¿Hay acaso placer mas grande que tener tu propia zorra fiel y esclava??; yo creo que no. Vanessa se ha vuelto eso para mi y no me arrepiento, el siguiente relato espero que les guste y que si alguna vez pueden realizarlo lo disfruten.
Salimos rumbo a un hotel del centro de Toluca; nos instalamos cogimos un rato y le empece a dar un poco de whisky, la idea era tenerla a mi voluntad, nos dimos un pequeño baño en el jacuzzi y casi termino con la botella; como ya era hora de comer le pedí que saliéramos pero con la condición de que saliera vestida como puta (quien conoce Toluca, sabrá que las minifaldas y escotes no son comunes), ella accedió, entre la calentura y el estado de ebriedad que empezaba a tener se puso su blusa de botones de manga larga pero dejando ver sus senos con gracia y se puso la minifalda plisada con medias de red y zapatillas.
Salimos caminando solo unos cuantos metros del hotel y hallamos un lugar ameno para comer, el mesero inmediatamente fue atento con ella, ya que sus senos una vez sentada se podían apreciar mejor si se estaba parado tomando la orden de la comida. Al darme cuenta de tan gran espectáculo, le pedí a Vanessa que cada que se acercara el mesero ella ligeramente moviera sus brazos y se enderezara para que sus senos tuvieran mejor exposición, fue tal el éxito que el capitán de meseros también fue a servirnos argumentando que el mesero terminaba su turno, Vanessa no tuvo inconveniente en quien la viera; ella incluso aprovechaba en cruzar sus piernas cuando el capitán se acercaba a nuestra mesa.
De repente la naturaleza llamo y Vanessa fue al tocador; entre su ebriedad y lo caliente que estaba porque ya había calentado al mesero y al capitán de ellos, les regaló el mejor espectáculo de esa tarde, caminaba contoneándose y los demás comensales creo que tuvieron un adelanto del postre, yo aproveche para llamarle al mesero y darle una pequeña propina por su corto servicio, el lo agradeció y con nervios dijo: «con todo respeto señor, que mujer tan hermosa le acompaña» , yo le respondí que era toda una dama en la mesa pero una verdadera puta en la cama. El mesero se sonrojo y quedo sin palabras, al ver su reacción le dije: tienes dos opciones, quieres dinero en efectivo por tu propina o quieres pagar una habitación de hotel y ver si puedes coger con mi zorra? La sorpresa del mesero creció mas, pero la calentura fue quien decidió, le dije que habitación teníamos y que nos esperara en lo que terminábamos de comer.
Cuando regrese al hotel con Vanessa, ella ya se encontraba caliente al saber que fue provocadora de muchas erecciones y malos comentarios de las mujeres que había en el restaurante; mientras subíamos por el elevador ella ya tenia el escote totalmente abierto y la tanga en sus manos, no esperamos a entrar en la habitación para coger, la recargue en la pared y levante una de sus piernas, la penetre y ella empezó a gemir de gusto, no había nadie en los pasillos del hotel así que le pedí a Vanessa que me la chupara, que sin doblar las rodillas me la chupara abriera las piernas y moviera sus caderas; cada vez que lo hace asi me provoca erecciones duras, de repente vi como se entre abrió una puerta y alcance a reconocer al mesero. Vanessa seguía chupando con ganas y mientras lo hacia le preguntaba si le habia gustado el mesero, que si la calentaba o que si tuviese la oportunidad que cogiera con el lo haría; a todo respondía que no, que ella era exhibicionista pero que solo era mi zorra, que yo la podía lucir con todos pero que solo cogía conmigo, eso me agrado e hizo que me viniera en su boca.
Nos metimos a la habitación y le pedí que como buena esclava tenia que obedecer; ella accedió. Comencé por amarrar sus manos por detrás, vendarle los ojos y ponerle audífonos con música (aislarla completamente de todo), sus ordenes eran ser simplemente un objeto al cual penetraría a placer propio, ella accedió, le seguí dando del poco whisky que quedaba, ya no distinguía sabores pero no dejaba de beber. Cuando la vi totalmente sometida abrí la puerta y el mesero estaba ahí, tratando de escuchar lo que le hacia; le dije «puedes quedarte afuera y cerrar, pasar y vernos tener sexo o pagarme y es toda tuya», El mesero saco su cartera y yo agarre los billetes que traía, le di de los condones de sabor que dejan en el hotel y Vanessa le succionaba la verga con ganas, su lengua se movía rápido sin considerar de quien era ni el porque estaba chupando un condón de sabor, ella gemía y se movía creyendo que era yo con él que cogía. Cuando el mesero eyaculo; le pedí que se quedara en la puerta de la habitación y mientras yo le quitaba los audífonos a Vanessa y le preguntaba que si ya estaba lista para su orgasmo intenso; ella grito que si que no se había dejado correr porque quería uno intenso y largo, le desate sus manos y la pedí que se pusiera en cuatro, que ella misma se quitara la venda de los ojos cuando estuviera a punto de correrse, la monte y las embestidas eran duras y profundas, Vanessa solo gritaba y a cada nalgada ella pedía mas, de repente ella comenzó a gemir rápido y muy fuerte, se quito la venda y vio como el mesero se estaba masturbando en la puerta de la habitación, ella se dejo venir con gritos fuertes, no pude mas y me corrí dentro de ella y al mismo tiempo le gritaba al mesero que cerrara la puerta.
Vanessa nunca me reclamo nada; yo aun tengo la cartera del mesero y esa vez tuve dinero extra.