Volví a meter mi verga y después de un rato de bombeo me empezó a recorrer en todo el cuerpo una sensación desconocida pero muy placentera, mi tía ya sabía que lo que yo estaba teniendo era mi primer orgasmo y ella me apretaba con sus piernas muy fuerte como para que los dos termináramos al unísono.
Esta historia me ocurrió cuando tenía 18 años, estaba en último año de la secundaria cuando un día me fui de pinta y decidí ir a casa de la abuela yo ya sabía que por las mañanas todos se iban a trabajar y mi tía se quedaba sola en casa pues, ella iba a la escuela por la tarde. Para eso mi tía ya me había quitado mi virginidad, hacía un mes, pero todavía no me descargaba en una vagina, necesitaba aprender más sobre sexo.
Así que estaba en casa de la abuela tocando la puerta para que mi tía me abriera, yo ya tenía mi verga parada y sabía que esa mañana iba a coger, me hizo pasar y me dijo que la había levantado para ese entonces ya se me notaba un bulto en mi pantalón.
Creo que ella lo vio, mi tía me dijo que seguiría durmiendo y me dejó en la sala, pasaron unos minutos y mi tía me pidió que fuera a su cuarto, al escuchar esto se me paró de inmediato la verga y así me encaminé a su habitación, ella se hacía la dormida, tapada con una sábana.
Cuando sintió que estaba cerca me dijo: acuéstate conmigo y enseguida me quité el pantalón y me fui hacia ella, cuando se quitó la sábana y abrió sus piernas para recibirme y pude ver aquella vagina que se abría para recibir mi miembro.
Mi tía se dio cuenta que no me había quitado mis calzones y ella me dijo que me los quitara, yo estaba que no me la creía, me quité los calzones de inmediato y ahí mi tía volvió a abrir sus piernas y me dijo: anda ven ya, méteme tu verga hasta el fondo…
Mientras me iba acomodando con sus manos mi pija en la entrada de su riquísimo coño, una vez que sintió la cabeza de mi verga adentro me rodeó con sus piernas y ella misma me empujó para que entrara toda…. aaaaaaahh, que sensación tan rica era ser recibido por una concha tan caliente y bien lubricada, ahí estábamos mi tía y yo ensartados, ella me dijo que empezara a moverme y así lo hice.
Primero algo torpe pero luego empecé un mete y saca cada vez más brusco, sentía como mi verga le llegaba hasta el fondo de su vagina, sentía mis huevos golpear con sus nalgas y mi glande tocar con pared, a cada embestida mi tía gemía de una manera que me excitaba más, de lo rápido que metía y sacaba mi verga de esa mojadísimo vagina.
Varias veces se me salió y la volvía a meter con fuerza, me resbalaba hacia su interior y me volví a salir, pude ver aquellos labios vaginales completamente rojos pidiéndome más, también vi que nuestra mata de pelos estaba cubierta de espuma babosa que se generaba de tantos fluidos que sacábamos los dos de tanta excitación.
Volví a meter mi verga y después de un rato de bombeo me empezó a recorrer en todo el cuerpo una sensación desconocida pero muy placentera, mi tía ya sabía que lo que yo estaba teniendo era mi primer orgasmo y ella me apretaba con sus piernas muy fuerte como para que los dos termináramos al unísono y así fue…
Ya no aguanté más y empecé a sentir como me descargaba en su interior mi primer rio de esperma que se mezclaba con los jugos de la lubricada vagina de mi querida tía. «eso es chiquito, llénale su sapito de leche a tu tía, vente todo en mi amor».
Ya sin fuerza los dos nos quedamos tirados un la cama, me vestí, desayunamos y me fui a mi casa recordando todo el camino esa sensación de eyacular dentro de una vagina y sentir todo mi miembro pegajoso de nuestros líquidos.
Yo estaba feliz por que ya me sentía todo un hombre porque había tirado mis primeros chorros de semen y por que había hecho gozar hasta el límite a mi tía, a mi maestra de sexo.
Así empecé a darle visitas seguidas a mi tía donde me enseñaría más posiciones para disfrutar de nuestra sexología.
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Autor: Carlos
Me ha gustado muchísimo el relato don tu tía, tanto es así que se me ha puesto durisima, y con ganas de ocupar tu puesto con tu tia, haber si la puedo dejar preñada