Hola ya me conoces soy Jacky la perrita obediente y tengo más cosas que contarte desde esa linda noche en que mi querido tío rompió mi culito.
Quedé tan adolorida que no pude ni sentarme a tomar desayuno esa mañana, mi tía me encontró a su lado ya casi al medio día cuando despertó y me trajo el desayuno a la cama:"pobrecita, dijo, la poca costumbre de tomar, toma hijita para que se te pase, me dijo. Yo no podía verle a la cara, pero me sentí bien inmediatamente cuando entró mi tío y me dijo con su voz angelical. ¿Qué tal anoche pequeña?… ¿te gustó?… ¿la fiesta?
Yo solo le miré a los ojos y le dije que me había encantado TODOOOO. ¡Que bueno!, me dijo entonces la pasaste bien, me dijo saliendo del cuarto.Esa tarde de regreso a casa pensé todo lo que había pasado y tuve vergüenza.
Mi enamorado me buscó en la noche y quise que me hiciera olvidar, pero nada era igual. Su olor era tan diferente, sus besos eran tan fríos que él se dio cuenta que estaba distante, peleamos esa noche, pero no me importó me quedé dormida pensando en la rica pinga que me había comido.
Al otro día muy temprano me levanté pensando en como ver a mi tío de nuevo y le dije a mi mamá en el desayuno que quería estudiar enfermería y que mi tío que es Doctor, podía ayudarme en los estudios, a mi mami le pareció genial la idea y me prometió hablarle a su hermana, así que en menos de lo que canta un gallo ya tenia una invitación oficial para irme a vivir con mi querido tío.
El fin de semana se me hizo eterno, pero al fin ese sábado llegaron mis tíos a recogerme. Me acomodaron en el cuarto con mi primito, yo estaba feliz, pensando en lo bien que iba a estar cerca de él. Mi tío me dijo en el almuerzo que primero tenía que prepararme en una academia y que el iba a correr con los gastos. Mañana domingo te llevo a escoger una academia me dijo. Yo le agradecí. No te preocupes me dijo. Aquí tu misma vas a pagar, con tu buen comportamiento, me dijo, yo le contesté "si tío, haré todo lo que tú digas" (yo sabía lo que él quería). Esa noche no dormí pensando en el domingo, que amaneció muy lindo, temprano me bañé y escogí un hilo dental que había comprado en esos días de espera.
Mi tío bajo temprano y me dijo "nos vamos Jacky vamos a buscar algo para ti". Me despedí con un beso a mi tía y nos dijo: que la pasen bien.(claro que la vamos a pasar bien me sonreí). La primera academia que vio mi tío fue un hermoso hotel de 5 estrellas. Él bajó del carro y yo solo lo seguí, la habitación era impresionante con jacuzzi propio. ¿Te gusta?, me dijo. Si le contesté y me arrojé a sus brazos. Él me besó profundamente y me comenzó a desvestir despacio sin apuros, cada prenda caía al suelo y me besaba por todos lados, ¡yo estaba mojadita…! Hummm ropa de puta, me dijo acariciando mi precioso hilo dental, lo hizo fácil a un lado y comenzó a meter sus dedos en mi conchita.
Yo estaba muy quieta, y él me dio un tremendo palmazo en las nalgas que me hizo entrar en calor. Sácame la ropa putita, me dijo, yo obedecí de inmediato. Su pinga estaba al palo, y yo ya sabía como tratarla, de inmediato me la tragué todita. "que puta eres me dijo", me gustó mucho que me lo dijera. En verdad cada vez que hablaba así yo me sentía más segura de lo que hacia. Ssiiii mi amor, soy tu puta, le respondí de rodillas mirándolo hacia arriba mientras le chupaba los huevos. No se de donde me salía hacer todo eso, pero me sentía toda una zorra. Cuéntame me dijo… ¿te gustó lo de ese día?… si le dije, mucho; vine a tu casa para que me lo hagas siempre, le contesté él se soltó a carcajadas, yo seguía mamándole la pinga mientras él hablaba. No dejaba de mamar. Estaba delicioso y sentía como se ponía espesa cada vez que me la succionaba hasta el fondo.
Él comenzó a gemir y yo me sentí en la gloria, estaba yo haciéndole el amor esta vez y comenc
é a chupársela con más desesperación. La leche saltó con violencia en mi garganta y casi por instinto se la saqué de mi boca. Pero inmediatamente la volví a chupar con más desesperación. Tuve ganas de sobar su rica pinga por toda mi cara y lo comencé hacer mi tío me miraba feliz. Eres toda una perra me dijo. Tu perra, solo tuya, mi amor, de nadie más… No, no, no, me dijo, quiero que seas más perra aún, para mí, tú vas a ser la puta más grande de Lima, y vas a ser mía y de los que yo escoja para ti me dijo por segunda vez. Yo no le entendí bien, pero le contesté: lo que tú digas mi amor.
Tu amor no, me dijo:"Tu cachero" (Amo-vividor), ¿me entiendes?, solo soy tu cachero, y tu eres mi perra. ¿Entendiste Jacky?, me dijo. Yo, tengo esposa, hijo y tú tienes tu enamorado, y te casarás algún día, pero siempre serás mi perra y yo seré tu cachero, ¿de acuerdo? Eso no me gustó nada, pero con toda la leche en la cara y de rodillas ante su rica pinga, no tenía otra opción, y le dije lo que tú digas mi cachero y me solté a reír.
Me paré entonces y lo besé de frente, y me pegué completamente a su hermoso cuerpo varonil y le rogué que me lo hiciera por delante,… no, me dijo. Tu vas ser siempre virgen mientras estés conmigo, te tengo que cuidar, tu mami me ha confiado tu tesoro, no es broma, me dijo vas a cuidar eso como oro ¿entendiste? Si mi amor le dije,pero dame aunque sea un poquito ¿si?
Soltó la risa y me acostó boca abajo, dame ese culo perra, me volvió loco desde que lo vi y me lo voy a comer todos los días a partir de hoy, me dijo (y lo cumplió).
Inmediatamente me puse de rodillas con las tetas en la cama. Mi arito se abrió instantáneamente a merced de mi cachero, me moría para que me lo chupara como la primera vez y mi felicidad llegó al límite cuando sentí su rica lengua juguetear con mi arito. Di un grito de felicidad, mi tío comenzó a gozar cada milímetro de mi orificio que se abría fácil ante el intruso yo seguía jadeando desesperadamente,… me oriné de la desesperación y del gusto. Mi tío se puso encima de mí y me lo clavó de una sola que me hizo gritar de gusto, ¡cachame, cachame rico! rómpeme el culo mi amor comencé a decirle sin saber porque, mi tío también comenzó a gritar.
Yo seguía orinándome de placer. Fueron varios minutos en que esa hermosa pinga me perforó una y otra vez mi arito. Al final la leche entró caliente y mi tío aún alcanzó a sacarla mientras yo me voltee de inmediato para recibir el resto en mi cara. Hummmm, rico, rico, mi amor, delicioso,… había encontrado la forma de gozar después de ser penetrada y sentir la leche en mi cara, y chuparla para dejarla limpiecita.
Mi tío se tiró de espaldas cansado, pero yo quería más, era mi oportunidad y me eché encima abierta de piernas dispuesta a darle mi virginidad, pero él reaccionó de inmediato y me levantó haciendo que me sentara en su pinga que seguía parada, sentí una nueva sensación en mi culo, penetrado ahora por mi propia iniciativa, comencé a subir y a bajar controlando lo que me quería comer, sentía su cabeza en mi arito entrar y salir y lo increíble era que ahora yo decidía hasta donde comerme su hermosa mazorca, decidí comérmela toda, quería que entraran hasta sus huevos. Que placer. Otra vez más sentí la leche, pero ahora en mi hermoso arito. Solo atiné a gritar muy cansada. Nos levantamos de la cama y nos metimos al jacuzzi a relajarnos. Yo me eché de espaldas a mi tío para sentir su pinga siempre a mis espaldas y me quedé dormidita.
Me desperté cuando mi tío me dio un beso muy suavemente y me dijo, vamos amor, tienes que matricularte en la academia (claro a eso habíamos salido en la mañana, eran las 3 de la tarde). Antes de salir del cuarto mi tío vio las sábanas orinadas y me miró sonriendo, estaba cambiadita bañadita y maquilladita muy perfumadita como salí de casa, como si nada hubiera pasado. Nadie se imaginaría que en esa chica inocente que pareces, hay una perra que se orina por mi pinga. Me sentí feliz por el comentario y solo se me ocurrió bajarle el cierre y se la comencé a chupar amorosamente… si le dije, la primera vez me masturbé pensando en tu pinga, ahora, me orino por ella.
..eres mi cachero… le dije sonriendo y le volví a subir el cierre.
Tuve suerte al encontrar mi academia, me llevó 20 minutos matricularme. Ya tenía una razón para estar fuera de casa con mi tío querido. Todos los días me recoge… y todos los días me coge… mi arito… nada más.
Autor: Jacky la perrita obediente