deje de soñar viendome acostada con cuantos hombres me lo proponían.
Pasé unos cuantos días sin salir, cuado mis amigas me fueron a buscar, nuevamente nos encontrábamos de compra en el mismo centro comercial, ya estábamos por marcharnos, cuando apareció nuevamente José, y a diferencia de la vez anterior solo me invitó a mi sola a comer, mis amigas rápidamente se despidieron de nosotros, en ese momento me acordé de las cosas que había pensado, el día que le comenté a mi marido mi encuentro con José, y de lo molesta que yo estaba, por su forma de actuar. Pero contrario a lo que había pensado en esos momentos, decidí no hacerle caso al bueno de José. Pero no contaba con su particular manera de mirarme, y mucho menos de la forma en que me hacía sentir cuando me hablaba, tras conversar inocentemente un rato, se ofreció a llevarme a mi hogar, pero haciendo la salvedad de que pasaríamos primero por la nueva propiedad que había adquirido para buscar algo que no precisó de inmediato. Yo acepté sin ningún tipo de reserva, ya que no tenía por que temerle a José en fin era todo un caballero tan amable, y tan educado que no podía sospechar yo nada malo de él.
Al llegar a su nueva residencia, me invitó a entrar como era casi la una de la tarde no vi nada malo en ello, al tras pasar la puerta, José me comenzó a tratar de manera algo diferente, sus elogios y piropos a mi persona fueron en aumento, me dijo lo bella que yo me encontraba en esos momentos, y de lo hermosa que me veía, su acoso discreto continuó y yo no tuve el valor de detenerlo, es más me encontraba como embriagada por sus palabras, de tal forma que a medida que me mostraba la casa pasamos por el lujoso dormitorio, me llevaba de la mano como un padre lleva a su hija, y a medida que me hablaba sentí un gran calor dentro de mi, José se disculpó ya que se dio cuenta de que me sentía algo incomoda por el calor ya que el sistema de aires acondicionados no habían sido terminados de instalar en su totalidad, por lo que me propuso me quitase la chaqueta del conjunto que estaba vistiendo, y yo casi de forma automática sin pensarlo mucho así lo hice.
José nuevamente me agarró la mano y continúo conduciendome por su casa, hasta que como les dije llegamos al dormitorio, para esos momentos su manera de dirigirse a mi sus halagos y pequeñas indiscreciones fueron minando mi voluntad o sencillamente la fortalecieron, al punto que yo me encontraba algo desesperada por escuchar de su boca la pregunta que si me quería acostar con él, de haberlo hecho de forma tan corriente yo hubiese saltado sobre él, pero la manera de actuar de José era muy sutil, me tomaba de mi mano a medida que caminábamos y en cierto momento yo tropecé con algo he inevitablemente fui a dar a sus brazos, y al hacerlo mi boca y la suya se toparon.
Al entrar nuestros labios en contacto, nuestras lenguas se encontraron mutuamente, sus manos fueron recorriendo m
i cuerpo y las mías el cuerpo de él, realmente no se cuanto tiempo permanecimos en ese ardiente beso, yo deseaba que me arrancase la ropa, por un breve instante pensé en León, pero de inmediato lo vi sentado en la sala de la casa leyendo la prensa con más interés del que me ve a mi por lo regular y con tan solo pestañar su imagen se esfumó. Cuando me di cuenta ya ambos nos encontrábamos casi sin ropa, él continuamente alagaba mi belleza, y yo deseosa de ser poseída por el inmediatamente, de momento dejó de besarme, y lentamente se fue arrodillando a medida que lo hacía fue bajando mis pantis, y su boca entraba en contacto directo con la piel de mi cuerpo, lo que hacía temblar todo mi cuerpo, cuando sentí su aliento sobre mi sexo casi me desmayo, su lengua lentamente comenzó a pasarla sobre los pliegues de mi piel y sus manos amablemente me hicieron abrir mis piernas. Era una sensación jamas disfrutada por mi hasta esos momentos, en un sin fin de veces me había imaginado eso, pero jamas y nunca pensé que me pasase realmente, un hombre que no era mi marido besandome entre las piernas, su lengua me hacía temblar de placer.
Sus manos me fueron empujando hasta la cama, y cuando mi cuerpo se quedó por completo sobre la cama, José sin dejar de lamerme fue cambiando de posición hasta que vi su pene frente a mis ojos, de la manera más tierna que pude lo tomé entre mis manos, y lentamente comencé a besarlo para luego comenzar a introducirlo dentro de mi boca, tras encontrarnos en esa posición me hiso alcanzar un tremendo y sabroso orgasmo, sin complejo de culpa alguno. De momento su pene comenzó a eyacular en mi boca, y lejos de sentir repulsión, dentro de mi habitaba un sentimiento de amor total por él, cuando terminamos nos mantuvimos en paz por un largo rato, cuando él se levantó me continúo hablando de forma tan bella que yo lo tomé por las manos y traje su cuerpo al mio, tras besarnos por un breve instante su miembro se encontraba listo para continuar, yo abrí mis piernas y fui sintiendo como lentamente con cariño me penetraba haciendome sentir la mujer más feliz del mundo, en esos momentos. Nuestros cuerpos se hicieron uno, y sentí dentro de mi su torrente de vida.
Hoy en día por lo menos una vez a la semana me encuentro con José, como una pareja salimos cenamos o paseamos y la mayoría de las veces nos acostamos, desde luego, ustedes me pueden creer que en ocasiones se lo he dicho a León, mientras lee la prensa y en ocasiones me ha respondido, si Ángela……..
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